sábado, 29 de mayo de 2010

¡Vamos Antanas!


El punto de partida es sencillo: escribir la historia con lápiz y no con sangre. El entorno es complejo y exige inteligencia, pero también imaginación y liderazgo para lograrlo. Preguntémonos si se pueden cambiar entornos degradados por la violencia, el crimen, la desigualdad. ¿Se pueden cambiar las conductas de los ciudadanos? ¿Se pueden recuperar los espacios públicos tomados por el hampa? La respuesta es sí, y diversos ejemplos latinoamericanos demuestran que la política puede ser un medio para recomponer el rumbo.

Ciudades como Curitiva en Brasil, hoy paradigma de inclusión social entre los urbanistas; ciudades como Bogotá y Medellín en Colombia, han demostrado que a pesar de las problemáticas profundas como pobreza, violencia o inseguridad, están siendo abordadas con éxito desde los años noventa. En esas localidades el poder no sólo lo ejercen sus gobiernos, sino los ciudadanos que han contribuido con el rumbo de esos cambios.

Si hoy, esas ciudades son más habitables, más humanas, es porque ha habido un conjunto relevante de ciudadanos dispuestos a que así sea.  La pregunta no es ociosa: ¿Qué gobierno queremos reflejar? ¿Qué valores comunes somos capaces de practicar?
Y justamente, una ciudad con mala fama mundial como Bogotá, invadida por el narcotráfico, marcada por la pobreza y en visible decadencia urbana, ha logrado una transformación exitosa en las últimas décadas, que si bien, no se han resuelto todos los problemas, sí se ha logrado instituir responsabilidad entre el gobierno y sus ciudadanos. Acaso por eso, una sociedad que toca fondo, produce políticos como Antanas Mockus, Enrique Peñaloza o Sergio Fajardo.

Con amplio reconocimiento internacional, estos políticos colombianos, académicos los tres y ex alcaldes, los dos primeros de Bogotá, y el último de Medellín, han sacudido las formas de hacer política, pero sobre todo, han logrado lo que parecía imposible: disminuir la violencia, consolidar valores cívicos, fomentar y arraigar la cohesión social.
Por eso resultan importantes las elecciones en Colombia que se realizarán mañana. Se renovará la presidencia, encabezada hasta ahora por el muy popular y duro presidente Álvaro Uribe, quien fracasó en el intento de reelegirse por tercera vez. Los candidatos con más posibilidades son dos. Por un lado, el candidato oficialista y ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos. Por otro, Antanas Mockus, filósofo y también matemático como su compañero de fórmula para el cargo de Vicepresidente, Sergio Fajardo, abanderan el Partido Verde. 
Las encuestas han mostrado una ligera ventaja de Mockus, en realidad más cercana al empate técnico; pero también existe la posibilidad de ir a una segunda vuelta, donde entonces sí los colombianos impulsen con toda claridad el triunfo de uno de los dos.
Ambos candidatos representan dos estilos diferentes de gobernar. Santos como ex miembro del gobierno de Uribe es partidario de políticas duras contra el crimen, lo cual le valió al gobierno de Uribe altos niveles de aprobación como gobernante. Por el contrario, las políticas de Mockus como gobernante, desarrollaron estrategias para la educación cívica a fin de valorar el principio “sagrado de la vida”. Mokcus el excéntrico, el político poco convencional, impulsó como alcalde un desafío de corresponsabilidad: Armonizar ley, moral y cultura.

Dicho en otras palabras, los ciudadanos también son agentes de cambio, que si bien, no nacen como tales, sí se van haciendo conforme a las reglas alentadas desde las instituciones. Esas reglas fueron impulsadas por el propio Antanas a través de acciones locas, excéntricas o aparentemente ridículas: mimos para fomentar el buen tránsito vial, gotitas contra la violencia o la ley zanahoria.
Este político con fama de honesto, logró bajar sensiblemente los índices de criminalidad y violencia, pero sobre todo, logró con su liderazgo, impulsar buenas prácticas ciudadanas para hacer un buen gobierno. Por eso, detrás de sus acciones como gobernante, están en realidad las ideas del filósofo Jürgen Habermas y el economista Douglass North, quienes han abordado el espacio público y las posibilidades del cambio institucional.

Para Mockus, esta epata de la historia de Colombia se escribirá con lápiz y no con sangre. De ahí que la imagen de su campaña utilizó un lápiz como símbolo de lo que se quiere y se puede construir en el futuro. Desde esta perspectiva, escribió entre nosotros Ernesto López Portillo: bienvenida la “colombianización” de México.
Ojalá pronto impulsemos nuestros Mockus, Fajardos y Peñalosas.

viernes, 28 de mayo de 2010

El general en su laberinto


Mucho se opina sobre la inseguridad. Esta semana, un grupo empresarial de la región exigió la renuncia del General retirado Bibiano Villa, quien ahora se desempeña como director de Seguridad Pública de Torreón. 
Este grupo argumenta la falta de resultados, sin embargo, en este caso los críticos no ofrecen una evaluación seria de la seguridad y los comportamientos delictivos. ¿Dónde están los indicadores para medir en el tiempo el problema delictivo? ¿Dónde están los parámetros para evaluar el desempeño?  De poco sirve destituir a uno, para traer a otro, si de por medio no hay instrumentos de evaluación como un semáforo delictivo o una “barómetro” de convivencia donde se fomente el respeto público y el valor de la vida. Quitar a uno para traer a otro, no nos libra del laberinto de la inseguridad. Por cierto, ¿porqué excluir del reclamo a los jueces

sábado, 22 de mayo de 2010

¡29 puntos! Rocío



Dura es la realidad, y por lo mismo, más vale asumirla. Aunque la política se alimenta de percepciones −la forma es fondo, decía uno de nuestros clásicos mexicanos−, también exige realidad. Con facilidad un hombre público suele perderse en el canto de las sirenas. No en balde afirman que el poder es el mejor afrodisiaco.
En este sentido, competir por el poder, ir a una campaña, organizarla, administrarla, forma percepciones, pero sobre todo, exige mucha realidad. Los pies en la tierra, porque al final, la política, más que voluntad, se hace de resultados.

Pero ¿cómo van los candidatos con su realidad allá en Gómez Palacio? ¿Cuánto han avanzado en su carrera hacia el poder? Durante la semana se difundieron los datos de una encuesta realizada por la prestigiosa firma Mitofsky, encuesta por cierto, que se puede consultar en la página www.consulta.com.mx. Dicho estudio de opinión fija parámetros y muestra tendencias electorales. Sin embargo, hay que repetirlo, una encuesta no es una bola de cristal, pero sí una metodología estadística que desarrollada con rigor y seriedad, puede ser muy certera en sus predicciones.
Por lo tanto, cualquier campaña política que se precie de moderna, incorpora estas mediciones como parte de su estrategia. Aún así, no resulta extraño escuchar a los políticos descalificar o en el mejor de los casos, despreciar estos instrumentos.

A más de un mes para que se realicen las elecciones locales, la tendencia electoral que muestran los resultados de la encuesta, son sumamente alentadores para la candidata del PRI, Rocío Rebollo. 52% de las preferencias de voto están a favor de Rocío, mientras que muy abajo, con 23%,  aparece el candidato de la Coalición Augusto Ávalos29 puntos de diferencia separan a Rocío de Augusto cuando ya ha transcurrido más de la mitad de la campaña. Pero ¿por qué tanta diferencia si Ávalos ya había sido candidato hace tres años?

En esto de la encuestas es sencillo perderse entre los números y los colores de las gráficas, pero sí vemos con detenimiento otras variables, comprendemos por qué hay tanta distancia entre uno y otro. A diferencia de Rebollo, Ávalos carece de una estructura sólida en el terreno, principalmente la que representa el PAN, porque en realidad el PRD es un decir; en cambio Rocío cuenta con una amplia identificación partidista que ronda hasta un 40% del electorado. 

En otras palabras Rocío conduce un Mercedes-Benz, mientras Augusto, anda en un "vochito", y eso es lo que hará la diferencia a la hora de competir, de ganar. Es decir, Rocío trae buena estructura y equipo, mientras que Augusto carece de estructura y su equipo no se nota o no le ayuda.
Augusto ha desaprovechado la campaña y sobre todo, la “buena” fama administrativa del acalde en turno, aunado a otros elementos de malestar en el ambiente. En cambio Rocío se ha concentrado en su propuesta y ha logrado ligar con éxito a la candidata con el partido, a la persona con los ciudadanos.  Esto sitúa a Rocío (casi) como la próxima presidenta municipal de Gómez Palacio. Y si es así como lo demuestran las encuestas, Rocío tendrá, no sólo importantes retos para liderar el Ayuntamiento de Gómez Palacio, sino una enorme responsabilidad para reivindicar el apellido de su padre: José Rebollo.

Si para Augusto el Partido Acción Nacional es un lastre, ahora disminuido en la imagen de la Coalición; para Rocío, su hermano Ricardo, actual diputado federal, es una carga que ella ha tenido que aligerar.
En consecuencia, Rocío tiene la obligación de cursar por completo su periodo como presidenta municipal, porque si no, ¿para qué pedir el voto de los gomezpalatinos? Por otro lado, se enfrentará al problema inmediato de recomponer el rumbo administrativo del ayuntamiento, incluyendo la actual deuda en el tema de la transparencia.
Por lo demás, ya los electores decidirán el próximo cuatro de julio.  

sábado, 15 de mayo de 2010

Adiós Gordon

Debate

Lo confieso, admiro el sistema inglés, su parlamento, su historia. Tengo bien presentes los diversos sucesos de la historia británica y la invención de su sistema político, en especial desde el siglo XVII.  Al mismo tiempo, admiro y visito los filósofos de los siglos XVII y XVIII a quienes se puede leer con provecho actualmente. De Thomas Hobbes, la lectura obligada del Leviatán, ahora tan vigente para el caso mexicano con la incapacidad del estado para brindar seguridad a sus ciudadanos. Igualmente imprescindibles los ensayos de John Locke sobre el gobierno civil, la tolerancia y el entendimiento humano. David Hume, escéptico, provocador, dispuesto a derribar prejuicios, polemista de altura. Por otro lado, es la época de Newton, Leibniz, Berkeley  y por supuesto Adam Smith y David Ricardo.
Pero en ese tiempo de grandes hombres, Inglaterra padecía una enorme desigualdad: la concentración de la riqueza estaba en pocas manos, al tiempo que venía emergiendo una incipiente clase media de comerciantes y empresarios. No obstante la riqueza concentrada en pocas manos, con casi la mitad de la población en la pobreza, Inglaterra había hecho un siglo antes, las reformas que a Francia le costaron la bastante sangre con la cruenta revolución. Igualaron el pago de impuestos a todos sus súbditos, retirando así los privilegios a la nobleza, tradicionales al viejo sistema feudal (1660). Con los años, este cambio impulsó mayor igualdad social, en un momento de transición política, donde los parlamentarios tomaron el poder, en contrapeso a la monarquía (1688).
Había otros problemas como la violencia y los conflictos religiosos, la Corona impulsó la libertad de cultos por medio del acta de tolerancia (1689). Paralelo a estos vinieron otras innovaciones, no sólo las tecnológicas de la llamda revolución industrial, sino también las fiscales con la creación del Banco de Inglaterra (1694) y por supuesto,  una “revolución financiera” (1696).

Con la profunda herencia de estas reformas, la isla conformada por Inglaterra, Irlanda y Escocia, se mantiene vigente como una monarquía constitucional con unos 61 millones de británicos. Hablamos de una de las democracias más sólidas en el mundo, con una larga tradición de pesos y contrapesos, vigilancia y responsabilidades. Por eso, y tras una serie de auténticos canales de representación, el gobierno inglés es congruente como  expresión ciudadana. Es decir, hay una correspondencia puntual entre el parlamento, el lugar donde se hace las leyes, y el gobierno.

En este sentido, bajo el mando de la Reina Isabel II, los británicos fueron a elecciones el jueves 6 de mayo para renovar más de 600 parlamentarios de la Cámara de los Comunes, de donde posteriormente se definió el primer ministro.  Los comicios fueron cerrados, tal como lo pronosticaron las encuestas. Los conservadores liderados por David Cameron, lograron 306 asientos, mientras el partido laborista del ahora ex primer ministro Gordon Brown sólo obtuvo 258, y los liberales demócratas encabezados por Nick Clegg ganaron 57 asientos en el parlamento. Bajo un escenario de gobierno dividido y sin mayoría (hung parliament), Brown no tuvo más opción que dimitir ante la imposibilidad de llevar un gobierno fuerte, de esa manera, él mismo reconoció y dejó libre el camino para la coalición formada por Cameron como primer ministro y Clegg de viceministro respectivamente.


Después de 13 años de laborismo con el sello de Tony Blair y el descalabro imperdonable por la participación inglesa en la guerra de Irak, Brown, su sucesor inteligente, pero también anti carismático, le presentó a la reina su renuncia. Mientras tanto, la reina invitó a Cameron como primer ministro.  El principal tema de las elecciones fue la economía, saliendo a relucir los excesos en el déficit público.  Por lo pronto Cameron de 44 años ha nombrado a su nuevo gabinete, pero al mismo tiempo, el partido perdedor, los laboristas, tiene la obligación de formar una contraparte de ese gabinete, a fin vigilar su desempeño. Es decir, la tarea de gobierno arranca inmediatamente.
El adiós de Brown termina con una época gloriosa de los laboristas bajo el liderazgo envidiable de Blair, que sin embargo, al final de su periodo se vio ofuscado y precitado por la participación de Gran Bretaña en la guerra de Irak, y lo que después se vivió en las calles londinenses con algunos atentados terroristas.
Invitación al gobierno

Al final, la monarquía parlamentaria sigue ofreciendo lecciones, no de perfección política, sino de una menor imperfección democrática que continúa renovándose a bien de sus ciudadanos. Visto desde su propio contexto, el historiador Timothy Garton Ash describió así el momento: “es posible que Reino Unido se convierta en un país más moderno, liberal y federal (en la práctica, aunque no lo sea oficialmente), pero lo va a hacer a una velocidad muy británica, de cangrejo. Estamos aquí de nuevo en la patria del nos las arreglaremos". Si ellos avanzan a velocidad de cangrejo”, ¿nosotros cómo lo haremos en pleno siglo XXI?

el siglo de torreón
15 de mayo de 2010
twitter.com/uncuadros

miércoles, 12 de mayo de 2010

Unificar las policías

Hace un par de días se oficializó la unificación de policías en las ciudades de Durango, Gómez Palacio y Lerdo, bajo el mando del gobierno estatal.
El plan responde a una estretegia apoyada por la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).
Si bien, la unificación de las policías no es la panace, ni tampoco la solución ipso facto a la inseguridad, incluyendo el crimen organizado; sí es un primer paso para que operativamente resulta más viable la labor de las policías.

No es lo mismo tratar como 2000 mil corporaciones policiacas, que con 32.
Se avanza, es un primer paso, a lo que quizá sea en el futuro una policía única para todo el país.
Por lo pronto, ya tenemos la primera prueba en Durango. Entre otras cosas, esto significa, que las excusas, las justificaciones y la falta de responsabilidades se acotan. Así que con el tiempo, ese discurso ramplón de echarse la culpa entre los gobiernos, poco a poco se va agotando. Cuando finalmente sea uno el responsable, pensemos en la eventual policía nacional, ¿a quién culparán por el fracaso de la seguridad?

martes, 11 de mayo de 2010

Downing Street



Tras una nada aburrida elección y varios días de incertidumbre sobre el gobierno dividido, Gordon Brown ha dimitido y con ello terminaron 13 años de gobierno laborista.
Gran Bretaña no es la mejor democracia, pero sí una de las menos imperfectas.
David Cameron, líder del Partido Conservador es ahora el nuevo primer ministro, de un gobierno sin embargo, que estará  obligado a generar acuerdos y coaliciones con laboristas y liberales demócratas.

Fieles a la tradición, Cameron fue recibido por la Reina Isabe II quien los invitó formar el nuevo gobierno.
¿Que le habrá dicho?

sábado, 8 de mayo de 2010

Se buscan municipios competitivos

Hoy por hoy, muchas de las mejores prácticas de gobierno están en los gobiernos locales. Pero ¿Qué les espera a los municipios de nuestro país en el futuro? ¿Cómo afrontarán la sensible baja de recursos inestables como los del petróleo? ¿De qué manera pueden contribuir a la seguridad tan resquebrajada del país? En una pregunta: ¿Puede nuestro país cambiar su condición de subdesarrollo? La respuesta es , y la clave está en la columna vertebral del país: los municipios. Pero ese camino conlleva, más que grandes reformas −las tan esperadas, escuchamos por aquí y por allá−, un conjunto de pequeños cambios sólidos y bien extendidos. Hablamos de acciones robustas, inteligentes, comprometidas, que entonces sí, puedan generar cambios sustanciales para sustentar el futuro.

En este sentido, el CIDE ha documentado por años una serie experiencias exitosas en cientos de municipios del país, de los poco más de 2400. Se trata de pequeñas acciones que a la vez son innovadoras y creativas, no obstante de enfrentar una mayor carencia de recursos en relación a las finanzas de los gobiernos estatal y federal.
Sin embargo, antes que una tradición municipalista, la historia moderna de nuestro país está marcada por el peso, siempre asimétrico, de los gobiernos centrales, o en el mejor de los casos, de los caudillos.  Así el diseño institucional ha dejado en último lugar de importancia al primer actor que tienen los ciudadanos: el municipio.

Si algo muestra la distancia entre el gobierno más próximo a los ciudadanos y el más lejano, es la asignación de los recursos. Un pacto desigual, donde sólo el 30% de sus recursos proviene de la recaudación propia; el resto depende en un 70% de la “generosidad” estatal y federal.
Dadas esas condiciones los gobiernos locales enfrentan ya el problema de unas endebles finanzas públicas, con poca autonomía para sostener los servicios públicos y las demandas ciudadanas.

Acaso con  la excepción de municipios como Puerto Peñasco, Bahía de Banderas, Los Cabos, Rosarito, San Pedro Garza García, la gran mayoría carece de independencia financiera y por lo tanto, tienen una capacidad limitada para contribuir al desarrollo.

En otros ámbitos, los municipios enfrentan tres problemas urgentes: el manejo del agua, no sólo por su costo y distribución, sino por la ausencia sustentable de su disponibilidad. La Laguna es un “buen” ejemplo. Un segundo problema es la seguridad porque no se confía en las policías municipales y tampoco se cuenta con cuerpos profesionalizados, aunado a un irregular sistema de justicia.
Un tercer problema radica en la movilidad y el transporte. Si algo ha hecho notablemente desigual a las ciudades mexicanas del siglo XXI, es su sistema de transporte. Basado en el rey automóvil, nuestras ciudades se han hecho disfuncionales a la mayoría de los ciudadanos, incluso imposibles de caminar. Más que integrar, las ciudades se han convertido en referencia para la exclusión. Por ejemplo, por separado Mexicali, Monterrey y el DF  tienen más carros por cada mil habitantes que Berlín, Londres y Nueva York. Esto es tanto como manejar en sentido contrario.

Para mejorar nuestras ciudades, el IMCO, en su estudio de Competitividad Urbana 2010, propone acciones urgentes y concretas como homologar las cuentas públicas; aprobar la reelección de alcaldes y diputados locales a fin de generar incentivos para las buenas prácticas;  crear una policía nacional única; homologar los códigos penales; cobrar el agua conforme a su costo y auditar periódicamente los indicadores de gestión; privilegiar el transporte público, e impulsar instituciones con una visión metropolitana. 

Mejor trabajo no pueden tener nuestros municipios en el año del Bicentenario: disponer el entramado para la viabilidad de las ciudades del futuro.

jueves, 6 de mayo de 2010

Arizona




La inevitable "reconquista"
No me sorprende un nuevo intento por criminalizar inmigrantes en Estados Unidos. La Ley  SB 1070, impulsada y defendida por la gobernadora Jan Brewer se trata en realidad de una larga manifestación de leyes xenofóbicas en mayor o menor medida.
Durante el siglo XIX fueron bien conocidos los intentos, algunos exitosos, por apartar, expulsar y desincentivar a chinos, irlandeses, árabes, italianos, etc.
Ahora los latinos, los mexicanos nuevamente son "el problema". Quizá convenga recordar por un lado, el fracaso interno de nuestro país.

Por otro, endurecer las leyes, resulta contraproducente. Lo argumentó bien Beccaria en el siglo XVIII.  Al final, endurecer una ley, criminalizar en este caso, termina volviéndose contra si, acrecentando el efecto indeseado.

Alejandro Portes, científico social de Princeton, ha demostrado cómo el endurecimiento de las leyes contra la migración cubana a Florida, terminó empoderando a los cubanos para gobernar el estado y liberarse de esas restricciones.

Y si no, basta con ver el poder económico específico entre Arizona y México, a lo cual, dudo que ambas economías les interese bloquear.
Así que hay mucho de ideología e inmediatez ante un hecho más profundo e inevitable en la historia humana: las migraciones.

El economista Georg J. Borjas, quien da clases en la prestigiosa Kennedy School of Government en la universidad de Harvard, ha estudiado a profundidad la relación entre economía y migración. Una de sus conclusiones es que en vez de reducir las oportunidades, de afectar negativamente el trabajo, la inmigración ha beneficiado a los EU.
Más temprano que tarde, una ley de esta naturaleza terminará por darse un tiro en el pie, y si no lo creen, vean la siguiente tabla de los principales socios comerciales:
Fuente: Reforma, 3, mayo, 2010.

¿Será hay un viejo y profundo recuerdo de lo que antes era México?

sábado, 1 de mayo de 2010

Torreón, La Laguna y la competencia


Lo confieso, me apasionan los estudios, las mediciones. Con el perdón de mis amigos escritores, en más de una ocasión he sacrificado un cuento, una novela, por atender  estudios, estadísticas y manuales. Hay algo de manía en las profesiones.
Dicho esto, en la semana se publicó el importante estudio de Competitividad Urbana 2010, realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Se trata de la segunda edición del índice que ubica a los municipios y zonas metropolitanas más competitivas del país, no sólo en el ámbito económico, sino en oportunidades de bienestar social, educación e incluso en capacidad de relaciones globales. 

El IMCO presentó su investigación sobre el desempeño de 86 ciudades, a través del análisis de 111 variables agrupadas en 10 factores de competitividad. Las 86 ciudades estudiadas producen cerca del 80% del PIB nacional, concentran al 65% de la población, al 70% de la fuerza laboral del país y al 86% del talento nacional.

Esto hace del Índice el más completo en su categoría y una útil herramienta para la recomendación, implementación y mejora de las políticas públicas referentes a las ciudades del país. El propósito del informe es dar a conocer la situación actual de las ciudades mexicanas más importantes en términos poblacionales y de producción, así como dar un panorama amplio sobre las líneas de acción de política pública en las que es urgente actuar desde todos los órdenes de gobierno y desde la sociedad, para que las ciudades se transformen en actores que impulsen el crecimiento económico del país y donde sus habitantes tengan una mejor calidad de vida.

Los principales elementos de competitividad urbana que aborda el estudio son seguridad, gasto de agua, sistemas de transporte, oferta educativa, facilidad para hacer negocios, finanzas públicas sanas y transparencia gubernamental. 

De esa manera, entre las primeras cinco ciudades que más avanzaron durante los años 2006 a 2008, están Colima, Los Cabos, Mexicali, ¡Monclova! y Querétaro. Las cinco que más retrocedieron: Ciudad Juárez, Ciudad del Carmen, Valle de México, Zacatecas y Ciudad Victoria.  La ciudad más competitiva del país es la zona metropolitana de Monterrey.
En todo esto, ¿dónde está Torreón y La Laguna? De acuerdo al Índice, Torreón es considerado como zona metropolitana junto con Matamoros, Lerdo y Gómez Palacio. Su desarrollo es medio alto,  al igual que 32 ciudades más, sin embargo, tres limitantes le impiden avanzar al siguiente nivel de competitividad, para entonces sí, colocarse entre las 15 ciudades más competitivas: 1) el deterioro del medio ambiente, 2) el mercado de factores (capital+trabajo+territorio) y 3) la baja participación internacional.


En el estado de Coahuila, Monclova fue unos de los municipios a nivel nacional que más avanzó, en cambio, Durango capital, ahora en elecciones, fue uno de los que retrocedió. Saltillo es un caso que serviría para ejemplificar lo que no se debe de hacer con un gobierno municipal. Por eso “destaca” en el Índice por tener un sistema de “gobierno débil”. Y claro está: alcaldes que van y vienen, gasto excesivo en burocracia y falta de transparencia.
En el panorama nacional, dos ciudades fueron notables por contribuir a la exclusión social: Michoacán y Oaxaca, ya que ahí se registraron las peores prácticas en materia educativa. El deterioro por la inseguridad en varias ciudades entre ellas Ciudad Juárez, también afectó las posibilidades del desarrollo.

No obstante, desde el enfoque del estudio, no sólo se detectan las problemáticas que mantienen en el atraso a una ciudad, sino también se proponen las alternativas para salir adelante.
Tras leer las casi 300 páginas, el estudio concluye que la mayoría de las ciudades en México enfrentan serios problemas de crecimiento desordenado, inseguridad, contaminación del agua, congestión vial, sobrerregulación y baja capacitación de la fuerza laboral, además de una capacidad limitada para competir a nivel mundial. De ahí que el IMCO proponga “acciones urgentes para las ciudades del futuro”. Pero de esas acciones, hablaré la próxima semana.