domingo, 17 de agosto de 2014

Honduras en La Laguna

La historia humana es migración: tránsito. Casi no hay episodio donde las migraciones no intervengan. Grandes desplazamientos, oportunidades económicas, guerras y conflictos violentos motivan las migraciones. En La Laguna lo sabemos bien, que hacia finales del siglo XIX se volvió un notable polo migratorio de nacionales y extranjeros gracias a la riqueza económica de la región. Acaso por lo mismo, entre los laguneros todavía subsiste un grato espíritu de hospitalidad hacia los foráneos. Decimos y con razón, que aquí nadie se siente de fuera.
Pero las migraciones cambian y también evidencian los problemas de otras sociedades. Entre Palestina e Israel se repiten los odios irracionales que llevan a miles a migrar a otros países de Oriente medio. Más cerca de nosotros, el drama de la migración se ahonda entre los migrantes centroamericanos que transitan el país rumbo a los Estados Unidos. Pero no todo es motivado por una promesa económica. Los migrantes centroamericanos también huyen de la violencia entre sus mismos habitantes. 

Bandas y pandillas han extendido un terrible negocio de extorsión entre familias pobres de Guatemala, Salvador y Honduras. Es la degradación que refleja la ausencia estado, ahí donde el gobierno es "un decir". Recientemente en los Estados Unidos se reconoció que existe una "crisis humanitaria" por la migración de miles y miles de niños que intentan cruzar la frontera. Tan sólo en el Valle de Texas, unos 170 mil inmigrantes llegaron en los últimos siete meses de 2014, de los cuales, se calculan 50 mil niños, que muchas de las veces viajan solos. Con todo y lo empático que puede resultar el presidente Barack Obama, se ha convertido en los hechos, en un gobernante que logrado expulsar por miles, a los migrantes ilegales que llegan a Estados Unidos. Por estos días, el gobierno nacional gringo anunció más centros de detención. Pero el gobierno de Texas ha ido más allá, al solicitar el gobernador Rick Perry, 1,000 soldados para tratar de contener los cruces ilegales. Lo cierto es que con todo y muro, las fronteras siguen siendo porosas. Parece el destino de nuestros tiempos: unos luchando por levantar muros y cerrar fronteras, y otros abriéndolas como se pueda. En esa tensión, México es el paso de los migrantes centroamericanos, que en su camino, son maltratados, robados, extorsionados e incluso asesinados, cómo sucedió en aquel triste lugar de San Fernando, Tamaulipas. ¿Pero qué puede hacer uno cuando sabemos de esos problemas? ¿Cómo podemos ayudar a quienes van de paso? Aunque es fácil caer en la indiferencia, siempre hay formas de colaborar con nuestro granito de arena.
El sábado pasado, gracias al colectivo de ciclistas mujeres, Bicionarias Laguna, visitamos la Posada del peregrino que pertenece a Cáritas de Torreón. De esa manera, los ciclistas que participamos llevamos alimentos, ropa y hasta calcetines. De viva voz conocimos el importante trabajo de la Posada del peregrino para dar alberge a los migrantes que transitan por nuestra región. Nos enteramos cómo en su paso por México, muchos centroamericanos son asaltados por bandas criminales, e incluso, por autoridades que abusan de los migrantes. Los despojan del poco dinero que llevan, e incluso, como nos narró un migrante hondureño, lo primero que les quitan son los zapatos. Proveniente de Honduras, nos platicó que lleva un mes viajando desde que salió de su país y que su estancia en la Posada del peregrino, fue por mucho, el mejor descanso que ha tenido en su tránsito hacia el sueño americano. Una cama limpia, comida y descanso le han permitido recobrar energías hacia su difícil paso.
Pita Campa, entusiasta de los paseos ciclistas de @BicionariasLag y directora del Banco de Alimentos de Cáritas, nos explicó que diariamente llegan 40 migrantes a la Posada del peregrino en busca refugio, alimento y descanso. El lugar tiene una capacidad para 96 personas que pasan en promedio tres días y continúan con su paso. Gracias a la digna labor de la Posada, los migrantes reciben tres comidas, ropa limpia y atención médica. Algunos han llegado enfermos, otros mutilados por el ferrocarril. No obstante las vicisitudes que viven los migrantes, en La Laguna tienen un digno espacio que los conforta en su camino. Gracias a la Posada del peregrino por compartir esta experiencia de dignidad a la cual podemos sumarnos.
El Siglo de Torreón
23 de julio 2014
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1019228.honduras-en-la-laguna.html