El mensaje expresado ante el pomposo Consejo Nacional de Seguridad Pública por el empresario Alejandro Martí, padre de Fernando, el joven de catorce años que en junio fue secuestrado y asesinado, resume el malestar de muchos mexicanos: “Señores, si piensan que la vara es muy alta e imposible hacerlo, si no pueden renuncien, pero no sigan ocupando oficinas de gobierno y recibiendo un sueldo, porque no hacer nada, también es corrupción”. Y justamente eso es lo que mueve también a miles laguneros que ayer caminaron desde Torreón, Gómez Palacio y Lerdo. Ante la ineptitud del Estado no veo otra vía que la presión social para exigir cuentas y resultados.