domingo, 22 de julio de 2012

Miseria de la oposición

Entramos a nuevo ciclo con el cambio de poder en la presidencia. Aunque el Congreso no será novedad porque ningún partido logró reunir mayoría calificada; mucho menos mayoría absoluta para hacer cambios constitucionales. Si sumamos las diputaciones del PRI, más las que alcanzó el Partido Verde Ecologista y Nueva Alianza, aún así, no alcanzan el cincuenta más uno. Será necesario que el PRI recurra a una coalición más amplia. Es difícil que lo haga con el PRD, donde el ex candidato Andrés Manuel López Obrador parece que tomará nuevamente las calles. De ser así estaría repitiendo la radicalización inútil de un partido que logró 15 millones de votos. Otra vez puede perder la oportunidad de ser una formidable oposición e incluso reformista. Bajo ese escenario el PAN sería más factible para el cogobierno con Peña Nieto y el PRI.

Sin embargo, a falta de brújula, el presidente del PAN anunció que será hasta agosto cuando se decida el papel que tomarán los panistas en la toma de protesta de Peña Nieto. A decir de Madero “nosotros no pagaremos al PRI con la misma moneda de la obstrucción legislativa que ellos usaron, porque el pueblo de México sería el mayor perdedor”.

Pero justamente en eso radica la miseria de la oposición. La parálisis antes de que el otro avance. La obstrucción antes que ver triunfar al partido en el poder. Uno gana mientras otro pierde. Es un lugar común de la retórica política decir que el bien mayor es México, los ciudadanos, la sociedad y todo aquello que sea lo más amplio posible. Al final ni unos ni otros, porque si bien hubo acuerdo y reformas legislativas, por lo general reinan las legislaturas estériles. Así, al pasar cada elección y a petición de los partidos perdedores, se convoca a una nueva reforma electoral. Quién sabe qué maraña resultará en los próximos meses después de tanta acusación.

Por lo pronto, si el PAN quiere recuperar credibilidad y confianza con el electorado, tendrá que demostrar que no será una miserable oposición, tanto como la que bloqueó la reforma energética en el sexenio de Ernesto Zedillo. En contraparte el PRI hizo lo mismo que el PAN cuando Fox fue presidente. Y qué decir de los años con Calderón. Por eso habrá que tomar con reserva las palabras de Madero, a quien no se le da mucho la política, pero sí el apellido. Si el PAN logra superar el retroceso oposicionista podría estar recuperando espacios perdidos en los próximos años. Acaso el PAN tendría que recordar una legislatura más cercana a la que emanó de la elección en 1988. Cuando un grupo de inteligentes y comprometidos legisladores panistas lograron en coalición una serie de reformas político electorales sin precedentes para ese momento. Hoy el PAN deberá elegir entre perpetuar un papel estéril como simple y llano crítico, o el de un partido comprometido con el futuro.


20 de julio 2012
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Discapacidad cívica

Una tarde, platicando con amigo afuera de una conocida plaza comercial, llegó un automóvil y ocupó el lugar reservado para discapacitados. El estacionamiento estaba lleno y los únicos lugares libres eran dos espacios para discapacitados. La respuesta lógica del conductor fue ocupar ese espacio, no obstante que no venía ahí ninguna persona que lo necesitara. Desde luego, quien se bajó era un hombre sano, pero claramente discapacitado de valores cívicos. Ante mi indignación, mi amigo de quien omito su nombre y que sólo diré que vende bebida de cebada en el bulevar Independencia, justificó el suceso por el modelo de coche del individuo.

¡Vaya cosa! No sabía quién me había indignado más. Si el discapacitado cívico, o el que justifica imbécilmente por el nivel económico. Como si el dinero nos hiciera mejores ciudadanos. Ahora comprendo mejor la indignación de Mario Vargas Llosa en su último libro, donde habla sobre la frivolidad de la civilización del espectáculo.

Desde esa óptica, cuando algo falla en la ciudad, la culpa siempre será del otro, pero nunca de uno. En consecuencia, lo más fácil es culpar a los otros: el gobierno es el blanco favorito. Al mismo tiempo es un lugar común. Tan común, que en esa “normalidad” ocultamos nuestra responsabilidad. En otras palabras, el gobierno proviene de la sociedad y la refleja. Sólo que ese reflejo no nos gusta y por eso lo vituperamos hasta el cansancio.

Hace un par de años, en el 2010, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, realizó un extenso estudio nacional sobre la discriminación y las prácticas de convivencia. En Torreón se aplicó una muestra representativa de 1064 cuestionarios. Explorando los resultados, encontré que el 25 por ciento de lo torreonenses les parece bien ocupar indebidamente los lugares reservados para los discapacitados. Esto significa que 1 de cada 4 ciudadanos se estaciona en esos lugares aunque no los necesite. De manera empírica, observen cuando vayan la próxima vez al supermercado, cómo es una práctica bien aceptada. Desde esa cultura, el desprecio por el lugar común, es el desprecio por los demás.

Esa simple conducta revela en mucho lo que somos como sociedad y sobre todo, lo que no estamos dispuestos a hacer. Por lo mismo, el dato expresa una clara discapacidad cívica. Es lo que Robert Putnam llama un déficit de capital social.

Ante la crisis de seguridad, en los últimos años se ha vuelto casi obligado decir que se necesita reconstruir el tejido social. Lo dicen a diario los políticos a falta de ideas y responsabilidad. Lo dicen los periodistas cuando descubren una solución a la degradación social. Incluso, se habla de la “reconstrucción del tejido social” como si fuera La Receta a nuestros males sociales. Vamos, hasta se escucha sofisticado en una conversación pronunciar esas dos palabras.

Pero mejor dejemos los conceptos a quienes estudian el tema y veamos el entorno inmediato. Porque antes de sorprendernos con la inseguridad en nuestra ciudad, habría que observar cómo nos comportamos, cómo convivimos y sobre todo, qué hacemos nosotros. No lo perdamos de vista. El problema no viene de fuera, sino de nosotros mismos.

Cuando una sociedad pierde el sentido de su espacio público, cualquier cosa es posible contra sí misma. Hay mucho que podemos hacer en la vida diaria por nuestro entorno inmediato. En ese sentido, la cultura cívica no es un accesorio, es ante todo una práctica que requiere de personas dispuestas a ejercerlas. Sin ánimo de propaganda, pero necesitamos más civilidad y menos discapacidad.

22 de julio 2012
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domingo, 15 de julio de 2012

La bola de cristal



Como nunca las encuestas jugaron un papel decisivo en la elección presidencial. Incluso, por primera vez un medio de comunicación estrenó un tracking diario para conocer las tendencias. Pero también como nunca las encuestas nacionales dejaron un mal sabor de boca. No sólo por el manejo propagandístico, sino por la distancia abismal con respecto al resultado de las elecciones. Desde el punto de vista técnico fueron un fracaso. Desde el punto de vista político fueron un éxito como propaganda. Al final, en vez de dar prestigio a los encuestadores, sólo generaron recelo entre los ciudadanos, y con justa razón, desconfianza.

Si bien hubo estudios que se salvaron por manejar rangos de registro razonables como Demotecnia de María de las Heras, Ipsos-Bimsa, Votia y Berumen. Otras fueron notablemente desproporcionadas: Gea-ISA (Milenio), Mito-fsky (Radio Fórmula), Parametría (OEM), Buen Día y Laredo (El Universal), Reforma, BGC (Excélsior) y Arcop.

Pero vayamos por partes. Las encuestas no son la bola de cristal que nos permiten adelantar el futuro. Sí son instrumentos de medición para conocer la opinión pública. Su método está basado en el error, el azar, la probabilidad, la estadística y los modelos matemáticos. No es poca cosa. Miden tendencias, relaciones y opiniones en contextos dinámicos. Cuando aciertan muchos las aplauden.

Cuando fallan, son objeto de crítica. Lo cierto es que no hay político profesional que se de el lujo de prescindir de las encuestas. Pero de eso a pensar que las encuestas ganan campañas, es tanto como confundir los medios con los fines. Por lo mismo, es inaceptable el manejo propagandístico. Aún así, no falta quien se preste. El pobre de Roy Campos, que por lo general entrega estudios serios, de plano falló. Ya no sabía cómo explicar las diferencias.

Al igual que Francisco Abundis de Parametría, se consolaron con afirmar que las encuestas de salida sí fueron certeras. Y en efecto, fueron precisas, salvo GEA que nuevamente volvió a fallar. Uno de los pocos que sí reconoció las fallas, fue Ciro Gómez Leyva: “No hay justificación que valga”. Con autocrítica asumió la responsabilidad y ofreció disculpas.

No es la primera que suceden diferencias abismales, ni tampoco será la primera vez en que los encuestadores se presten a manipular números. Lo he constatado personalmente en diversas ocasiones. Hace un par de años documenté cómo un conocido periódico local inventó encuestas y pensó ingenuamente que podía influir en los votantes.

En las pasadas elecciones no se evitó la misma tentación. A varios candidatos del PRI para diputados y senadores en Coahuila se les vendió la idea de que iban ganado hasta por ¡14 puntos! Incluso publicaron las encuestas de Mito-fsky en tono triunfalista.

Muy tarde se dieron cuenta de que fueron engañados por su mismo partido. Ahí se rompió un regla básica de las campañas: ante todo el candidato debe de recibir información útil, veraz y confiable. En una contienda electoral es mejor la verdad, que una mentira tranquilizadora.

Vale entonces subrayar el papel del encuestador: proveer de información verificable, útil y confiable. La propaganda debe hacerse desde otro lugar, pero no en las encuestas. El costo, como lo vivimos en la pasada elección, es alto. ¡Pero sin duda que hay sinvergüenzas!


15 de julio 2012
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viernes, 13 de julio de 2012

Conflicto poselectoral o "La cumplidora"

En política pesa más la percepción, que la realidad. Más todavía: la percepción construye realidad. Ya lo decía Regis Debray, lo importante no es lo verdadero, sino lo que se tiene por verdadero. Por eso, la polémica poselectoral ya fija posiciones, crea realidades y lleva agua a su molino. Primero se quiso empujar el mito de una elección fraudelenta. Cuando la distancia de votos entre Enrique Peña Nieto y AMLO se oficializó (6.7 puntos) por más de tres millones de votos, entonces los perdedores de la elección, PRD y PAN cambiaron el argumento del fraude por la inequidad en el proceso. 


Ahora se insiste en la compra de votos, las alianzas con los medios de comunicación y las casas encuestadoras. En medio del escándalo se dice que la elección fue comprada. Es cierto que los partidos usan regalos, dinero y hasta promesas con tal de ganar votos, pero ¿se puede comprar a 10, 15 o 18 millones de ciudadanos? Por encima, el argumento parece convincente, pero no se puede comprar esa cantidad de ciudadanos. Si fuera tan sencillo, ganaría el partido con la cartera más abultada. Sin embargo ya sabemos que el dinero no es el único factor que cuenta. Y si no habría que preguntarle a Roberto Madrazo.

En las últimas semanas se ha relacionado a la empresa Soriana con la supuesta compra de votos por parte del PRI a través de las tarjetas de la empresa. El PRD y el PAN han acusado, y en la prensa ya nadie habla de Waltmart por el escándalo de los sobornos. Pero en sentido estricto la empresa es una empresa y como tal vende productos. Su problema no fue vender, sino perder la batalla de las percepciones, misma que se traduce pérdidas en la bolsa de valores. 


A quienes se regodean señalando a una de las grandes empresas mexicanas, habría que preguntarles si ¿entonces tendría que limitarse la venta a personas puras y absolutamente ajenas a los partidos? ¿Habría que distinguir a los compradores por su signo partidista? En ese caso, tendríamos que decir, a este no le vendo porque es panista… a este otro tampoco porque es priista. ¡Es el absurdo! Hay compras de los gobiernos estatales a la empresa, pero entonces ¿se tendrían que legislar hasta el absurdo para limitar las compras de los gobiernos? ¿Una tienda si puede vender y otra no? 


No perdamos de vista que las empresas venden sus productos y en sentido estricto, lo que los compradores hagan con el uso de esos productos ya no depende de la empresa. Antes de apresurarnos a quemar al mensajero, habría que cuestionar directamente a la fuente. En este caso el PRI, ¿pero es diferente con el PAN o el PRD?




La llamada compra de votos no apareció con esta elección presidencial. En las más recientes elecciones estatales los partidos han competido por los electores a través de tarjetas que prometen dinero y otros beneficios. La utilizó el PAN en Michoacán y de todas formas perdió. La utilizó el PRI en el Estado de México y mantuvo su bastión. El PRD inauguró hace años un exitoso programa para apoyar a los adultos mayores en el Distrito Federal. A cambio, el gobierno federal panista desarrolló un programa similar a nivel nacional; aún así, los beneficiarios votaron a su gusto. 
¡Qué no vengan a decir ahora que la elección se ganó a billetazos! 


Si realmente quisieran mejorar las condiciones de la competencia electoral, los partidos tendrían que derogar la república del spot y migrar a modelos electorales como el francés. Igualmente, reducir sustancialmente los subsidios a los partidos y las campañas. Bajo el sistema electoral que tenemos sobreviven partidos basura como el Verde Ecologista o Nueva Alianza, mismos que recibirán como mínimo un millón de pesos diarios por su participación en la elección. ¿En verdad queremos culpar a una empresa?


13 de julio 2012
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El discurso de la derrota

Bien dicen que la victoria tiene mil padres, pero la derrota es huérfana. Por lo mismo, me parece más revelador del carácter político, el discurso sobre la derrota, que el festejo de la victoria. La victoria llama al entusiasmo, pero la derrota revela la hechura de los hombres públicos. Pienso que a los actores políticos los podemos conocer mejor por la derrota, que por la victoria. Para el caso retomo algunas declaraciones después de las elecciones del primero de julio.

El gran perdedor del proceso fue el PAN. Entrevistado por Ciro Gómez Leyva, el presidente Felipe Calderón no reconoció la derrota inmediatamente, pero luego argumentó una explicación “multifactorial” a fin de disminuir el efecto. Para el panista “la responsabilidad es compartida”, pero “probablemente mucha gente no cumplió sus expectativas que tenía puestas en el gobierno y votó por otras opciones (4 de julio).

Luego reconoció, pues ya no le quedaba de otra, que “no es el mejor PAN”. “Al PAN hay que refundarlo desde los cimientos hasta la cúpula, piedra por piedra, y eso implica una labor titánica” (4 de julio). Difícil tarea tiene el PAN después de beber del poder.

Sobre las elecciones y la compra de votos con tarjetas, habló no como jefe de un gobierno, sino como líder de la oposición: “La esencia de la democracia no es sólo contar los votos, sino que las campañas se desarrollen en condiciones iguales (...) pero esta compraventa de voluntades políticas, siendo 10, 100 o siendo mil, es simplemente inaceptable... ¡hombre!, simplemente inaceptable” (10 de julio).

¿Qué más podía decir el coordinador de la campaña de Josefina después del tercer lugar? Ante la falta de crítica, sólo se le ocurrió declarar sobre el triunfo del PRI: “Digamos que no ganó a la buena”. Roberto Gil Zuarth (7 de julio).

Ante el fracaso de su partido y una campaña que no levantó, el presidente del PAN Gustavo Madero no encontró mejor culpable que los medios: “Tenemos que preguntarnos qué rol juegan los medios de comunicación, qué agendas traen los medios, las televisoras, los periódicos; porque ya son actores políticos”. (3 de julio)

Para evadir su responsabilidad como político que dirige un partido, Madero afirmó: “Yo siempre he creído que el PRI gana a billetazos y con engaños” (7 de julio).

Si cambiamos de partido, el discurso de la derrota es fructífero por lo que no quiere asumir. Por eso, ante el voto de castigo al PRI en Coahuila, el gobernador Rubén Moreira contestó: “En Coahuila ganó Peña, ¿a quién castigaron?” (8 de julio).

Pero la retórica no sustituye la realidad, aún así, Moreira II negó que se castigara a su partido en el estado que gobierna. Ante lo evidente, mejor evitó la respuesta: “Las reflexiones del partido, pues corresponden al partido” (6 de julio).


Regreso a la propuesta: a los políticos los conocemos mejor por cómo asumen la derrota. De AMLO, ya sabemos que es un mal perdedor.


11 de julio 2012
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viernes, 6 de julio de 2012

Dignidad



Por estos días en Coahuila resuena con fuerza una palabra: dignidad. De acuerdo con la etimología, dignidad proviene del latín dignitas, bajo el significado de merecedor. A su vez,  dignus es la raíz indoeuropea que refiere aceptación. Guido Gómez de Silva, en su provechoso diccionario etimológico explica digno como merecedor, “que tiene derecho a premio o castigo”.

Desde la abrupta revelación de la deuda contraída por el gobierno de Coahuila, los coahuileses padecimos un agravio tras otro de las autoridades estatales. Primero ocultaron el problema, luego lo minimizaron como quien tapa el sol con un dedo.  Finalmente nos enteramos de cómo una parte de la millonaria deuda fue contratada con documentos falsos, firmas apócrifas y periódicos oficiales ficticios. Literalmente: moreiralandia. Hasta la fecha los responsables directos están impunes. Poco a poco el malestar se volvió generalizado, a pie de tierra. Por todos lados se habló de la deuda y en el mejor de los casos hasta fama nacional adquirimos como un estado irresponsable. Corrupto para acabar mal.

En el cenit del escándalo, la Auditoría Superior del Estado litigó contra el órgano garante de la transparencia, se ocultaron los contratos y cuando se publicaron algunos, rápidamente los bajaron de la red. Como si fuera cualquier cosa, el visionario Secretario de Gobierno Miguel Ángel Riquelme nos propuso “dar vuelta  la página”. Al final los corifeos del PRI en Coahuila repitieron una y otra vez, sin mostrar evidencia contundente, que la deuda está invertida. Aunque a los ojos de los coahuilenses, ahí están las obras abandonadas y sin terminar. Después el gobernador Moreira II afirmó: “nos dejaron las bases para seguir creciendo”.  

En vez de transparentar y llamar a cuentas, se recurrió a la arrogancia.  Pero la arrogancia genera repudio y lleva a perder el poder. Mejor se dedicaron a adoctricar a los militantes para defender lo indefendible. Ganó en el PRI coahuilense la complicidad. Un egregio priista al que tengo en buena estima me decía: ando todo contrariado. Por su parte, la candidata del distrito VI fue orillada a “defender” la deuda. Por todos lados el PRI insultó la inteligencia. Con soberbia, creían en el carro completo.

Hay quienes desprecian la política y renuncian de antemano al voto. Pero ese sencillo instrumento de la democracia, nos permite castigar o apremiar a nuestros gobernantes. El domingo pasado los coahuilenses castigaron la deuda y castigaron “el estilo de Moreira”. El PAN ganó tres diputaciones, las senadurías de mayoría y casi gana el distrito 1 en Piedras Negras.  En vez de reconocer con autocrítica, en el PRI argumentaron un “error técnico”;
les regalamos la elección”.  Aún así, el error no explica un déficit de 300 mil votos. Otra vez la soberbia. 

Pero independientemente del partido que triunfe, lo relevante es que la sociedad pueda imponer límites, frenar abusos y castigar a sus gobernantes, si no con la justicia, sí con el voto. Una simple boleta nos dio la posibilidad el domingo de castigar los abusos del partido en el poder. El No a los candidatos del PRI ratificó la dignidad de los coahuilenses ante el fraude la deuda. Hay un segmento importante en la sociedad que está dispuesta a rectificar el cheque en blanco que se dio al PRI años atrás. Esa dignidad es la que ahora equilibra las fuerzas en el estado.


6 de julio 2012
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miércoles, 4 de julio de 2012

Foto en los Pinos

Fuente: Paco Calderón en Reforma, 4 de julio 2012. 

La segunda alternancia

Además del triunfo de Peña Nieto y el regreso del PRI después de doce años de panismo, lo más destacado de las elecciones nacionales, fue sin duda la normalidad democrática que se ratificó una vez más el domingo. Después de la mitología del fraude y los malos deseos, la elección del domingo demostró la capacidad institucional detrás de los comicios, pero en especial, la confianza de miles de mexicanos que durante la jornada fueron funcionarios de casillas. Sin tanto voluntario en todos los rincones del país, las elecciones no podrían realizarse.

Para quienes piensan que el regreso del PRI es el regreso del autoritarismo, la noticia más relevante es que el Congreso, el mayor actor de la alternancia en México desde 1997, estará conformado nuevamente por un gobierno dividido. El presupuesto, las posibles reformas e incluso las auditorías pasarán por ahí. Pero hoy más que nunca, los contrapesos estarán a prueba. La jornada electoral dejó en claro que emerge un votante exigente e informado. Algo ya lo apunta el movimiento #YoSoy132. Igualmente otras organizaciones han tejido fino para vigilar al gobierno.

Otro punto relevante de la elección fue el tercer lugar del PAN. Mejor lección del electorado mexicano no pudo tener el partido que durante dos sexenios fracasó para avanzar con una agenda reformadora. Por el contrario, sea acomodó bien a los usos y abusos del poder. Hoy paga las consecuencias.

De cara al futuro, Peña Nieto y el PRI enfrentan retos importantes. El primero sin duda tiene que ver con la inseguridad y la violencia. Tanto criticaron al partido en el poder, que ahora tienen una dura prueba en las entidades más violentas: Sinaloa, Chihuahua, Durango, Guerrero, Coahuila, Nuevo León, Veracruz… Al mismo tiempo, heredan una estabilidad financiera notable, esperemos que no se agote como en los viejos tiempos del partidazo, sino que se fortalezca y la hagan crecer. Porque lo logrado hasta ahora, bien puede perderse en dos o tres años de fiesta. Hago votos porque no sea así y para que los actores políticos vigilen, limiten, estén alertas.

Casi al igual que Fox en el 2000 (6.4), Peña ganó con 6.5 puntos de diferencia. No los diez que cantaron algunas encuestas. Peña tiene un gran bono de legitimidad, que sin embargo, de no ser eficaz en los próximos dos años, se evaporará rápidamente.

Pero ahora que el PRI regresa a los Pinos, ¿de qué manera se transformará la relación de poder con los gobernadores del mismo partido? ¿Les darán todo, incluso impunidad como en los gobiernos del PAN? ¿Les permitirán la autonomía que hasta ahora han ejercido en “la plenitud del pinche poder”? ¿Habrá miles de millones para las arcas estatales sin rendir cuentas como en los años del panismo? ¿Tendrán las manos libres para hacer y deshacer?

Hoy más que nunca en la segunda alternancia, las agendas de transparencia y rendición de cuentas se vuelven fundamentales. Una versión 2.0 pueda acrecentar el empoderamiento del ciudadano. Ahí el PRD y el PAN tendrán la balanza en el Congreso para catalizar lo cambios que no fueron en estos años. Uno de ellos despartidizar la política o ciudadanizar más la agenda de gobierno. Otra vez los pendientes: candidaturas independientes, reelección, revocación de mandato, rendición de cuentas, transparencia, transparencia y transparencia. La palabra también es de los ciudadanos.


4 de julio 2012
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martes, 3 de julio de 2012

Drogas, el informe del fracaso

Leo y vuelvo a leer con atención el largo y puntual Informe Mundial sobre las Drogas 2012, que acaba de publicar la Oficina contra la droga y el delito de las Naciones Unidas (UNODC). Lejos de la visión moralista o peor aún, la policiaca, el Informe nos deja muy en claro la cotidianeidad del consumo y la producción de la drogas en el mundo. En realidad, no obstante la persecución, la dupla cosumo-producción está bien integrada al mercado mundial, funciona con regularidad y además es estable. Esa es la principal conclusión del estudio: la estabilidad del mercado. 


Porque más allá de la criminalización e incluso, a pesar de la lucha de los estados contra las drogas, el consumo mundial está tan extendido, que al menos, unas 230 millones de personas consumieron alguna droga durante el 2010. Nada hay en esa megatendencia que nos indique menos millones de consumidores en 2011, ni para el cierre del 2012. Tampoco se espera, a juzgar por la hambrienta demanda, una caída relevante de la oferta. 


Cito el Informe: “El volumen de consumo mundial de drogas ilícitas se mantuvo estable durante cinco años hasta finales de 2010 entre el 3,4% y el 6,6% de la población adulta”.
Para quienes admiran Colombia, no habría que omitir que “la producción y consumo de la cocaína se mantiene estable en los últimos años” (UNODC, 2012). Quién diría que el fracaso de la política antidroga en Colombia terminaría por estabilizar su mercado: “En general, los precios en dólares se mantuvieron estables entre 2007 y 2010 e incluso bajaron en algunos países”. Ahí donde Estados Unidos lucha contra las drogas, el mercado tiende a consolidarse. Por ejemplo, tras la vergonzosa invasión norteamericana a Afganistán, ese país se ha vuelto el rey del opio mundial. El problema para esos países, incluido México, es la terrible cuota de violencia y muertos, mientras el mercado mundial satisface su demanda.

Cito de nuevo la conclusión del Informe que nos anuncia el fracaso: “Los datos disponibles más recientes indican que la situación mundial del consumo, la producción y las consecuencias sanitarias de las drogas ilícitas no ha cambiado sustancialmente”.

Cada año en nuestro país los accidentes automovilísticos (entre 17 y 24 mil) cobran más vidas que la defensa violenta del mercado de las drogas y sus consumidores. A nivel mundial, el tabaco también acaba con más vidas que las drogas “ilegales”. Hasta cuatro millones según la OMS. Lo mismo se puede decir del consumo de alcohol, que se lleva la vida de unos 2.5 millones a nivel mundial cada año. En México más de 50 mil cada año.

Alcohol y tabaco son una variante de drogas ampliamente aceptadas y legalizadas. De facto, el mercado mundial de las drogas “ilícitas” funciona independientemente de las restricciones punitivas. Pero todavía son minorías los gobiernos que amparan el consumo de las drogas e incluso asisten a sus ciudadanos. Quizá el mejor ejemplo de liberalización sea Portugal. Mientras tanto, en nuestro país seguimos empeñados en el combate, la violencia y los muertos. Es una pena que los candidatos llevaran una intensa campaña casi al margen de este problema. ¿Aguantaremos otros seis años con una demencial violencia?


29 de junio 2012
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Don Quijote, periodistas y comunicadores

Fui a la presentación del nuevo libro que nos entregó el maestro Saúl Rosales: Don Quijote, periodistas y comunicadores (Amanuense editorial, 2012, 161 páginas). Como en otras ocasiones, el autor nos comparte una lectura imprescindible en la formación de cualquier escritor, y para acabar pronto, en la formación de todo buen lector. A riesgo de equivocarme, en Torreón hay dos grandes apasionados y eruditos en la obra de Cervantes. Uno, por supuesto, es el escritor Saúl Rosales, quien en 2010 ya había publicado Un año con el Quijote. Otro, el político panista Juan Antonio García Villa, quien además cuenta con una edición invaluable y extraordinaria de Don Quijote. Ambos han dedicado durante años, lectura, pasión y escritura sobre la obra de Cervantes. De ambos cervantistas agradezco su generosa amistad y el apreciable arte de la conversación.

Desde el título de su libro, Rosales Carrillo entusiasma con la mejor experiencia de quien por tantos años ejerciera el periodismo. Por lo mismo, su visión del Quijote para periodistas y comunicadores resalta el idealismo humanista en la obra de cervantina. Ese humanismo es el que inspira a Saúl para guiar a los “menesterosos” que ejercen diariamente el ingrato oficio de periodistas y comunicadores en los medios. Por el efecto social de su trabajo, nos dice el autor, a ninguno le calza tan bien el traje de Don Quijote como a los periodistas. La insistencia del autor en el idealismo, me hizo recordar la prosa poética de León Felipe, cuando distingue la verdad entre el poeta y el filósofo:

“Para encontrar la verdad hay que reventar el cerebro, hay que hacerlo explotar. La verdad está más allá de la caja de música y del gran fichero filosófico. Cuando sentimos que se rompe el cerebro y se quiebra en grito el salmo en la garganta, comenzamos a comprender. Un día averiguamos que en nuestra casa no hay ventanas. Entonces abrimos un gran boquete en la pared y nos escapamos a buscar la luz desnudos, locos y mudos, sin discurso y sin canción”.

Con toda su vena de periodista, Rosales Carillo hace una lectura del Quijote aplicable al periodismo. Pero hay que advertir que no se refiere a cualquier periodista, sino el empeñado, como un extraño, en los ideales. Porque “Don Quijote es también el Caballero del Bien. A Don Quijote no le gustan la desigualdad ni el abuso de los poderosos”. Con un ferviente idealismo el autor nos dice: “Hemos querido resaltar este fermento de su conducta porque nos parece esencialmente un valor deseable en este mundo que se va erigiendo cada vez más en un contrastante espacio de la prepotencia y la arbitrariedad”.

No pienso en el idealismo para la práctica del periodismo, menos aún, en los tiempos donde la violencia se impone en las calles. Pero sin duda, todavía hay algo en el oficio del periodismo que llama a la crítica inteligente y a la inconformidad con estado de cosas.

Para Sául Rosales, maestro de destacados escritores, “el periodista es, por la práctica de su oficio, un idealista empeñado en componer el mundo, en corregir sus injusticias, en enderezar tuertos”. Tuerto o no, la lectura de este libro me ha llevado nuevamente a releer Don Quijote.


1 de julio 2012
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Estampas de las elecciones

Marzo de 2006. GEA ISA ubica por primera vez al candadito del PAN, Felipe Calderón, ligeramente arriba en las encuestas de Andrés Manuel López Obrador. El perredista que llevaba una ventaja espectacular, alcanzó sus niveles reales. El resto de la historia ya la conocemos. Aquella medición se conoció como la “encuesta hereje”.
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En el 2000 Vicente Fox ganó la elección al PRI con 6.4 puntos de diferencia. Seis años después Calderón ganó por medio pelo a López Obrador: 0.56%. ¿Estaremos más cerca del 2000 o del 2006?
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Las encuestas o la bola de cristal. La penicilina o la fe.
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Ya fracasamos con el PRI. Ya fracasamos con el PAN. ¿Lo haremos con el PRD?
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Los jóvenes son lo mejor de esta elección. Nos dicen a gritos: hay que lograr lo imposible.
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La campaña todavía no termina. Primero se destapa el caso de Tomás Yarrington, otrora gobernador de Tamaulipas. Luego se presenta la detención del ex gobernador de Baja California Sur, Narciso Agúndez Montaño ¿Sigue Humberto Moreira?
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Voto útil. Era 1988 y el gran Heberto Castillo reconoce que no tiene posibilidades. Declina a favor de Cuauhtémoc Cárdenas. Luego el sistema se cae y curiosamente gana el PRI con Carlos Salinas de Gortari. Es hora de que Josefina reconozca su lugar.
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¡Tercer debate!
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Las críticas del movimiento #YoSoy132 se han centrado en Enrique Peña Nieto. Pero el resto de los candidatos no cantan mal las rancheras.
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Enrique Krauze propone a los jóvenes manifestantes la formación de un movimiento que dure, la formación de un partido político para el 2017… el historiador se quedó en el pasado.
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Mientras los candidatos se disputan el poder, los maestros del CNTE nos dan una tremenda lección de impunidad. ¡Qué decir de La Maestra!
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Reza la propaganda más irresponsable: “Si el gobierno no te puede dar la medicina, que te las pague”. Con tu voto, es hora de apagar ese partido.
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Degradación política del discurso. De Manuel Gómez Mori a Mariana Gómez del Campo: “Al final del día la caca flota”.


1 de junio 2012
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