sábado, 26 de junio de 2010

Buen Gobierno


Se cerró el capítulo del Instituto Ciudadano para el Buen Gobierno. Ahorcado por la tesorería municipal, huérfano y poco conocido entre los ciudadanos, el Instituto quedará como una experiencia inconclusa y como un intento de buena voluntad para hacer contrapeso al gobierno, pero también para mejorarlo. Sin embargo, no me parece tan negativo su cierre. Dada la naturaleza de sus actividades, un instituto así tendría que tener autonomía presupuestaria para no depender del gobierno.

Quizá de esta crisis pueda gestionarse un movimiento ciudadano interesado en llamar a cuentas al gobierno local y en proponer alternativas para generar un buen gobierno (en el sentido de la Nueva Gestión Pública). En su momento Transparencia Internacional nació de una crisis de su fundador, Peter Eigen. Actualmente en México, un buen modelo gestión lo tenemos en la asociación civil Fundar. Por lo demás, el Instituto sí logró formar a un grupo de laguneros, entre ellas varias mujeres, que ahora tienen mejores herramientas para hacer ciudadanía y sobre todo, impulsar un buen gobierno.