Al fin se completa el cuadro. Auque ya lo sabíamos, gracias al puntaje generado por la OCDE en las evaluaciones internacionales y también por los resultados de la prueba ENLACE del Gobierno Federal, la educación en México es un desastre nacional. La conclusión es sencilla. Si los alumnos mexicanos de primaria y secundaria están reprobados es porque los maestros mismos también están reprobados. Recuerdo bien lo que nos decía uno de los mejores profesores que tuve en la universidad: el alumno es reflejo del maestro. Y ese es el resultado contundente que muestra los números publicados por la Secretaría de Educación Pública el pasado 14 de agosto (véase la página electrónica http://www.alianzaconcursonacional.sep.gob.mx/).
A partir del Concurso Nacional de Asignación de Plazas Docentes, 2008-2009, aplicado esta semana, conocemos cuál es el nivel de los aspirantes a dirigir la educación formal en las aulas del país. Bajo una inédita forma de contratación -anteriormente la costumbre era el favor, la venta o la asignación discrecional de las plazas-, 71 mil maestros presentaron examen con la finalidad de concursar las plazas para enseñar en las áreas de preescolar, primaria y secundaria las materias de español, matemáticas, física, inglés, geografía y biología. La cifra superó el pronóstico. Reprobaron 48 mil, lo que equivale a un 67% del total, y sólo aprobaron el examen 23 mil maestros. Dicho de otra forma, dos de cada tres maestros reprobaron.
Según la convocatoria, el puntaje debía alcanzar al menos 70 puntos, de un total de 80 reactivos. Lo cierto es que el promedio de las entidades federativas que participaron en el concurso, obtuvo una media de 40 puntos. Muy por debajo del nivel mínimo requerido.
En consecuencia, no es casual el mediocre desarrollo económico del país, sobre todo si nos comparamos con aquellos países que vieron e invirtieron en la educación para salir de la pobreza. Taiwán, Corea del Sur, Irlanda e incluso Chile, entendieron rápido la lección.
Al revisar los datos proporcionados por la SEP, constatamos la generalidad de los resultados en las entidades federativas del país. ¿Y cómo anda Coahuila en todo esto? ¿Cómo les fue a los maestros coahuilenses? No obstante la cercanía del poder con la educación, el gobernador Humberto Moreira es maestro y su hermano Carlos lidera la sección 38 del SNTE, en el Estado no se aplicó siquiera la mitad de la prueba. Al igual que las secciones de Michoacán y Oaxaca, donde defendieron con violencia no ser medidos, evaluados y mucho menos cuestionados por nadie, incluyendo a la poderosa maestra Elba Esther Gordillo, los maestros coahuilenses boicotearon 9 de las 12 sedes donde estaba programado el examen. Ni Saltillo, ni Monclova, ni Piedras Negras, ni Nueva Rosita aplicaron el examen. La excepción la hicieron los maestros de Torreón, por eso el informe de la SEP resalta un solitario y vergonzoso asterisco para el caso de Coahuila.
Con candado en mano, los maestros coahuilenses cerraron las sedes para evitar que se realizara el concurso. Algunos medios impresos registraron entre dos y tres mil maestros rebeldes. Sin embargo, el Secretario de Educación en el Estado, Jaime Castillo, declaró que eran alrededor de 200. Independientemente de cuántos fueron, el hecho muestra la poca seriedad y compromiso que se tiene por mejorar de fondo la educación en el largo plazo. Durante años, el Sindicato ha manejado a su arbitrio y discreción el reparto de plazas docentes, sin importar la calidad de la educación, sino los privilegios repartidos y la permanencia en el poder. Finalmente, detrás de esta resistencia al cambio, está la actitud bien arraigada del sentido patrimonial que domina las instituciones públicas, donde políticos y sindicatos se comportan como si fueran dueños de las mismas.
Con sólo 606 exámenes aplicados, los maestros coahuilenses promedian 41 puntos de por lo menos 70 requeridos para aprobar.
A pesar de todos los inconvenientes que el SNTE representa y la influencia de facto que tiene la maestra Gordillo, el Gobierno Federal a hecho una apuesta no autoritaria (en el pasado los líderes sindicales eran depuestos con las armas), por recuperar gradualmente espacios para la educación. Primero vino ENLACE, luego el concurso de plazas y esto es un avance que en el pasado inmediato se consideraba imposible.
Josefina Vázquez Mota, Secretaria de Educación Pública y Elba Esther Gordillo, presidenta vitalicia del SNTE, firmaron la convocatoria nacional para terminar con la corrupción de la venta de plazas de maestros, por lo que impulsaron la Alianza por la Calidad de la Educación. Muchos estamos escépticos de los alcances que pudiera tener un acuerdo de esa naturaleza, sin embargo, no podemos negar que el pasado reciente, ni siquiera se contaba con cifras creíbles del desastre educativo. Después de todo, es preferible conocer a ciencia cierta la magnitud del daño, que continuar simulando que no pasa nada.
16 de agosto 2008
El Siglo de Torreón
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