domingo, 22 de noviembre de 2015

El bolso de Escobar

Foto: Reforma
Bien dicen que las cosas se parecen a su dueño. Por lo mismo, aunque no deja de sorprender el comportamiento del gobierno federal (unas modestas casas, una empresa consentida y un fiscal para excusarlo todo), el nuevo nombramiento de Arturo Escobar como responsable de la Subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana en la Secretaría de Gobernación, ratifica la congruencia del gobierno con la narrativa nacional de los últimos dos años: corrupción, pérdida de confianza y muchos triunfos electorales.







Ante el polémico nombramiento, diversas y prestigiosas organizaciones civiles denunciaron que Arturo Escobar "carece de los conocimientos necesarios" para ocupar la Subsecretaría de Prevención del delito y Participación Ciudadana. Pero su pronunciamiento se quedó corto al describir la trayectoria de Escobar. Al mismo tiempo, surgió una iniciativa que juntó firmas para solicitar la destitución del recién nombrado subsecretario.
¿Pero quién es Arturo Escobar? ¿Por qué tanta indignación? Bajo el sello del Partido Verde Ecologista, Escobar ha desempeñado diversos cargos como diputado local en la Asamblea del DF, diputado federal, senador y presidente nacional del Verde. Entre sus flamantes iniciativas, destacó una sobre la pena de muerte, que además sirvió de campaña nacional a ese partido, que hoy por hoy, es la quinta fuerza electoral en el país. Pero si hay en México, un partido despreciable entre los despreciables, ese es el Verde Ecologista. Repasemos brevemente su historia. Administrado por un familia, primero Jorge González Torres y luego su hijo, el célebre Jorge Emilio González, el Verde se abrió paso como un partido útil en la coalición presidencial del 2000 con PAN y posteriormente, junto al PRI. Actualmente el Verde Ecologista funciona como un subpartido del PRI, que le permitió alcanzar la mayoría legislativa en la Cámara baja. De la misma manera, el Verde Ecologista aportó los votos que le faltan al PRI, para que éste mantenga el poder.
El negocio del Verde como partido, supera los 444 millones de pesos para ejercer durante el año 2015. ¡Más de un millón de pesos diarios! Conscientes del negocio, durante las pasadas elecciones, hicieron todo lo posible para posicionarse, incluso rompiendo la ley. Contrataron espacios publicitarios directamente contraviniendo la ley electoral. Pagaron a celebridades para promover el partido, aun después de suspendidas las campañas. Regalaron mochilas a diestra y siniestra por todo el país, no obstante de que las reglas electorales restringieron el uso de materiales plásticos. Transfirieron dinero de su bancada en el Congreso hacia el partido. Todas estas faltas eran causales suficientes para quitar el registro al Verde. Pero cuando el Instituto Nacional Electoral quiso apretar, unas oportunas grabaciones telefónicas, expusieron al presidente del INE, Lorenzo Córdova, quien "comprometido" con la democracia, se echó para atrás. No sólo perdonaron al Verde, además dijeron que no fue tan grave su violación. En el mismo tono, el Tribunal Electoral fue tan generoso, que condonó las multas e hizo descuentos al Verde. ¡Mejor no la podían tener!
Como líder del partido, Arturo Escobar fue el operador de esas campañas, pero también de todas esas violaciones sistemáticas a la ley (aunque en un país como México, a nadie le importa eso). Escobar es el promotor de ilegalidades y ahora es la cara del gobierno federal para la prevención del delito. ¡Y no es broma! Sí, el promotor de la pena de la muerte, es el nuevo encargado de la participación ciudadana con organizaciones civiles de la talla de México Evalúa, Causa en común, México Unido Contra la Delincuencia, IMCO, INCIDE Social. Lejos de ser contradictorio, el nombramiento de Escobar, muestra la congruencia del gobierno de Enrique Peña Nieto, con la narrativa nacional de los últimos dos años: corrupción, impunidad, falta de confianza, escasa aprobación de gobierno. Con todo eso, en México todavía no estamos al nivel de Guatemala, y mucho menos, al nivel democracias funcionales que sí logran sancionar y echar a sus gobernantes. Acá gozan de absoluta impunidad. Por lo mismo, Arturo Escobar, fue el hombre que detuvieron en el aeropuerto de Chiapas con un millón 100 mil pesos en efectivo, bien guardado en su bolso Louis Vuitton. Hoy es el encargado de prevenir el delito.
23 de septiembre 2015 
El Siglo