Para Sergio A. Corona
Páez
¡Fuera
Peña, fuera Peña, fuera Peña! Así gritaron fuerte y claro los ciudadanos en las
calles de Torreón. La marcha del domingo cinco de febrero, fue una marcha de la
dignidad. Un grito de ya basta contra la corrupción y la impunidad. Como hace
años no veíamos, los laguneros tomaron las calles. Hartos, protestaron de
manera pacífica y ordena.
Desde
meses atrás el ambiente está crispado y hay notable malestar de los ciudadanos
no sólo en la región, también el país. Como nunca antes, el Estado mexicano se
ha vuelto por y para la corrupción. Ese mismo estado protege y alienta la
impunidad del presidente de la república, gobernadores y autoridades locales,
sin distingo de colores partidistas. La historia ya la conocemos, y casi no hay
semana, en que no sepamos del saqueo que hacen políticos y funcionarios por
todos lados en el país. Por supuesto, en
absoluta impunidad, sin que nada pase. La corrupción es el telón de fondo, y el
gasolinazo dio pretexto a las clases medias para participar e involucrarse en
la política. Dicho de otra manera, las condiciones para la alternancia están
dadas. Viene un voto de castigo y una alta participación de sectores que
tradicionalmente son apáticos a la política y las elecciones. Nada más
complaciente al poder, que la indiferencia.
Por lo mismo, fue notable la
convocatoria que organizó un amplio y plural frente ciudadano de organizaciones
civiles en la ciudad. Mientras caminábamos por la avenida Juárez, fue vibrante
ver cómo los ciudadanos cantaban el himno nacional, a la vez que portaban
banderas de México y pancartas contra la cleptocracia que gobierna. Pocas veces
vemos convocatorias que reúnen a miles de ciudadanos en la protesta. Más de cuatro
mil, según reportaron algunos medios. De manera libre, voluntaria, la marcha
reflejó el valor de la unidad.
A
diferencia de hace varios años, cuando la violencia y la inseguridad replegaron
a los ciudadanos a piedra y lodo, hoy vencieron el miedo, y sobre todo, la
indiferencia. De esa manera, cada grano de arena suma. Se pide a gritos un
cambio que venga de abajo hacia arriba. Eran las 10 de la mañana y llegaron
docenas de ciudadanos. Al principio parecían pocos. Luego se sumaron cientos, y
finalmente, se reunieron varios miles. Fue impresionante para lo que
tradicionalmente ocurre en esta parte del Norte. Sin duda, Torreón contrasta al
resto de Coahuila.
Una
mañana cálida. La marcha transcurre rumbo a la plaza mayor, mientras se
escucharon con fuerza las voces de la multitud: “Moreira bandido, el pueblo
está ofendido”. En el camino, también se
escuchó: “A ti que estás mirando, también te están robando”. Hace veinte años,
hablar de transparencia era una rareza, una mención entre académicos. Pero
justo hace dos décadas, en 1995, un grupo de valerosas mujeres (Mujeres por
Torreón), salió a protestar, cacerola en mano, para exigir transparencia al
gobierno municipal. Al poco tiempo catalizaron la caída del alcalde de triste
memoria, Mariano López Mercado. Lo que vino luego fue la alternancia histórica.
Dos décadas después se vuelven a juntar peligrosamente crisis económica con
crisis política. Súmele a eso ausencia de liderazgo y credibilidad. Esa mezcla
provocará una segunda oleada de alternancia en el país, incluyendo las
elecciones locales en Coahuila para el próximo mes de junio. Cuando el contingente
llegó a la plaza mayor, circularon volantes con los señalamientos y propuestas
de un valiente grupo en la ciudad: Participación Ciudadana 29, el cual lideran
notablemente mujeres. El conjunto de organizaciones no sólo exigieron
transparencia, sino rendición de cuentas. El otro punto de la exigencia fue la
participación de los ciudadanos en las decisiones del gobierno. Ahí sonó fuerte
el hartazgo contra políticas unilaterales y gastos superfluos al estilo teleférico.
El
domingo 5 de febrero fue un día histórico. No sólo por la conmemoración del
centenario de la constitución de 1917, sino por la protesta profundamente
simbólica contra la corrupción y la impunidad, es decir, todo lo contrario a
los valores de la Carta Magna. Al centro de la plaza, ondea la monumental
bandera de México, mientras los ciudadanos toman el espacio. Al fondo el
edificio de la presidencia municipal. Los ciudadanos corean alto y claro: “Ahí
están, esos son, lo que roban la nación”.
A punto del medio día, el discurso final lo pronunció Patricia Vargas, quien es
la presidenta de PC 29. Escuchemos sus palabras: “hoy es un día de fiesta, hoy
le decimos a los gobernantes que ya basta”. Tras la manifestación, quedó una
sensación de esperanza por las cosas que tienen que cambiar. El día de la
marcha será recordado, como el día en que Torreón despertó.
8 de febrero 2017