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martes, 19 de septiembre de 2023

¡Presidenta, presidenta!

 


Sin duda, México tendrá presidenta. Visto en perspectiva, no es algo menor, sino representa la larga lucha de las mujeres. En la actualidad, el movimiento social más importante del siglo XXI es el feminismo. Sí no hemos entendido esa gran corriente, no hemos entendido nada. Por lo mismo, es relevante que el próximo año, 2024, habrá presidenta en nuestro país. Las reformas para incluir a las mujeres, fueron lentas, difíciles y largamente postergadas. Pensemos en el voto femenino. Del otro lado del mundo, en Nueva Zelanda, las mujeres pudieron votar a partir de 1893. En Australia se impulsó en 1902. Finlandia reconoció el derecho en 1906. Noruega, 1913. Dinamarca, 1915. La Unión Soviética en 1917 y Gran Bretaña, 1918. En Estados Unidos, el movimiento sufragista logró el voto, aunque sólo para las mujeres blancas, en 1920. En México, no obstante, la revolución, se aplazó el derecho hasta la segunda mitad del siglo XX.Una de las mujeres que representó con brillantez la lucha por el sufragio, fue Hermila Galindo Acosta.Pionera feminista en México.Nació en Avilés, una comunidad de Lerdo, Durango, en 1886. A los tres días de nacida, su mamá murió. Y contra los pronósticos, sale adelante, más todavía, destaca. Estudia comercio y mecanografía, lo que abrió las puertas al mundo laboral de los abogados en Torreón y de ahí a la ciudad de México. De manera temprana se une al club antireeleccionista. Por esas fechas, la revolución está en marcha y su capacidad discursiva llama la atención de Venustiano Carranza, quien la hace su secretaria particular. En enero de 1916 envío la ponencia, "La Mujer del porvenir", al Primer Congreso Feminista, en Mérida. Pese a no estar presente, la lectura de su texto, causó polémica por abordar un tema tabú en ese tiempo: la sexualidad de la mujer.

Impulsó la publicación, "La mujer moderna", donde insistió en integrar los derechos femeninos. Como secretaria de Carranza, buscó influir en la nueva constitución de 1917, a fin de que se reconociera el voto de la mujer. Sin embargo, en ese aspecto, lo revolucionarios no fueron tan revolucionarios; por el contrario, mantuvieron el mismo orden de exclusión a las mujeres en sus derechos políticos para votar y ser votadas.

A manera de prueba, tuvo el arrojo de retar al sistema político, cuando se registró como la primera candidata a diputada federal en 1917, para el distrito quinto de la ciudad de México. En realidad, las mujeres no votaban y su candidatura causó escándalo. Fue a todas luces provocadora, recibió burlas, descalificaciones y hasta le pidieron conseguirse un novio. ¡Así la época! No obstante, la lucha de Galindo, tuvo que pasar una larga espera, para que las mujeres fueran incluidas en las elecciones. Hermila murió en 1954, pero su causa dejó valiosos frutos.

Tras una serie de protestas femeninas, el presidente Adolfo Ruiz Cortines, promulgó el 17 de octubre de 1953, la reforma constitucional al artículo 34, donde reconoció el voto de las mujeres en el ámbito federal. De esa manera, el 3 de julio de 1955, las mujeres mexicanas sufragaron por primera vez en una elección federal. En Torreón, la primera candidata mujer a diputada federal en ese mismo año, fue Virginia Herrera Reyna, por el Partido Acción Nacional. Aunque no ganó "Doña Quinita", era imposible ganarle al régimen del Partido Revolucionario Institucional, denunció con gran valentía en la Cámara de Diputados, el fraude y las numerosas triquiñuelas en los comicios donde votó hasta un niño.Ahí en la Congreso de la Unión le gritaron: "Sen~ora, lo que debe hacer es irse a guisarle los frijoles a su marido". Pero ella se defendió: "Aunque este´ mal decirlo, soy buena cocinera; pero no so´lo la cocina es para la mujer. Las mujeres tenemos derecho de participar en la vida poli´tica y social".Pese a las resistencias, el voto de las mujeres hizo historia.

En el camino, quedaron candidaturas a la presidencia de la República.No tuvieron la posibilidad de triunfo; en cambio, abrieron brecha a este momento que, desde ya, es un hito. Activista de izquierda y luchadora de los derechos humanos, Rosario Ibarra de Piedra se presentó como candidata a la presidencia en 1982 y 1988, por el Partido Revolucionario de los Trabajadores. Cecilia Soto fue la segunda mujer en postularse al cargo presidencial, por el Partido del Trabajo en el horrible año de 1994. Igualmente se registró Marcela Lombardo Otero, por el Partido Popular Socialista. En las elecciones de 2006, participó Patricia Mercado, por el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina. En 2012, el PAN postuló a Josefina Vázquez Mota. 

De igual manera, Margarita Zavala se presentó a los comicios de 2018, pero dejó la candidatura independiente a medio camino. Ahora Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum,lideran las candidaturas de sus partidos con amplias posibilidades de ganar, lo cual significa un profundo reconocimiento, a esa larga lucha de las mujeres. Posdata:Agradezco las excelentes investigaciones sobre la vida y obra de Hermila Galindo, realizadas por Rosa María Valles y Laura Orellana.

El Siglo 19 de septimebre 2023

https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/2023/presidenta-presidenta.html

jueves, 15 de octubre de 2015

Equidad de género, libros

La Dra. Rosario Varela Zúnñiga, investigadora especializada en equidad de género, promueve dos libros relevantes sobre el tema: Los estudios de género en el Norte de México (2014), y 15 años de políticas de igualdad (2014). 

lunes, 2 de abril de 2012

Cuota de género

En los años de la transición creció la participación de las mujeres en cargos de representación popular, sin embargo, el número todavía no es suficiente para hablar de una paridad entre hombres y mujeres. Por eso, se propuso a nivel de partidos la llamada “cuota de género”. Quizá el nombre no nos guste, pero sí es relevante en la búsqueda de equidad. El compromiso más inmediato se llevó a la Cámara de diputados por un grupo plural y destacado de mujeres, entre las que se encuentran ahora varias candidatas (Josefina Vázquez Mota, Beatriz Paredes e Isabel Miranda de Wallace, Xóchitl Gálvez y Amalia García).

Hace unos meses, en diciembre de 2011, los diputados aprobaron las reformas al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), para evitar que las diputadas llamadas “Juanitas”,  entreguen su curul a hombres después de solicitar licencia. Por otro lado, el mismo Cofipe expresa claramente que las candidaturas de “los partidos políticos deberán integrarse con al menos cuarenta por ciento de candidatos propietarios de un mismo género, procurando llegar a la paridad”. Para una cultura predominantemente machista, la equidad de género en los partidos no es evidente ni necesaria. Con razón Pascal Bruckner lo describió como “falocracia”.


Por eso el PRI y el PAN, hay que destacar la excepción del PRD, no les importó cubrir con el principio mínimo de equidad que señala la ley. Por el contrario, el IFE, y sobre todo, el Tribunal Electoral echaron para atrás las propuestas de los partidos que incumplieron con la equidad. A pesar de la ley, los representantes de esos partidos todavía se inconformaron con las autoridades. Ahí está la injustificable defensa de Rogelio Carbajal del PAN, y del experimentado Sebastián Lerdo de Tejada por el PRI. Hacer bien las cosas desde el principio no es una característica de nuestros partidos. Al menos en este punto, hay aplaudir el contrapeso del IFE y el Tribunal.


Por lo pronto, en Coahuila el PAN ya retiró la candidatura al senado de Jesús Ramírez Rangel y falta una más para la candidatura a diputado. En el PRI están esperando a que el Tribunal o el IFE les regresen sus candidaturas. Por cierto, no me extrañaría que la candidata Hilda Flores, privilegiada en la lista por ocupar el décimo lugar al Senado, intentara regresar para ceder su lugar en el legislativo. Quizá esta vez se tope con el IFE.
28 de abril 2012
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9136960