Es más fácil expresar una opinión, que dar un argumento. En esos términos, las generalidades suelen circular con facilidad. Y aunque las comparaciones son irresistibles, no siempre son razonables. Por ejemplo, tras la crisis de inseguridad y violencia que se vive en el país, se suele afirmar con facilidad que México es una “Estado fallido”.
Si bien, el Estado mexicano se ha vuelto peligrosamente vulnerable por los embates y la seducción del crimen organizado, todavía –y no lo digo como consuelo- no reunimos las características formales de un estado fallido. En este sentido, la decadencia no tiene límites.
Otra comparación común que suele afirmarse ligeramente, es que Ciudad Juárez es tan peligrosa, o incluso más, que un país en conflicto como Irak.
Ahora que las autoridades de Estados Unidos han decidido iniciar la “retirada” y dar fin al conflicto de Irak, el saldo muestra el desastre de la guerra de los “tres billones de dólares”, según la afirmación de Stiglitz y Bilmes.
Siete años después y 4,419 soldados norteamericanos muertos, Barack Obama concreta la “retirara” de la tropa. Entrecomillo retirada, porque de los 176 mil soldados norteamericanos que llegaron a operar en Irak, han decidido dejar un año más a unos 50 mil “asesores” en el país. La violencia iniciada, fundamentada y promovida por la mentira de la administración Bush, dado que nunca se probó la existencia de armas de destrucción masiva; inclusive, el gobierno norteamericano reconoció que nunca encontró las mentadas armas.
El saldo general: más 110 mil muertos, la gran mayoría civiles inocentes. Mejor no confundir ni comparar fácilmente, a fin de honrar la inteligencia. En nuestro país, Fernando Gonzalbo Escalante ha discutido un estado de la cuestión sobre el tema de seguridad. Más recientemente, Eduardo Guerrero ha desmontado la estrategia del Gobierno Federal.
Y mientras tanto, Irak seguirá en conflicto, atentados y destrucción. Es triste ver como una de las cunas de la civilización es destruida.