martes, 18 de agosto de 2009
Punto frágil (economía presidencial)
Es difícil celebrar con tantas carencias de por medio. Aún así, el Gobierno apresta ya la celebración de los “héroes que nos dieron patria”, unos del Bicentario de la Independencia y otros del Centenario de la Revolución. Pero bien vale recordar, con las limitaciones que eso conlleva, las condiciones del país en los últimos años del porfiriato entre el siglo XIX y XX. Después de un convulso pasado durante el siglo XIX, al fin se había logrado la “paz y el progreso”, no obstante de las enormes brechas y desigualdades en la población, mismas que ahora se han multiplicado hasta llegar a millones. Uno de cada dos mexicanos es pobre. De esta manera, las diferencias entre el pasado y el presente son notables, pero también encontramos algunas similitudes.
En aquella época, el país tenía las condiciones para desarrollarse como una potencia, a pesar del recelo estadounidense. Nuestra moneda mantenía un buen valor internacional y las expectativas eran grandes. Al final, el rumbo se perdió y volvimos a empezar después de una revolución ¿Ahora nuestro país tiene condiciones favorables? y si no, ¿se están creando? ¿Será la crisis mundial un incentivo para reinventarnos y salir del atraso? Veamos algunos datos.
Con una dosis inevitable de realismo, el Secretario de Hacienda, Agustín Carstens ofreció una visión más realista y menos optimista del “catarrito”. Uno de los efectos será un faltante financiero de 300 mil millones de pesos en el presupuesto para el 2010. ¿Qué va a proponer la mayoría priista en el Congreso a partir del primero de septiembre?
El gobierno no es el principal generador de riqueza y desarrollo, pero su labor sí puede ser decisiva y facilitar en mucho el camino para lograrlo. Al paso que vamos y como estamos, es difícil que las condiciones provengan de ahí. En el plano comparado, nuestro país destaca por mucho con el peor desempeño económico de América Latina en el 2009, según el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2009, publicado por la CEPAL el mes pasado. Todavía se discute si el PIB de México caerá 7 o 9 puntos, mientras nuestros vecinos Panamá, Perú, Bolivia, Haití y Argentina crecerán. Países más sólidos como Brasil y Chile, sólo caerán un punto. ¿Qué han hecho estos últimos dos países para llevar mejores rumbos? Hacer puntualmente sus tareas, entre ellas, recién afirmó el ex presidente Ernesto Zedillo, tomar medidas impopulares, como cobrar impuestos a quienes se debe cobrar y viven en la informalidad. Unos pocos sosteniendo al resto, es un modelo del que no se puede esperar ni exigir mucho, por la sencilla razón de que no hay dinero que alcance.
A su vez, el gobierno enfrenta una crisis financiera, aunque no la reconozca como un punto frágil que amenaza con convertirse en un serio problema. La cifras reportadas por la Secretaría de Hacienda, muestran que para este primer semestre del 2009, el gobierno gastó más de lo que le ingresó. Crecieron los gastos y cayeron los ingresos. En los primeros seis meses de presente año se obtuvieron ingresos presupuestales por 1.33 billones de pesos, de los cuales se erogaron 1.44 billones de pesos. Bien nos decía un conocido economista, sale más caro el caldo que las albóndigas. ¿En qué se ha gastado el gobierno ese dinero? La respuesta la intuimos fácilmente: gasto corriente y más burocracia, no inversiones ni proyectos de desarrollo. Para los Poderes y entes autónomos el incremento fue 12.1%. En las dependencias del Gobierno Federal fue otro tanto de 12.1%. Tan sólo para dimensionar los números, en febrero de 2008, la Presidencia de la República gastó 102 millones de pesos, en el mismo mes de 2009 gastó 437 millones de pesos. ¿Habrán sido los tiempos electorales, siempre urgidos de recursos?
Tenemos una maquinaria gubernamental obesa y poco efectiva, que gasta el dinero, por ejemplo, con buenas intenciones en programas sociales, pero con irrelevantes resultados. Ahí está Oportunidades, ahora llamado “Vivir mejor”, lejos de reducir la pobreza, produce más.
Ante este panorama, la solución propuesta no es siquiera un poco imaginativa. Estamos contra la pared y la tarea no la hacemos, pues tenemos a la mano, dos fabulosos préstamos para apagar el fuego y posponer una vez más solucionar el problema. Listos sobre la mesa están 1500 millones de dólares del Banco Mundial para el programa de lucha contra la pobreza Oportunidades. Del otro lado, también se cuenta con una línea de crédito del Fondo Monetario Internacional por 47 mil millones de dólares, lo que equivaldría a120% de toda la deuda gubernamental en moneda extranjera.
¿Cómo llegaremos al 2010? Con una economía morrallera escribe Enrique Quintana. Pequeña como las nuevas monedas.
15 de agosto de 2009
El Siglo de Torreón