lunes, 31 de octubre de 2011

Desde lo local

Alexis de Tocqueville escribió en La Democracia en América, que los condados en Estados Unidos son una de las razones para la fortaleza de esa nación. Visto desde el presente, ahora decimos que la fortaleza de una nación está en sus municipios. Pero ¿qué tanto los municipios en México son la fortaleza del país? En principio, lo que salta a la vista es la diversidad, la desigualdad. Hay diversas maneras de verificarlo.

Organismos internacionales, academias y asociaciones civiles han contribuido a generar estudios, índices, encuestas y comparativos que permiten situar desarrollo de los municipios en México. Desde el 2008 el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED), con el programa Agenda desde lo local, viene midiendo las “condiciones mínimas que no deben dejar de existir en cualquier municipio”.


La Agenda está constituida por 39 indicadores y 270 parámetros de medición, que incluyen cuatro ejes de desarrollo institucional para un buen gobierno; desarrollo económico sostenible; desarrollo social sustentable y ambiental.
A través de esta metodología, el INAFED otorga a los municipios certificados de “calidad mínima aceptable”. En otras palabras, el mínimo indispensable para que un gobierno local funcione.
Para la edición 2011 participaron 603 municipios de 28 entidades, pero los resultados son desiguales: en verde están los aprobados, otros en amarillo, y los que no aprobaron quedan en rojo.


En verde quedaron Aguascalientes, Campeche, Tapachula, Chihuahua, Celaya, León, Guadalajara, Zapopan, Puebla, Querétaro, Hermosillo, Progreso, Torreón, Saltillo y Gómez Palacio. Fueron de los pocos, aunque no los únicos municipios que cumplieron con los 39 indicadores. Hay una tendencia clara: Jalisco y Chihuahua fueron los estados que aportan más municipios certificados con todos los indicadores.
Por otro lado, es significativo observar el registro de ciudad Juárez: sólo obtuvo 26 de 39 certificados. La crisis no sólo está en las calles de la ciudad fronteriza, sino se refleja también en las inconsistencias del gobierno local. Y cómo no, si su alcalde Héctor Murguía, pretende “gobernar” desde El Paso.


Monterrey, el otrora municipio ejemplo, ni siquiera participó. ¿Habrá alguna correspondencia entre la ausencia y su nefasto alcalde Fernando Larrazábal? No lo descarten.
En Coahuila tres municipios completaron la certificación: Acuña, Saltillo y Torreón.
En Durango sólo participaron tres, de los cuales Gómez Palacio, encabezado por la alcaldesa Rocío Rebollo fue el único que obtuvo la totalidad de las valoraciones. Durango capital obtuvo 24 de 39; y Lerdo sólo logró 3 en verde y 28 en ¡rojo! Ahí deberían correr a su alcalde Roberto Carmona.


Lograr la certificación del INAFED puede parecer trivial para muchos alcaldes y funcionarios que confunden con facilidad las intrigas con el gobierno, la responsabilidad con los autoelogios.
Es cierto, los indicadores no hacen por sí mismos gobiernos de calidad, pero sin duda, son una base mínima para hacer un gobierno consistente, robusto. Los municipios son la columna vertebral del país y por ahí habría que empezar para fortalecer la nación.



30 de octubre 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9053083

viernes, 28 de octubre de 2011

¿Y Echeverría?

Fuente: La Jornada
La semana pasada comenté que muchos dictadores, sátrapas y criminales de estado mueren en sus casas tranquilos. Por ejemplo, un Stalin, un Pinochet. Ayer la justicia Argentina tomó una decisión histórica. Condenó a cadena perpetua a 12 represores de la dictadura militar que cometieron crímenes lesa humanidad. Entre los condenados estuvo Alfredo Astiz, que no se inmutó con la sentencia, también Ricardo Cavallo, bien conocido en México. Videla y Fujimori no quedaron impunes. En nuestro país, la justicia dejó impune al expresidente Luis Echeverría.

Regla de oro

A los griegos se le acabó la fiesta de manera dramática. Cuando su gobierno por fin reconoció una deuda pública impagable, Alemania como líder económico de la Unión Europea, revisó el caso, para luego encontrar que la deuda fue mayor a la reportada por el festivo gobierno griego. Así, la mejor salida que Alemania y Francia encontraron a la crisis, fue rescatarlos y de paso, “perdonar” la mitad de la deuda pública griega.

Todavía no dejan de representar un riesgo para la estabilidad de la eurozona las deudas acarreadas por los Pigs (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia, España), de ahí que la comunidad europea asumió el costo estratosférico del rescate. Por entonces, muchos ciudadanos alemanes protestaron porque su canciller, Angela Merkel, decidió rescatar con dinero de los contribuyentes alemanes el desastre financiero de los políticos griegos.


Al final, prevaleció el sentido de supervivencia común. Sin embargo, esto ha llevado la Unión Europea a retomar las reglas de oro para sus gobiernos. En 2009 Alemania elevó a rango constitucional un límite para que el gobierno no pueda endeudarse más allá del 35% del PIB, a fin de mantener el equilibro y no comprometer la operación. En el mismo sentido España aprobó este año un freno a la deuda. De manera general y luego de siete horas de negociación, los principales líderes europeos firmaron un Pacto de Estabilidad a fin de impulsar en los países de la eurozona, techos y restricciones similares a la deuda pública.


Sin bien, en nuestro país las deudas estatales no dejan en riesgo las finanzas del gobierno nacional, no estaría demás impulsar una legislación que obligue a la entidades a fijar un techo para sus deudas. Una regla de oro que limite a los futuros Humbertos Moreira. En la relación actual nada garantiza que el día mañana aparezcan otros “moreirazos” en las finanzas públicas. Por lo mismo, es necesario fijar reglas que nos protejan incluso, de nuestros políticos.



28 de octubre 2011
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9051979

miércoles, 26 de octubre de 2011

En manos del PRI

Reforma, El Universal, 25 de octubre
El derrumbe de una época llevó a los tunecinos a deponer a su monolítico gobernante. Tras años de inmovilidad política, Zine el Abidine Ben Ali no sólo fue derrocado con el inicio de la Primavera árabe, sino que fue condenado junto a su esposa, a 35 años en la cárcel, entre otras cosas, por enriquecimiento explicable. El domingo pasado en Túnez se realizaron elecciones, a fin de elegir una Asamblea constituyente que tendrá el menudo encargo de formular ¡una nueva constitución!

La referencia viene el caso, por qué no sé qué más necesiten nuestros legisladores, para al fin avanzar en las reformas que favorezcan al México del siglo XXI. Ya sabemos que el Senado aprobó un dictamen de reforma del poder, para luego ser mutilada por lo diputados. Ayer aprobó la Cámara baja en lo general, media reforma política. La decisión fue consistente con la mayoría del PRI, porque excluyó el principal mecanismo de rendición de cuentas: la reelección consecutiva de legisladores y alcaldes.


Sin embargo, temprano por la mañana, al leer los principales diarios de circulación nacional, leí con sorpresa (por contradictorio), un desplegado de la bancada del PRI donde expresó: “Sí a la reforma política”. Como gran noticia, los priistas decidieron, al menos en palabras, entregar “más poder a los ciudadanos en la toma de decisiones”. Para ello, anunciaron la aprobación de reformas, incluyendo la reelección, para que “nuestro sistema político evolucione decididamente hacia un modelo de Democracia Participativa”.


Como partido reformador, el PAN fue un fracaso en los 11 años que lleva en el poder. La expectativa de cambio institucional pronto fue rebasada por la comodidad del status quo: ¿Para qué cambiar si así están bien las cosas?


Por lo mismo, ahora que el PRI tiene mayoría y ya se apunta a suceder al PAN en el gobierno nacional, habría que exigir a que sea consecuente con sus palabras. Por un lado, ayer promovieron la reelección, pero ese mismo día la desechan. Con ese temperamento legislativo, ¿qué tanto podemos confiar en las palabras de Peña Nieto cuando se muestra favorable a reducir 100 diputaciones plurinominales? No importa tanto de quien venga la propuesta, sobre todo, si se concreta.


En los hechos, esa mayoría de legisladores, aquí también hay que incluir a las otras fuerzas políticas, no tiene incentivos para el cambio, y por lo mismo, las propuestas pueden durar años entre los partidos sin que se muevan las cosas. Entonces, habrá que esperar a una crisis mayor o a que buen día, como en el Norte de África, los ciudadanos tomen las calles para sacudir su vida pública.

lunes, 24 de octubre de 2011

Los límites de la política

Hace unos días participé en un programa de historia sobre un periodo fundacional del México moderno. Me refiero a la posrevolución y la construcción de las nuevas instituciones durante los años veinte del siglo pasado. Se abundó en el papel de Plutarco Elías Calles y su fuerte influencia como “Jefe Máximo” de la Revolución. 


El genio de Calles consistió en lograr lo que parecía imposible en la disputa del poder político: eliminar la violencia a través de la transferencia pacífica del poder. Esa política descansó ante todo, en la creación del Partido Nacional Revolucionario (1929), que con el tiempo se convirtió en el PRI. De esa manera, Calles favoreció la política antes que la violencia. Lo sabía bien, porque él mismo vivió los aciagos días de la revolución. A partir de entonces, se instituyó un largo poder hegemónico…

La historia no está de más recordarla, porque mucho costó a México y sus ciudadanos transitar a una disputa pacífica y civil por el poder. Más aun, democrática en los últimos años. Por lo mismo, no me parece trivial que un grupo de priistas en Torreón transite la delgada línea de la violencia para contrarrestar una campaña del PAN que denuncia la deuda en Coahuila.


Es cierto, en democracia se disputan los votos, hay duros debates y lucha civil por el poder, pero esencialmente lo que distingue a la democracia no sólo es la libertad, sino la capacidad de disputar el poder sin derramar sangre, sin recurrir a la violencia. Lo saben bien nuestros bisabuelos que les tocó padecer una revolución.
Lo que menos necesitamos en este momento es un grupo de priistas agrediendo a un grupo de panistas en la ciudad. Señores de la política ¡Como si la violencia que se adueña de la ciudad no nos bastara! Puede haber protestas, debates agrios y deliberaciones apasionadas, pero de eso, a pasar a los golpes hay una línea que no debemos ni podemos romper. Precisamente para eso es la política. Los golpes, las agresiones, la violencia está en otro terreno. Eso ya no es democracia.


Ojalá no se confundan, porque episodios así también se han repetido recientemente en Monclova, Saltillo y ahora en Torreón. ¿En verdad necesitamos esto? Desháganse en argumentos, promuevan mensajes, ganen simpatizantes, disputen votos, pero no rompan los preciados límites de la política. Se podrá estar de acuerdo o no con los panistas, pero al final, los platos rotos de la deuda los pagamos los coahuilenses. Por cierto, es fecha que los señores que llevan la riendas del gobierno estatal no explican la falsificación de documentos con lo que se avaló parcialmente la deuda de miles de millones. El Congreso por su parte, piensa que este asunto ya se enterró. Mientras tanto, huele a DVR, a impunidad.

21 de octubre 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9047937

Otoño del patriarca


Con la llamada primavera árabe el movimiento cobró fuerza como protesta popular y tumulto. Túnez, Egipto y Libia marcaron una tendencia. En este último país se pasó de la protesta civil a la violencia militar. Finalmente intervinieron las fuerzas de la OTAN a favor de los rebeldes. Para otoño el dictador cayó.

Así, varios sucesos marcaron los últimos minutos con vida de Muammar Gaddafi, el patriarca de Libia desde 1969. Fue encontrado en un drenaje, traía consigo una pistola de oro y al parecer fue ejecutado por un joven de 18 años, el cual se ha vuelto una especie de héroe en su país.


Al igual que la ejecución de Saddam Hussein, la muerte de Gaddafi alimentó el espectáculo de la muerte mediática. Una y otra vez los videos fueron reproducidos en los portales de los medios internacionales. En el pasado reciente, la muerte de los dictadores era descrita, pero la multiplicación de las cámaras propagó la imagen, y en consecuencia, la repetición ad perpetuam de la muerte. Con la democratización tecnológica, las enciclopedias del presente no describen los hechos, muestran una sucesión de imágenes.


¿Pero será la primavera árabe la ocasión para instaurar gobiernos más abiertos y democráticos ahí donde dominaron largas dictaduras? Ahora nos parece normal hablar de democracia como un supuesto valor universal, y por lo mismo, se desea para esas naciones africanas regímenes democráticos. Sin embargo, después del saqueo que Estados Unidos hizo en Irak, impuso ahí una democracia a punta de balazos. Los resultados son inciertos y todavía resurgen los coches bomba como terrible sustituto de la política.


En otras circunstancias, y con el respaldo de un amplio movimiento popular, en Túnez celebrarán elecciones este domingo. Después de la protesta y la renuncia del presidente Ben Alí, los tunecinos provocaron un nuevo proceso donde se elegirá una Asamblea Constituyente, a fin de hacer una nueva constitución política, y acá nosotros con una tímida reforma política. 



Por su parte, Egipto, bajo el dominio de una Junta militar espera un proceso electoral y Libia enfrentará el problema mayor que implica la reconstrucción y el restablecimiento del orden.
La ruptura histórica que ha pasado en esos países podría confirmar en el futuro que la democracia no será la mejor forma de gobierno, con excepción diría Churchill, que es la menos peor.



23 de octubre 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9048921 

jueves, 20 de octubre de 2011

Mujeres “antijuanitas”


Fuente: Impacto

Vaya lío por las declaraciones de un lado y de otro. Primero el presidente Calderón  declara en una entrevista realizada por el NYT, luego el PRI responde y ahí nos llevamos la mitad de la semana con un “gran debate”. Uno dice y el otro se asume favorablemente como la víctima. Lo cierto es no hubo una declaración general del presidente donde éste asume que un partido, el PRI, es promotor de pactos con el crimen. No es lo mismo decir “todos” que “algunos”. Para quienes gustan de quedarse con los encabezados periodísticos, la presidencia divulgó el extracto de la respuesta. El mismo periódico hizo circular ya la entrevista completa. Ahora se procesa una queja en el IFE.

En realidad, ningún actor político en su sano juicio, a excepción del algún extraviado, supondría que un partido es promotor de pactos y alianzas con el crimen. Muy diferente a decir sobre algún miembro de partido con nombre y apellido. Pero no metamos en esto al crimen organizado, pensemos únicamente en los Larrazábal, los Mario Marín o los Ulises Ruiz… ¡Esos sí que son impunes!

Mientras la gran discusión sucede, un grupo plural de mujeres dio ejemplo. Varias políticas mexicanas, algunas desde los partidos, otras desde las organizaciones sociales, se reunieron con motivo del quincuagésimo octavo aniversario del derecho de voto a la mujer en el México. Estaba ahí Beatriz Paredes, Josefina Vázquez Mota, Ruth Zavaleta, Amalia García, Patricia Mercado, Xóchitl Gálvez, Isabel Miranda, entre otras. La diversidad no es motivo para desacuerdo, por lo mismo, tras la conmemoración, vino la propuesta de este amplio grupo de mujeres para impulsar una reforma legislativa, a fin de impedir el resurgimiento de más “juanitas”.

Sí, esas mujeres que ganaron cargos de elección popular y que luego de tomar posesión, dejaron la representación para ser sustituidas por hombres. En Coahuila se presentó el triste caso de Hilda Flores Escalera, una política capaz y destacada, que se prestó al juego de las “juanitas”. Llámenle disciplina de partido o como quieran, pero la subrepresentación política de las mujeres, vino en esos casos por las mujeres.     

Por lo pronto, la diputada del PRI, Beatriz Paredes se comprometió a llevar el tema a la Cámara para “garantizar que en ningún momento en los procesos electorales pueda entrar una mujer como propietaria y que después la sustituyan”.  Sin duda, una deseable propuesta para fortalecer las condiciones de equidad y género de la mujer en la política. 

18 de octubre 2011

Destino del dictador



Muchos dictadores han muerto tranquilos en sus casas, no fue el caso de Muammar Gaddafi. 

martes, 18 de octubre de 2011

Bibliotecas mexicanas

Fuente: Conaculta
Nuestras formas de lectura se han transformado, y con ello, también nos cambiaron. Roger Chartier y Robert Darnton lo han explicado magistralmente. Por lo mismo, gracias a los dispositivos móviles, actualmente es posible transportar en la mano una biblioteca de cientos o incluso miles de libros. 
Olvídese de libreros, escasez de espacio, kilos voluminosos y polvo. Si bien, el ligerísimo Kindle no supera la funcionalidad del Ipad, cualquiera de los formatos han facilitado por mucho el acceso a los libros.
Hace unos días platiqué con las maestra Laura Orellana, una de las pocas académicas e historiadoras profesionales en Torreón. Me hacía notar que la visita a las bibliotecas es cada vez más rara, y al mismo tiempo, el uso de la red y los recursos electrónicos han multiplicado el acceso. No está demás preguntar: ¿Cuándo fue la última vez que recurrieron a una biblioteca tradicional?

Bajo esa rareza, el Estado mexicano, a través de Conaculta y su acertada directora, Consuelo Sáizar, han comprado valiosísimas bibliotecas mexicanas. En enero del presente año se abrió al público el extraordinario acervo de José Luis Martínez. El fondo supera los 73 mil volúmenes reunidos a lo largo de 71 años. Sobra decir que su biblioteca es literalmente una historia cultural de México.


Igualmente, los más de 50 mil volúmenes de uno de los Siete Sabios, Antonio Castro Leal, ya están disponibles parcialmente al público en el edificio de La Ciudadela. También, como parte del Proyecto Cultural del Siglo XXI, Conaculta negocia con la familia de Carlos Monsiváis para adquirir su notable acervo.
Por otro lado, aunque sin muchos detalles, en marzo de este año se anunció que la biblioteca de Gustavo Sainz, unos 75 mil volúmenes, fue cedida bajo convenio a la Coordinación de Bibliotecas del Estado de Coahuila. La biblioteca estará en Saltillo.


La política para rescatar los invaluables fondos bibliográficos, no sólo es loable, sino necesaria ante el acelerado cambio de formatos del libro y las prácticas de los lectores. De esa manera, nuestro presente ya nos apunta el futuro ¿Cómo serán los grandes acervos en los próximo treinta o cincuenta años? ¿Cómo se preservarán? ¿Habrán de rescatar memorias o artilugios electrónicos de los grandes escritores?
La noción tradicional de biblioteca no parece encontrar mucho eco en las generaciones jóvenes. Por lo mismo, las bibliotecas públicas están obligadas replantear el uso y las formas de acceso a las mismas. Algunas, muy pocas ya empiezan, pero la mayoría vive en el pasado ¡en pleno siglo XXI! De ahí que faltan formas innovadoras y útiles para ampliar los accesos virtuales a los grandes acervos materiales.


Durante años he recurrido a notables bibliotecas y archivos, en especial, guardo gratos recuerdos de mis tardes en la biblioteca personal de Manuel Gómez Morin, magníficamente resguardada en el ITAM. Pero no se puede vivir de la nostalgia, por lo mismo, la tecnología nos permite ampliar nuestra idea de biblioteca. Por cierto, todavía necesarias a pesar del bárbaro presente.

Recomendación
Gracias a Adriana Gallegos, curadora del Museo Arocena, bajé la aplicación para Ipad de la British Library. Ahí encontrarán un espléndida y sorprendente biblioteca mundial del siglo XIX.



16 de octubre 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9044758

Miguel Ángel Granados Chapa

1941-2011

viernes, 14 de octubre de 2011

La bella joven que tiene en jaque al presidente


Desde hace meses que en Chile se viven multitudinarias protestas por el acceso a la educación. Camila Vallejo es la bella joven que tiene en jaque al Slim chileno, ahora metido a presidente: Sebastián Piñera

Alias "Miss bala"

¿Y la corona?




Por fin pude ver Miss bala. Hacía semanas que tenía la expectativa, los cortos apuntaban un filme explosivo, brutal. La historia no me defraudó, pero sí me dejó un sabor amargo, casi sin ganas de hablar.

Dirigida por Gerardo Naranjo, Miss bala ha sido bien recibida por la crítica internacional, incluso fue nominada a varios premios como Oscar y Goya. Contrario a lo que parece, el tema central no es el narco, sino las circunstancias del crimen que encuentran lugar en tantas ciudades mexicanas. Esas circunstancias terminan por rodear a Laura Guerrero, aspirante a ser la belleza de Baja California. La historia suena conocida porque se inspiró en la triste y célebre Laura Zúñiga, la miss Sinaloa que fue detenida y presentada como parte de un grupo delictivo en 2008, el mismo año en que se coronó. A partir del suceso, la historia que entrega Naranjo es otra, ficción salida de nuestra realidad.


A diferencia del Infierno (Luis Estrada, 2010), Miss bala no es tragicómica, sino traslúcidamente trágica. También se aleja de la burda banalización presentada en Salvando al Soldado Pérez (2011). Naranjo tampoco presenta una denuncia como la renombradísima Presunto culpable (2011). Más bien es una fotografía de nuestra lapidaria realidad. No busca juicios, muestra miradas. Por lo mismo no hay una idealización del mundo criminal.


Miss bala es dura no por lo explícito de las escenas violentas a la que tan acostumbrados estamos por Hollywood, sino por la aterradora cotidianeidad que refiere. Durante la película se repiten los silencios y las escenas oscuras donde no vemos, pero sí percibimos. Otro acierto del filme: casi no hay música.

La historia de Laura Guerrero, alias Miss bala, se sitúa en Tijuana, pero en realidad podría estar en Torreón, Juárez, Monterrey o Acapulco. Lo impactante de la película es la normalidad estremecedora que nos muestra Naranjo y que lamentablemente conocemos bien en el Norte. Miss bala sólo parece ficción, pero no lo es.


14 de octubre 2011
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9043844

miércoles, 12 de octubre de 2011

Ciudadanos en vitrina

Se trata de ciudadanos reales, no ciudadanos imaginarios. Están ahí todos los días frente a nosotros, porque también somos parte de ellos. A pesar de la diversidad, tenemos prácticas en común. Somos millones, pero las costumbres se repiten. Cada día actuamos tan parecido, que el comportamiento parece dibujar un desconcertante patrón: Nos gustan los derechos, pero no las obligaciones. Criticamos amargamente, pero no somos parte de la solución. Nos indignamos de los políticos, pero despreciamos la política.

Por lo tanto, los problemas públicos siempre son de los otros, nunca de uno. En dicho “razonamiento”, el gobierno aparece así como el gran villano, el culpable de todos los males del país. Últimamente se responsabiliza a una sola persona, ¡sólo una!, por nuestros males de inseguridad. Pero seamos honestos, el gobierno refleja a la sociedad, y la sociedad al gobierno.


Parece muy abstracto, quizá, pero a fin de no divagar, pensemos en el enésimo anuncio que han hecho las autoridades de Coahuila para regularizar los derechos vehicularas. Hay una obligación y un plazo legal para los propietarios de automóviles, pero en las calles de Torreón vemos una tercera parte de vehículos sin placas, y en el mejor de los casos, vehículos con placas piratas (Onappafa y sucedáneos).

Podrá argumentarse que falta dinero, y por lo mismo, no se cuenta con placas, pero lo que vemos en las calles indica otra cosa. Por un lado, autos de modelo reciente. Por otro, la gasolina y el mantenimiento de los coches, por muy fregados que se vean, no son gratis. Entonces ¿cuál es el pretexto? Ciudadanos en vitrina, ¡imposible no verlos!

Amparados en la ilegalidad, estos ciudadanos van tranquilos y sin vergüenza. Dirán que el gobierno hace lo mismo… pero al final tenemos un círculo vicioso de estériles justificaciones. Nuestra actitud hacia las obligaciones revela la calidad de nuestro compromiso cívico. Es cierto, el gobierno lleva su parte por promover incentivos perversos (al tolerar, al dejar pasar), pero ¿no son al final los ciudadanos los que reflejan al gobierno?


Piénselo, y si no, ¿por qué toleramos la ilegalidad cuando está nuestras manos? La terrible inseguridad que nos aqueja desde los últimos años, ¿no fue cultivada también por las pequeñas, pero masivas tolerancias hacia la ilegalidad? Quizá pensamos que no pasa nada, pero al final del día no nos extrañemos.

12 de octubre 2011
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9042539

lunes, 10 de octubre de 2011

Documental sobre el reparto


Con visión Fernando Del Moral rescató una verdadera joya cinematográfica sobre el reparto agrario: “El Centro Ejidal de la Comarca Lagunera”, 1938. El documental lo realizó el Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad de la Presidencia de la República. 

Gracias a la promoción de la Cineteca Lagunera, pudimos el pasado mes de mayo el film. Ahí se muestran imágenes impresionantes sobre la región y la organización colectiva. Ojalá pronto se pueda hacer otra exhibición pública con ese invaluable material.

La utopía cardenista



Como un mito en los anales laguneros, queda la reforma agraria promovida por el presidente Lázaro Cárdenas el 6 de octubre de 1936. Al decir mito, no lo hago en un sentido negativo, sino me refiero a la fuerza simbólica que el reparto arraigó en la memoria lagunera. El jueves pasado se cumplieron 75 años de la utopía cardenista. ¿Qué queda de aquella aventura colectivista? ¿Cuánto de los anhelos cardenistas se lograron para los campesinos?

El reparto fue una reivindicación tardía de las demandas agraristas surgidas durante la Revolución. La Constitución de 1917 fijó esas demandas, pero nunca se aplicaron en la dimensión cardenista. Cárdenas hizo lo que los presidentes anteriores no se atrevieron hacer o sencillamente respetaron bajo previo acuerdo con los agricultores y dueños de la tierra. Al final, La Laguna fue el primer experimento donde Cárdenas impulsó un ambicioso e irreal proyecto social. En 45 días el gobierno expropió la mitad de las mejores tierras laguneras para entregarlas a poco más de 38 mil campesinos.



Las cifras son grandes: 146 mil hectáreas conformadas en 312 sociedades colectivas. Casi de la noche a la mañana se impuso así una política radical. La noticia fue una bomba que se tomó con alegría por unos, desconfianza por otros y mucho recelo por los expropiados. 


Hay testimonios documentales de campesinos que no supieron qué hacer con el reparto. Por ejemplo, el matrimonio Franco Herrera tuvo que convencer a sus campesinos a que tomaran las tierras, porque si no, otros lo harían. Igualmente, un buen grupo de trabajadores de la legendaria Compañía Tlahualilo, no querían los ejidos, sino seguir trabajando como estaban.

En este sentido, la historia no es tan idílica como se recuerda de manera oficial. A pesar del empeño gubernamental, la creación de los ejidos laguneros no mejoró la vida de los campesinos, ni tampoco los sacó de pobres. Para 1940, la Liga de Agrónomos Socialistas evidenció una tendencia económica negativa. De alguna manera su estudio vaticinó el fracaso. Más que un éxito económico, el reparto fue éxito político como bien lo ha señalado el Dr. Tomás Martínez Saldaña.


Se repartieron tierras sin importar que no fueran irrigables. Por lo mismo, con todo y la construcción de la gran presa, las aguas del Nazas no podían regar más de la cuenta. Debo mencionar que como herencia de aquella política, el gobierno federal inauguró en 1946 el Palacio Federal, un aparatoso edificio con aires socialistas.


Si 75 años después asistimos al desmoronamiento del ejido, ¿qué es lo que queda de aquella política radical? Pocos, muy pocos los ejidos que funcionan en la actualidad. El Ing. Humberto Campillo Ronquillo me recuerda algunos que se han reinventado para sobrevivir: El Cuije, El Fresno, Las Vegas, Las Lomas y Batopilas. Éste último, con un biodigestor que permite autosustentar la producción agropecuaria.


Hoy la historia de los ejidos queda sepultada por nuevos fraccionamientos urbanos y modernos centros comerciales. De aquella utopía cardenista sólo quedan sus ruinas.



9 de octubre 2011
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9040754

viernes, 7 de octubre de 2011

Contra Gómez Palacio


En la política no basta tener la razón, sino al grupo que la secunde. Y en buena medida, esa lógica es la que resume el conflicto entre un grupo de regidores y la alcaldesa de Gómez Palacio, Rocío Rebollo. Un asunto aparentemente sencillo, terminó con una extraña crisis política en el Ayuntamiento. Por encima, el problema inició con la decisión del Cabildo para autorizar el paso de una conexión de agua tratada del municipio de Lerdo por Gómez Palacio.

Contra la lógica y el beneficio de Gómez Palacio, los regidores (un parte PRI, otra de la Coalición) desecharon una propuesta más viable que tiempo atrás venía gestionando Rebollo. Para el caso, no sirvió que la alcaldesa tuviera la razón. Tampoco sirvió que la factibilidad técnica y económica fuera más favorable para Gómez Palacio. Entonces, ¿por qué los regidores actuaron en contra de los intereses municipales?  
  
En el fondo, lo que está en disputa es el control político de los grupos Herrera y Rebollo. Hasta ahí nada que extrañe en un partido político, pero lo aberrante de esta historia es que el primer grupo utilice los intereses municipales para ir en contra de los segundos. De esa manera, los regidores tomaron de rehén a la alcaldesa con la finalidad de tumbar la candidatura al Senado, de su hermano Ricardo Rebollo.  ¿Se vale? Algunos dirán que sí, pero ¿Hasta dónde sabotear al municipio con tal de ganar espacio para otro grupo del mismo partido?

Si tienen algo de honestidad los regidores que avalaron el acuerdo, deben de reconocer que los perdedores no son los Rebollo, sino los ciudadanos de Gómez Palacio. De esa manera, los regidores han demostrado su compromiso y gran visión para la ciudad. Al ir contra la alcaldesa, los brillantes ediles cortaron la posibilidad de obtener una fuente de recursos estables para el municipio y así hacer autofinanciable la operación de la planta tratadora. Al mismo tiempo, cancelaron la posibilidad de arreglar de una vez por todas, el problema de las aguas que contaminan el lecho seco del Nazas. Sin embargo, lo negativo no es solamente el costo de oportunidad que se pierde para el municipio, sino la degradación ambiental que va más allá Gómez Palacio.

Por otro lado, con este conflicto quedó claro el lugar del gobernador Jorge Herrera, quien debe su triunfo electoral a los laguneros. No sólo dejó a su suerte a la alcaldesa, sino permitió y quizá hasta alentó el sabotaje de los regidores.  Al fin, que no llegue el hermano dirá.
Un conflicto de esta naturaleza afecta al municipio, y en menor medida al PRI. 

De esa manera, los regidores priistas en contra de la alcaldesa están abriendo la puerta al PAN en Gómez Palacio. No hay que olvidar que en las dos últimas elecciones municipales, Acción Nacional creció notablemente su votación y no extrañaría que bajo esa tendencia, llegue al poder.

Seguramente este fue el primero de más sabotajes que enfrentará la alcaldesa, al menos, hasta no se resolverse la candidatura para el senado. Mientras tanto, el costo será para los ciudadanos gomezpalatinos. ¡Vaya visión de política!

7 de octubre 2011
Milenio 

jueves, 6 de octubre de 2011

El mito de la (no)reelección

Más allá de las pantallas, la publicidad y los spots ¿será Enrique Peña Nieto el político que México espera? ¿Hasta qué punto su estilo de gobernar hace la diferencia en relación a otros aspirantes a la presidencia de la República?
Siguiendo la tesis del estilo personal aplicada por Cosío Villegas, la formación de Peña Nieto y su entorno son claves para comprender su idea de política, su estilo de acción y lo que representa su candidatura. Varios libros abordan el tema (Los suspirantes, 2011; Los presidenciables, 2011). Recientemente, la discusión de la reforma política ha metido a diversos actores a debatir tenuemente, exponer ideas y mostrar su visión política para el país.

Hasta ahora, es significativo que los legisladores en la Cámara de Diputados, impulsaran una reforma sin el principal componente para la rendición de cuentas del legislativo: la reelección. En ese punto no se descubre el “hilo negro”, más bien hay una tendencia mundial en las democracias para utilizar la reelección como un mecanismo de rendición de cuentas. Se trata de ligar directamente el voto de los ciudadanos como premio o castigo a sus legisladores, a fin de romper el monopolio partidista. Con ese medio, los legisladores deben más su permanencia en el cargo a los votantes, que al partido.

Sobre el tema, el popular precandidato Peña Nieto, mostró su beneplácito porque los diputados del PRI acaban de quitar la reelección de la reforma política. Su posición es clara frente al tema. Para Peña Nieto la conveniencia de la reelección no le parece evidente. Advierte dos riesgos



1) “podría estrechar de manera desmedida la relación entre grupos de interés económico y los representantes populares, lo que podría llevar a que el Congreso quedara capturado por un conjunto de intereses particulares que, además de desvirtuar la esencia de la representación popular, dificultarían aún más la construcción de acuerdos para reformas de gran trascendencia”; 


2) perpetúa en “posiciones clave a los mismos actores sin permitir la renovación de los cuadros políticos”. Además “podría abrir la puerta, como ha sucedido en muchos países de América Latina, a conflictos políticos y tentaciones autoritarias”.

Con reelección o sin ella, los grupos de interés son parte de las democracias. Podrán ser acotados por el Estado, pero difícilmente encontremos una sociedad sin grupos que no busquen influir en la vida pública. Desde hace décadas que la reelección no aplica en nuestro país, pero eso no evitó la influencia perniciosa de grupos e intereses particulares.

Voy al segundo argumento. La renovación de los cuadros políticos no depende de si hay o no reelección, sino de la capacidad de los partidos para renovar a sus miembros en el poder. Más aun, la renovación refleja la capacidad de una sociedad para cambiar a sus grupos e individuos en el poder. Durante dos tercios del siglo XX, México vivió sin reelección legislativa y eso no impidió que un solo partido se perpetuara en el poder por más de 70 años.
En consecuencia, el tema de la reelección legislativa revela con claridad la visión e idea de política de Peña Nieto para el México del siglo XXI. Una visión del siglo pasado.



5 de octubre 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9038309

Semblanza de Edmundo Gurza



Hace falta una buena historia política de La Laguna durante el siglo XX. Sobre todo, una historia que rompa con los lineales esquemas sexenales. Más que una cronológica, es necesario hacer una historiografía que explique cambios y permanencias, rupturas y periferias de la política lagunera. ¿Qué significó hacer política hace 30, 50 o 70 años? ¿Cuáles fueron las rupturas y sobre todo, las continuidades? ¿Qué partidos había y cuáles eran las reglas del juego? ¿Cómo explicar la sobrevivencia de las minorías políticas en un entorno autoritario?

Sé que en el PRI, Salvador Hernández Vélez ha impulsado una investigación para rescatar y escribir la historia del partido en Torreón. Hace algunos años, por cuestiones profesionales y académicas emprendí una historia política regional. Tomé como referencia al PAN, fundado en Torreón en agosto de 1939. De alguna manera, esa historia fue una lectura del poder desde la oposición. Sobra decir, “en tiempos de autoritarismo”. Pero muy diferente ahora, que el poder transformó hasta la crisis  e incluso el desprestigio, al otrora partido de oposición.

Comento todo esto, porque el pasado 30 de septiembre se cumplió el décimo aniversario luctuoso del Ing. Edmundo Gurza. Nació en Torreón en 1928 y su biografía política es relevante para comprender desde la mirada regional, la lenta historia de la transición política en México. Esa que permitió mudar sin violencia, de un sistema hegemónico a uno democrático. No es casual que su ingreso al PAN fuera en 1961. 


Gurza perteneció a una generación política intermedia en Acción Nacional. Los fundadores, como el Dr. Salvador de Lara y el Profesor Reyes Villa no accedieron nunca al poder. Luego vino la generación intermedia que los sucedió en el relevo: Edmundo Gurza, Juan Antonio García Villa (también con ingreso en 1961) y Jorge Zermeño (que ingresó en 1968). Desde luego no son los únicos, pero hablo de los más representativos. Finalmente, vino la generación que llegó al poder en la década de 1990.

Don Edmundo hizo política en una época en la que ser oposición fue heroico. No sólo por las carencias del partido, sino por la represión bajo el régimen autoritario. Había que tener valentía y entereza. A esa generación intermedia le llevó casi dos décadas llegar al poder. Aunque probablemente Gurza fue el ganador de aquellos reñidísimos comicios municipales para elegir alcalde de Torreón en 1978, donde el PRI se alzó, gracias a la mayoría absoluta en el Congreso, con ¡642 votos!


Hago una pausa. Difícil no hacerla, aunque inútil desde la historia: ¿Qué habría pasado si se hubiera reconocido el triunfo del PAN entonces? No lo sabemos en realidad, pero seguro se habría acelerado la competencia y la alternancia política 18 años antes de que el PAN ganara la alcaldía de Torreón en 1996.


Desde el presente hacer política y crítica parece fácil porque vivimos en un entorno democrático. La biografía política de don Edmundo echa luz sobre la difícil y paciente tarea del cambio político. En pocas palabras: el grano de arena que él contribuyó a la democracia mexicana.



2 de octubre 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9036410

lunes, 3 de octubre de 2011

Por siempre Moreira

Como si la deuda de Coahuila fuera cosa menor, la mayoría tricolor en el Congreso realizó más cambios para refinanciar la deuda. ¿Qué otra cosa podían hacer, si al final terminaron con su voto avalando en parte la falsificación de documentos? Lo de menos fue el zafarrancho que se armó por la protesta panista durante la sesión del miércoles. No perdamos de vista el fondo: ¿Dónde están los delincuentes que tejieron una red corrupción para falsificar documentos por montos millonarios? ¿Quiénes son los responsables de ese fraude?

Cada gobernador tiene sus casos y la historia suena conocida porque huele a impunidad. Ahí está el silencio de Humberto Moreira, el exgobernador que preside al PRI como si nada pasara, como si él fuera ajeno a la deuda del estado que gobernó. Por más que se dijo que la obra fue para el desarrollo y el bienestar de Coahuila, las explicaciones puntuales no se han realizado. A cambio, las declaraciones pretenden suplir los números, los documentos y los registros formales de obra.


Así, la mayoría en el Congreso autorizó comprometer hasta el 100 por ciento del Impuesto Sobre Nómina (ISN), a fin de ofrecer algo de confianza a los bancos. Ahora Rubén, no sólo es rehén de la herencia fraternal, sino de los bancos, quienes tienen la sartén por el mango. Por lo mismo, los bancos son uno de los ganadores de esta historia que se cuenta por miles de millones. ¿Quién más ganó en ese pequeño círculo del poder estatal?


En general, los ciudadanos somos los perdedores de una deuda irresponsable. Podremos despreciar la política, pero los costos de oportunidad ya comienzan a verse, y sin duda, la factura se traslada a los contribuyentes. Al paso que vamos, la deuda de Moreira terminará por costarnos en intereses anuales, tanto como la inversión que se haga en la maltrecha seguridad de Coahuila.


Será difícil olvidar a Humberto Moreira en las próximas décadas. No porque fue un gobernador extraordinario, el del “Coahui-york”, sino por la deuda que habremos de pagar los coahuilenses por veinte años. Por eso, y nada más, por siempre Moreira.



30 de septiembre 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9035522