sábado, 26 de junio de 2010

Reformas y más reformas

Alquimia electoral

Al igual que los objetos, las palabras también se desgastan, pierden su fuerza, su utilidad. En los últimos años se habla mucho por aquí y por allá de las llamadas “reformas” que necesita el país. Las reformas fundamentales para que esto, genere aquello. Al final no importan los certeros diagnósticos porque ni una ni otra se concreta, a pesar de la supuesta urgencia o al menos apremiante necesidad.
En Coahuila, no cabe duda, las cosas son distintas, y prueba ello es el productivo Congreso local en materia de reformas electorales. No salimos de una para entrar en otra.  Por eso los legisladores locales volvieron a discutir y aprobar una reforma electoral que habrá de aplicarse parcialmente en los subsiguientes comicios electorales. Ya algunos beneficios de la anterior reforma los conocimos en la práctica: tiempos de campañas más cortos, una publicidad en las calles más ordenada en las calles y reducción de legisladores. Pero también ll ahorro que esto suponía terminó diluyéndose con la inclusión de más consejeros electorales al Instituto Electoral del Estado (IEPCC), quienes recientemente intentaron un aumento del 34% a su sueldo.

La reforma que nuevamente acaba de aprobar el Congreso atiende varios puntos: la reestructuración y simplificación de algunos capítulos del Código electoral del estado; la integración congruente del marco estatal al Código Electoral Federal (Cofipe); ahora sí, la homologación de las elecciones; el fortalecimiento de la fiscalización de los recursos y reducción de los topes de campaña que ejercen los partidos, sobre todo, a raíz de las irregularidades encontradas en las elecciones de 2009 para los municipios de Juárez y Lamadrid.

Otros aspectos de la reforma procedieron parcialmente a pesar de que los legisladores priístas las habían anunciado como innovadoras y de vanguardia. Me refiero a las candidaturas independientes enviadas hasta el 2017, donde entonces sí, los coahuilenses podrían aspirar a un cargo de elección popular sin necesariamente recurrir a un partido. De todos los puntos de las reformas, quizá el más interesante para la competencia política, era ese. Pero finalmente no aplicará en la próxima elección para renovar la gubernatura, donde se había afirmado que Rubén Moreira preparaba alternativas en caso de no permitírsele la candidatura en el PRI nacional. No obstante, una vez resuelto ese dilema en la opinión pública, las candidaturas independientes serán para el futuro, pues sendas encuestas de Mitofsky y El Universal evaluaron un rechazo poco significativo al hecho de que al Gobernador Humberto Moreira le suceda su hermano

En otro sentido, no procedió el voto en el extranjero para los coahuilenses. Tampoco procedió la pretensión de eliminar al síndico de minoría o de oposición encargado de revisar los aspectos financieros del Ayuntamiento. Y si no, sólo imagine el lector la “vía libre” que tendría actualmente el Ayuntamiento de Torreón sin el trabajo serio y profesional de la síndico panista, Natalia Virgil. En cuanto al síndico de mayoría, se había anunciado que éste sería electo independientemente, pero al final, sólo que quedó en propuesta esta medida.

En todo esto, la “enésima” reforma fue rechazada por el PAN, PT, PRD, UDC y Convergencia, aunque a la hora de la votación, la diputada perredista, Yanet Babún cambió de parecer, dejando solamente 5 votos en contra emitidos por la fracción panista, y 25 restantes a favor del PRI.
A destiempo, el presidente del PAN Reyes Flores llamó a  un debate al presidente del PRI en el estado. Según los argumentos del panista, esta reforma consolida al partido en el poder y dificulta la competencia electoral, por eso exigió ¡más días de campaña!
Al mismo tiempo, al PAN se le ha olvidado que uno de los sentidos primordiales de un partido político es conservar el poder. Para el caso, si algo ha demostrado Acción Nacional en los últimos procesos locales y nacionales es su incapacidad para competir;  debo decir, para hacer política. Más interesados en la autofagia, al panismo coahuilense le pasaron de noche las reformas electorales que ahora desconoce.

Para cerrar bien la reforma, los generosos legisladores coahuilenses, bajaron de 3.5% a 2% el porcentaje de votos obtenidos para que los partidos pequeños alcancen una diputación plurinominal. Sin importar la utilidad de los llamados plurinominales.

Buen Gobierno


Se cerró el capítulo del Instituto Ciudadano para el Buen Gobierno. Ahorcado por la tesorería municipal, huérfano y poco conocido entre los ciudadanos, el Instituto quedará como una experiencia inconclusa y como un intento de buena voluntad para hacer contrapeso al gobierno, pero también para mejorarlo. Sin embargo, no me parece tan negativo su cierre. Dada la naturaleza de sus actividades, un instituto así tendría que tener autonomía presupuestaria para no depender del gobierno.

Quizá de esta crisis pueda gestionarse un movimiento ciudadano interesado en llamar a cuentas al gobierno local y en proponer alternativas para generar un buen gobierno (en el sentido de la Nueva Gestión Pública). En su momento Transparencia Internacional nació de una crisis de su fundador, Peter Eigen. Actualmente en México, un buen modelo gestión lo tenemos en la asociación civil Fundar. Por lo demás, el Instituto sí logró formar a un grupo de laguneros, entre ellas varias mujeres, que ahora tienen mejores herramientas para hacer ciudadanía y sobre todo, impulsar un buen gobierno.

El extraño caso de Calderón


Hablar bien de algo por sí solo no altera su condición.
De la misma manera que hablar bien de México no altera su realidad.  Si así fueran las cosas, la economía estaría creciendo y la pobreza sería irrelevante, o mejor aún, la Selección se llevaría la copa del mundo en Sudáfrica. Ahora que el presidente Felipe Calderón salió a explicarnos con claridad el asunto de la inseguridad, el crimen y la violencia, se propuso al mismo tiempo relanzar la imagen del país ante el mundo. Porque desde fuera la prensa internacional habla de secuestros, crímenes y otras fechorías en el país.

Esta semana, la declaratoria de Calderón en medios nacionales viene a decirnos que no se trata de la “guerra contra el narco”, sino de la “lucha por la seguridad pública”. De esa manera nos aclaró que el problema es más amplio y complejo que el discurso monotemático de la guerra; sólo que la precisión se da más allá de la mitad del sexenio, es decir, 22 mil muertos después y con una percepción negativa generalizada entre la población. ¿Cuál Calderón escuchar?  ¿El de los últimos tres años que nos dijo que había que luchar “para que la droga no llegue a tus hijos” o el que nos dice esta semana que “no es así”, porque la lucha no solamente es contra el narco?
Como si fuera “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde”, Calderón nos plantea otro discurso: no es sólo el narco, sino la seguridad. Por eso, argumentó el presidente,  “el Gobierno Federal le hizo frente al problema en aras de construir un México más seguro”. Sin embargo, ese México más seguro, en realidad se ha vuelto barbarie en algunas zonas del país, y donde no, los delincuentes operan con la certeza de la impunidad. Desde el robo de vehículos, bancos, comercios, tuberías y placas conmemorativas hasta el cable de líneas telefónicos. Por eso una y otras vez los estudios de opinión constatan que esta “guerra”, que a partir de ahora no se llama guerra, la van ganando los criminales.  ¿Qué sigue entonces?

Armar una gran campaña de publicidad para mejor la imagen del país. En su reciente visita a Baja California, Calderón declaró: "Estamos promoviendo en mi Gobierno un proyecto integral de publicidad, sí, pero principalmente de relaciones públicas, en el que estamos contratando a las mejores agencias del mundo para promover integralmente la imagen de México”. Seguramente a esto habrá que sumar un nuevo incremento en el gasto de publicidad, que tan sólo para este año de austeridad, según una investigación de Diego de la Mora, aumentó. De acuerdo con Mora, “los recursos destinados a Comunicación Social y Publicidad aumentaron en 145% en 2009 con respecto a lo que se había presupuestado (2,919 millones de pesos) y en 49% con respecto a lo gastado en 2008. El aumento respecto a los que se gastó en el último año de gobierno de Vicente Fox es del 501 por ciento”. 

Por imagen se puede hacer mucho, pero cuando ésta no corresponde a la realidad, viene el derrumbe. Así, en nuestro entorno inmediato, la Cámara de Comercio local, anunció que promueve ya la campaña nacional “Hablemos bien de México”, a fin de mejorar las percepciones. Pero dejar de hablar de nuestros problemas no resuelve la violencia, el robo o la exclusión social. La premisa es: hay que “hablar bien de México”, para no hablar más de inseguridad. Pero el silencio no cambia la realidad: robos, violencia, impunidad, muerte.

Y tiene razón el presidente al decir que no es una lucha de él, “sino de todos los mexicanos”. No obstante, cuando la población percibe que sus gobernantes (recalco el plural), no respetan ni hacen respetar la ley o incluso, son ellos mismos los promotores de la impunidad o la corrupción, no hay campaña de publicidad que sirva para generar credibilidad o confianza.

jueves, 17 de junio de 2010

Pinche poder



Frase de la semana para el zoon politikon:

"estoy ahorita en plenitud del pinche poder; tengo el gobierno en la mano"

sábado, 12 de junio de 2010

Licencia para matar





"El límite del poder es la incapacidad de devolver muertos a la vida"
Elias Canetti


El cine es mejor que la realidad. Pero el título de este texto no se refiere a una película de espías, sino a la violencia real ejercida con una licencia oficial. De Irak a franja de Gaza hemos conocido recientemente asaltos impunes donde mueren civiles. En ambos casos, videos estremecedores exhibieron la violencia innecesaria, injustificable.

En nuestro país la situación no difiere mucho de aquellos hechos infames. Dos episodios en la frontera con Estados Unidos nos recuerdan los excesos del poder, la facilidad con la que se puede disponer de una vida humana. En la garita de San Ysidro-Tijuana, en California, el inmigrante mexicano Anastasio Hernández Rojas, fue golpeado brutalmente por agentes de la Border Patrol que lo tenían detenido para su deportación a México.  Según la evidencia testimonial, tanto de mexicanos como estadounidenses, Anastasio no sólo estaba sometido, sino que además no representaba amenaza o peligro para los agentes estadounidenses, quienes con sevicia lo golpearon y lo electrocutaron hasta causarle la muerte. Si bien, la grabación de un video a través de un teléfono celular no muestra con claridad las imágenes, sí documentó el audio del aterrador suceso cuando los agentes apaleaban tranquilamente al mexicano.

Tres días después, el 31 de mayo, Anastasio murió en un hospital estadounidense a causa de la golpiza que duró alrededor de quince minutos. Como consecuencia sufrió muerte cerebral y un infarto. Según información de la delegación del Instituto Nacional de Migración, unos veinte agentes fronterizos participaron en la golpiza del mexicano. El terrible hecho, recuerda de cierta manera el caso del taxista afroamericano Rodney King, también apaleado por agentes de la policía en 1992. Por ese entonces, los policías fueron absueltos por un jurado y salieron libres, lo que a los ojos de muchas personas en Los Ángeles fue una clara injusticia tras el abuso de poder verificado en un video. Siguieron entonces los legendarios disturbios violentos que derivaron en incendios, robos, muertes, toques de queda y millones de dólares en pérdidas para la ciudad.  ¿No será que agravios como este pueden despertar el malestar social en ciudad de inmigrantes?

Nuevamente, otro mexicano fue asesinado. Sergio Adrián Hernández un adolescente de catorce años murió en la frontera mexicana de Juárez, justo en el límite con , Texas.  La situación fue grabada y muestra con claridad cómo los agentes fronterizos se apresuran a detener a varios individuos que rondaban la línea fronteriza, cuando uno de los agentes respondió desproporcionadamente disparando en la cabeza al adolescente, quien ya estaba del lado mexicano. Cínicamente los agentes dijeron que habían recibido pedradas “mortales”. Luego, el Sindicato de la patrulla fronteriza defendió a los agentes,  acusando de contrabandista “muy buscado” al muchacho mexicano, es decir, pretendieron justificar lo injustificable. Al respecto, un video registró el terrible acontecimiento donde el poder, impune hasta ahora, encontró su límite.

Las agresiones contra mexicanos en la frontera con Estados Unidos, han demostrado que más allá de las fronteras o la nacionalidad, el abuso de poder, el uso desmedido de la fuerza o incluso el crimen, puede ocultarse bajo la insignia oficial, el uniforme o la licencia gubernamental. Se trata, para decirlo con Baltasar Gracián, de una “razón de establo”.
Hannah Arendt, la gran filósofa alemana escribió en su clásico libro Sobre la violencia: “quienes tienen el poder y sienten que se desliza de sus manos, sean el gobierno o los gobernados, siempre han tenido dificultad en resistir la tentación de sustituirlo por la violencia”.

¿Habrá justicia? ¿Se castigará a los culpables? ¿Acaso Barack Obama también se asesorará para saber qué “traseros patear”? Porque al final lo que ronda tras la violencia, es la impunidad oficial. Pero la excepción escapa a la realidad, o al menos no coincide como en la memorable película de Tommy Lee Jones, Los tres entierros de Melquiades Estrada. Ahí sí, la justicia entre los agentes fronterizos lleva a reconocer el irreparable daño: la muerte

sábado, 5 de junio de 2010

El sueño de Fco. Villanueva

Palacio inconcluso
Un largo sueño inconcluso, un proyecto nunca realizado, una idea de espacio público quedaron enterrados hace 112 años en Torreón. Era el sueño de Francisco Villanueva, quien fue alcalde de la entonces villa entre los años de 1895 y 1898. Villanueva había proyectado construir un gran palacio municipal para albergar ahí al Ayuntamiento. Los bocetos del proyecto reflejaban la inspiración de una población que estaba por convertirse en el centro económico de la región. Se trataba de un palacio a imagen y semejanza de los europeos, con una longitud de poco más de 80 metros, donde estarían las principales instancias del poder público: la presidencia, el cabildo, la comandancia de policía, la secretaría del ayuntamiento, el registro civil, los juzgados y la recaudación de rentas.
Por esos años, la población de Torreón rebasaba ya los 9 mil habitantes y en poco tiempo se transformó en una de las principales ciudades porfirianas del país.
Torreón era ejemplo de cómo el “progreso” había desarrollado una población en pocos años. Ese “progreso” era la industria, los ferrocarriles, el comercio, los incentivos fiscales, la tecnificación de las aguas de los ríos Nazas y Aguanaval, el cultivo del algodón, entre otros. 

Al final, el proyecto del gran palacio municipal no pudo concretarse por desacuerdos en las fuentes de financiamiento público, aunado al modesto presupuesto municipal. De esa manera la presidencia ocupó en sus inicios durante febrero de 1893, un modesto local frente a la estación de Ferrocarril por el rumbo de la Alianza. Posteriormente se construyeron tres nuevos inmuebles, más acordes al arca municipal: la presidencia, la gendarmería y la cárcel municipal.     
Para 1907, la población estaba creciendo rápidamente y pronto fueron rebasadas las capacidades de los inmuebles de gobierno. Se había reservado un terreno frente a la Plaza “2 de abril”, ahora llamada Plaza de Armas, a fin de construir la nueva presidencia municipal, pero en su lugar se construyó el Casino de La Laguna.

Al final el gobierno local compró por 25 mil pesos la manzana de la avenida Matamoros entre Galeana y Corona, donde actualmente se ubica el edificio público que pronto será demolido. Mientras tanto, la presidencia tuvo una época itinerante, inclusive, en circunstancias bastante difíciles como las que se vivieron durante la Revolución. De esa manera, el gobierno municipal pasó a un edificio en la avenida Juárez. Actualmente ese edificio histórico sigue en pie y forma parte de una institución educativa. 

Entre 1917 y 1923 se construyó el nuevo palacio municipal en la manzana ubicada entre Matamoros y Morelos. Nuevamente, sobre  la base de ese antiguo inmueble, se edificó un segundo piso en 1943. Ese edificio estuvo en funciones desde el fugaz periodo de Nazario Ortiz Garza como alcalde, hasta la presidencia de Homero del Bosque en 1980. Al frente estuvieron 31 presidentes municipales.
En 1980 el gobierno estatal, todavía al mando de Oscar Flores Tapia, inició la construcción de nuevas presidencias para los municipios de Torreón, Parras, Matamoros, Nueva Rosita, Ciudad Acuña, Villa Unión, Ocampo y Ramos Arizpe.

El nuevo edificio con fachada de mármol fue inaugurado el 15 de septiembre, día del aniversario de Torreón como ciudad. Ahí gobernaron 13 presidentes municipales hasta el actual alcalde Eduardo Olmos Castro. En ese edificio se dio también por primera vez, la alternancia con la presidencia de Jorge Zermeño en 1997.  

Actualmente el gobierno estatal a cargo del gobernador Humberto Moreira, ha proyectado una magna obra en el Centro Histórico: la Gran Plaza y la nueva presidencia municipal. Se trata de un proyecto ambicioso que sin lugar a dudas cambiará la imagen urbana de Torreón, sobre todo, en la zona del Centro, tan descuidada y en abierto abandono. En lo personal me agrada  la obra, e incluso la dimensión de la misma, que altera de manera radical el antiguo plano de Wulff de 1887.

A la luz de las problemáticas que enfrenta la ciudad, en especial la más visible en lo que se refiere a la inseguridad, una obra de esta naturaleza puede propiciar cambios positivos en el entorno. En lo particular si la obra va acompañada de una estrategia que integre espacios públicos como el Museo Arocena, el Teatro Nazas, la Plaza de Armas y por qué no, el poniente de la ciudad. Es bien sabido entre los urbanistas que el espacio dispone, condiciona; en este sentido, la dignificación del Centro es un paso para contribuir a construir un Torreón incluyente.