miércoles, 30 de marzo de 2011

Aritmética política



Después de la consulta en el Estado de México quedó en claro la aprobación de las Alianzas entre el PAN y PRD. Pero el problema no está en la aprobación, sino en la falta de acuerdos para competir en coalición contra el PRI. Gabinete de Comunicación Estratégica presentó su más reciente encuesta (28 de marzo). Resumo algunos puntos. 
Escenario 1: Sin alianza gana el PRI sin problemas y la votación entre PAN y PRD se divide. Escenario 2: Con Alianza la encuesta muestra un empate técnico. Escenario 3: Por candidatos Eruviel Ávila aventaja por 7 puntos a Encinas con todo y Alianza. Escenario 4: Una Alianza con Bravo Mena duplicaría la distancia a favor de Eruviel.   
Veremos y diremos si cero y van tres para las Alianzas, aunque los recientes acotencimientos apuntan el fracaso de las mismas.  

La república del spot

 
Más que votos, las campañas en México se ganan a spots. A simple vista esto parece cierto, sobre todo, después de la reforma electoral en 2007, cuando los partidos decidieron centralizar la propaganda mediática a través del IFE, con excepción del contenido en Internet. Sin embargo, la experiencia final ha resultado complicada, contradictoria y cara. Complicada porque al centralizar los anuncios de una campaña ha condenado a los medios a los tiempos del IFE y nada más. Contradictoria porque no necesariamente quien más gasta en medios, obtiene más votos. 
Sin restricción en 2006 Madrazo gastó más que Calderón y López Obrador, aún así quedó en tercer lugar. Esto nos advierte que el modelo actual de saturación mediática termina por ser ignorado. Al final las campañas son tan caras como antes de la reforma.  Por entonces, los partidos argumentaron un supuesto “ahorro” al asignar tiempos del estado para la propaganda, pero el “ahorro” terminó por engordar los presupuestos de los partidos.
Nuevamente las restricciones de aquella reforma nos recuerdan a los ciudadanos la exclusividad de la política a través de los partidos. En buena medida ostentan el monopolio de la política. Por eso, cuando la Suprema Corte de la Nación desechó el amparo interpuesto por un grupo de intelectuales, dejó en claro el monopolio de los partidos para emitir spots a través del IFE.
Si analizamos otros temas, vemos cómo los partidos gozan de una enorme ventaja frente a los ciudadanos. Porque no se trata de la exclusividad para contratar spots, que dicho sea de paso, pocos ciudadanos tienen los recursos para hacerlos, sino del cerco que los partidos han impuesto para acceder a la política de manera independiente. Cambiar esto implica una profunda reforma política, que hasta el momento, es sólo una iniciativa incompleta en el Senado.
30 de marzo de 2011 

domingo, 27 de marzo de 2011

La consulta, Peña y el caballo de hacienda



Declaraciones van y vienen. Algunas con razón, otras simplemente para atender a los medios. Pero en todo ese cúmulo de palabras, encontramos el carácter de los hombres públicos.  Unos utilizan las palabras para esquivar las responsabilidades, otros por más que se empeñan, carecen de credibilidad, y claro, también hay a quienes les concedemos un auténtico crédito.
Aunque las palabras se adornen, el sentido de las expresiones puede ser revelador. Con facilidad nuestros actores públicos, llámese gobernantes, líderes de partido o candidatos conceden autoridad a la palabra misma como si se tratase de una sentencia, una categoría o un punto de pureza. Resumo algunos enunciados mágicos: “los otros son los que están mal”; “no saben gobernar”; “si yo no lo digo, no está bien”.
De la misma manera, ese cliché de autoridad puede firmar una alianza hoy, para luego  denostar la del vecino. Una variante de este pensamiento también lo encontramos en la descalificación de los movimientos que no son abanderaros por el líder. El mejor ejemplo es el empecinamiento del político tabasqueño que pudo ser presidente.
Bajo esas circunstancias la elección del Estado de México es la frontera de Enrique Peña Nieto. Por eso tanta disputa entre aliancistas y antialiancistas, entre puros e impuros. Dejemos de lado las fáciles distinciones, y los discursos de “autoridad”, ¿tiene posibilidad una Alianza PAN-PRD de ganarle al PRI? En las últimas dos elecciones de gobernador en el Estado de México (1999, 2005), el PAN y PRD por separado sumaron más votos que el PRI, sin embargo, la diferencia estuvo a favor del PRI en la medida en que los partidos no concretaron coaliciones. Cero y van dos.
Todo parece indicar, salvo que la consulta de este domingo diga lo contrario, que la Alianza sí empareja la competencia entre partidos. No obstante que los recientes estudios de opinión apuntan una ventaja de 2 a 1, nada asegura que esa tendencia se pueda sostener de aquí al 3 de julio.
Por lo pronto, la definición del candidato del PRI en la persona de Eruviel Ávila, le dará otro rumbo al proceso. Igualmente la consulta abierta agrega otros ingredientes para conseguir el volátil voto. Cruzar esa frontera no será sencillo para Peña. El resultado podría cambiar dramáticamente las percepciones de triunfo en “caballo de hacienda”. 
27 de marzo 2011

Cubrir la violencia


La percepción pesa más que la realidad. El efecto es duro, paradójico, pero la visión de algo, puede ser más poderosa a la realidad misma. Regis Debray nos dice que no importan tanto la verdad, sino lo que se tiene por verdadero. Bajo esos términos se gana o se pierde, aunque la percepción no coincida con la realidad.

En esos términos, hace tiempo que el presidente Felipe Calderón perdió la guerra de las percepciones, y por lo tanto, perdió la aprobación de la opinión pública. A la par de estos, los diversos actores gubernamentales (gobernadores, diputados, presidentes municipales y corporaciones policiacas locales), se esforzaron por echarse la culpa unos a otros, o en el peor de los casos, le pasaron perversamente la factura al gobierno federal. No obstante, de que muchos de los delitos que se dispararon exponencialmente, tienen que ver con fuero común. 

Pero si el enemigo común, es decir, combatir efectivamente la delincuencia en sus distintas manifestaciones, no logró unir, sino dispersar a los responsables directos de guardar la seguridad, en la sociedad empiezan a manifestarse voces, y sobre todo, a unirse en causas comunes. Por ejemplo, la Ley federal contra el secuestro fue impulsada más por ciudadanos afectados, que por políticos profesionales.

Por eso me resulta sumamente positivo el gran acuerdo anunciado ayer desde Iniciativa México, a fin de generar criterios editoriales que permitan abordar de una manera más adecuada la cobertura informativa de la violencia. Si bien, no creo que debamos polarizar y mucho menos condenar, que algunos medios como Reforma, Proceso, La Jornada o el Diario de Juárez no se subscribieran, sí hay que resaltar intención general que busca el Acuerdo, máxime, en tiempos que la autoridades compiten por rehuir responsabilidades. 

En mala medida, en los últimos años la dinámica de la violencia y el crimen han trastocado la vida de ciudades enteras, como también lo ha hecho con los medios de comunicación. Las agresiones, el uso de la violencia para propagar el terror, han motivado límites a la información y el ejercicio periodístico. El “Acuerdo para la Cobertura de la Violencia” enuncia así uno de estos peligros: “Tratándose de estas noticias, los periodistas y sus casas editoriales debemos estar conscientes de que los hechos pueden tener como fin primordial convertirnos en instrumentos involuntarios de la propaganda del crimen organizado”. 

Por eso, el Acuerdo considera que “uno de los retos centrales que tenemos los medios en este tipo de coberturas es cómo consignar hechos con valor periodístico y a la vez limitar los efectos estrictamente propagandísticos de los mismos. Este no es un reto exclusivo de nuestro país; todos los países en los que hay grupos que usan tácticas terroristas lo enfrentan y en muchos de ellos han definido principios y criterios editoriales”. 

De manera general el Acuerdo enunció los objetivos principales: Establecer mecanismos que impidan que los medios se conviertan en instrumentos involuntarios de la propaganda del crimen organizado; establecer mecanismos para la protección de periodistas; definir criterios para la protección de la identidad de las víctimas; sumar al Acuerdo al mayor número de medios; promover el respeto a la legalidad, el combate a la impunidad y la participación ciudadana. 

El Acuerdo es un buen punto de partida para tratar de homologar criterios editoriales y maneras de informar. Al mismo tiempo busca respetar a las libertades de expresión y de prensa. No es una tarea sencilla, en cambio sí es alentador sumar para ese gran acuerdo en tiempos que la nota roja se aferró a la primera plana.

25 de marzo, 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/8932509 

miércoles, 23 de marzo de 2011

Campañas sucias


Inevitable, en cada campaña política hay suciedad. Sea en las democracias más consolidadas o en las más incipientes. El fenómeno de la “guerra sucia” no es exclusivo de un estado o un país, porque más bien está en la naturaleza de la política, sobre todo, en contextos democráticos. En una dictadura la oposición es encerrada o simplemente se liquida: de Gadaffi a Castro los ejemplos se multiplican.
En las democracias es común, aunque para algunos parezca deseable, ver confrontaciones, acusaciones o disputas. También, y esto no lo perdamos de vista, hay consensos.  En su competencia por el poder, los actores hacen cualquier cantidad de acusaciones, muchas veces infundadas, por aquello de, “difame algo quedará”. Otras, los electores terminan comprobando los señalamientos previos.   
Por eso, cada vez que se realiza una campaña no está de más recordar  el origen de la palabra y su referencia militar al campo. De manera simbólica los militantes de un partido se diputan el poder con otros. Insisto, compiten por el poder los partidos, su candidatos y los grupos que los apoyan. Pero la política no es caridad ni tampoco una congregación religiosa. Con razón Max Weber la calificó como un pacto con el diablo.
Durante la elección presidencial de 2006, los partidos, sobre todo el PRD, impulsaron una absurda prohibición en el Cofipe con la finalidad de limitar las campañas sucias. A la fecha no hay campaña federal que no implique poco o mucho lodo. En el fondo, hay en los partidos una actitud paternalista: yo te digo que puedes ver y lo que no.
Detrás del argumento de la limpieza en las campañas, se esconde un celo autoritario que supone a los ciudadanos menores de edad. Aunque al final lo nieguen, son los mismos partidos quienes impulsan esas campañas.  Nadie más interesado en una campaña, que un candidato para buscar o aprovechar la ocasión de hacer perder a su oponente. En su afán por conseguir la candidatura  presidencial, Roberto Madrazo, exhibió la explicable riqueza de su opositor Arturo Montiel, de esa manera logró descarrilar su candidatura rumbo a los Pinos. 
En Coahuila estamos en un proceso electoral que no está exento de propaganda negra. Al menos desde el año pasado se ha intensificado entre el PRI y el PAN, ya sea en medios electrónicos, pintas o volantes. Claro está que ninguno lo va reconocer. Por eso,  las campañas sucias no son exclusividad de los opositores del PRI, como hace unos días sugirió el ex gobernador de Coahuila, Enrique Martínez y Martínez. Se dan en varios niveles y entre partidos. Si hoy el PRI apunta al PAN, mañana el PAN lo hará con el PRI. Lo mismo sucede en la entidades con gobierno perredistas.  
Al final, son los electores quienes deciden tomar o desechar lo que se dice de los candidatos. Porque al final, donde no hay campañas sucias es en las dictaduras, ahí la normalidad es el encierro, la represión.

El Santos y el amor de las mujeres

Dolmo Flores, fuente El Siglo
Durante años me apasionó el fútbol. En buena medida mi abuelo me inició en aquellas pasiones a tal grado de integrarme a un equipo. Como aficionado de hueso colorado, mi abuelo Arturo Cuadros Vidal nos reunía los domingos al culto de esa bien extendida religión. Era la peregrinación quincenal al templo de los guerreros, en el ahora derruido estadio Corona. Para el Santos fueron las épocas de un equipo maletón, colero e irrelevante en la liga nacional, pero al mismo tiempo, o al menos así me parecía, era un equipo que aunque perdiera ofrecía algo de espectáculo, pasión y garra. 

Guardo así mis mejores recuerdos del Santos con técnicos como Rubén Matturaro o Roberto Matosas, acaso por la consciencia cegada de convivir con un deporte. Me acuerdo también de esas leyendas hondureñas, Dolmo y Juan Flores, la dupla que tanta satisfacción nos dio a los aficionados. O de aquél porterazo gringo Richard Alan Adams… Luego vendrían las glorias del subcampeonato y campeonato contra Tecos y Necaxa. 

Como todo, las cosas y los gustos cambian, entonces tomamos otros rumbos. Hoy el fútbol no me interesa y me entero que hay juego por el tráfico en la ciudad. Pasé de la creencia fervorosa al ateísmo futbolístico.

Fuente: Mitofsky

En cambio sí me interesa la marca que genera el equipo a la ciudad de Torreón, a La Laguna. Si antes la región era famosa por su algodón, ahora nos conocen por el Santos. Desde luego que estoy generalizando, pero de unos años para acá la prestigiosa casa encuestadora Consulta Mitofsky, ha venido realizando un puntual registro de las aficiones y su peso en la opinión nacional. En este sentido, el equipo Santos se mantiene en la lista de los cinco equipos más populares del país. En primer lugar los históricos: Guadalajara con 24% de las preferencias nacionales; América 23%; Cruz Azul 10%; Pumas 7.8% y Santos 5.9%. 

Fuente: Motofsky

En ese orden hay un dato que resulta significativo por el género que lo impulsa. Me refiero a que en los últimos dos años el Santos aumentó su posicionamiento nacional gracias al crecimiento de las aficionadas. Si en 2010 4.5% de las mujeres en México declaraban su amor al Santos. En 2011 ese porcentaje creció a 7.2%

En el fondo, cuando hablamos de estas cosas es innegable la relación entre el Santos y la “marca Torreón”. El potencial que representa la marca con sus productos ancla está todavía por explotarse como parte de una sólida estrategia. No basta con admirar Medellín o Bilbao. Por eso la labor de los gobiernos en conjunto con las empresas sería clave para el reposicionamiento de la región a nivel nacional. Hemos perdido presencia e importancia en los indicadores nacionales, y por si fuera poco, el mal de la inseguridad agrava nuestra condición. Más allá del fútbol, La Laguna parece aletargada y la marca por los suelos. Es hora de recuperar el amor por la ciudad. 

20 de marzo del 2011

sábado, 19 de marzo de 2011

Sí, pero no



Propuestas no han faltado y en aire nuevamente vuelve el tema de las mentadas reformas. Por aquí y por allá escuchamos que si la reforma laboral, que si la reforma del trabajo, que si la reforma energética, pero en el fondo poco se ha avanzado desde el Congreso. Abundan los diagnósticos, la detección de problemáticas, los señalamientos; pero no así la solución de las problemáticas dentro de un margen posible.
Ahora que el influyente senador Manlio Fabio Beltrones retomó con fuerza el tema de la reforma hacendaria, se ve la posibilidad de que el punto pudiera avanzar en el Senado. El tema no es un asunto menor, y aunque muchos ciudadanos no les interese, o vivan como si estuvieran en otro país, el hecho es que las decisiones que ahí se tomen podría afectar sus obligaciones fiscales.
Iniciativas de reformas hacendaria llevan años discutiéndose. Me temo que en este asunto, sucederá como con la reforma petrolera. Durante el gobierno de Zedillo el PRI llevó una propuesta razonable al Congreso y fue bloqueada por el PAN. Luego, cuando el PAN llegó al gobierno propuso algo similar y entonces, el PRI la bloqueó. Hasta ahí el cuento de nunca acabar.
Dato curioso, hasta el presidente Felipe Calderón le dio la bienvenida a la iniciativa de Beltrones, pero el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, se encargó de completar la bienvenida. Para Cordero es absurdo que una iniciativa de esa naturaleza pueda recaudar más. Y es entendible que el señor de los dineros no quiera ni pueda bajar el alto gasto corriente que tiene el gobierno federal. Eso es una tarea muy complicada y casi nadie está dispuesto a pagar el costo de dicha cirugía; salvo los contribuyentes.
Por eso, la respuesta de Hacienda fue sí, pero no. En su postura oficial, la Secretaría “celebra que el planteamiento de la iniciativa coincida con lo que expertos, analistas y autoridades hemos reconocido en diversos foros: el fortalecimiento de nuestras finanzas públicas, la disminución de nuestra dependencia del petróleo, la ampliación las bases tributarias, la eliminación de privilegios y el incremento en el universo de contribuyentes para impulsar el desarrollo nacional”.
Sin embargo, la considera regresiva y de aplicarse, calcula que el gobierno, junto con estados y municipios estarían perdiendo recursos por un monto de 220 mil millones de pesos.
De esa manera, Hacienda concluye en su respuesta Beltrones: “Aunque se comparten los objetivos fijados por la iniciativa, una condición fundamental de cualquier propuesta fiscal debe ser la responsabilidad al fortalecer los ingresos, racionalizar el gasto y el mejor aprovechamiento de las facultades de los tres órdenes de gobierno”.
En otras palabras la reforma ya naufragó hasta en tanto no se renueve el poder en los Pinos. Pero independientemente de que esto suceda, hay quienes están, como afirma Verónica Baz,  creciendo a pesar de México. 
18 de marxo 2011

miércoles, 16 de marzo de 2011

El General



¿Qué es mejor? ¿Qué gobiernen los mejores hombres o que gobiernen las mejores leyes? Cual dilema aristotélico, las preguntas tienen enorme actualidad por los hombres detrás del gobierno o por las leyes en el sentido de instituciones.  Y es que la reciente salida del General Bibiano Villa Castillo como director de la policía en Torreón, nos regresa nuevamente a esas preguntas.
Sin lugar a dudas el General Villa marcó una breve etapa de la corporación policiaca. La marcó más por su carácter valiente y entrón, que por su resultado institucional. Su estilo duro, directo y en ocasiones impolítico, hizo muy visible su lugar al frente de la Dirección. Apenas si tengo que recordar las crisis que ha vivido la corporación en los últimos años cuando de manera dramático fue depurada. En buena medida su particular estilo no sólo llamó la atención internacional, sino que causó alguna esperanza entre los torreonenses, aunque más pronto que tarde, la realidad se encargó de recordarnos la degradación en que vivimos.
En su afán por ganarse la confianza de los ciudadanos llegó a abrir un par de números celulares, donde personalmente él contestaba. Me consta, ya que en alguna ocasión tuve la necesidad de hablarle. Esa respuesta directa hacia los ciudadanos mostró con claridad su disposición de servicio.
En mayo del 2010 el Grupo Empresarial de La Laguna había exigido su salida alegando falta de resultados. Por entonces escribí que la exigencia no era seria, sobre todo, por la ausencia de cifras para avalar la petición. A poco más de un año de la llegada del General los índices delictivos en el ámbito del fuero común no han bajado, y cuando lo hicieron fue en un nivel poco significativo. Ahí están las cifras que nos indican el rumbo de un año, pero también de los últimos, donde la policía de Torreón perdió el rumbo, sobre todo a partir del verano de 2008.
Desde entonces se han hecho esfuerzos con distintos resultados para evaluar a los agentes y depurar la corporación. Otro aspecto relevante fue la gestión para integrar paulatinamente la policía municipal al modelo de policía única. En este sentido, la salida del General Villa me deja con sensación que la tan añorada coordinación entre los diferentes niveles de gobierno queda mermada. Para el alcalde Eduardo Olmos esto no es así, porque al final el General llegó con el esquema de militarización de mandos. Ahora lo relevará el militar Adelaido Flores Díaz, quien ya participaba con el equipo de Villa Castillo.    
En enero de este año le pregunté al General que si 2010 había sido el año de la depuración, entonces 2011 debía ser el año donde bajarían los índices delictivos. Contestó “afirmativo”, como solía responder. Ahora el rumbo lo conduce a Quintana Roo y su respuesta ya no será.
Después de cuatro años de altibajos, la ciudad no sólo merece los mejores hombres, también las mejores instituciones. El tiempo y las cifras lo dirán.

domingo, 13 de marzo de 2011

Torreón, el Diablo de los números



“Sí, son unas criaturas fantásticas, los números. ¿Sabes? En el fondo no hay números normales. Cada uno de ellos tiene sus propios rasgos, sus propios secretos. Nuca acaba uno de conocerlos”. Esa es la respuesta del diablillo a Robert, en su empeño por explicar los números. El resto de la historia se puede encontrar en un entretenido libro de Hans Magnus Enzensberger, titulado “El diablo de los números”. 
De alguna manera, los resultado definitivos del Censo 2010 practicado por el INEGI nos revela perfiles de la sociedad, sin que acabe uno de conocerlos del todo. La primera sorpresa que el Censo nos dio: somos más mexicanos de los esperados. Así, el Consejo Nacional de Polación (Conapo )fue superada con cuatro millones más por la realidad de 112 millones habitantes.
Para Coahuila, el censo registró 2 millones 748 mil 391 habitantes (93 mil más que la proyección de la Conapo). A su vez la ciudad de Torreón sumó 639 mil 629 habitantes, de los cuales, hay una ligera mayoría de mujeres. Es decir, en nuestra ciudad hay 95.3 hombres por cada 100 mujeres. La cifra cerrada: 312 mil 135 hombres; 327 mil 494 mujeres. Sin sobresaltos, Torreón se asemeja a la tendencia nacional: hay más mujeres que hombres. 
Digo sin sobresaltos, porque Torreón vivió una época excepcional en tiempos de la Revolución, lo cual alteró de manera significativa la curva demográfica. Al revisar más de cien años de censos en Torreón pude comparar que en el censo de 1921, el inmediato al conflicto armado, en la ciudad había 66% de mujeres en relación 34% de hombres. La Revolución impactó en su mayoría en los hombres. Un década después, en el censo de 1930, esa relación de normalizó.  
Un dato relevante. Durante buena parte del siglo XX Torreón concentraba la mayor población del estado. Sólo a partir de 1990 Saltillo empezó a registrar una mayor población. Actualmente sostiene el liderazgo demográfico en el estado con 725 mil 123 habitantes. El extremo de Torreón y Saltillo en Coahuila, son dos pequeñas poblaciones donde casi todos se conocen. Me refiero a Abasolo y Juárez, donde cada uno apenas supera más de mil habitantes.
Regreso a Torreón. En promedio, las familias torreonenses representan un conjunto de 3.7 miembros. La quinta parte de la población en la ciudad cuenta con algún grado profesional o universitario, hablamos de 111 mil 262 habitantes. Los torreonenses con posgrado son una minoría: 7 mil 163 documenta el censo. 65 mil hogares reportaron contar con al menos una computadora. El grado promedio de escolaridad en la población mayor a 15 años es de ¡10.2! Esto nos recuerda que estamos muy lejos del ideal ilustrado, de una población educada.
Otro dato significativo del censo, en nuestra ciudad hay 41 mil 788 hogares que tienen como cabeza a una mujer. Se trata de mujeres que día a día están sacando adelante a sus familias.  
Finalmente, otra serie de datos no deja de causar sorpresa a nivel estatal. En Coahuila la preferencia religiosa por el catolicismo cayó 4.7% en una década (2000-2010). Actualmente el catolicismo representa la mayor preferencia religiosa del estado con 81.7%, pero ¿cómo explicar esa baja? ¿Qué dicen nuestros sacerdotes al respecto? En otro sentido, los coahuilenses que se declararon sin religión pasaron a representar el 3.8% en el 2000 (76 mil 574 para ser exactos). En 2010 aumentó a 5.4%, unos 132 mil 703 coahuilenses.
Hasta aquí una parte de los cientos de miles de datos que arroja el censo 2010. Por lo pronto los dejo con la esperanza de regresar al Diablo de los números.

sábado, 12 de marzo de 2011

La luchita de Manlio



Cada uno sueña con ser presidente, pero el sueño de uno está más cerca de otro. Enrique Peña Nieto a la cabeza de las encuestas parece inamovible, casi invencible rumbo a la presidencia. Por el contrario, Manlio Fabio Beltrones, hombre de suma experiencia en el buen y mal sentido de la palabra,  aparece débilmente en los estudios demoscópicos. Cada uno a su modo construye su sueño por la presidencia. Peña ha recurrido generosamente a los medios, en especial a la televisora que encantada, produce una telenovela política. Por su parte, Beltrones aprovecha su posición en el senado para hacer su luchita. El primero carece de discurso, pero le sobra imagen. El segundo  articula un discurso, en ocasiones convincente, pero aparece en la tele tan poco, que prácticamente no existe.
¿Cuál sería el mejor candidato? ¿Quién gobernaría mejor? Sin tener simpatía por uno y otro, les propongo un punto de análisis que permita superar las filias y las fobias, desde luego no pretendo se categórico, pero sí considero que el tema de la reforma fiscal nos dice mucho de un candidato y de otro.
Para Peña, está claro que la reforma fiscal por más necesaria que sea, por más prioritaria y estratégica para el desarrollo del país, no es un asunto relevante al cual los actores políticos tengan que atender ahora. Para él su presente  está en función de las elecciones presidenciales en el 2012. Por eso, Luis Videgaray, político sin duda interesante, técnico entendido en tema, pero atendido al tiempo de Peña, declaró que el “año clave para que México concrete reformas económicas y políticas relevantes será 2013, justo después de la elección presidencial. Para Videgaray el ambiente político no hace factible lograr reformas, declaró en Washington, en el Woodrow Wilson Center. A pesar de la relevancia del tema, está claro el sentido de prioridad de Peña.
Beltrones, urgido de presencia, propone con razón una modernización fiscal y advierte que “lo importante es que los tiempos electorales no se impongan sobre la necesidad del País”. Para él, el tiempo de la reforma es este. A diferencia de Peña, Beltrones sí articula una propuesta, y en la última semana ha cabildeado con las principales cámaras empresariales para impulsar una simplificación hacendaria, reducción de impuestos (IVA, ISR) y una recaudación generalizada. Después de pasar por el senado, la propuesta estaría en manos de los diputados; pero ahí, como sabemos, es otra historia.
A Beltrones no le queda de otra. O claudica ante la candidatura de su rival Peña Nieto, o hace su luchita para promoverse con un tema, que independientemente de las elecciones, es necesario para el desarrollo del país. Bajo la óptica del tema fiscal se revela las sustancia de uno, y la vacuidad del otro.

http://impreso.milenio.com/node/8925185
11 de marzo 2011
La Opinión Milenio

miércoles, 9 de marzo de 2011

Más sobre Presunto



Ahora sí, buen favor le han hecho al documental Presunto culpable con la ejecución del fallo de la juez. Por lo pronto se ha multiplicado el interés para ver la película. Primero en los cines, ahora en Internet. Dicho esto, retomo las palabras y sobre todo la crítica que me hace mi estimado profesor Luis Azpe, a propósito de mi texto el domingo pasado. Luis me argumenta que el desastre de la justicia en México ha sido “siempre”. Desde su punto de vista le parecen ingenuos tantos artículos sobre Presunto culpable. Retomo textualmente sus palabras: “Mi querido Carlos: ¡Qué bella es la juventud! Increíble el asombro, estupefacción, sorpresa y demás sinónimos que ha causado lo que todos los días sucede en nuestro país, y en todos… Me enternece tu buena fe, tu desconocimientto de una realidad que siempre ha habido en México, desde tiempos de la colonia: San Juan de Ulúa, El Palacio Negro de Lecumberri, las cárceles locales, etc. Recibe mi cordial cariño”.
Querido Luis, como escribí en el texto pasado, el mérito de Presunto culpable no es haber descubierto el hilo negro en nuestro sistema de justicia, sino haber contado esa historia en un formato de película, evitando así un reportaje, un texto académico o un libro.    
Pero no hay que subestimar la realidad. Cuando estuve en una escuela jesuita decidí hacer mi servicio social en el cereso de Gómez Palacio. Cada semana dedicaba la mañana a visitar la cárcel, hablar con los reos, llevar algunas actividades. Por entonces el cereso no tenía una “mujer del año”, ni era el escenario de masacres. Un día, mientras llegábamos al penal, docenas de patrullas y policías rodean la cárcel. Nos enteramos por los oficiales de un motín. A partir de entonces se suspendió el servicio y pasé al tutelar de menores en Torreón. La realidad encontrada ahí no fue menos dura, pero a diferencia del cereso, el tutelar me dejó una deprimente impresión por la empatía con los jóvenes. La violencia, además de las violaciones entre jóvenes y niños podía ser el pan cada día. En esto nunca se ve demasiado.
Si algo encontramos en nuestro sistema judicial son los resabios del autoritarismo. En las últimas dos décadas hemos ganado pluralidad, alternancia e incluso transparencia, pero poco hemos avanzado en desmontar el sistema judicial. Ana Beatriz Magaloni, académica y especialista en el tema, ha descrito esta situación histórica como las “inercias autoritarias”.
Para la generación de mi querido y admirado profesor era “normal” vivir en el autoritarismo. Para nuestra generación, la que votó por el cambio en los noventas e impulsó la alternancia, esta situación no puede ni debe seguir igual. Asumirla como “normal” sería aceptar que las cosas “siempre han sido así”. ¿Pero de verdad, siempre serán así? La lección que han ofrecido otras sociedades arraigadas en el autoritarismo o de plano en dictaduras militares, ha demostrado que cuando diversos grupos de esa sociedad se proponen un cambio, han logrado sensibles transformaciones en sus instituciones (Adam Przeworski, Juan Linz o Samuel Huntington han fundamentado magistralmente el tema).
No hay ingenuidad, pero tampoco la indolencia de un irredento pesimista. Hace unos días, Federico Reyes Heroles escribió con razón al referirse a los cambios en el país: A pesar de todo, va.
Y a pesar de la profunda crisis que vivimos por la inseguridad, lo que veremos en los próximos años, por más increíble que parezca, será una transformación de nuestro sistema de justicia. 

domingo, 6 de marzo de 2011

Presunto culpable, desgracia segura

   

    
  
Modificado por Joombly
    

   
Escalofriante, conmovedora, descarnada, contundente, indignante, liberadora. Esas son algunas palabras que sentí cuando por fin pude ver el documental Presunto culpable. Al igual que muchos no me resistí y recurrí a la red, para compensar la atenta competencia de las salas de cine en la región. El documental realizado por los jóvenes abogados, Layda Negrete y Roberto Hernández, muestra el desastre, la desgracia de nuestro sistema de justicia. El enorme mérito de los abogados cineastas es haber traducido ese argumento a un guión cinematográfico. De esa manera su mensaje se ha propagado de una manera sencilla, eficaz y muy amplia al público mexicano e internacional. El multipremiado documento ha sido ya reconocido en Guadalajara, Morelia, Los Ángeles, San Francisco, Madrid, Budapest y Dubai.
Por si fuera poco, la obtusa decisión de la juez federal, Blanca Lobo Domínguez, que ordenó suspender la exhibición y distribución de Presunto Culpable, terminó por beneficiar notablemente a este documental de consumo obligado. Bajo el argumento de que dañaba la imagen de un testigo, por demás inconsistente y ruin colaborador de los agentes judiciales, la juez complementó a sobremanera la publicidad. Según el director de Cinépolis al día siguiente del fallo, más de 76 mil personas fueron a ver la película en un día. 
Rápidamente no faltaron quienes vieron en la juez un acto de censura gubernamental, lo cual resultó muy apropiado para una facilona teoría de la conspiración. Lo cierto es que el gobierno federal fue coproductor de Presunto culpable, por lo que la “censura” es simplemente insostenible. No hace falta repetir la defensa que luego suscitó Presunto culpable.
Regreso al argumento principal. Es verdaderamente una tragedia lo que sucede con la inseguridad que vivimos cotidianamente en varios estados norteños y algunos del centro y sur del país. Pero igualmente es profundamente desastroso lo que sucede con la otra parte de “la lucha por la seguridad pública”, lo cual no permite cerrar la pinza con el sistema de justicia.
Presunto culpable describe la endeble cotidianidad que se teje en la justicia mexicana. Jueces ineptos, policías que no investigan, abogados corruptos. Lo más aberrante: en este país los acusados tienen que demostrar la inocencia, en vez de que las autoridades fundamenten la culpabilidad. Todos somos culpables hasta que no demostremos lo contrario. Si a esto la sumamos ignorancia y falta de recursos (muchos presos son pobres), un ciudadano inocente, pero presunto culpable, es ya un preso seguro.
A pesar de lo aberrante, de lo absurdo en la justicia mexicana, hay una propuesta alentadora detrás de Presunto culpable: la posibilidad de dar un giro en nuestro sistema de justicia. Esto es claramente factible y quizá las actuales condiciones de inseguridad puedan catalizar tales reformas. No se pierda Presunto culpable. Si les gusta el hip hop, las canciones del protagonista y víctima del sistema de justicia, José Antonio Zúñiga Rodríguez, son una digna aportación.  “Iztapa-rap” es una elocuente interpretación de la tragedia en la justicia mexicana. 

sábado, 5 de marzo de 2011

Las paradojas del combate


A veces sin problemas, otras abiertamente conflictivas. Así han sido las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos. La tentación de intervención por parte de nuestro vecino del norte es constante y en ocasiones burda. De Poinsett a Wilson, de Negroponte a Pascual, la historia de la diplomacia bilateral ha mostrado una compleja, y en ocasiones complicada relación. Jeffrey Davidow, exembajador de Estados Unidos en México, describió esa relación como la del oso (EU) y el puercoespín (México). Hago una breve cita: “el puercoespín no se imagina asimismo como un roedor muy desagradable. Y el oso no piensa en sí mismo como un patán que se conduce torpemente. En la mente de ambos son águilas, los símbolos nacionales”.

Tan sólo hace unas semanas, la Secretaria de Estado, Hilary Clinton elogió al presidente Felipe Calderón por su decidido combate al narcotráfico. Sin embargo, Janet Napolitano, Secretaria de Seguridad Nacional en EU, no pensó lo mismo después del asesinato de Jaime Zapata, agente norteamericano. 

De esa manera, la seguridad fue uno de los puntos centrales tras la visita de Calderón a Barack Obama, donde su homólogo estadounidense planteó que los agentes de su gobierno puedan portar armas en México, además de reconocer una “responsabilidad compartida”.
Sin embargo, después del deterioro dramático de la seguridad en México, varias paradojas surgen del combate al narcotráfico y el crimen organizado. Me enfoco en tres. La más reciente evidenció que el arma con la que se asesinó a Zapata provino de Texas. La segunda paradoja señala que un aumento de los presupuestos destinados a la seguridad no necesariamente reduce los delitos y la criminalidad. Por el contrario, ¡aumentó! Este punto lo volvió a demostrar con datos duros la Auditoría Superior de la Federación. 

Y la tercera paradoja plantea que a pesar del duro combate, los “daños colaterales” y los miles de muertos, la incautación de droga aumentó, pero también aumentó la producción en el país, a tal grado que los cárteles mexicanos desplazaron el liderazgo de los colombianos. (Véase el Informe 2010 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, ONU).
En estas condiciones el combate se libra a un costo muy alto para la sociedad mexicana y relativamente bajo para el vecino del norte. Tan lejos de Dios, y tan cerca de los Estados Unidos…
La Opnión Milenio 4 de marzo 2011
http://impreso.milenio.com/node/8921445 

miércoles, 2 de marzo de 2011

Moctezuma II


Moctezuma II from Museo Arocena on Vimeo.

Moctezuma en el lecho de espinas de su insomnio,
el viaje en la carretera hacia la muerte
Octavio Paz, Piedra de Sol

Encontramos en la historia memorias trágicas. No sin razón Hegel decía que la historia es un gran matadero. En este sentido, un hombre, por más poderoso que sea, no deja de ser vulnerable. Así, en la cumbre del poder, Moctezuma II conducía el imperio más poderoso y dominante de su época (en lo que ahora llamamos México).

Sacerdote y guerrero, Moctezuma “el joven” fue el noveno tlatoani de Tenochtitlan. Nada en el panorama inmediato amenazaba la hegemonía mexica, menos aun, con la bien consolidada Triple Alianza que extendía sus dominios y tributos hacia otros pueblos.  
Bajo el poderío político militar el Imperio mexica dominaba un amplio territorio. Sin embargo, una serie de “presagios funestos” parecían anunciar el principio del fin. Moctezuma había leído cada uno de los ocho presagios como la antesala de su inevitable final. Una espiga de fuego en el cielo, un incendio en la casa de mando, la caída de un rayo en un templo y hasta un ave de mal agüero alteraban su futuro.

Al final, los augurios parecían indicar el fin. En 1519 Moctezuma cumplió 52 años. En abril Hernán Cortés y su flota arribaron a las costas de México. Pretendiendo alejar a los extraños barbados, el tlatoani envía regalos preciosos, pero los obsequios alientan más a los conquistadores. Esperaban encontrar fortuna y la encontraron. En noviembre Cortés llega a Tenochtitlan y es recibido por Moctezuma. Dos años después, en 1521, el imperio mexica cayó. Luego vendría la conquista espiritual.
Hago este recuento porque la semana pasada tuve el privilegio de atestiguar el montaje de la exposición “Moctezuma II”, que será abierta al público el jueves 3 de marzo en el Museo Arocena.
Se trata sin duda de una gran exposición que antes estuvo en Londres, en el Museo Británico (2009). Luego pasó al Templo Mayor en nuestro país (2010) y finalmente hace una escala en el Museo Arocena. Con exhibiciones de esa magnitud, la Fundación Arocena deja en claro su liderazgo en la región y sobre todo, la referencia de que Torreón también cuenta con una destacada infraestructura cultural para albergar exposiciones de altura y alto tonelaje. Un buen complemento de la exposición lo encontramos en la publicación del catálogo “Moctezuma II, tiempo y destino de un gobernante” (2010).
Por otro lado, resulta loable la tarea de promoción activa que hace el Museo Arocena al romper con la regla, y abrir el espacio de lunes a domingo mientras esté “Moctezuma II”. Actualmente el Museo tiene una estrategia de ligar a docenas de escuelas de la ciudad a su programa de visitas guiadas, por lo que miles de niños y jóvenes podrán visitar la exposición.  
En la antesala de la inauguración tenemos objetos, imágenes, huellas de una civilización al alcance de los laguneros.