jueves, 22 de diciembre de 2011

Querido líder


La semana pasada cerró con una sucesión de muertes notables. Incluso un fallida en México a través de Twitter.

Jueves 15. El afamado crítico y religioso promotor del ateísmo, Christopher Hitchens, murió en Houston, disminuido por un cáncer. Se apaga la voz de un polemista nato quien en plena enfermedad llegó a promover Hitch-22, su libro autobiográfico. Con retraso, este año pude leer Dios no es bueno, un provocador alegato antireligioso. En su cuenta de Twitter, Salman Rushdie escribió: “Un gran corazón se ha parado”.

Sábado 17. El megalómano con arsenal nuclear y hasta hace unos días, “Querido líder” de Corea del Norte, Kim Jong-il, falleció tras ejercer el poder por 17 años. Como Secretario General del Partido Comunista, Jong-il (o Kim segundo), heredó el poder de su padre, Kim Il-sung (Kim primero), quien a su vez fue el líder fundador de Corea en 1945, justo cuando lograron la independencia militar de Japón durante la Segunda Guerra Mundial. Kim segundo, vio cerca el fin de sus días, y por lo mismo arregló con antelación la sucesión y herencia familiar del poder hacia su hijo, Kim Jong-un, o Kim tercero. ¿Algún parecido con nuestra circunstancia?

Síntoma de una dictadura, es la ambigüedad en los años de nacimiento de Kim hijo y nieto. El mismo régimen se encargó de generar una mitología al respecto. Pero la muerte de Kim segundo corrobora que muchos dictadores mueren en su casa tranquilos, sin que nada ni nadie los perturbe. Gadafi fue la excepción.
El gran Havel

Domingo 18. Falleció el dramaturgo, poeta y político checo, Václav Havel. Fue uno de los jóvenes de la Primavera de Praga en 1968. Participó en diversos movimientos sociales que a la larga llevarían a Checoslovaquia a convertirse en una democracia por medios pacíficos. Sus obras fueron prohibidas, lo cual era “normal” bajo el manto soviético. Fue encarcelado en diversas ocasiones por difundir sus ideas y alentar el debate público en su país. A pesar de las agresiones, su liderazgo político fue creciendo hasta encontrar un lugar propicio en la llamada Revolución de Terciopelo en 1989. Hizo el poder de los sin poder. 

En ese año fue electo y posteriormente reelecto como presidente de su país. A la larga, la vida de Havel fue una muestra de cómo la sociedad, cuando se decide, cambia el rumbo de su gobierno, por más duro que éste sea. Hace unos días, un amigo suyo, Timothy Garton Ash escribió: “Viendo lo mal que anda el proyecto actualmente, solo puedo gritar: ¡Havel! No deberías marcharte en este momento: Europa te necesita”.
¿Algún día diremos lo mismo de un político en nuestro país?
21 de diciembre 2011