jueves, 4 de junio de 2009
¿Anular el voto?
Veo con agrado que en los últimos días se ha hecho una polémica nacional en torno a anular el voto para las próximas elecciones del 5 de julio. Pero mi agrado no está en función de anular el voto, sino en la discusión misma, pues en esencia, no hay que olvidar que la democracia es un sistema deliberativo, donde pluramente se discute.
Académicos como Denise Dresser, mi exprofesora en el ITAM, o Sergio Aguayo Quezada y José Antonio Crespo, se han pronunciado por anular el voto.
Por lo demás, no niego la profunda insatisfacción que generan los partidos políticos hacia los ciudadanos, sin embargo, anular el voto no representa ninguna amenaza para los partidos, así que resultaría inútil la acción. Más bien, soy partidario de votar para botar candidatos y partidos. En México estamos lejos de la imaginación expresada por José Saramago en el Ensayo sobre la lucidez, donde el 70% de las boletas quedan en blanco. No obstante, como sociedad no hemos acotado, limitado, ni llamado a cuentas a nuestros políticos. Una alternativa, no la única desde luego, es la reeleción, para que así, los políticos respondan a los ciudadanos que los eligieron, y no a las dirigencias de sus partidos.