Acostumbrado a los medios, resulta un lugar común la descalificación, el insulto como huella del tan extendido anonimato. Enrique Krauze retoma el tema del debate en democracia, y hace referencia a las versiones de ciberdemocracia:
"La descalificación del otro (política, intelectual, moral) es un fundamento imposible para la discusión, pero es lo más común en nuestro medio. En la radio, la televisión o el Twitter, los usuarios no exponen argumentos sino alabanzas o vituperios, santificaciones o anatemas. Por eso en nuestra vida política es raro escuchar comentarios matizados, ver como algo natural -por ejemplo- que alguien critique ciertas políticas públicas y encomie otras sin ser tachado inmediatamente de tibio, contradictorio o vendido. Acá la crítica racional se confunde con la oposición irracional, el matiz con la blandura".