Regresamos nuevamente a las elecciones. Entiendo que el tema no es grato por razones conocidas, entre ellas, una clase política que goza cómodamente, de los niveles más bajos de credibilidad ciudadana. Sólo un 4% de los mexicanos confía en los políticos. En consecuencia, para la mayoría ciudadanos, la política y los políticos es algo que genera animadversión y de lo cual, se prefiere evitar en las conversaciones cotidianas. Sin embargo, más allá de las fobias y las filias, renunciar a la política, es algo que nos sale muy caro a los mexicanos. Por ejemplo, recuerdo algunas consecuencias: políticos irresponsables, instituciones corruptas, funcionarios abusivos, gobernadores sin límites, maestros y alumnos reprobados, son algunas de las situaciones que diariamente abonan al atraso del país. Justamente, en este sentido va la afirmación de que nos sale muy caro no atender la política, o lo que es lo mismo, dejar la política sólo a los políticos.
El 5 de julio serán las elecciones para renovar Diputados Federales en el Congreso de la Unión. Dos situaciones marcan esta elección. Por un lado, el tema del voto nulo o voto en blanco, promovido lo mismo por académicos, intelectuales y ¡hasta políticos! Las razones son muchas y visibles para quienes promueven esta campaña. Podría resumirse así: políticos que emanan de los ciudadanos, pero que se vuelven contra ellos. El otro tema, lo ha puesto nuevamente Alejandro Martí, el empresario que hace un año sufrió la terrible pérdida de hijo en un secuestro. Martí llama a los candidatos a comprometerse ante notario, de mejorar la seguridad en el país.
Sin embargo, ni una propuesta, ni la otra, son en realidad suficientes para mover a la clase política al compromiso y al cambio profundo, mientras no existan medios como la reelección, el plebiscito y el referendo. El PAN ha decepcionado a los electores; el PRI ha refinado sus viejas prácticas y el PRD está en perpetuo conflicto. Al final, los ciudadanos nos vemos con pocas opciones, pero al mismo tiempo, no podemos renunciar a la política. ¿Y cómo van las preferencias en La Laguna? En el Distrito 02 de Durango, Ricardo Rebollo lidera contundentemente el voto de los electores.
En Torreón, el mapa electoral se divide en dos distritos. El cinco, pinta con fuerza para PRI y su candidato Miguel Riquelme. Mientras que el seis, la cosa está más interesante por lo siguiente: de ganar el PRI, con Héctor Fernández Aguirre, estaría apuntalando casi en automático, la victoria de ese partido para la renovación de la Alcaldía de Torreón. Por el contrario, el candidato del PAN, si logra imponerse, daría respiro y esperanza al panismo local, tan vapuleando por sus propios miembros. Al final, las encuestas nos anuncian un PRI a la vuelta de la esquina. ¿Hará mejor las cosas?