domingo, 28 de febrero de 2010

La Consulta, el General y nosotros



No a la generación del No. Así rezó en la semana, la publicación que firmaron en varios periódicos nacionales destacadas personalidades. Entre las firmas, apareció un ex presidente, acaso el más valorado durante los últimos cuatro sexenios. También firmaron conocidos escritores, cineastas, académicos, periodistas, intelectuales.

La resistencia al cambio, expresa el documento, une a la Generación del No, la generación de políticos de todos los partidos que han hecho improductiva nuestra democracia. “Quién se opone a todo está a favor de nada”, argumentan, para luego preguntar: “Si estuviéramos en el paraíso, el cambio sería riesgoso pero, ¿estamos en el paraíso? ¿No hay nada que cambiar?”.
El llamado al Congreso para aprobar la reforma política es loable, pero también discutible. ¿Son sólo los políticos los que han hecho improductiva la democracia? ¿Puede prosperar una democracia sin demócratas? ¿Tiene sentido una democracia sin ciudadanos?

Si bien, estoy convencido que una reforma del poder como la propuesta por el Ejecutivo Federal, busca cambiar las deterioradas relaciones entre ciudadanos y políticos, gobierno y sociedad, no podemos perder de vista que detrás de la política no suelen estar, y mucho menos participar los ciudadanos. Llámese desconfianza, decepción, o incluso pobreza, la renuncia a la política, entendida como espacio público, es generalizada.
No se trata sólo de la política como una forma electoral, sino de una incursión más amplia en la vida pública. Una plaza por ejemplo, no está descuidada solamente porque el gobierno no la atiende, sino también por el cuidado y valor que le dan sus vecinos.

Pensemos en nuestro entorno inmediato. El gobierno local a cargo de Eduardo Olmos, de manera inédita abrió una consulta popular en relación al Plan de Desarrollo Municipal. Instaló urnas en tiendas y edificios oficiales, publicó en la prensa unas preguntas y también en la página electrónica del Ayuntamiento extendió el llamado.

Abiertamente les preguntó a los torreonenses sobre las problemáticas del municipio y su colonia. Pero al final también les preguntó a qué se comprometían para mejorar su ciudad.
En realidad, la otra cara de la moneda llamada gobierno, son los ciudadanos. Al respecto, les pregunté su opinión a algunas personas cercanas sobre la Consulta, a unas les pareció bien, y otras simplemente rechazaron participar por desconfianza, “escepticismo”.

No obstante las dudas, las críticas, me parece preocupante el desprecio, la indiferencia hacia la política. Porque en el fondo sólo indica la irrelevancia de los espacios comunes, de los valores compartidos, de la solidaridad entre sus miembros. La ausencia de participación es una renuncia anticipada por parte de muchos ciudadanos, tal y como lo han demostrado visiblemente los estudios de cultura y valores cívicos.

Quizá por eso, cuando se compara la participación de los ciudadanos de Juárez con los de Tijuana en un problema decisivo como la seguridad, los primeros han cerrado la puerta a incidir en su entorno, mientras que los segundos han logrado cambios palpables en su realidad. Ahí están los registros puntales de las denuncias al ejército, ahí los autos sin vidrios polarizados. La primera sociedad renunció a sus canales establecidos, mientras que la segunda está haciendo con su corresponsabilidad la diferencia.

Hay que escuchar y tomar en serio el discurso del General y Secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván: “No se olvide que la delincuencia es un enemigo que se mimetiza, se mueve y se escuda en el seno de la propia comunidad”.
Si hay una ciudad fallida como ciudad Juárez, es porque hay ahí una ciudadanía fallida. De esa manera, podemos plantearlo para otros temas, problemáticas, necesidades. Una sociedad que no se involucra con su gobierno, le abre la puerta a la arbitrariedad, el abuso y la falta de responsabilidad.

No hay actitud más peligrosa en política que despreciar la política. Podemos criticar, incluso destruir o hacer un llamado a la “revolución”, pero qué sigue después, qué camino tomar, hacia dónde, cómo construir. Se necesita inteligencia, imaginación y arrojo, algo que colectivamente parece negado.

Es cierto que los ciudadanos no confían en la autoridad, pero tampoco confían en sus vecinos. Por lo tanto, puede haber dudas o desconfianza en el ejercicio de una consulta convocada por el gobierno, pero ¿no debemos los ciudadanos tomar la iniciativa?
La “generación del No” también se explica por lo que son sus ciudadanos.

el siglo de torreón, 27 de febrero 2010
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martes, 23 de febrero de 2010

Zoon politicon

Hábil, el Secretario de Agricultura Francisco Javier Mayorga en la caricatura de Paco Calderón

Consulta popular



Hay algo de inédito, de inusual en la Consulta popular que el Ayuntamiento de Torreón ha convocado de manera abierta a la sociedad. El tema: construir el Plan de Desarrollo Municipal.

Hay una pregunta en la Consulta que cambia el sentido tradicional de las relaciones, pues está dirigida directamente a los ciudadanos: ¿qué pueden hacer por su ciudad?

La invitación está abierta, ¿La tomarán los ciudadanos? ¿Harán uso de los espacios? No lo sé, pero unas semanas conoceremos la respuesta.

sábado, 20 de febrero de 2010

Ni por ética



La cultura política se refleja en sus prácticas, en los valores que la sociedad asume. Después de la transición, después de la tan desprestigiada alternancia, el cambió pareció centrarse en el voto, como si la elección misma transformara las prácticas, las reglas, las instituciones. En realidad pocos cambios se dieron. Uno de los más notables fue la ley de transparencia y acceso a la información. El avance fue sin precedentes, pero los logros y las prácticas en la cultura política son todavía imperceptibles. ¿Podemos decir que son muchas o pocas las casi 500 mil solicitudes que miles de ciudadanos han hecho a través de internet y físicamente en las dependencias? Plausibles sin duda las solicitudes, pero si tan sólo dimensionamos el número en la mitad de la población del país, poco más de 50 millones, la participación es a todas luces modesta, poco visible e insuficiente para revolucionar prácticas, para cambiar todavía la política.

Y en esto, es justamente cuando me pregunto al igual que muchos mexicanos : ¿Pueden cambiar las cosas? ¿Puede la política ser diferente, generar otros resultados? Aunque la respuesta real, dirán poderosos “real politik”, está más cerca del pesimismo, del escepticismo en el mejor de los casos, no podemos renunciar a generar condiciones para cambiar las prácticas. Al menos en la historia reciente podemos identificar esos pequeños grandes cambios que ahora asumimos sin darnos cuenta.

Si en el pasado, no muy lejano por cierto, los documentos públicos no eran públicos, ahora tenemos la oportunidad de solicitar y conocer directamente lo que sucede en el gobierno. No obstante, la información por sí misma no produce en automático rendición de cuentas, justicia o equidad. Es necesario el papel del ciudadano (agente de cambio insospechado) para darle contenido a las prácticas democráticas.
¿De qué han valido los puntuales, contundentes y precisos informes de la Auditoría Superior de la Federación si no es posible llamar a cuentas? Esta semana el órgano fiscalizador del Congreso, rindió su informe del ejercicio de la Cuenta Pública 2008. Entre otras cosas se encontraron irregularidades, desfalcos, dinero sin comprobar, desvíos, desaparición de documentos y una serie de prácticas “normales” en México.

Como otras veces, la Auditoría tiene el diagnóstico adecuado, pero las viejas prácticas tan vigentes como en el pasado, frenan la fiscalización, la rendición de cuentas. Por ejemplo, las denuncias presentadas por la Auditoría ante la Procuraduría General de la República, terminan siendo frenadas o desechadas. Así la PGR se ha ensañado inútilmente contra la ampliación derechos a minorías, en vez de proceder contra los evidentes desfalcos al patrimonio público. Esto significa según las cifras de la Auditoría, que el famoso “boquete fiscal” podría haber sido cubierto con un uso cuidadoso y eficiente del dinero público.

En otro ámbito, un grupo del partido sin brújula Acción Nacional, condenó la desobediencia de uno de sus diputados con apellido Clouthier, debido a sus diferencias con la cuestionada política de seguridad del Presidente Calderón. Al mismo tiempo, esa fracción, por no decir el partido, ignora la viveza del Secretario de Agricultura, Javier Mayorga, quien con una mano reparte el subsidio federal al campo, y con la otra lo recibe. Esto es visto y avalado por su partido como algo “normal”. Por el susodicho declaró seguro desde la Secretaría: “No creo que haya razón para renunciar a ello, aun éticamente”.

Aún así, me queda claro que los pocos o muchos cambios para transformar esta paupérrima realidad nacional, están en manos, no tanto de los políticos ni de los tlatoanis modernos, sino de los ciudadanos organizados que desde abajo así lo impulsen. Así lo exijan.

miércoles, 17 de febrero de 2010

El Santos y las encuestas


Desde hace tiempo que el fútbol me hace bostezar. Sé que ante la popularidad tan avasallante de ese deporte, mi postura resulta excéntrica. En cambio, el tema de las encuestas me apasiona e incluso profesionalmente desarrollo estudios para campañas.
Esta semana, Mitofsky publicó por tercer año consecutivo, la encuesta sobre “La afición al fútbol soccer en México”. Los equipos más populares en el siguiente orden: América, Guadalajara, Cruz Azul, Pumas y Santos Laguna.



A nivel nacional, el equipo que más ganó escaños fue el Santos: +2.8% en las preferencias de los aficionados nacionales. Y aunque la diferencia porcentual entre el equipo más popular y Santos es de 18 puntos, los laguneros son el quinto más favorito a nivel nacional. Superando a equipos tradicionales como Toluca, Atlas, Monterrey y Tigres.


Un dato curioso que me comentó Roy Campos, es el sesgo de las mujeres que apoyan al Santos a nivel nacional. Los dos equipos más populares ya no van a crecer más, pero el Santos tiene mucho trecho por ganar en los próximos años, ojalá esto se entienda para construir la “Marca Torreón” en beneficio de la economía lagunera.

domingo, 14 de febrero de 2010

Juárez-Torreón



El discurso sobre la guerra siempre es más extenso y brillante que el de la paz.
Aún así, no podemos renunciar a la inteligencia, a la civilización más que a las armas, la violencia, la barbarie. En lo inmediato se ha atendido más con las armas que al la construcción del largo plazo en las bases de la sociedad. Así han pasado tres largos años, porque se apostó más a la violencia que a la reconstrucción social. Primero fueron las policías y luego el ejército. Pero poco se avanzó en educación, en dignificación de espacios, en la multiplicación de oportunidades. Y este es justamente una ruptura visible que podemos leer para las propuestas que los gobiernos Federal y Estatal han anunciado para Juárez y Torreón.

En el caso de Ciudad Juárez, el Presidente Felipe Calderón constató los reclamos directos de varias madres de familia cuyos hijos fueron asesinados. El sentido reclamo de una de las madres, Luz María Dávila expresó en buena medida la desesperación, la impotencia y el dolor que hay detrás de muchos mexicanos. “Lo que quiero es justicia” reclamó la señora Dávila.
¿Qué hacer entonces? Nuevamente se anunció un plan, un cambio de estrategia. Calderón, además de ofrecer disculpas a las madres, anunció un plan para Juárez. En el encuentro denominado: “Todos Somos Juárez, Reconstruyamos la Ciudad”, el Ejecutivo Federal informó que la propuesta comprende cuatro ámbitos: la recomposición del factor institucional; el factor operacional y la depuración de las policías; el factor social, que incluye los temas de educación, salud, espacios públicos y, la participación ciudadana.

¿Hay novedad en la propuesta? ¿Tiene sentido después de tanta violencia? Los dos primeros rubros ya los conocemos y también los desalentadores resultados, pero los últimos dos, resultan novedosos en el discurso gubernamental.
El plan propuesto incluye explícitamente dos elementos destinados a atender algo más profundo y de largo plazo como son: educación, valores, cultura cívica, atención a grupos vulnerables, rescate de espacios públicos. Pero al mismo tiempo, reconoce el ejecutivo que “no escucharon” a la ciudadanía, y para lo cual se pretende privilegiar la participación ciudadana. Se trata pues de mecanismos como las políticas públicas e incluso la gobernanza, para ir más allá de la gobernabilidad.

Quizá por eso, en su discurso del 9 de febrero en Palacio Nacional, el Secretario de la Defensa, el General Guillermo Galván, incluyó en su discurso el concepto de “cohesión social” como signo del cambio de estrategia. Ante el fracaso de las armas, ante el efecto limitado de la fuerza, comienzan a cobrar fuerza conceptos como integración social, inclusión, cohesión social, cultura cívica.
En un importante estudio de la región latinoamericana, la CEPAL midió el impulso de esas prácticas encaminadas a la difícil tarea de restaurar el tejido social. Retomo el siguiente extracto: “En física, una definición simple de cohesión considera el cruce de tres variables que relacionan los elementos dados de un conjunto, a saber: la distancia entre los elementos, la integración entre ellos y el todo y la fuerza que los conecta. Respecto de la vida en sociedad, guardando las diferencias pero rescatando las analogías, la cohesión puede entenderse como el efecto combinado del nivel de brechas de bienestar entre individuos y entre grupos, los mecanismos que integran a los individuos y grupos a la dinámica social y el sentido de adhesión y pertenencia a la sociedad por parte de ellos”.

De esa manera, la cohesión social se refiere tanto a la eficacia de los mecanismos instituidos de inclusión social como a los comportamientos y valoraciones de los sujetos que forman parte de la sociedad. Los mecanismos incluyen, entre otros, el empleo, los sistemas educacionales, la titularidad de derechos y las políticas de fomento de la equidad, el bienestar y la protección social. Los comportamientos y valoraciones de los sujetos abarcan ámbitos tan diversos como la confianza en las instituciones, el capital social, el sentido de pertenencia y solidaridad, la aceptación de normas de convivencia y la disposición a participar en espacios de deliberación y en proyectos colectivos (Cohesión social, Cepal, 2007).

Visto en nuestro entorno lagunero, resulta coincidente ese cambio de estrategia en relación a la problemática de la inseguridad. El Gobernador Humberto Moreira también anunció un nuevo “Plan Torreón”, el cual ya no se centra exclusivamente en los cuerpos de seguridad, sino se desdoblará, según se anunció, en “acciones en materia de empleo, economía familiar, educación, deporte y servicios primarios”.

Ambos anuncios de planes para Juárez y Torreón son en principio positivos por su intención social, no obstante, falta conocer los detalles, la letra pequeña. Falta ver, para bien de la sociedad, el impacto de los mismos en esa necesaria labor por la cohesión social.

el siglo de torreón
13 de febrero 2010
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domingo, 7 de febrero de 2010

Réquiem por las reformas



Envidia me causó hace unos días ver un debate, que para nuestras costumbres en México, acá resultaría imposible. El presidente Barack Obama se metió a la boca de lobo por decir de una manera. Fue hasta la casa de sus opositores, de sus detractores en el Congreso y en las calles para dar la cara y defender la Reforma de Salud, además de otros temas de la agenda que impulsa el gobierno a su cargo. Los temas debatidos por el presidente norteamericano no fueron menores, ni tampoco sencillos, sobre todo, en momentos en que la crisis y el desempleo han afectado el país vecino y de paso, a la economía mundial.

Obama se presentó a una reunión del caucus republicano celebrado en Baltimore. Ahí habló fuerte y claro, expuso sus argumentos e incluso aceptó ante los republicanos que retomaría sus propuestas a fin mejorar la conducción del país. Serio, pero sin perder la compostura, aguantó fuertes reclamos, críticas. Incluso se dio tiempo para intercalar algunas bromas a fin de suavizar el debate. En la discusión se expresaron dos visiones distintas del país en torno a temas como la seguridad social, el crecimiento del déficit público, los impuestos, el desempleo y la generación de energía. Asumiendo su rol como Jefe de Estado, Obama escuchó las diferencias y mostró apertura con respecto a la reforma de salud: "Si ustedes me enseñan propuestas que expertos independientes puedan respaldar como benéficas para la reforma que necesitamos, pueden estar seguros de que las voy a incluir".

Contundente, no dudó en declarar que “el pueblo no quiere que nos ocupemos de salvar nuestros puestos de trabajo, sino sus puestos de trabajo”.

Paralelo a esto, el debate abierto por el presidente Felipe Calderón con respecto a la Reforma Política, parece destinado al fracaso. De entrada, nuestro presidente ni siquiera puede pararse en el Congreso a debatir o defender sus propuestas. Cuando lo hacen los Secretarios, aquello se convierte en una retahíla de descalificaciones e insultos en el mejor de los casos.
Por otro lado, la defensa de la Reforma Política fue abandonada durante semanas por el Presidente. La lanzó en diciembre del año pasado, y justo esta semana, la semana de los terribles crímenes de Juárez y Torreón, decide retomar el tema.

Así, el pasado tres de febrero Calderón publicó en dos diarios de circulación nacional, El Universal y el Excélsior, un texto titulado: “Reforma en favor de los ciudadanos: del sufragio efectivo a la democracia efectiva”. En el texto retomó una modesta defensa de su propuesta, la cual nos dice, es “perfectible”. Leyendo los más de 171 comentarios que acumuló el sitio del Universal, se muestran más que argumentos, duras críticas y descalificaciones. ¿Será acaso una muestra del nivel argumentativo de los mexicanos que acceden a Internet? No le fue bien en los comentarios, como tampoco le ha ido bien con el Congreso, más apurado en las próximas elecciones, que el futuro del país.

En donde sí he visto mejor recepción en cuanto a crítica y discusión, es en el nuevo sitio que abrió la Secretaría de Gobernación para el tema de la reforma del poder: reformapolitica.gob.mx. Ahí se presentan diversas actividades y foros abiertos para opinar y escribir al blog del Secretario Fernando Gómez Mont. De hecho es el más activo promotor de las reformas en diferentes círculos académicos, intelectuales y medios de comunicación.

Sería una verdadera pérdida de oportunidad, si es que algo nos “dice” el año del Bicentenario, que ese debate no llegue a ningún lado. No obstante, es significativo de la cultura política en México, que poco podamos discutir, a fin de avanzar en la tan gastada relación entre políticos y ciudadanos. Desde hace varios años los ciudadanos estamos acotados por el problema de la inseguridad, desgastados también por la falta de credibilidad y confianza en las instituciones.

Por eso no es extraño que las tres principales encuestas de valores, el Latinobarómetro, la Encup, y la Encuesta Mundial de Valores, registren la insatisfacción de los mexicanos con la democracia. Esos estudios empíricos muestran una creciente decepción con la democracia. En consecuencia, tampoco debe extrañarnos que un sector de la población mexicana esté dispuesto a abandonar libertades propias de la democracia, a fin de abrazar un régimen duro y autoritario que garantice la seguridad y el crecimiento económico. ¿Acaso estamos ante el retorno autoritario? No lo creo, pero hay en el ambiente manifestaciones preocupantes.


6 de febrero
el siglo de torreón
twitter.com/uncuadros

viernes, 5 de febrero de 2010

Discutamos México



Eso de discutir es un decir, ya que en realidad en nuestra cultura política no tiene mucha presencia ese elemento, ni tampoco es parte de nuestras costumbres públicas. En fin, aquí algo del Canal 11 a propósito del Bicentenario 2010.

jueves, 4 de febrero de 2010

Reforma del poder



Ahora sí el presidente Felipe Calderón retomó el tema de la reforma del poder. Lo había lanzado en diciembre, pero en realidad no habíamos visto una defensa. Publicó ayer un texto en El Universal, no le fue nada bien con los comentarios.

Ojalá que no desista como lo ha hecho el ejecutivo en otros temas. Por lo pronto, el Secretario de Gobernación está discutiendo el tema y para el caso ya abrió un foro en la red.

Para salir del laberinto, pero sobre todo, para hacer menos imperfecta nuestra democracia.