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miércoles, 30 de marzo de 2011

Aritmética política



Después de la consulta en el Estado de México quedó en claro la aprobación de las Alianzas entre el PAN y PRD. Pero el problema no está en la aprobación, sino en la falta de acuerdos para competir en coalición contra el PRI. Gabinete de Comunicación Estratégica presentó su más reciente encuesta (28 de marzo). Resumo algunos puntos. 
Escenario 1: Sin alianza gana el PRI sin problemas y la votación entre PAN y PRD se divide. Escenario 2: Con Alianza la encuesta muestra un empate técnico. Escenario 3: Por candidatos Eruviel Ávila aventaja por 7 puntos a Encinas con todo y Alianza. Escenario 4: Una Alianza con Bravo Mena duplicaría la distancia a favor de Eruviel.   
Veremos y diremos si cero y van tres para las Alianzas, aunque los recientes acotencimientos apuntan el fracaso de las mismas.  

domingo, 27 de marzo de 2011

La consulta, Peña y el caballo de hacienda



Declaraciones van y vienen. Algunas con razón, otras simplemente para atender a los medios. Pero en todo ese cúmulo de palabras, encontramos el carácter de los hombres públicos.  Unos utilizan las palabras para esquivar las responsabilidades, otros por más que se empeñan, carecen de credibilidad, y claro, también hay a quienes les concedemos un auténtico crédito.
Aunque las palabras se adornen, el sentido de las expresiones puede ser revelador. Con facilidad nuestros actores públicos, llámese gobernantes, líderes de partido o candidatos conceden autoridad a la palabra misma como si se tratase de una sentencia, una categoría o un punto de pureza. Resumo algunos enunciados mágicos: “los otros son los que están mal”; “no saben gobernar”; “si yo no lo digo, no está bien”.
De la misma manera, ese cliché de autoridad puede firmar una alianza hoy, para luego  denostar la del vecino. Una variante de este pensamiento también lo encontramos en la descalificación de los movimientos que no son abanderaros por el líder. El mejor ejemplo es el empecinamiento del político tabasqueño que pudo ser presidente.
Bajo esas circunstancias la elección del Estado de México es la frontera de Enrique Peña Nieto. Por eso tanta disputa entre aliancistas y antialiancistas, entre puros e impuros. Dejemos de lado las fáciles distinciones, y los discursos de “autoridad”, ¿tiene posibilidad una Alianza PAN-PRD de ganarle al PRI? En las últimas dos elecciones de gobernador en el Estado de México (1999, 2005), el PAN y PRD por separado sumaron más votos que el PRI, sin embargo, la diferencia estuvo a favor del PRI en la medida en que los partidos no concretaron coaliciones. Cero y van dos.
Todo parece indicar, salvo que la consulta de este domingo diga lo contrario, que la Alianza sí empareja la competencia entre partidos. No obstante que los recientes estudios de opinión apuntan una ventaja de 2 a 1, nada asegura que esa tendencia se pueda sostener de aquí al 3 de julio.
Por lo pronto, la definición del candidato del PRI en la persona de Eruviel Ávila, le dará otro rumbo al proceso. Igualmente la consulta abierta agrega otros ingredientes para conseguir el volátil voto. Cruzar esa frontera no será sencillo para Peña. El resultado podría cambiar dramáticamente las percepciones de triunfo en “caballo de hacienda”. 
27 de marzo 2011

jueves, 10 de febrero de 2011

¿Y después de las Alianzas?



Ayer fue Guerrero por una distancia de catorce puntos.  Ahora Baja California Sur por siete de diferencia. Las derrotas del PRI en esas gubernaturas no fueron por cerrados puntajes, sino por claros márgenes a favor del PRD y del PAN. Así, el comienzo del año no ha sido bueno para el presidente de facto, Humberto Moreira, quien rápido se aprestó a declarar por aquí y por allá, sobre las futuras victorias del PRI. ¿Son de facto también sus derrotas? Indiscutiblemente sí, por eso lo vemos ahora más discreto en sus palabras y menos de moda entre los medios nacionales. 
Esta historia todavía no se acaba. Faltan los procesos de Coahuila, Nayarit y Estado de México para el próximo 3 de julio. Y finalmente Michoacán celebrará elecciones el 13 de noviembre, donde el visible deterioro del perredismo, abre la puerta a la hermana del presidente, María Luisa Calderón.  


Si en el 2010, las Alianzas electorales fueron la sorpresa y el talón de Aquiles del PRI, (Oaxaca, Sinaloa y Puebla), el 2011 ha ratificado la competencia y sobre todo, la incertidumbre del posible ganador. Nada más vetusto y negativo para una democracia, donde un partido suele ganar todas las elecciones. Por lo pronto, hay competencia, eso ya le quedó claro al PRI, el cual no ha podido frenar la percepción de triunfo de las Alianzas, y por lo tanto, se dispersa el  supuesto pase automático a Los Pinos.   
 Pero independientemente de filas o fobias, queda la sensación de que la pluralidad partidista, ya arraigada en la democracia mexicana, no ha generado mejores gobiernos ni tampoco mejores condiciones para el desarrollo. En el primer caso, la gran deuda de la alternancia en el país es la ausencia de justicia y rendición de cuentas. No basta con enterarnos de los atracos y abusos de un ex gobernador, si al final se va tranquilo e impune. En el segundo punto, el “nuevo” federalismo ha proporcionado recursos millonarios a los estados, y sin embargo, el uso del dinero público se parece más a un barril sin fondo, que a una autopista para el desarrollo.


Por eso, más allá de que si gana el PRI o si ganan las Alianzas, queda la duda de hacia dónde vamos y si lo que estamos construyendo como sociedad a través de la política y los partidos nos conduce a mejorar el país. La ruta actual parece estar alimentado lo que Gabriel Zaid llamó el 
progreso improductivo.


En este sentido, las recientes e inusuales declaraciones del actual gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca, vienen a corroborar la tendencia política detrás de los procesos electorales.    A pregunta expresa sobre los principios que guían a los partidos, contestó que son como S.A. de C. V., “sus accionistas se unen para lucrar o para obtener utilidades. ¿Cuál es la utilidad?, pues el reparto del botín”. 
Lo relevante de sus impolíticas declaraciones es que no provienen de un hombre común y corriente, sino de uno de los pocos privilegiados de la elite política, que con un mea culpa no duda responder: “Es lo que hemos hecho: engañar a la gente permanentemente, utilizar el discurso de los pobres, utilizar el discurso de los que no tienen para hacer negocios pingües. Ésa es la realidad". ¿Será también la realidad rumbo al 2012?
La Opinión Milenio
Columna: Cosa Pública
http://impreso.milenio.com/node/8909024 
9 de febrero, 2011
Twitter/uncuadros