martes, 7 de febrero de 2012

La legislatura que se va





Si hay un actor decisivo en el México actual, ese es el Congreso. Para bien o para mal ahí se toman las decisiones que marcan el rumbo del país: el presupuesto, los impuestos, las leyes, sus reformas, y sobre todo, el papel de contrapeso al poder Ejecutivo. Por lo general, cuando se piensa en el Congreso y los legisladores, se percibe una imagen negativa. Se ha vuelto un lugar común repetir la desconfianza que registran las encuestas.
Pero más allá de la percepción general, la necesidad de calificar al Congreso tiene que basarse en el desempeño del mismo y eso implica vigilancia. Integralia, la consultora dirigida por Luis Carlos Ugalde, ha publicado su segundo Reporte legislativo que abarca el periodo de septiembre a diciembre 2011. A través de un seguimiento sistemático a las actividades de los diputados y senadores, el informe aporta hallazgos significativos.


Anoto dos que nos conduce a la paradoja de la improductividad. Por un lado la Cámara de diputados es la que más miembros tiene, más iniciativas presenta, además de utilizar constantemente la tribuna para el debate. Sin embargo, en comparación al senado, con menos miembros, muestra un mejor desempeño al tratar y concluir más asuntos. El alto número de iniciativas presentadas refleja que muchos Legisladores las presentan con fines testimoniales y de promoción personal sin perseguir su aprobación. El resultado de ese activismo testimonial es que la mayor parte de las iniciativas presentadas jamás surten efecto y solo engrosan el archivo de iniciativas pendientes. De nueva cuenta ¿para qué tantos legisladores?


En ambas cámaras el PRI es el partido que más presenta iniciativas. No obstante, el partido que más utiliza el tiempo en la tribuna es el PT. El pequeño partido de índole patriarcal (Alberto Anaya por siempre), con tan sólo 13 diputados, tomó la palabra ¡894¡ es decir, el 30% del total.


El trabajo sustancial del Congreso se refleja en el pleno, pero sobre todo, en las comisiones. De acuerdo con Integralia, las comisiones son un auténtico cuello de botella: muchos asuntos, pocas respuestas. ¿A qué se debe tanto retraso? Una razón: muchos legisladores no se presentan a las comisiones. En promedio, sólo va 19 integrantes de 30. Además, seis sesiones se rompieron por falta de quórum. Ahí una buena razón para recortar el Congreso. La calidad no está en el número, sino en la eficiencia de los legisladores. El diputado más activo fue el petista Jaime Cárdenas, quien usó la tribuna 304 ocasiones, además de presentar 23 iniciativas. Otro caso llamativo fue el de Jorge Kahwagi del PANAL. Presentó 23 iniciativas, pero sólo participó en 14% de las votaciones. Una burla ¿Para qué nos sirve un diputado así? Para nada.


Los diputados más faltistas: Oscar Levín Coppel del PRI (que justificó problemas de salud); Kahwagi; y Juventino Castro del PRD. Los senadores más faltistas: Rosario Green (PRI), Eduardo Nava (PAN), Rosario Ibarra y Alberto Anaya, ambos del PT.
El Reporte es más amplio y conviene consultarlo porque ofrece elementos muy puntuales para la evaluación. Ya es hora que hagamos una buena reforma al Congreso. Quizá debamos preguntarles a los diputados eslovacos que en protesta por sus privilegios, se desnudaron.