México es un país donde existen ciudadanos de primera, segunda, tercera y hasta quinta clase. Esto es lo que reafirman en la práctica los principales representantes populares, aquellos que tienen la reputación más negativa de la opinión pública: los diputados. Mientras la base de contribuyentes tenemos que pagar los impuestos, esta clase privilegiada que vive del poder y el fuero, se receta a sí misma la reintegración de 38 mil pesos, por concepto de ISR al aguinaldo. Bajo el concepto de “subvenciones legislativas” los diputados terminarán sin pagar impuestos, como parte del fomento a la desigualdad que proviene de las instituciones. La Secretaría de Hacienda calla, so pretexto de la autonomía, y César Duarte, presidente de la mesa directiva en la Cámara, apela a la “costumbre” para justificar lo injustificable. No me queda la menor duda, de que estamos gobernados por una kakistocracia, es decir, el gobierno de los peores.
martes, 16 de diciembre de 2008
Felices diputados
México es un país donde existen ciudadanos de primera, segunda, tercera y hasta quinta clase. Esto es lo que reafirman en la práctica los principales representantes populares, aquellos que tienen la reputación más negativa de la opinión pública: los diputados. Mientras la base de contribuyentes tenemos que pagar los impuestos, esta clase privilegiada que vive del poder y el fuero, se receta a sí misma la reintegración de 38 mil pesos, por concepto de ISR al aguinaldo. Bajo el concepto de “subvenciones legislativas” los diputados terminarán sin pagar impuestos, como parte del fomento a la desigualdad que proviene de las instituciones. La Secretaría de Hacienda calla, so pretexto de la autonomía, y César Duarte, presidente de la mesa directiva en la Cámara, apela a la “costumbre” para justificar lo injustificable. No me queda la menor duda, de que estamos gobernados por una kakistocracia, es decir, el gobierno de los peores.