jueves, 30 de junio de 2011

Los mexicanos según Castañeda



A la larga tradición de libros sobre México y lo mexicano, Jorge Castañeda suma uno más con la reciente publicación de “Mañana o pasado. El misterio de los mexicanos” (Aguilar, 2011). Más que innovador, el libro de Castañeda tiene el mérito de sintetizar una gran cantidad de datos duros, estadísticas, encuestas, porcentajes y todo número que permita explicar el actual perfil del mexicano desde 1981 a los primeros años del siglo XXI. 
A partir de ahí, interpreta a los mexicanos desde algunos rasgos distintivos que nos definen, pero también nos confrontan como país.
En palabras del autor, el libro pretende explicar por qué los mismos rasgos nacionales que sirvieron para construir el país, ahora obstruyen su camino hacia un futuro y una modernidad más sólidos. De esa manera muestra la confrontación entre el pasado y el presente de México. Pero la tesis de Castañeda no es catastrofista, por lo mismo, en las claves de nuestro presente observa las posibilidades de un mejor futuro. Como sabemos, hay aspectos desastrosos en nuestra sociedad, y al mismo tiempo, rupturas que evidencian cambios alentadores en el comportamiento. Sin duda hay avances, aunque al Secretario de Hacienda no se lo aceptemos; uno de ellos es la conformación paulatina de un país de renta media, no obstante la pobreza.

¿Qué nos impide crecer? El güero Castañeda enumera varios factores, entre los que se encuentran una aceptación ambigua de la modernidad. Admiramos el progreso y paralelamente lo obstaculizamos. Remember Atenco. Vivimos en una democracia, pero tenemos una sociedad civil escuálida que no sustenta el respeto por la legalidad. “Así -cito a Castañeda-, no debería de sorprender que hoy, después de casi 500 años de padecer un estado tan fuerte, la sociedad civil sea tan débil”. En otro ámbito, el autor retoma el argumento de Juan Villoro sobre el éxito y la individualidad del mexicano: “sobresalimos en tareas que exigen soledad y sufrimiento, como la literatura y el Tae Kwon Do”, pero fracasamos en los deportes colectivos. En esos términos, el mexicano actual es ante todo un “liberal salvaje”; tan individualista que desprecia el espacio común y no encuentra motivos para la acción colectiva. ¿Les suena conocida esta faceta?


El libro no está exento de polémica, por el contrario, asume en ¡Juan Gabriel!, una especie de primera condición (pos)moderna mexicana, posmexicana. También su imagen del norte es chata y superficial: “El norte del país es industrial, moderno, violento, de piel clara y de escaso encanto, pero alimentado por la energía procedente de su proximidad a Estados Unidos y el carácter pasajero de muchos de sus habitantes”.
A diferencia de las fronteras, Monterrey, Saltillo, Chihuahua y Hermosillo (no menciona a Torreón), son ciudades de clase media, “pero son mucho menos seductoras que otras regiones; su gastronomía es plana, su música anodina, su arte poco original y su literatura contemporánea poco interesante”. Habrá pues, que invitar a Castañeda a La Laguna.
30 de junio 2011

miércoles, 29 de junio de 2011

Últimas encuestas

Se publican las últimas encuestas sobre el proceso electoral de Coahuila. La tendencia es simalar en los estudios publicados. Por acá El Universal entrega su segundo registro. Los resultados de Mitofsky se difunden hoy en un diario de Saltillo. La encuesta de Milenio-Gabinete de Comunicación reporta resultados similares. Covarrubias y Asociados en Excélsior el lunes pasado muestra una tendencia parecida.  Sin sobresaltos estadísticos.

domingo, 26 de junio de 2011

Deuda y más deuda

fuente: aregional, índice 2011

Revelador que a estas alturas de la campaña el IEPEC pretenda organizar un debate. Hasta ahora la acción más visible del instituto fue repetir ad nauseam la imaginativa campaña de promoción del voto. Pero los debates sólo son un dimensión de la campaña, en ocasiones pueden ayudar a definir una elección, Kennedy fue el modelo histórico. En general el debate es común en las agendas de los candidatos. Recientemente en el Estado de México presenciamos varios debates organizados por la autoridad electoral y otros más fueron convocados por los medios de comunicación. La confrontación directa entre los candidatos no alteró la tendencia electoral. En Coahuila, ante la ausencia sistemática del candidato priísta, Rubén Moreira, hubo debates a medias. Aunque en la última recta de las elecciones, el Instituto Electoral anunció un encuentro para el lunes. Veremos.

En el camino los candidatos han prometido de todo, incluso han entregado “atractivas” tarjetas. Sin embargo, al “qué” de la oferta política se olvida añadirle el “cómo”, y ya no digamos el “cuánto”. En este sentido, más que declaraciones individuales, hacen falta confrontaciones directas sobre un tema que nos debería ocupar a los contribuyentes: la deuda pública del estado.
En principio que un gobierno contrate deuda no debe alarmar, dado que es un mecanismo normal en la finanzas públicas. Y en ese punto tiene razón Rubén Moreira al hablar de inversión y desarrollo. Lo que en realidad hace ruido es el ritmo abrupto de la deuda que ya ronda los 8 mil millones y quién sabe en cuánto más podría terminar… En su último informe (7 de junio, 2011), Standard & Poor's bajó la calificación de riesgo crediticio por considerar que “la política financiera del estado es poco clara y la difusión de su información financiera es parcial”.

Meses antes (abril 2011), Fitch llegó a una conclusión similar y también bajó la calificación crediticia por “los altos niveles contratados de deuda bancaria de corto y largo plazo tanto del Estado como de sus organismos descentralizados; así como por la falta de claridad en sus políticas y prácticas administrativas en los temas de endeudamiento actual, futuro, y su registro contable”.

En tiempos de transparencia, las resistencias son el pan de cada día. Así, en el Índice de Transparencia y Disponibilidad de la Información Fiscal de las Entidades Federativas elaborado por la consultora aregional, se mide con regularidad la disponibilidad y calidad de la información fiscal generada por los gobiernos estatales. En vez liderar posiciones, el gobierno estatal se empeña en ocupar lugares mediocres. No sólo hay negligencia ahí, también la falta de contrapesos coloca al estado en una posición muy cómoda. 
Durante las últimas semanas las sospechas de corrupción ha generado más dudas sobre el manejo de los dineros públicos en el estado y la defensa de los funcionarios parace limitarse “a los tiempos electorales”. Me temo que estamos ante una historia más de impunidad donde los ciudadanos parecen espectadores.

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Anaya, 8 374 seguidores. Moreira, 14 119.

26 de junio, 2011

viernes, 24 de junio de 2011

Diálogo Calderón-Sicilia 1

   

   
   
Modificado por Joombly
   

   

Diálogo Calderón-Sicilia 2

   

    
  
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Diálogo desde el Castillo

fuente: presidencia.gob.mx
El diálogo inició con un silencio. El encuentro fue honesto, necesario, crítico. Habló Javier Sicilia, habló Julián Le Barón, hablaron otras víctimas, entre ellas una madre de Torreón partida por la desaparición de su hijo. Ahí estaban los secretarios, la procuradora, el presidente Felipe Calderón. No creo, como quienes quieren ver todo fracasar, que el encuentro se convirtió en un monólogo. Ahí estaban frente a frente, viéndose lo rostros, acaso con la esperanza de ver, que de todo esta desgracia se pueden sembrar tiempos mejores. Bien el presidente, bien Sicilia como representante de muchos que no tienen voz. Hubo respeto, también claras diferencias.

El poeta demandó una disculpa al presidente por los cuarenta mil muertos de la “guerra”. También llevó a la mesa varios puntos como la petición de crear una Fiscalía Social de la Paz; hacer una ley de atención y protección a las víctimas; cambiar el enfoque militar de la estrategia a un sentido social para atender el problema desde la salud pública; despenalizar el consumo de algunas drogas; crear la figura del auditor externo de la Policía Federal; aumentar los recursos destinados a la educación, tanto o más como los destinados a las instituciones de seguridad y acabar con los privilegios del Sindicato de la Educación; finalmente, la reforma política.

La respuesta del presidente comenzó como un “me duele” y recordó los casos de tantos policías y ciudadanos inocentes que han perdido la vida a manos de los criminales. Calderón aceptó el perdón, pero también, en un tono de regaño le contestó a Sicilia: “Y coincido en que debemos pedir perdón por no proteger la vida de las víctimas pero no por haber actuado contra los criminales que están matando a las víctimas, eso definitivamente es un error y en eso, Javier, sí estás equivocado. Sí, sí es de pedir perdón por la gente que murió a manos de los criminales, por no haber actuado contra esos criminales.Pero si de algo me arrepiento en todo caso no es de haber enviado fuerzas federales a combatir criminales que nadie combatía por miedo o estaba comprado con ellos”.
Durante el diálogo hubo razón de las partes y la crítica no estuvo ausente. Pero a estas alturas, lo que ya no podemos hacer es culpar al gobierno en la persona de Calderón. La responsabilidad en este tema es corresponsabilidad, y ahí los gobernadores, los presidentes municipales, los jueces, los ministerios públicos han llegado tarde.

¿No así los ciudadanos? Para decirlo con otras palabras: nos quedan a deber, y mucho. Pero igualmente como sociedad hay incuria, desprecio por lo público, tolerancia a la corrupción.
Quizá el día de mañana el presidente Calderón sea recordado como el presidente de la violencia y la guerra contra el crimen. Pero entonces, más allá de las conocidas mentadas al ejecutivo ¿cuándo será depurado el sistema de justicia? ¿Cuándo se responsabilizará a los jueces y ministerios públicos por el fracaso de la seguridad? ¿Cuánto más debemos esperar para que los legisladores desde el Congreso impulsen un cambio institucional?
La respuesta no está en los políticos, sino en una sociedad que no se decide a cambiar. 

24 de junio 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/8981046

miércoles, 22 de junio de 2011

Más escándalos

Considerado el segundo a bordo en la presidencia, el funcionario movía importantes relaciones. Con el tiempo su fortuna creció generosamente y también su influencia. Hacía las veces de vicepresidente como jefe del gabinete, lo cual le demandó tiempo completo, pero eso no impidió que encontrara el espacio para fructíferos negocios privados. A pesar de que la suerte le sonreía, las cosas cambiaron abruptamente, lo cual nos recuerda que hasta el más poderoso puede encontrar límites.

El florentino decía: la política es como la rueda de la fortuna, hoy estás arriba, mañana abajo. Por eso, después de la publicación de una investigación fue evidente que el patrimonio personal del influyente funcionario se multiplicó notablemente. Para ser exactos: 20 veces en los últimos cuatros años. A fin de disimular su fortuna, el político utilizó testaferros para ocultar su patrimonio, lo cual no impidió conocer la ruta del dinero. Tras el escándalo, el poderoso funcionario tuvo que renunciar y a su jefa no le quedó más recurso que echarlo del gobierno.

Desde luego esta historia suena conocida en México, pero ¡no!, se trata de Brasil. El escándalo de corrupción ventilado hace algunas semanas, manchó al gobierno de Dilma Rousseff y terminó con la caída del ministro brasileño, Antonio Palocci, el mismo que desde el poder aumentó su patrimonio por veinte.
En los últimos días en Coahuila no han faltado los candidatos a la gubernatura que se pisan la “cola” entre ellos, sus equipos de campaña y hasta sus familiares. Tampoco han faltado los escándalos de corrupción a nivel nacional. Pero a diferencia de Brasil, en nuestro país no caen, ni tampoco pasa mucho después de las revelaciones. Por el contrario, a pesar de los escándalos, la impunidad se reafirma. En este punto, una de las grandes ausencias de la alternancia mexicana en el 2000, fue la rendición de cuentas. Se ganó en transparencia y acceso a la información, de eso no hay duda, pero pocas veces esa información llevó al llamado de las responsabilidades.

Es común que en una democracia funcional los actores políticos evidencien y destapen los malos pasos de sus competidores. Lo que no es común, y es el caso de la nuestra, es la ausencia regular de sanciones.
La rendición de cuentas es un contrapeso al uso y abuso del poder, pero el contrapeso que tenemos con el sistema de justicia sencillamente no funciona, y cuando lo hace, nos recuerda aquella máxima juarista: para los amigos la justicia, para los enemigos la ley.

22 de junio 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/8979753

lunes, 20 de junio de 2011

Malas señales

Escándalos mediáticos no faltan, evidencia acusatoria tampoco. Así, nos hemos acostumbrado a conocer con cierta regularidad los pequeños o grandes escándalos de corrupción gubernamental en el país. Funcionarios que utilizan el cargo público para fines privados, empleados que se enriquecen “explicablemente”, gobernantes que hace de la política un gran negocio. Sin embargo, dichas historias pocas veces tienen responsables tras las rejas o procesos administrativos sancionatorios.

A nivel nacional la Auditoría Superior de la Federación ha documentado con sólida evidencia atracos burdos al erario, incluso ha realizado señalamientos directos a funcionarios, pero al final, la historia termina en el mismo punto: la impunidad.
“No pasa nada” podría ser el argumento principal de esta historia que se repite. Pero lejos de procurar equidad con la ley, las formas de justicia promueven diferencias entre quienes detentan poder económico o poder político. Por alguna razón la libran” aunque la sospecha se verifique.

Tras la esperanza que motivó la alternancia en el año 2000, uno de los temas a propósito olvidado, fue el fortalecimiento del sistema de justicia. Al final el PAN no sólo terminó siendo una mala copia del PRI, sino que incluso, se sintió cómodo con las inercias del viejo régimen. La lógica del gatopardo: cambiar para no cambiar.
De manera tardía el presidente Felipe Calderón fustiga al PRI por el aberrante pasado, pero en su presente, el panista poco hizo por alterar el estatus quo. Al contrario, toleró y gobernó desde ese pasado que ahora recuerda con sentimiento en un discurso pronunciado en Stanford, la prestigiosa universidad estadounidense. El tiempo se agotó, y los golpes fallidos alimentaron más la arraigada costumbre de la impunidad. Acaso son el inicio del derrumbe panista frente al 2012.

Después de los vergonzosos fiscos orquestados por el gobierno federal, se ve con desconfianza los escándalos en Coahuila sobre enriquecimiento ilícito o para decirlo con el eufemismo, “enriquecimiento inexplicable”. Si la exhibición mediática no va acompañada en el corto plazo de una sanción considerable, entonces, la mala señal que se envía a los ciudadanos sólo fortalece la imagen de la impunidad.

17 de junio 2011

domingo, 19 de junio de 2011

Las cifras y las promesas

Bien dicen que prometer no empobrece, dar es lo que aniquila. En cada campaña (casi) no hay político que se resista a las promesas, aun cuando sean poco factibles. Lo importante es ganar votos y simpatías, así sea a costa de las necesidades. Las elecciones en Coahuila no son la excepción, por eso hacen falta debates, (hasta ahora desdeñados por el PRI), análisis de fondo y ejercicios periodísticos que superen la reproducción de las declaraciones.

Rumbo a la gubernatura, los dos principales candidatos, Guillermo Anaya y Rubén Moreira han prometido dinero por medio de la entrega de tarjetas.
En el afán por lo votos, ¡vaya democracia!, los candidatos han repartido al por mayor tarjetas bajo la promesa de que el primero de diciembre alguna de las dos será efectiva.
El candidato panista ha entregado “La cumplidora”, una tarjeta individual que promete mil pesos. Veamos los escenarios. Según el candidato a diputado, Miguel Ángel Wheelock, se entregarán alrededor de un millón de tarjetas, lo cual representa poco más de la tercera parte de la población del estado (2 millones, 748 mil).

Pero supongamos que Anaya gana y el primero de diciembre depuran el padrón para atender estrictamente a la población marginada conforme al parámetro de Coneval que mide la pobreza multidimensional.
En esos términos, 3.1% de la población coahuilense se ubica bajo la línea de pobreza extrema, para no hablar de los otros niveles de pobreza que afectan al 32.9% de la población estatal.
Si Anaya atiende al grupo más vulnerable estaría trasfiriendo, bajo un cálculo conservador, más de 372 millones de pesos anuales.
Está claro que si pretendiera cubrir únicamente la mitad del millón prometido, el presupuesto estatal sería insuficiente.
A razón de 500 millones de pesos mensuales, terminarían las finanzas estatales con una carga anual de ¡6 mil millones de pesos! No hay subsidio que alcance, ni estado que aguante. Pero prometer no empobrece…

La fórmula también la podemos aplicar a Moreira y la tarjeta “Más Mejor” que promete beneficios sociales hasta por cinco mil pesos. Hay un “pequeño” detalle adicional que el candidato priísta no explica en su amplia propuesta de campaña: ¿Cómo manejará la deuda de más de 8 mil millones de pesos que dejó su hermano y que podría aumentar a 14 mil? Entre hermanos el detalle parece “menor”, pero no hay duda que compromete la operatividad del gobierno.
Al final, ambos candidatos se parecen mucho en un punto: los dos buscan domar a los electores coahuilenses con cientos de miles de tarjetas. ¡Vaya democracia!

Marcador Twitter: Anaya 7 853 seguidores; Moreira 13 637. 

Milenio 19 de julio 2011

Encuestas y elecciones

El proceso electoral en Coahuila 2011 ha motivado la aplicación de miles de encuestas en el estado. Varias empresas nacionales y locales han realizado estudios. Hay quienes las descalifican; a veces por ignorancia, a veces por propaganda.
Hoy se sucita un interesante debate en Milenio Laguna sobre el papel de las encuestas. El coordinador de la camapaña del PRI, Armando Luna Canales, habla sobre las metodologías; Rodolfo Walss, regidor panista y crítico constante, cuestiona los resultados fallidos en otras elecciones; Edgar Salinas, analista político, comenta sobre la relevancia de las encuestas en escenarios de inceridumbre. 
Reitero una advertencia: Las encuestas son análisis y estimaciones estadísticas, no asuntos de fe.

martes, 14 de junio de 2011

El candidato de la seguridad

Si hay un problema que nos agobia, por decir lo menos, es la inseguridad. En todas sus modalidades, la inseguridad hizo un estigma visible en la región Lagunera, luego pasó al resto del estado de Coahuila. Por lo mismo, la serie de operativos de la Marina en el centro y norte del estado han dejado claro el tamaño de la descomposición.
En esa circunstancia, Guillermo Anaya, candidato panista a la gubernatura, abandera como principal oferta política atender el problema de la inseguridad: “Aquí estoy para partirme el alma…” dice en sus spots. El eslogan de Anaya lo define como el candidato de la familia coahuilense, pero sobre todo, hace énfasis en un deseo general de la entidad: “Coahuila Libre y Seguro”.

Su propuesta de campaña en materia de seguridad comienza con una breve descripción del problema donde se retoman indicadores del INEGI, como la Encuesta Nacional sobre Inseguridad 2010, además de reconocer a Torreón entre las ciudades más violentas del país. Para Anaya se debe “mejorar la seguridad, la justicia y el respeto de los derechos humanos: éstos son, sin duda, tres de los temas prioritarios para Coahuila y requieren acciones conjuntas de los tres órdenes de gobierno y de la sociedad civil”.

En diferentes foros Anaya ha denunciado que como nunca la inseguridad se desbordó con el gobierno de Humberto Moreira. Y en parte tiene razón, en tanto la mayoría de los delitos competen al fuero común. Sin embargo, a nivel de la opinión pública varias ambivalencias juegan en contra del panista. Por una parte los coahuilenses aprueban la intervención del ejército y la lucha contra el narco emprendida por el gobierno de Felipe Calderón; pero por otro lado, la responsabilidad se le asigna al ejecutivo federal. De ahí el “éxito” del discurso bravucón del exgobernador Humberto Moreira, quien culpabilizó una y otra vez al gobierno federal por la inseguridad en el estado. 

La propuesta de Anaya no es novedosa, más bien se inserta en los compromisos establecidos en el Sistema de Seguridad Pública, lo cual es deseable para integrar una política coordinada. Por ejemplo: la consolidación de la policía única.

Entre sus propuestas relevantes está verificar la confiabilidad de los agentes del Ministerio Público, custodios de los Ceresos y también los jueces del Poder Judicial. Por lo general se habla mucho de la (des)confianza en los policías, pero poco de los jueces. Y ese punto es clave para cerrar la pinza entre la fuerza y el sistema de justicia.
¿Será Anaya el candidato que pudiera aminorar en el lapso de un sexenio los problemas de inseguridad en Coahuila? Dadas las circuntancias, la tendencia y los ciclos de violencia, me quedo con la sensación que ni Anaya, ni el candidato Moreira harían una diferencia significativa.

Marcador Twitter

No hay novedad. Seguidores de Anaya: 7 473. Moreira: 13 048. 

12 de junio 2011

viernes, 10 de junio de 2011

Caravana del consuelo


La visita de la Caravana por la Paz el miércoles pasado, se dio en la circunstancia de una semana violenta en La Laguna. Parece que no podía ser de otra manera, porque el crimen y la violencia son parte cotidiana de nuestras calles. Un día sí, otro también. ¿Debemos acostumbrarnos a vivir así? No lo creo.
Asistí a la también llamada Caravana del consuelo que lidera el poeta Javier Sicilia. Su visita en Torreón estuvo organizada por varios activistas laguneros como Miguel Valdés y Víctor Cabrera. Fue notable la presencia de personajes como Julián Lebarón, Emilio Álvarez Icaza y Andrés Lajous. No menos lo fue la presencia de laguneros agraviados y desgarrados por la tragedia. La breve reunión funcionó como una enorme terapia de grupo, había necesidad de hablar, pero sobre todo, de ser escuchado.
Es evidente que la violencia desbordada del crimen ha causado un severo trauma social. Empezó con cientos y acaso se extienda a varios miles de ciudadanos en los próximos años. Por eso fueron alentadoras las breves palabras de Julián Lebarón,  quien lejos de trasmitir odio o un reclamo sin sentido, trasmitió valentía y esperanza. Igualmente el mensaje de Sicilia recoge lo que muchos no se atreven a llevar, a expresar. Por eso una de las funciones de la caravana fue el consuelo y el desahogo en grupo. No es cosa menor cuando se minimiza, como lo hace el vocero de Seguridad, Alejandro Poiré, el registro de los “daños colaterales”.
Así, algunos laguneros expresaron sus tragedias o las de sus hijos asesinados. Denunciaron injusticias y se nombraron varios nombres de los cientos de desaparecidos en el estado de Coahuila. Tan sólo hace tres años la agrupación Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUNDEC), empezó con una lista de 20 casos, y ahora suman 180. A estas alturas no es difícil pensar en las fosas de Durango o Tamaulipas. Por lo mismo es profundamente significativo traer a la memoria esos nombres, para así regresarlos a su dignidad humana.
¿Qué logrará la Caravana y la fuerza de Sicilia? Quizá el movimiento político pueda parecer un grito desesperado en el desierto. En lo personal pienso que puede conducir a catalizar cambios institucionales. El próximo diálogo del poeta en el Congreso es un primer paso. 

10 de junio 2011
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/8972948

miércoles, 8 de junio de 2011

La caravana



Si no hay contratiempos, hoy estará en Torreón la Caravana por la Paz que encabeza el poeta Javier Sicilia. En su recorrido por el país con destino a ciudad Juárez,  se han sumado diversos movimientos locales que tienen que ver con la violencia, pero también con otros temas, como sucedió en San Luis Potosí, donde un grupo de ciudadanos denunció el problema ecológico de la mina San Xavier. En otras palabras el movimiento abanderado por Sicilia ha tomado otras dimensiones, pero también otras demandas distintas a la inicial. 

De alguna manera el movimiento rebasó al poeta; ahora aglutina una diversidad de peticiones y acaso intereses. Esta diversidad no descalifica las propuestas, aunque sí dificulta la unidad del mensaje y la posibilidad de concretar las demandas. A nivel general hay conceso en cuanto al rechazo de la violencia y cada vez más se escucha la exigencia de un cambio de estrategia, aunque el vocero oficial, Alejandro Poiré, argumentó esta semana a través de un cómic y un texto en su blog, que es un mito pensar que el gobierno solo utiliza la fuerza. Mito o no, los resultados son preocupantes y de seguir el camino actual la victoria será pírrica. Al respecto Eduardo Guerrero recientemente publicó en Nexos (junio 2011) las correlaciones entre el combate, el aumento de la violencia y la fragmentación de los grupos criminales.
 ¿De qué ha servido la violencia? ¿A la vuelta de los años que resultará de todo esto? 
Otras sociedades han aprendido y por lo tanto han cambiado significativamente el rumbo de sus instituciones. Por eso hay que darle importancia y apoyar una demanda clave de la Caravana: la reforma política. Se coincidirá o no con otras demandas promovidas por Sicilia, pero indudablemente la Caravana podría ser un catalizar para el tema de la reforma del poder. Hacen falta otros caminos e incluso, formas de democracia directa que permitan canalizar los intereses y las demandas de los grupos. En otras palabras, una válvula de escape. 
Para los políticos profesionales los tiempos en México todavía son otros, por eso la  Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados canceló ayer la posibilidad de retomar el tema. Está claro que de la Cámara no va venir ese cambio, por eso movimientos como la Caravana pueden empujar la demanda y por qué no, presionar para que avance. 
8 de junio de 2011
http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/8972061







lunes, 6 de junio de 2011

El candidato de los indicadores

Rubén Moreira es el candidato de la continuidad, pero a juzgar por su propuesta de gobierno, se presenta también como el candidato de los indicadores. Si su hermano Humberto fue el gobernador de los puentes y los programas sociales (medio para domar al elector); Rubén se presenta, más allá del pleonasmo, como el candidato que mejorará más de 400 indicadores.

En principio se trata de una diferencia en el estilo personal de gobernar. Hablar de indicadores no sólo supone “hacer”, sino hacer bien bajo parámetros de medición y evaluación. Para el candidato al gobierno de Coahuila, se requiere la mejora de cientos de indicadores de competitividad, así como cumplir las metas del Milenio. En su oferta política Moreira despliega un programa ambicioso que incluye carreteras, becas, nuevas leyes y hasta un banco de la mujer.

¿Cómo se harán las promesas, cuánto costarán? ¿Hay factibilidad en lo que se propone? Para Moreira no hay duda que se harán, aunque no habla a su vez de la deuda que arrastra el gobierno estatal, ni de los números detrás de un previsible aumento de la burocracia y en consecuencia del gasto corriente. Retomo las palabras del candidato: “Para hacer realidad las propuestas… es necesario contar con un gobierno eficiente, una nueva ley estatal de planeación y las adecuaciones a otras normas que nos permitan una reingeniería de la administración pública y un sistema de evaluación permanente de la gestión de gobierno a través de indicadores”.

Con una personalidad más discreta y lejos del florido discurso de Humberto, Rubén expresa un idea de gobierno más elaborada en contraste del “gobierno” con base a la obra pública y los programas sociales, sin reparar desde luego, en el despilfarro, la ineficiencia e incluso la corrupción.
¿Será esto posible? Veamos el ámbito de la educación. El candidato priísta propone una meta clara: Elevar el nivel promedio de escolaridad a 11 años.

Actualmente en Coahuila el promedio de escolaridad es de 9.5 grados. A nivel nacional la media registra 8.6 niveles (INEGI, 2010). Avanzar 1.5 grados es deseable y acaso factible. Una ruta para aumentar el nivel educativo, dice el candidato es lograr la cobertura universal y el acceso a la educación preparatoria para todos los jóvenes del estado. De ser así esto requiere abrir más escuelas y aumentar el personal docente, no obstante el abuso asociado de los maestros comisionados. Dada la tradición sindical de Moreira, es remoto que ese punto se depure.

Así, lo relevante no está en la cantidad, sino en la calidad. Quizá a fuerza de cantidad se pueda aumentar el nivel promedio de escolaridad en el estado, lo cual no se traduce necesariamente en calidad educativa. La prueba Enlace ha demostrado una ligera mejoría en asignaturas de español y matemáticas para la educación básica y media en el estado. Bajo el ritmo registrado en el indicador, se “avanza” a pasos insuficientes. Por lo mismo, la alternativa no está en dar más plazas al sindicato, sino en revisar a fondo la calidad. Y ahí, el presupuesto millonario destinado a la educación en Coahuila, más 13 mil millones, no parece hacer la diferencia.

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Esta semana la tendencia sigue estable: Anaya registró 6 989 seguidores. Rubén Moreira 12 487.

http://impreso.milenio.com/node/8970203 

viernes, 3 de junio de 2011

Arizona, Inglaterra ¿Y México?


Ya sé lo que pensarán. Las comparaciones son odiosas. Pero también necesarias para mirar otras perspectivas que tal vez nos den luz a problemáticas comunes. Tras meses de polémica en Arizona, la multicitada ley SB1070 parece encontrar otro cursos en la población estadounidense. El proyecto de ley fue promovido por el presidente del senado en el estado, el republicano Russell Pearce.  La ley tuvo el aval de la gobernadora Jan Brewer.
 Hasta ahí la historia parecía ir sin sobresaltos, pero por medio de una controversia constitucional se echó abajo los párrafos de la ley donde se criminalizó a los inmigrantes. Sin embargo, las cosas no se quedaron ahí, y por estos días un grupo de ciudadanos decidió ir más allá: promover la revocación de mandato del patriótico senador. En protesta se organizaron y recabaron el doble de firmas requeridas, unas 18 mil, para solicitar la revocación del legislador ante la oficina de la Secretaría de Estado. El siguiente paso es la validación oficial, que de verificarse estaría revocandoel mandato de Pearce, y por lo tanto, la gobernadora tendría que convocar a elecciones. En contraparte el senador se ha defendido y ya lo apoya un grupo de patriotas que comparte sus ideas. Lo interesante del caso es el mecanismo de contrapeso y rendición de cuentas que pueden ejercer los ciudadanos de manera sencilla y directa. Alguien pensará que este tipo de figuras se presta para el abuso, pero en mucho tiempo no se ha ejercido en Arizona. Lo importante es la posibilidad que tienen esos ciudadanos para ejercer un contrapeso. No sabemos cómo terminará la historia del senador. Por lo pronto, las firmas ya están registradas.
De manera paralela en Inglaterra, un parlamentario ingresó esta semana a la cárcel por hacer fraude con la declaración de sus gastos como legislador. Lord Taylor of Warwick, de 58 años, deberá cumplir una condena de un año por declarar otra residencia en Londres, a fin de obtener recursos extras por 11 mil libras para cubrir supuestos viáticos. Lo cierto es que el legislador vio la forma de “ganar” más dinero falseando la dirección de una residencia. Así lo hizo hasta que los descubrieron y lo enviaron a la cárcel. Su condición de parlamentario no lo amparó contra el fraude, por el contrario, fue juzgado como cualquiera que comete un delito. El mensaje es poderoso para los ciudadanos de esos países, sobre todo, para sus políticos.
¿Se imagina lector estas posibilidades al alcance de los ciudadanos en México? ¿Qué sucedería en Torreón donde luego nos esteramos de cada cosa? ¿Cuánto durarían nuestros políticos? Estas herramientas para los ciudadanos están vedadas convenientemente en nuestro país, de ahí la relevancia de la reforma política. Por otra parte, el sistema de justicia es profundamente inequitativo y termina por ofrecer una patente de corso a quienes ejercen el poder. Ambos caminos no están en las opciones reales de los partidos en México y tampoco podemos esperar mucho de quienes detentan el poder. Si los partidos han fracasado, no queda más camino que empoderar, quiero decir, empoderarnos los ciudadanos

3 de junio 2011
Milenio, http://impreso.milenio.com/node/8969257

jueves, 2 de junio de 2011

Ayer Oaxaca, hoy Michoacán

Hablar de educación suena bien, vamos, hasta es un tema “políticamente correcto”. Por lo general los políticos profesionales lo incluyen en sus discursos, en sus propuestas y hasta en las explicaciones que ofrecen sobre los problemas sociales a resolver. En los últimos años se ha insistido que la respuesta a la inseguridad está en la educación. Es con educación, afirma este discurso, y no con las armas como se combate al crimen.

Pero en el estado actual de cosas en México ¿es la educación una alternativa? ¿Realmente podemos pensar que la educación contrarresta los efectos de la criminalidad? Dinero para la educación hay y mucho. Los recursos son igual o más como en aquellos países donde se obtienen los mejores resultados. El resto de la historia ya la conocemos: un sistema educativo con recursos millonarios (¡más de 230 mil millones en el presente año!), que produce desastrosos resultados. 

Y no es que la culpa la tenga el sindicato, sino los incentivos perversos que auspician el despilfarro. Por ejemplo, la salida gubernamental al paro de la Sección 22 en Oaxaca terminó por reafirmar el poder del sindicato y su capacidad para doblegar a las autoridades. Dejaron sin clases a más de un millón y medio de alumnos en el estado, y aún así acaban de cobrar por lo que no trabajaron. En respuesta el gobierno de Gabino Cué premió a los maestros, si de alguna manera les llamamos, con un presupuesto superior al acordado la semana pasada (mil 616 millones). 

De esa manera los maestros responden a los incentivos de las instituciones. Por eso sus pares en Michoacán del CNTE hacen lo mismo. Suspenden clases en miles de escuelas y 600 mil alumnos pueden esperar. Dentro de la lógica institucional los maestros no exageran ni demandan lo que no está a su alcance. Si bloquean la prueba Enlace es porque sencillamente no desean ser evaluados y se hace su voluntad. ¿Será esta la educación con la cual se puede combatir la criminalidad? Está claro que no.

Bien dicen que el ejemplo arrastra, por lo mismo, la señal que desde las instituciones se envía a los ciudadanos es profundamente negativa. No nos extrañemos luego de los resultados. Ayer Oaxaca, hoy Michoacán ¿y mañana?

1 de junio 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/8967910