domingo, 22 de noviembre de 2015

Oda a los puentes peatonales


Es revelador de una ciudad, cuando las autoridades piensan en los peatones. Ahí se refleja una cierta visión de ciudad, una manera de concebirla. Cada vez más, diversas ciudades en el mundo están cambiando su infraestructura vial a fin de hacer espacios más habitables y seguros para sus habitantes. Crean zonas de baja velocidad para los automóviles, integran mejor los cruces peatonales, quitan estacionamientos para ampliar banquetas y hacer ciclovías, aprovechan pequeños lugares para hacer parques de bolsillo. Vamos, hasta una de las grandes y contaminadas capitales del mundo, París, promovió un día sin auto.
En esa tendencias, hacia dónde va una ciudad como Torreón. Hace unos días, las comisiones de urbanismo y hacienda, del Cabildo en Torreón, aprobaron siete concesiones para instalar puentes peatonales en la ciudad. ¿Qué impacto tendrán esos puentes en la ciudad? ¿A qué política atienden? ¿Qué representa esa infraestructura? En principio, cuando las autoridades explican la importancia de los puentes peatonales, supone que están "justificados por la necesidades de los peatones". Así lo dijo un engomado regidor. Pero dejémonos de eufemismos, porque en realidad los puentes peatonales son puentes comerciales. Sirven para la venta de espacios publicitarios. Olvídense de la seguridad de los ciudadanos, de la inclusión de los patones. Por lo mismo, si hay un espacio de exclusión por excelencia en la ciudad, ese lo representa los puentes peatonales. Porque no están hechos para que las personas transiten por ahí, sino para multiplicar los anuncios en las calles. Su instalación es ante todo un negocio. El resto, sólo sirve de falsa justificación a favor de los peatones. Como en otros aspectos, esta situación muestra una política contradictoria e inconsistente de las autoridades municipales. Vemos los puntos. El año pasado, el Ayuntamiento aprobó el Reglamento de Movilidad Urbana. Sin duda un reglamento ejemplar, incluso, hasta de vanguardia a nivel nacional. Consultó a diversos grupos ciudadanos, retomó referencias del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP). Entre otras cosas, ese reglamente prioriza el tránsito. Reconoce en la primera línea de importancia a los peatones, los grupos vulnerables, como niños, mujeres embarazadas y adultos mayores. Al final están los automovilistas.
Sin embargo, ese mismo Cabildo también aprueba la instalación de infraestructura que revierte la importancia de los peatones, para dar paso a su majestad el auto. Hacer más puentes peatonales es una clara medida de segregación. Eso sí, son buen negocio para exhibir publicidad. Lo importante detrás de un puente peatonal no es la seguridad de los ciudadanos, sino vender publicidad. Desde esa óptica, un puente peatonal es bueno porque permite que los automóviles circulen mejor. Sin que los peatones estorben. Otra función de los puentes peatonales, es ofrecer emoción y obstáculos a los ciudadanos de a pie. Emoción porque ahí los ciudadanos pueden ser asaltados y violados en su trayecto. Obstáculos, porque son todo un reto pedestre para niños, mujeres embarazadas y ancianos. Hace no mucho, un niño murió en esta infraestructura publicitaria. ¿Esa es la ciudad qué queremos?
En toda esta situación, es significativo el silencio de la Dirección de Movilidad Urbana y el flamante Instituto Municipal de Planeación (Implan). El municipio de Torreón promueve dos políticas que se contradicen y van en detrimento de la ciudad. Por un lado el Implan, es muy buena institución para organizar reuniones, planes y diagnósticos sobre los problemas de la ciudad. Incluso, ha convocado expertos en el tema de la movilidad como el ITDP. También promueve un loable proyecto llamado "Calle completa" para mejorar la integración y transporte de la población. Sin embargo, el mismo instituto que promueve todas estas políticas, ha sido irrelevante a la hora de influir en mejorar la ciudad. Lo ignora el alcalde. Lo ignora la Dirección de Urbanismo. Lo ignora Obras Públicas. Lo ignora el Cabildo. Más todavía, mientras el Implan promueve un modelo de ciudad más incluyente y funcional, las otras áreas del gobierno van en sentido contrario. En el gobierno municipal conviven dos lógicas como Dr. Jekyll y Mr. Hyde. De esa manera, los nuevos puentes peatonales son el mejor homenaje que la autoridad hace al automóvil. Una elocuente oda a la inequidad, a la disgregación del espacio público. Monumentos a la degradación urbana.
7 de octubre 2015