viernes, 20 de mayo de 2016

El Puente


Entre los símbolos laguneros, uno de los más emblemáticos y queridos por la gente, es el puente sobre el río Nazas. Aparece una y otra vez en el imaginario colectivo de la región. No deja de sorprenderme que hasta las nuevas generaciones ávidas de redes sociales como Facebook, Twitter, You Tube o Instagram, retoman la imagen histórica o actual de ese puente. En pocas palabras, es un pedazo de identidad hecho fotografía. Al mismo tiempo es un vía funcional y de uso cotidiano. ¿Pero por qué el puente sobre el lecho del Nazas forma parte de nuestra identidad? ¿Qué hay detrás de su historia que nos sigue entusiasmando?
En los diferentes paseos y visitas guiadas de historia que hago en Torreón, siempre vamos al puente del Nazas para refrendar con orgullo, esa lucha de nuestros abuelos. Durante muchos años las ciudades laguneras de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo quedaban incomunicadas por las avenidas periódicas del río Nazas, a quien no dudamos en reconocer como "Padre Nazas". Para los laguneros de las tres ciudades se complicaba el tránsito cada que el agua corría. En 1926, una primera asociación civil de laguneros llamada "Puente Nazas", buscó impulsar la construcción para unir a las ciudades, pero faltaron fuerzas. Ahí estaban notables laguneros como Francisco Dingler y Agustín Zarzosa. Por entonces ya funcionaban dos antiguos puentes. Uno del ferrocarril, que actualmente funciona bien, -sí, señores "ingenieros" del gobierno-, pero que es herencia de la época porfiriana. Irónicamente La Laguna le debe más a Porfirio Díaz, que a la Revolución. Otro puente histórico era el del tranvía eléctrico de "Lerdo a Torreón", que fue hecho en la misma época, y del cual sólo nos queda, después de la desaparición de ese transporte en 1953, unos fortísimos pilotes de piedra que sostuvieron ese puente. Sin embargo, faltaba un puente para que las personas cruzaran fácilmente, sin los peligros de invadir la vía. Un puente para autos y peatones. De esa manera, unos laguneros bien comprometidos y asociados en el activísimo Automóvil Club, retomaron el proyecto del puente. Hablamos de la sociedad civil que se adelantó al gobierno.
En 1928, los ingenieros del Automóvil Club, Federico Wulff, Vicente Solís y Enrique Carrión, realizaron un primer estudio para proyectar el puente en condiciones de tierras arenosas y fuertes avenidas del río. Los cálculos nos les fallaron como podemos constatar. Sin embargo, no sería hasta abril de 1931 cuando se iniciaron las obras, a la par de la campaña ciudadana, "Coopere y habrá puente". Esa petición hizo tal eco entre los ciudadanos, que el gobernador de Durango, Pastor Rouaix, y de Coahuila, Nazario Ortiz Garza, se sumaron al proyecto. El puente costó 230 mil pesos de aquélla época, cuándo la moneda sí valía, y Videgaray no estaba en Hacienda. Como ven, no siempre hemos estado mal.
Regresemos al glorioso puente lagunero, que siempre fue naranja, y ahora es plateado. La obra fue diseñada y dirigida por el ingeniero Francisco Allen, un profesional de la construcción serio, ordenado, y sobre todo, honesto. Los resultados están a la vista y todavía disfrutamos la calidad del puente que ha vivido tremendas inundaciones del río Nazas. La estructura de acero fue hecha por la Fundidora de Monterrey, de la cual todavía se conservan unas placas. ¿No las han visto? Vayan a caminar por ahí.
La obra la empezaron el 11 de abril de 1931, y la inauguraron el 20 de diciembre de ese mismo año. ¡Nueve meses señores políticos! Es fecha que todavía no pueden terminar el puente de la Falcón. ¡Una vergüenza! No cabe duda que aquella generación de laguneros fue grande; fue ejemplar. El día de la inauguración hubo fiesta en La Laguna. De un lado y de otro las poblaciones quedaron hermanadas por el puente. Ante todo, ese puente representa la unión, el esfuerzo y la asociación de laguneros que fincaron el bien de la región. 85 años después, el puente del Nazas está en pie y sigue funcionando. Es símbolo de identidad y patrimonio cultural lagunero. En tiempos de extravío, más nos vale escuchar la historia.
El Siglo 
18 de mayo 2016

domingo, 8 de mayo de 2016

Metrobús Laguna

La calidad de una ciudad, también se conoce por su transporte público. De esa manera, una de las claves para valorar la eficacia urbana, está en la forma en la que se mueven sus ciudadanos. El paradigma dominante que se impone en tantas ciudades en el mundo, se basa en el automóvil. Así, se ha presentado el coche como el medio más "deseable", aunque no necesariamente el más eficiente. Para muestra, el mejor ejemplo lo tenemos en la capital del país, una región nunca más transparente. Ante la saturación de automotores, la CDMX está colapsada en su movilidad y en consecuencia, sumamente contaminada. Aun así, ya van por una nueva constitución, aunque la contingencia sea para todos, y el transporte público esté relegado por una minoría que se mueve en automóvil. Allá prefirieron los segundos pisos y ahora pagan las consecuencias. Entre las alternativas que abrieron, fue el exitoso programa de bicis públicas Ecobici. Pero sin duda, la aportación más relevante se la llevó el Metrobús, un sistema de Autobuses de Tránsito Rápido (o BRT por sus siglas en inglés). El BRT es un sistema que nació en 1974 en la ciudad de Curitiba, Brasil. Desde entonces, es un modelo exitoso de transporte que se ha exportado a otras ciudades latinoamericanas.
¿En qué consiste el Metrobús? Es un sistema de transporte público similar al Metro, pero sobre la superficie del asfalto. Está enlazado por un conjunto de camiones y estaciones bien dispuestas para todo tipo de usuarios, de tal forma, que acceder al camión se hace al nivel de piso, que facilita el acceso a usuarios vulnerables como adultos mayores y personas con capacidades diferentes. Al mismo tiempo, el BRT tiene los tiempos y las rutas bien establecidas y circula dentro carriles confinados. Este tipo de transporte público cuenta con lugares confinados que le permiten avanzar con mayor eficiencia y rapidez, incluso, más rápido que los automóviles y líneas de transporte tradicionales. Entre las ventajas del BRT sobre el Metro, está su menor costo con respecto al Metro, no requiere hacer túneles, por lo cual la construcción de su tramo requiere menos tiempo y dinero.
Recién las autoridades de Coahuila y Torreón acaban de anunciar la operación del Metrobús laguna. Se trata de un proyecto ambicioso y millonario. Mil cuatrocientos millones de pesos que estarán destinado a la operación. Sustancialmente mejorará condiciones de transporte, ¿se han subido a un camión de Torreón o Gómez Palacio ?, llama la atención que un proyecto tan loable y sin precedentes que está apoyado por la Presidencia de la República.
Tranvía eléctrico "Lerdo a Torreón", transporte metropolitano desde 1898 a 1953. 

Sin embargo, es significativo que en La Laguna de Coahuila el proyecto arranca. No así en La Laguna de Durango donde prefirieron rehuir los problemas sindicales a enfrentarlos como gobierno. Es lamentable que mientras un lado busca avanzar, el otro esté detenido. Ojalá que en el mediano plazo se pueda integrar Lerdo y Gómez Palacio para hacer un proyecto auténtico y metropolitano a la línea troncal del Metrobús.
4 de mayo 2016
El Siglo 

domingo, 1 de mayo de 2016

28 gramos de mota


Más nos vale ver los cambios y las nuevas tendencias, a quedarnos como estamos. Por supuesto, me refiero a la fallida guerra contra las drogas y la criminalización de los consumidores. Estados Unidos es el país que lanzó la guerra e impuso cruentos combates en países como Colombia y México. Los resultados: cientos de miles de homicidios, cárceles pobladas, estados debilitados por el crimen y una demanda de drogas creciente al otro lado del río Bravo. Para no ir más lejos, un gran negocio redondo alentado por la política del prohibicionismo. Paradójicamente ese mismo país que obliga a repudiar en otros países las drogas, es el mismo donde sus entidades federativas, no sólo legalizaron el consumo de la marihuana, sino incluso, hasta la producción misma. Esa tendencia fue marcada por los mismos ciudadanos, que empujaron a sus gobiernos locales a la legalización. Washington y Colorado fueron los más recientes.
Contrario al modelo dominante, e incluso, contra las indicaciones de la ONU, Uruguay promovió otro camino que legaliza el consumo y la producción de la marihuana. En México llegamos tarde y mal. Después de miles de asesinatos, policías y gobiernos enteros bajo el control del crimen organizado, hay pequeñas señales de cambio. Por una parte, la ayuda de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para ofrecer una alternativa en relación al consumo de la marihuana. Por otra, el rotundo fracaso del combate al narco y las drogas que terminó por crear "héroes" y fortunas al estilo "Chapo" Guzmán.
Ante esa tendencia, el presidente Enrique Peña Nieto, dio un viraje un tanto tímido, pero al fin la propuesta es un cambio con respeto al problema de las drogas. Al menos en esta ocasión no desperdició el viaje a la asamblea de la ONU sobre las drogas. Destacan dos puntos: la propuesta de cambiar de enfoque y la iniciativa de aumentar la portación de marihuana a veintiocho gramos para los consumidores.
Después de años de violencia, por fin estamos escuchando otra propuesta gubernamental sobre las drogas en México. Leamos el discurso oficial: "Ante las limitaciones del paradigma prohibicionista, se debe atender el tema mundial de las drogas desde la perspectiva de los Derechos Humanos. Este cambio de fondo, implica modificar el enfoque eminentemente sancionador, para ubicar a las personas, sus derechos y su dignidad".
Para complemento, el presidente envió al Senado de la República, una iniciativa de reforma a la Ley General de Salud y al Código Penal Federal, donde propone aumentar los gramos de posesión de marihuana, lo cual de aprobarse, tendría un impacto en el mediano plazo. Aunque celebro que por fin el gobierno federal está proponiendo nuevos enfoques, la iniciativa se queda muy corta, pues no va a la otra cara de la moneda: la producción. ¿De dónde van a salir los 28 gramos y más, si no es del mercado negro? Al final, la propuesta del presidente parece una mesa que le faltan dos de las cuatros patas. De esa manera, no atiende el problema de los enormes recursos a los que acceden los cárteles, ni tampoco atiende las nuevas tendencias económicas en el mercado estadounidense, donde ya se produce marihuana legalmente. La iniciativa federal es pequeña en relación al tamaño del problema. Reconoce el fracaso, pero sólo busca atenderlo por encima. Quién dijera, mejor el PAN, el partido conservador, tiene una propuesta más liberal y completa al respecto, como lo ha expresado Roberto Gil, presidente del Senado.
El caso de Colombia tiene mucho que decir y qué aportar en términos negativos: lo que no debemos hacer. Colombia pagó con harta sangre el combate al narcotráfico y la penalización de las drogas. A la vuelta de las décadas, México repitió esa historia violenta. A pesar de todo, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, propone algo similar a México, pero no más. Afirma que "consumir no es un crimen y la adicción no es un delito", pero su propuesta no va más allá de reconocer el fracaso de la guerra contra las drogas. Mientras tanto, los veintiocho gramos, y miles de toneladas más, vendrán eficientemente del mercado negro.
27 de abril 2016
El Siglo
https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1218810.28-gramos.html

El espejo de Brasil


Como mexicano veo con envidia el momento que están viviendo los brasileños. Todas las sociedades tienen problemas, pero la diferencia está en cómo unas enfrentan sus problemas, y otras sencillamente los dejan pasar. Brasil tiene similitudes con México. En ambos países las autoridades tienen serios problemas de legitimidad y confianza. En ambos países la corrupción es un mal que los degrada. La diferencia está en que una buena parte de la sociedad mexicana es permisiva y tolerante con la corrupción. Acá nos conformamos con la crítica de café, con las rabietas en las redes sociales, donde cualquiera le mienta la madre al presidente. Pero hasta ahí. Pocas veces nos organizamos más allá del malestar, para cambiar el estado de cosas.
Recientemente una propuesta ciudadana para combatir la corrupción reunió cientos de miles de firmas en el país, para apoyar la iniciativa Ley 3 de 3. Ya apoyan el PAN y el PRD en el Congreso, pero es revelador que el partido en el poder, el PRI, meta trabas y obstáculos. Volviendo a Brasil, desde hace tiempo los ciudadanos decidieron tomar la calles y cercar a su gobierno. Miles reclamaron al gobierno de Dilma Rousseff gastar millones de dólares para las futuras olimpiadas, en vez de invertir en el transporte público. De esa manera los brasileños vienen participando, presionando, acorralando. Mal para una democracia donde sus ciudadanos deciden no involucrarse, dejar el rumbo sólo al gobierno. La democracia necesita de pesos y contrapesos.
En el índice global de percepción de corrupción que genera Transparencia Internacional, Brasil ocupa el lugar 76 de 167 países. Entre más abajo en la lista, mayor la percepción de corrupción. De esa manera está a la par de Bosnia, India, Tailandia, Túnez y Zambia. México está todavía más abajo, en el lugar 95, a lado de Mali, Bolivia, Filipinas y Armenia. Poco a cambiado en nuestro país desde que llegó la alternancia al poder en el año 2000. Pero no hay duda que en Brasil, los ciudadanos han puesto de cabeza a su presidenta, Dilma Rousseff. La presión ha sido tal que el Congreso acaba de aprobar un juicio político (impeachment, en la tradición política inglesa y norteamericana), para removerla de poder. Sólo es cuestión de tiempo para que la quiten formalmente del poder, mientras tanto son horas de agonía para la presidente que en el peor momento de su gobierno, decidió proteger al expresidente Lula Da Silva, quien a su vez es investigado por una un caso de corrupción.
Como es natural al poder, la presidenta Rousseff le dio el cargo de Jefe de Ministro para así protegerlo. En pocas palabras le confirió desde el poder, impunidad. ¿Dónde hemos visto esto? Dilma tiene los días contados en una democracia que cuenta con los mecanismo para quitar a sus gobernantes. Envidia de la buena, cuando en nuestro país, el presidente es sorprendido con tremenda "Casa Blanca", y lo mismo, el secretario de Hacienda, pero no pasa nada. Luego el mismo presidente nombra a un leal para que lo "absuelva". Al final repiten que la corrupción es "cultural".
Es cierto, detrás de la crisis política en Brasil también hay intereses e intrigas de los grupos en el poder, pero es preferible un Estado donde el gobierno lo pueden retirar los ciudadanos, a un gobierno de impunidad institucionalizada.
Guatemala ya nos dio el ejemplo. Ahora Brasil está en la misma ruta. Y México, ¿para cuándo? Dormimos el sueño de los justos.

20 de abril 2016
El Siglo
https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1216748.el-espejo-de-brasil.html

¿Qué fue de la Reforma Energética?


Pasó el tiempo, y ya poco se habla de las reformas para mover a México. La publicidad oficial ya no insiste por ahí. Tampoco el presidente insiste como en los primeros años del sexenio. ¿Qué sucedió?, ¿qué fue de las tan nombradas reformas? ¿dónde están los beneficios de un acuerdo sin precedentes?, ¿detonó el tan añorado crecimiento económico? Tras la victoria electoral en 2012, el regreso del PRI a los Pinos con el presidente Enrique Peña Nieto, propuso una ambiciosa agenda de reformas para ahora sí mover a México. Previo a la propuesta, se sucedieron tres sexenios que no pudieron aprobar las famosas reformas. Sencillamente los partidos no llegaron a acuerdos. Llegado el momento, en 2013, se avanzó en acuerdos, y sobre todo, con el apoyo de los principales partidos en el Congreso, se aprobaron las reformas. Como en todo, en ese momento era difícil evaluar el resultado de las llamadas reformas. Hacía falta tiempo para conocer en la marcha el rumbo de tales políticas. Más de tres años después ya tenemos elementos para valorar los resultados. En materia educativa, la calidad fue desplazada por una reforma de índole administrativa y laboral al interior del magisterio. A punta de fuerza y con los policías por delante -como quien echa los perros-, los maestros fueron sometidos a la evaluación. Cualquier asomo de discrepancia o disidencia, fue prácticamente criminalizada. Difícilmente podemos decir que ahora tenemos una mejor educación pública.
En lo hacendario, sencillamente nos recetaron más impuestos con una minuciosa contabilidad electrónica. Quizá pensarán que ese dinero se destinó a inversión productiva, pero en realidad creció lo que no debía de crecer: el gasto corriente y la deuda pública. ¡Brillante propuesta! El país no creció a tasas relevantes, pero en cambio, creció la deuda año con año. Tan mal las cosas, que de plano la Secretaría de Hacienda acaba de quitar 239 mil millones de pesos al Banco de México para pagar deuda.
Pero sin lugar a dudas, la reforma que generó más expectativas, y también más polémica por cambiar el régimen de propiedad del estado sobre los energéticos y su producción, fue la nombradísima Reforma Energética. ¿No les parece extraño que ahora ya casi no se habla de ella? Por entonces la presidencia presumió que llegarían inversiones millonarias del extranjero a nuestro país tras la apertura. Lo cierto es que las primeras rondas de licitaciones fueron un fracaso. ¿Quién quería invertir con el precio de crudo tan barato? Otro beneficio de esa reforma sería la baja de los precios del gas y la electricidad. Al abrir los mercados a inversiones extranjeros, se supondría que ambos precios se abaratarían. ¿Qué sucedió? Ni el gas ni la luz bajaron. Por el contrario, las tarifas tienen alzas y más todavía, si se trata de consumos para la industria. También se habló de la promesa de crecimiento por la explotación del gas shale en el noreste mexicano, pero al final, la sobreoferta en el mercado estadounidense, desalentó las supuestas inversiones. ¿Y la gasolina? Pemex está prácticamente en la quiebra, pero sosteniendo con deuda; arrastra una impagable planta de trabajadores. Con la reforma, las gasolinas no bajaron ni bajarán. Hacienda ofreció una raquítica reducción del tres por ciento, para luego volver a aumentar los precios. Se dijo que la apertura al mercado internacional traería beneficios para los consumidos mexicanos. ¿Qué sucedió? Pemex bajó los precios, pero en Estados Unidos. Ahí recién abrió una gasolinera en Houston. No es ninguna broma. A la inversa, Gulf, una conocida empresa estadounidense abrirá gasolineras en México, pero a precios similares que aquí. ¿Y los beneficios de la Reforma Energética? ¡Nada! Ya saben que en esto del mercado, los inversionistas no entran a perder.
A la distancia, parece que estábamos mejor cuando estábamos peor. Mover a México.
El Siglo
13 de abril 2016
https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1214744.que-fue-de-la-reforma-energetica.html


5 razones para NO hacer el teleférico


1. Antes de hacer una obra superficial y cara como el teleférico, es necesario atender los principales problemas de la ciudad de Torreón, como por ejemplo, invertir en el drenaje. ¡Sí! alcalde Miguel Ángel Riquelme, invierta en el drenaje. Urgen una serie de obras para resolver el viejo problema de la ciudad. Ya sabemos que casi nunca llueve, pero también sabemos que a la primera lluvia, la ciudad se desquicia, y reviven en los bulevares, los antiguos canales de riego. Es cierto, por ser un obra subterránea, el drenaje no luce como publicidad de gobierno, ni tampoco sería una obra de relumbrón, pero a la larga impactaría para bien en la calidad de vida de los ciudadanos. El teleférico es poca cosa en comparación a una obra prioritaria y necesaria para la ciudad como es el drenaje.
2. El estado de las calles, más allá de ciertas vías principales, es deplorable. El pavimento y los innumerables baches en la ciudad llaman a una inversión en forma, no remedios temporales con pavimento de pésima calidad que al poco tiempo se hunde o se desprende. Que se hagan obras bien hechas para bien de la ciudad. Al paso que vamos, tendríamos que hacer no uno, sino varios teleféricos para saltar tanto bache. Por supuesto, hacer un teleférico con el estado actual de las calles, es una burla para los ciudadanos. Un capricho que empieza en 160 millones, pero que seguramente costará más de 300 millones. ¿Quiénes son los particulares que se benefician con ese derroche? ¿Por qué tanto interés?
3. Si realmente quiere mejorar la imagen de la ciudad, entonces arreglemos las banquetas del primer cuadro. Están destrozas y son un peligro constante para los peatones que transitan a diario. El centro es la primera cara de la ciudad, por lo tanto, más nos valdría hacer una obra que beneficie a los ciudadanos. Las banquetas dicen mucho de la calidad de la ciudad; no si tenemos un teleférico. Es un peligro caminar por banquetas arruinadas, ya no digamos el problema que enfrentan diariamente las madres que llevan a sus niños, o los adultos mayores. En vez de tirar el dinero de los ciudadanos en una obra de oropel, construyamos una ciudad digna para sus habitantes. Impulsemos obras que beneficien a los ciudadanos en el espacio público a nivel de tierra, no para aparentar por los aires que tenemos un bonito teleférico.
4. A Torreón le urgen áreas verdes y espacios públicos para la convivencia. La Línea Verde es un excelente ejemplo de lo mucho que puede aportar el gobierno para mejorar el entorno. En vez de desperdiciar el dinero de los ciudadanos en un absurdo teleférico, mejor concluir las obras del parque lineal en el río Nazas o la misma Línea Verde. Los 160 millones se pueden aprovechar para abrir nuevas áreas verdes y hasta hacer "parques de bolsillo" en diversos puntos de la ciudad. Con ese dinero, puede remozar y dignificar el centro cultural José R. Mijares, que tiene un teatro en pésimas condiciones. De la misma manera, es preferible atender el centro cultural Pablo C. Moreno. Es un martirio visitar esa biblioteca.
5. Si queremos hacer más competitiva la ciudad, tenemos que invertir en infraestructura que mejore la movilidad urbana. Movilidad no únicamente para los automóviles, sino el transporte público, donde circulan camiones contaminantes y en horrorosas condiciones. También invertir en movilidad no motorizada, para hacer una ciudad más humana y caminable. Ciclovías y pasos peatonales seguros. Un grave problema de la ciudad es la cantidad de peatones que mueren atropellados. La primera causa de muerte relacionada a la movilidad, la concentran los peatones y luego los automovilistas por falta de infraestructura que proteja a las personas (Vean las terribles cifras en el Inegi). Hay que invertir en seguridad vial para preservar la vida, y no en ocurrencias como el teleférico. Con ese dinero, se pueden intervenir varias docenas de cruceros conflictivos y peligrosos, pero la prioridad del gobierno está en otra parte, no en sus ciudadanos. Prefieren decir que hará más "competitivo" a Torreón y que incluso será una obra de "transporte". Por donde se le vea: un insulto a la inteligencia.

6 de abril
El Siglo de Torreón
https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1212672.cinco-razones-para-no-hacer-el-teleferico.html

Voy a cantar un corrido

Con el permiso de ustedes señores, voy a cantar un corrido…





¡Sí! Me confieso admirador de los corridos. Si hay una música por excelencia que representa la norteñidad, sin duda es el corrido. Bajo sexto, acordeones, tololoches, armónicas y hasta el salterio, hacen los sonidos que caracterizan al Norte. Para la ciudades del noreste mexicano y sur de Texas, hay un soundtrack común que se escucha lo mismo en las calles de Reynosa a La Laguna, de Monterrey a Matamoros, de Saltillo a ciudad Acuña, de Brownsville a San Antonio, de Austin a Dallas. Esas norteñas están nutridas por Los Cardenales y Los Invasores de Nuevo León, Los Alegres de Terán, Los Relámpagos del Norte, Los Cadetes de Linares, Los Montañeses del Álamo, Los Donneños, Los Tigres del Norte, Carlos y José, Luis y Julián Garza, Ramón Ayala, Juan Peña, Cuco Sánchez, Cornelio Reyna, Chalino Sánchez, Lorenzo de Monteclaro y Lalo Mora (el rey de mil coronas), por mencionar algunos representantes del vivísimo género del corrido y las norteñas.
Uno de los pioneros en estudiar el corrido, Vicente T. Mendoza, refiere su origen en el romance español durante el siglo XIX. Hay estrofa, composiciones octosilábicas, canto épico, lírico y mucha, pero mucha tradición popular. Por lo mismo, el corrido habla de la comunidad; ya sea una hazaña, tragedia, o la huella de un bandolero regional como sucedió con Heraclio Bernal, Jesús Malverde, y por supuesto, el legendario Pancho Villa.
Ante todo, el corrido cuenta un historia, refleja un sentir o expresa un suceso. Así tenemos corridos sobre la inundación del río Nazas en La Laguna (1968), la tragedia de los mineros en Barroterán (1969), las luchas revolucionarias a partir de 1910, o incluso las tragedias personales de Rosita Alvírez y Agustín Jaime. Cuando uno camina por las calles del centro de Saltillo, no podemos evitar recordar la calle de Bravo. Por cierto, Eulalio González, "El Piporro", interpretó de manera insuperable ambos corridos. ¿No los han escuchado? Corran a YouTube a escucharlos.
Los dos corridos son tan representativos de Saltillo, como el pan de pulque y el sarape. También, de Parras, Coahuila, fue originario Cornelio Reyna, que después de Francisco I. Madero, es el mayor parrense. Feliz coincidencia, a lado de Juan Peña con el dueto Carta Blanca en Reynosa, surgió un joven, que después sería el rey del acordeón: Ramón Ayala.
En el medievo los juglares cantaban noticias de un lado a otro. A través de la oralidad, transmitieron un cierto saber social. De forma similar, los corridos son el pretexto para los juglares modernos del noreste. Pero si ayer esos corridos cantaron sobre Pancho Villa, un bandolero redimido por la revolución, hoy esos mismos juglares cantan las gestas del "Chapo" Guzmán. Tanto unos, como otros corridos, reflejan ciertas circunstancias sociales. De esa manera, es absurdo pensar que el corrido hace al revolucionario. Por el contrario, es el suceso histórico o el sorprendente presente que se refleja en una canción.
No podemos dejar de mencionar, "Los dos amigos" un corrido muy lagunero sobre una peculiar amistad: "Estos eran, dos amigos, que venían de Mapimí, que por no venirse de oquis, robaron Guanaceví". Treinta años antes de la guerra en La Laguna, los corridos sobre el pistolero "Chito" Cano, ofrecen una clave para entender la tragedia que luego vivimos en la región. ¡Casi un vaticinio!
Un novísimo corrido, "500 balazos", que circula lo mismo por cantinas, Internet y canales de televisión, denota una historia reciente de ese México tomado por los criminales. En los últimos años, entre 2006 y 2013, la "crisis de seguridad" dejó más de 148 mil asesinatos (¿No lo creen? Vean las cifras del Secretariado Nacional de Seguridad Pública). La matazón es mayor que las muertes contabilizados en la última guerra en Irak. Por lo mismo, no resulta extraño, que la agrupación "Voz de mando", haga cantar a miles de mexicanos: "antiblindaje, expansivas las balas, dos o tres bazucas, y lanzagranadas, Obregón, Sonora, de veras pensaba que andaba en Irak". Otra vez, el corrido como reflejo social. Al igual que la literatura, el corrido expresa una historia novelesca donde realidad y ficción se mezclan en el acordeón y bajo sexto. Así, escuchamos al inigualable Julián Garza quien se creó para la posteridad al "Viejo Paulino." Antes de morir, el Museo de Historia Mexicana en Monterrey, hizo un oportuno homenaje en vida al prolífico autor de corridos. Ante la relevancia del corrido, las más prestigiosas universidades del país como la UNAM, el Colegio de México o la Universidad de Nuevo León han alentado la investigación del género norteño y su relevancia en la cultura mexicana. En años recientes, el filólogo del Colmex, Aurelio González, ha actualizado los estudios sobre el corrido. Nótese la palabra corridos, sin prefijos, ni prejuicios moralizantes.
A falta de política en Coahuila, el gobernador Moreira II se ha empeñado en otra legislación absurda, sin sentido y contra los ciudadanos: prohibir los "narcocorridos". Según el gobernante, hay que prohibir la "apología de la violencia". Bajo esa lógica, tendrían que cerrar en Torreón la mitad de los bares que han abierto alrededor de la Plaza Mayor. Pero curiosamente, ese mismo gobernante hace la apología de la corrupción al mantener impune la megadeuda que dejó Moreira I. Ahí guarda un escandaloso silencio.
En 2013 la Suprema Corte de Justicia de la Nación dio revés a una ley similar que aprobó el gobernador de Sinaloa, Mario Valdés. Al final, la conclusión fue sencilla. Podrán gustar o no los corridos, podrán ser notables o chabacanos, pero de eso a que el gobierno nos diga qué debemos escuchar, hay un largo trecho protegido por la Constitución. El corrido refleja un fenómeno, en este caso puede ser el narcotráfico, pero no provoca el fenómeno como tal. Si eso fuera, el hambre sería abolida por decreto.
Ya con esta me despido, que en Coahuila y el Norte, tenemos grandes corridos.

23 de marzo 2016
El Siglo
https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1208594.voy-a-cantar-un-corrido.html

Consejo Cívico de las Instituciones Laguna


La historia está en su gente. Por lo mismo, uno de los aspectos más interesantes de la historia de la Comarca Lagunera es la manera en que los laguneros se han organizado para salir adelante. Me gusta reconocer en la historia lagunera, el surgimiento de asociaciones civiles, uniones empresariales y causas comunitarias. Pienso en las primeros años del siglo XX, cuando prácticamente estaba todo por hacerse en Torreón. Había que levantar una ciudad, construir sus espacios y sobre todo, consolidar una comunidad. Tan moderna y liberal nació Torreón tras el cruce de ferrocarriles en 1883, que un buen día se notó la falta de un espacio público. Al respecto, varios laguneros echaron manos a la obra para hacer la primera plaza de la ciudad, hoy conocida como "plaza de armas". Por entonces el gobierno era tan minúsculo y tan pobre en sus arcas, que fue gracias a las aportaciones particulares como consiguieron hacer una de las plazas más significativas de la ciudad. Poco a poco se juntaron las partes: la venta simbólica del terreno, la donación de plantas y las bancas, la colocación de adoquines. Al poco tiempo los ciudadanos gozaron de los paseos en la plaza.
Cuando hubo necesidad de pavimentar y por fin hacer la emblemática avenida Morelos en los años veinte, fueron nuevamente los esfuerzos ciudadanos reunidos en la figura de la Junta de Mejoras Materiales. Había en ese entonces una colaboración estrecha y productiva entre los ciudadanos y el gobierno municipal. Alrededor de la Morelos confluyeron donaciones de empresas, pequeñas aportaciones de ciudadanos, y por supuesto, el apoyo de clubes de servicios y grupos bien organizados. De esa forma se logró construir y adornar el paseo Morelos.
Sin lugar a dudas, la historia del puente sobre el río Nazas, es una de las más representativas y notables entre los laguneros. Durante muchos años las ciudades de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo quedaban incomunicadas por la avenida del río. Hasta que un buen día un grupo de laguneros se propuso construir un puente y así unir a las ciudades. En principio la colecta fue modesta, luego vino una campaña -Coopere usted y habrá puente-, para avanzar en la construcción. Fue tal el ímpetu ciudadano que los gobiernos estatales de Durango y Coahuila se sumaron a la construcción. En 1931 se inauguró el emblema regional.
De igual manera podríamos seguir con otras historias de éxito comunitario entre los laguneros, pero ahora quiero referirme al Consejo Cívico de las Instituciones Laguna, una de las organizaciones ciudadanas de gran prestigio no sólo regional, sino también con reconocimiento nacional. Nació en el difícil año de 2012 -el más violento de las últimas décadas-, con un propósito muy claro: medir y evaluar la incidencia delictiva en la región. Hoy es uno de los observatorios más destacados en el país, y cuenta con la certificación y respaldo del Observatorio Nacional Ciudadano y México Evalúa. El lema del Consejo, "mejores ciudadanos hacen mejores gobiernos", es representativo de una ciudadanía organizada que aspira a un lugar mejor. Uno de los méritos más puntuales de la prestigiosa institución lagunera, es ofrecer de manera sencilla y transparente los números sobre la incidencia delictiva. Cifras por cierto, que alimentan los registros oficiales de la Procuraduría en Coahuila y la Fiscalía de Durango.
La diferencia que hace dicha institución ciudadana e independiente, es hacer públicas las cifras sobre los delitos en la región. Presentarlas de manera sencilla y constante. Después de todo, para resolver un problema, es necesario primero tener información de calidad y sobre todo, que sea transparente. De esa manera, la inseguridad no se acaba por las declaraciones de los gobernantes, mucho menos cuando minimizan los asaltos y otros actos delictivos recientes. De cara a esa problemática, es fundamental hablar con claridad y honestidad, pero sobre todo, con h-u-m-i-l-d-a-d. En estos años, el Consejo Cívico ha sido fiel vigía de un fenómeno tan sentido para todos. Recientemente advirtió sobre el aumento del secuestros en la región. Pero lejos de descalificar, habría que dimensionar lo que eso significa, que a su vez se contrapone a la "verdad oficial" (como la fallida "verdad histórica"). Al final del día, lo que busca es mejorar la región como en otros épocas lo hicieron otras generaciones. Por eso es tan importante la honestidad y la colaboración responsable.
El Siglo de Torreón
16 de marzo 2016
https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1206538.consejo-civico-de-las-instituciones-laguna.html

Bicionarias Laguna, dos años


Sin duda alguna, uno de los aspectos más significativos de los últimos años en La Laguna, es la propuesta de ciudadanos preocupados y ocupados por la región. Asociaciones civiles, organizaciones ciudadanas y colectivos están haciendo otra Laguna. Más todavía, ciudadanos participativos han dado esperanza en el presente, pero sobre todo, dan aliento para un futuro mejor. Los temas y los intereses son diversos: transparencia y rendición de cuentas con Participación Ciudadana 29; movilidad y ciclismo urbano; atención a víctimas de la violencia por medio de la digna y valiente labor de Grupo Vida; beneficencia social; mujeres y equidad de género con Mugec, por mencionar sólo algunos ejemplos. Después de todo, los grandes cambios en una sociedad se hacen de pequeñas aportaciones.
De esos valiosos granos de arenas, están los que aportan los grupos ciclistas. Entre los colectivos de ciclismo urbano, mi favorito es Bicionarias Laguna. Hace dos años, nació en una tarde calurosa, el grupo de mujeres ciclistas. Tuvieron como arranque simbólico el ocho de marzo, cuando se celebra el Día Internacional de la Mujer. Desde entonces Bicionarias Laguna ha hecho una notable labor por visibilizar a la mujeres ciclistas. Entre los colectivos de ciclismo urbano, Bicionarias se distingue por dos razones. La primera y la más relevante: son mujeres las que organizan, convocan y salen a las calles cada semana. Pero el colectivo de mujeres es incluyente, plural y sobre todo abierto a ideas refrescantes para vivir de otra manera la ciudad. El otro aspecto distintivo radica en que cada rodada va acompañada de un tema para recorrer las ciudades de la Región Lagunera. Sobre ese punto, andar en bicicleta ya de por sí es placentero, pero cuando se hace con un propósito para redescubrir la ciudad, se hace doblemente agradable. De esa manera, los recorridos de Bicionarias proponen resaltar el orgullo y la identidad de la región por medio de sus espacios públicos, arquitecturas, museos, comidas, historia, y para no ir más lejos, en propia su cultura.
Con frecuencia, encuentro expresiones negativas entre los locales cuando se refieren a Torreón o las ciudades laguneras. "Aquí no hay nada que ver. Aquí no nada qué hacer". ¿No hay nada que ver? Hagamos la paráfrasis del pasaje bíblico: quien tenga ojos para ver que vea. Pero esa percepción no solamente proviene de los jóvenes. También la encuentro en los adultos. Ante tal actitud de quien no quiere ver, les contesto que vayan a Bicionarias Lagunas. Muchas veces, después de un paseo con las Bicionarias, he encontrado ahí comentarios de gente agradecida porque a través del grupo, han conocido Torreón, Gómez Palacio y Lerdo. Gente que es de aquí, pero que no sabía de la historia de la ciudad, y por lo tanto, de su propia identidad. Laguneros que no se habían dado el tiempo ni el gusto de visitar algún museo, cierta colonia, o algún espacio emblemático de la ciudad. Bien dicen, que lo más cercano es lo más invisible. Por lo mismo, uno de los méritos más apreciables de Bicionarias es llevarnos a descubrir la ciudad y sus rincones por medio de la bicicleta. Memorables fueron las rodadas al Cerro De la Pila, las colonias antiguas de Torreón, los chalets de Lerdo, los museos o la visita más reciente a un impresionante jardín botánico con miles de cactáceas. Y cómo olvidar la visita que hicimos a lugares de paz, fe y meditación como la mezquita y la estupa.
Armadas de bicicletas y muchas ganas, las Bicionarias nos han llevado por rincones insospechados y sorprendentes. ¿Han rodado por el túnel, no de autos, entre el bulevar Constitución e Independencia? Aunque aparentemente siempre han estado ahí esos lugares, llegar en bicicleta con el grupo nos da otra perspectiva más humana y a pie de calle.
Ya no hay espacio para comentar otras actividades del colectivo de mujeres ciclistas sobre la política y la movilidad urbana. Por lo pronto, felicidades a las Bicionarias por su segundo aniversario. ¡Qué vengan muchas rodadas más! ¿Quieren ir a las rodadas? Vean las actividades en Facebook, Bicionarias Laguna y @BicionariasLag en Twitter. O mejor aún, vayan los sábados a las cinco y media de la tarde a la Plaza Mayor. Hasta la próxima rodada.
9 de marzo 2016
El Siglo
https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1204412.bicionarias-laguna-dos-anos.html

Apelar a la vergüenza

En un estado de impunidad, el más fuerte es el rey. Bajo esa consigna de la selva citadina, la ley siempre es negociable, dúctil y dispuesta al mejor postor. Para el influyente, lo relevante es el dinero, la fuerza o las relaciones políticas. Con la multiplicación de la cámaras en los teléfonos, no hay semana sin un video que atestigüe de estos ciudadanos "especiales": el funcionario; el adinerado con un séquito de guaruras; el violento que a base de fuerza doblega la ley.







Ante esa situación, ocasionalmente surgen iniciativas o estrategias para tratar de encausar prácticas cívicas. Pero la labor resulta difícil y hasta peligrosa. ¿Algunas vez han llamado la atención a los automovilistas que no respetan los espacios para discapacitados? Inténtelo, así les puede ir. Mentadas de madre, amenazas y hasta agresiones les garantizo que van a recibir. Sin embargo, es revelador como una cosa lleva la otra. A nivel general podemos quejarnos amargamente de la corrupción de la política y los políticos, pero en las pequeñas actitudes, se es tolerante a la corrupción en la vida cotidiana. Un entorno de poca legalidad puede describir al gobierno y las autoridades, pero sobre todo, dice más de los ciudadanos que lo conforman. Porque sin duda, la otra cara de la moneda, la que toca a los ciudadanos, también propicia y tolera esas condiciones. ¿En verdad nos resulta extraño?
Recientemente, la delegada del gobierno de Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez, ha utilizado transmisiones en vivo para grabar los operativos del gobierno en la calles. Específicamente las faltas viales y el retiro de automóviles de la banquetas. Como en todo, poco tardaron para documentar, a través Periscope (una red que transmite video en vivo), a los cómodos influyentes que no les basta la calle, de paso toman las banquetas. En una de ésas, un prepotente mandó a los guaruras por delante para evitar ser infraccionado. El suceso habría pasado inadvertido, si no fuera porque se grabó. De esa manera, nos enteremos santo y seña sobre el agresor. Exhibido ad infinitum en la prensa y las redes sociales, el agresor se dio por ofendido en sus derechos humanos. ¡No es broma! ¿Dónde hemos escuchado eso de "el ofendido soy yo"?
Curiosamente romper la ley y agredir a los ciudadanos no es el problema, sino ser exhibido públicamente. Quizá en un estado de impunidad generalizada como el que vivimos en México, estas pequeñas salidas, como utilizar grabaciones, sea un disuasivo para pensarla dos veces. Por supuesto, también hay detractores de la exhibición por considerarla infamante y hasta ilegal. El problema no está tanto en burlar la ley, sino exhibir públicamente el quebranto. Eso es lo que indigna según los críticos. Pero el asunto no es nuevo. Algunas policías en México ya incorporan cámaras a su ejercicio diario. En países como Estados Unidos, Inglaterra o Canadá, por mencionar algunos, las cámaras hacen las veces de policías en las calles. Es el Big Brother en todos los rincones. La diferencia abismal entre esos países y el nuestro está en la legalidad, o si se quiere, en la impunidad. Acá asumimos que todo es negociable, incluso en detrimento de los mismos ciudadanos. Y cuando la ley no nos favorece, entonces recurrimos a los derechos humanos. Hay en nuestra vida pública, una especie de liberalismo disfuncional que supone al individuo por encima del derechos de otros individuos. De esa manera no hay ley que aguante, ni prácticas cívicas que lo soporten. Por lo mismo, apelar a la vergüenza se vuelve una pequeña estrategia para defender un piso mínimo de legalidad. Por supuesto, utilizar las redes sociales para exhibir puede caer fácilmente en el espectáculo, pero también, esas mismas redes documentan la miseria del ciudadano y su profundo desprecio por la ley. La infamia no viene de las grabaciones, sino de los ciudadanos mismos.
2 de marzo 2016 
El Siglo

El interés más sincero


Desde el título, el libro llama la atención de los lectores, pero también define la intención de su autor, Heriberto Ramos Hernández. El interés más sincero. Noventa pretextos para iniciar una conversación (Groppe, 2015, 262 páginas), es una obra miscelánea que reúne una serie de textos publicados por el autor a lo largo de los años en periódicos, y en la prestigiosa revista de economía, finanzas y negocios, Expansión.






















El libro se compone de pequeños textos que transitan entre la rigurosa teoría económica y administrativa, la filosofía, la literatura y hasta la canción ranchera. Sí, el autor no renuncia a tratar los temas más serios e importantes bajo el contrapunto del humor y la ironía, lo cual se agradece como lector. Pero lo más apreciable del libro, es la experiencia que Ramos Hernández nos comparte en sus páginas. Los casos de negocio y empresas. Los distintos caminos del dinero y las finanzas. En ese sentido, el artículo "Emprender no es suficiente", resume lo mejor del autor sobre empresas, negocios, administración. No sólo habla el conocedor académico de libros, teorías y casos de estudio; habla ante todo, el conocedor que ha estado en el terreno de la banca y las empresas. Lejos del conocimiento meramente libresco, el autor nos sorprende, como suele sorprender a sus alumnos con la siguiente cuestión: ¿Por qué los leones apestan?
Me gusta la mirada irónica del autor cuando afirmar que es un libro accesible para todo tipo de lectores. La sentencia me recordó aquella que nos dejó un brillante francés, cuando al principio de su breve, pero sustancioso libro sobre el método, dice: "el buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo".
Confieso que leí El interés más sincero, no sin dejar de reír, y a veces hasta carcajear. Ramos Hernández es humorístico sin dejar de serio. O mejor dicho, trata los temas más serios con un tono lúdico y ligero. De esa manera, en sus páginas dialoga con Gary Becker, Milton Friedman, Joseph Schumpeter, Paul Krugman, Paul Samuelson, Ronald Coase, Daniel Kahneman; pero también regresa al príncipe de la canción, José José, Raphael, Rigo Tovar o el infalible filósofo de Guanajuato, José Alfredo Jiménez.
Entre texto y texto, el autor tampoco priva a los lectores de compartir aspectos biográficos. Lejos de los aburridos textos académicos -por planos y puramente descriptivos-, el autor enlaza lo mismo una antropología de la canción romántica, con los gigantes empresariales como Wal-Mart y YouTube.
Más serio, el autor nos comparte un punto central que recorre las página de su libro. Leamos a Ramos Hernández: "Pero muy joven tuve la fortuna de aprender otro idioma. Y me ha servido para ganarme el sustento. Me refiero al idioma de los números. Son tan bellos como las palabras. Alguna vez he comentado que con la debida formación y experiencia, uno puede encontrar apasionantes historias leyendo estados financieros… quería escribir algo sobre lo interesante que son los números en los negocios, ese complejo conjunto de relaciones humanas donde, según el viejo chiste, el interés más sincero es el interés compuesto".
Ramos Hernández escribe con desenfado y mientras leemos temas puntuales de finanzas, empresas y negocios, contrapone una referencia que une puntos disímbolos. Ahí aparece la literatura, la filosofía, la poesía, pero también la canción romántica y la vida nocturna de la ciudad.
Hay en su estilo de escritura, una referencia innegable al aforismo y la sentencia, de tal forma que estampa lo mejor de un texto, en una frase. Dos o tres palabras lo resumen todo. El interés más sincero es el primer libro de Ramos Hernández, y cuando terminamos de leerlo ya estamos esperando el otro. Gracias Heriberto por tu apreciable humor reflexivo, pero sobre todo, por tu amistad.
Interesados en el libro, pueden acudir a la bien surtida librería El Astillero en la avenida Morelos.
El Siglo
3 de febrero de 2016

Por sus instituciones los conoceréis


Como en todo, las empresas pasan ciclos buenos y ciclos malos. En las buenas rachas no sólo se gana, sino también se crece. Los años buenos pueden apalancar el futuro y también permiten amortiguar las bajas. Pero las oportunidades no siempre se dan. De ahí, que una buena administración hace la diferencia para permanecer y continuar. Aunque se trata de pequeños principios, resulta aterrador conocer la forma en que a lo largo de las décadas, se han administrado las empresas públicas. Peor todavía, las instituciones. A diferencia de las empresas privadas, que suelen desaparecer tras una mala administración, las empresas del gobierno y también sus instituciones tienen la "ventaja" de permanecer no obstante una deuda que las ahoga, o una pésima administración. Al final siempre quedan los recursos públicos para sostener lo insosteniblemente.
Nuevamente Pemex, "la empresa de los mexicanos", está al borde del colapso. Ahí los principios básicos de administración no aplican, como tampoco aplica una sana economía. Otra vez, de la historia no aprendimos nada. La primera década del siglo XXI dejó ingresos millonarios a la empresa. Los altos precios del petróleo sirvieron para financiar el gasto corriente de los gobiernos, la deuda pública, proyectos improductivos y al final, muy poco de eso nos quedó como valor público. Ahora que los precios están por los suelos, el gasto operativo de la empresa es incosteable. No aprendimos nada de los exuberantes años 70 del siglo pasado. Tampoco nos quedó nada de esa buena racha con precios altos; ni siquiera un fondo para los años de "vacas flacas". Durante décadas Pemex fue la caja chica del Estado mexicano, pero todo tiene un límite. Hoy le saldría más barato a los ciudadanos declararla en quiebra, que tratar de mantener artificialmente un cadáver. Como solución, el gobierno federal propone más deuda para rescatar un empresa inoperante. Se trata de una cifra estratosférica: ¡un billón de pesos! Por lo pronto, ya recetaron 50 mil millones de pesos para solventar las pensiones. El cuento de nunca acabar.
Sin embargo, lejos de tratarse de un caso asilado que amerita un rescate excepcional, se trata de una característica que muestra la dimensión inoperante del Estado mexicano. No sólo del gobierno, sino del Estado mismo. ¿Ahora entienden por qué es tan endeble la seguridad pública?
Pero veamos otra institución, para no ensañarnos con las "empresa de los mexicanos". Recientemente las autoridades festejaron la creación la nueva Secretaría de Cultura a nivel federal. Pero lo nuevo poco duró, porque arrastra serios problemas en su administración. Mucho personal y pocos resultados. El mejor ejemplo lo tenemos en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Encargado de proteger el patrimonio arqueológico e histórico del país, el INAH está ahogado por una inmensa burocracia que se concentra en la capital del país (¡qué raro!). ¿Qué significa esto? De más de 7 mil trabajadores, sólo 24 por ciento hacen labores sustantivas para la conservación. El resto engorda la nómina. Dicho en otras palabras, una institución relevante es degradada desde un gobierno inoperante. Por lo mismo, es difícil que así pueda haber eficiencia, buen servicio y resultados con un claro valor público. Hace décadas Gabriel Zaid llamó a esta característica del Estado mexicano, el progreso improductivo. Seguimos en las mismas. Bajo esa relación, no hay dinero público que alcance, ni instituciones que puedan prestar servicios de calidad. Para el caso, ya mejor ni hablamos de la salud. Más que pensar en reformas y gastar en aviones millonarios, habría que empezar por lo básico: administrar bien lo que se tiene. ¿Es mucho pedir?
El Siglo 17 de febrero 2016
https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1198031.por-sus-instituciones-los-conocereis.html

Recuerdos de la Alhambra


La identidad de una ciudad también se encuentra en su arquitectura. De esa manera, las construcciones, los materiales empleados y los estilos, reflejan una historia de cómo los personas han construido las ciudades. Me gusta la arquitectura porque permite leer esas historias. A través de esas huellas, se muestran estilos, formas y gustos, pero también, influencias del pasado.






La más reciente exposición del Museo Arocena -ya cerca a cumplir diez años-, revalora la arquitectura de Torreón. Bajo el título, "Recuerdos de la Alhambra. Arquitectura orientalista en Torreón", nos propusimos desde el museo, abordar las huellas materiales que refieren a Oriente. Se trata de una investigación realizada por un servidor, acompañada por el excelente fotógrafo Jesús Flores Valenciano. Aunque la muestra se encuentra en un espacio de la Casa Arocena, en realidad la exposición está en las calles. ¡Esa es la mejor parte! Así, el pasado 31 de enero se inauguró la expo con un recorrido peatonal. Debo confesar que el tema rebasó las expectativas, ya que asistieron más de 120 personas. Con todo, fue impresionante ver el interés de la gente por escuchar estas historias a pie de banqueta. Así, partimos del museo hacia el Hotel Galicia, y por la misma calle Cepeda, seguimos hasta la esquina de la avenida Matamoros, donde fue destruida una preciosa casa de corte orientalista. Caminamos hacia la antigua casa Rincón, en la avenida Morelos 1340, obra del maestro constructor Cesáreo Lumbreras. De ahí partimos hacia la bien ornamentada casa Zarzar, en la calle Acuña, y de luego continuamos el paso hacia el edificio Urdapilleta en la calle Falcón. Una joya admirable del recorrido la encontramos en la Ildefonso Fuentes, me refiero a la antigua "Casa Mudéjar", que de milagro sobrevive. Por cierto, ¿cuándo arreglará el municipio el problema legal que la tiene en abandono? Más todavía, ¿quién se está robando el piso?
"Recuerdos de la Alhambra" dignifica la memoria del patrimonio que fue impunemente destruido. En ese sentido, la demolición de la casa de Fernando Rodríguez en 1982, conocida popularmente como "casa morisca" o "Alhambra", fue un emblema de la ciudad. Construida en 1930 bajo la mano de Lumbreras, la casa se volvió con el tiempo, un símbolo de la ciudad. A tal punto, que las postales de Torreón de los años 40 y 50, incluían en su catálogo la preciosa casa la avenida Colón y Abasolo. Su estilo fue una interpretación moderna del mudéjar. Hoy tenemos ahí un edifico que niega todo sentido de estética y gusto. ¡Un horror! Han pasado más de 30 años desde que la tumbaron, y todavía encuentro gente indignada.
Torreón, una ciudad moderna que explica su auge económico en pleno porfiriato, reflejó en su arquitectura, sencillas formas basadas en estilos históricos de profunda tradición como el mudéjar. Desde luego, no fue la única ciudad. El estilo arquitectónico se reprodujo en otras ciudades como parte de una tendencia que utilizó modelos historicistas. En la región, los rastros de esa influencia, no sólo quedan en Torreón, sino en Lerdo y San Pedro de las Colonias.
La exposición buscan resaltar el orgullo y la identidad de la ciudad por medio de la historia. En esta ocasión, a través de la arquitectura orientalista. Estoy convencido que a través del conocimiento podemos comprender y conservar mejor nuestra identidad. Se ama aquello que se conoce. En consecuencia, preservamos aquello que conocemos. Por el contrario, con facilidad se pierde lo que no se conoce, lo que se ignora. Así sea muy valioso.
Aún así, otros edificios y casas de importante valor para la ciudad, han sido destruidos. En los últimos años, he documentado cómo de manera impune, y ante la "vista gorda" de las autoridades, se han destruido inmuebles con valor histórico. Hay en todo esto, una destrucción de la historia misma. Al tirar muros, adobes y tabiques, también se tira la historia y se va una parte de nosotros.
El historiador, como es mi caso personal, o una institución cultural como un museo, no pueden evitar la destrucción del patrimonio, ya sea por la ignorancia de los particulares, intereses comerciales que suelen arrasar con todo, o la indolencia de las autoridades. Sin embargo, el historiador sí está llamado a conservar la memoria, incluso, a reconstruirla desde las cenizas. Sirva pues esta exposición para difundir el conocimiento, y sobre todo, la pequeña esperanza de que mañana, habrá de conservarse nuestra identidad.
El Siglo 
10 de febrero 2016 

Tomar en serio a Trump


Más allá de la estridencia, el mal gusto o incluso la misoginia, hay que tomar en serio al precandidato republicano, Donald Trump. El hombre ha mostrado talento para llenar los medios y en consecuencia habla. Es cierto, instiga, insulta, dice tonterías y hace propuestas absurdas como la de construir un muro en la frontera con México. Su consigna ante todo es aparecer y ganar la candidatura del partido a la presidencia de los Estados Unidos. No importa que sea a base sandeces y expresiones negativas. Desde esa lógica, para el empresario metido a aprendiz de político, no importa tanto lo que diga, sino sencillamente que diga. Que hablen mal, pero que hablen. Así, durante meses ha ocupado los reflectores. De él y nadie más se habla en la contienda presidencial. Ocasionalmente sabemos de Hillary Clinton, pero los reflectores están en Trump.
A punta de mediatizar cualquier tontería, o peor aún, con base a expresiones racistas, Trump va que vuela para convertirse en candidato. Atrás quedan en los caucus Ted Cruz y Marco Rubio. Tanto a los votantes como a los observadores externos, nos pueden disgustar sus desplantes. Más todavía, podemos repudiar sus posturas antiinmigrantes y antimexicanas, pero al final, lo que impera en la política no es precisamente la razón o el buen juicio, sino la popularidad. Encarrilado desde un discurso xenófobo y hasta con ciertos tintes fascistas, Trump se está ganando el respaldo de un sector que no sólo simpatiza con él, sino además aplaude sus desplantes. Trump contra los inmigrantes. Bravo. Trump contra el Islam. Bravo. Trump misógino. Bravo. Trump contra China. Bravo. Trump contra las empresas globales. Bravo.
Por lo mismo, no importan los calificativos negativos que enumeremos de Trump y su bravucón discurso, sino la posibilidad real que tiene de convertirse en candidato, y hasta en presidente de los Estados Unidos. ¿Se lo imaginan en el poder? En ese sentido, hay que tomar en serio a Trump, en tanto la posibilidad que sí tiene. Despreciar y descalificarlo no le quita la posición cada vez más cercana de ser el candidato republicano. Visto así, más vale que nos vayamos preparando. Por ahora conocemos a un millonario jugando a la política. Pero no es difícil imaginar al magnate "haciendo" política. En tales condiciones, la candidatura de Hillary Clinton por el partido demócrata, a pesar de que Bernie Sanders le pisa los talones, aparece como un mal menor ante la seriedad del candidato republicano. Sólo el tiempo dirá si triunfa el espectáculo sobre la cordura. Después de todo, la democracia también puede negarse así misma. La Alemania nazi es el mejor ejemplo.
No hay duda de que la naturaleza diabólica y seductora del poder transforma. Modestas repúblicas como Bolivia y Venezuela ejemplifican los usos del poder y sus consecuencias negativas. Evo Morales, en su condición de "humilde" presidente, llegó en 2006 a la presidencia. Desde entonces no ha soltado el poder y recientemente los ciudadanos rechazaron su intención de reelegirse más años. ¡Nada más otros diez! Como verán, ya en el poder nada es suficiente. El chaparro es alto. El tonto es inteligentísimo. El feo, un notable galán.
A Hugo Chávez en Venezuela sólo lo detuvo la muerte, pero el líder populista ya tenía planes para largo con la "república bolivariana". Desde la baja considerable de los precios del petróleo, el sucesor, Nicolás Maduro (una caricatura de Chávez), se ha quedado sin fondos para alimentar el populismo. Ya sólo cuenta el tiempo desesperado para que no triunfe la oposición.
No es casual que el desencanto económico en la democracias lleve a posiciones extremas como las que ahora representa Trump. El magnate podrá ser un payaso. Pero un payaso muy serio desde el poder.
El Siglo
24 de febrero 2016
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