martes, 16 de diciembre de 2008

Felices diputados

César Duarte, bien alimentado.

México es un país donde existen ciudadanos de primera, segunda, tercera y hasta quinta clase. Esto es lo que reafirman en la práctica los principales representantes populares, aquellos que tienen la reputación más negativa de la opinión pública: los diputados. Mientras la base de contribuyentes tenemos que pagar los impuestos, esta clase privilegiada que vive del poder y el fuero, se receta a sí misma la reintegración de 38 mil pesos, por concepto de ISR al aguinaldo. Bajo el concepto de “subvenciones legislativas” los diputados terminarán sin pagar impuestos, como parte del fomento a la desigualdad que proviene de las instituciones. La Secretaría de Hacienda calla, so pretexto de la autonomía, y César Duarte, presidente de la mesa directiva en la Cámara, apela a la “costumbre” para justificar lo injustificable. No me queda la menor duda, de que estamos gobernados por una kakistocracia, es decir, el gobierno de los peores.