domingo, 11 de agosto de 2013
¿Mexicanos al grito de ciencia?
En las sociedades modernas, hay una sobrestimación de la ciencia. Durante el siglo XIX se creyó que la ciencia y la técnica, por entonces llamada “Progreso”, liberaría de la oscuridad a la humanidad. Incluso se pensó que la religión ya no sería necesaria. Pronto el siglo XX se encargó desmentirlo, tanto por la barbarie como por las creencias. Pero no por grandes avances científicos o tecnológicos, nuestro siglo es menos supersticioso, o si quiera, más civilizado. Las creencias son más fuertes y extendidas que el pensamiento. Tomás de Aquino, que escribió para la eternidad, a juzgar por el tamaño de la Suma teológica, argumentó una respuesta elegante a la oposición de la razón y la fe: La fe extiende el camino donde la razón ya no llega.
Recientemente se publicó la Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en México 2011 (Enpecyt), elaborada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). El propósito del estudio es medir entre los mexicanos cuál es la importancia la ciencia y la tecnología en la población. A grosso modo, los mexicanos confían más en la fe, la magia y la suerte que en la ciencia. En pocas palabras somos más creyentes que científicos. Sin duda, esa percepción que tenemos en relación a la ciencia, está fuertemente influida por el bajo nivel educativo que hay en el país. Aún así, el estudio demuestra que 6 de cada 10 está de acuerdo en que la ciencia y la tecnología mejoran la vida, pero al mismo tiempo expresan dudas hacia los científicos y la ciencia. Los mexicanos no se la creen del todo. 40 por ciento considera que el conocimiento científico es “verdadero”; 35% piensa que “no siempre es verdadero”; 17% dice que es “dudoso” y el 1% lo descalifica por completo. Ya en la desconfianza, 50 por ciento considera a los científicos como “peligrosos” debido al poder de su conocimiento. Temas como la clonación y los transgénicos generan reticencia. Más confianza hay en el azar. Por ejemplo, 6 de cada 10 ve en los números un asunto de suerte y de manera ocasional 70 por ciento ha consultado un horóscopo. ¡34 por ciento cree en los OVNIS! Ahora entiendo porque tanto programa chatarra en la televisión.
Hay estima de la medicina, pero en la práctica no la asumimos como el único medio para la salud. Casi 7 de cada 10 considera adecuados los tratamientos alternativos como acupuntura, quiropráctica, homeopatía ¡y limpias! Después de todo, en la percepción de los mexicanos, la ciencia no es tan importante como nos dicen. Es curioso como Paul Feyerabend, uno de los mayores críticos del llamado método científico, valora otros caminos para el conocimiento. La ciencia no es el único, y tal vez, ni siquiera el mejor en todos lo casos. Eso sí, es el método más transparente y verificable.
7 de cada 10 considera que es positivo que los jóvenes se involucren en la ciencia para mejorar el futuro del país, aunque 50 por ciento considera que el desarrollo tecnológico origina una manera de vivir artificial y deshumanizada. Si bien la educación condiciona la aceptación de la ciencia, entre los menos educados encontramos en ocasiones una sabia intuición. Después de todo, la ciencia sólo parece habernos hecho mejores, aunque al final no siempre resulte así.
28 de julio 2013
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9187347