lunes, 1 de agosto de 2011

El país de La Laguna

No se alarmen, esta columna no tiene que ver con la aspiración más reciente del Estado de Laguna, sino con su historia, identidad y cultura. Si retomo la palabra “país” para el título del texto, es ante todo por su significado antiguo. El diccionario de las autoridades en el siglo XVIII, define país como región. Así era reconocida La Laguna en el amplio septentrión novohispano por la Corona española. 

El Dr. Sergio Antonio Corona Páez, brillante académico y cronista de Torreón, es quien ha estudiado el tema con mayor profundidad. Hace algunas años Corona Páez entregó una profusa y erudita tesis doctoral que llevó a otras dimensiones el conocimiento sobre la región, su economía y cultura durante los siglos XVII y XVIII.
Su aportación científica, como bien ha escrito el Dr. Pablo Lacoste se ha convertido en un referente metodológico para los estudios de historia económica en Argentina, Chile y Perú. No es poca cosa: ¡un lagunero que exporta un paradigma de estudio!

Por eso hay que celebrar, y sobre todo leer, las nuevas ediciones de La vitivinicultura en el pueblo de Santa María de las Parras y El país de La Laguna, ambos libros editados por Jaime Muñoz Vargas y promovidos con generosidad por Federico Sáenz Negrete.

El país de La Laguna es el mejor estudio sobre los orígenes de la región y su configuración identitaria. Corona Páez ofrece una clara y erudita narración sobre la construcción cultural de la Comarca Lagunera desde la óptica de la larga duración. Como Braudel, el historiador lagunero propone una interpretación para un largo periodo que abarca cinco siglos. El río Nazas y el Aguanaval, la vid y el algodón, los tlaxcaltecas y los españoles, los jesuitas y la religión son  los principales protagonistas de una historia marcada por el esfuerzo, la esperanza, la libertad y el orgullo.

La reedición de los libros de Corona Páez son una ratificación del trabajo cronista y mayor historiador lagunero. Los dejo con las palabras oportunas palabras de Federico a la introducción del País de La Laguna: “En tiempos de desesperanza, de miedo, de egoísmo, de falta de imaginación, servirá saber que desde hace cuatrocientos años corre por nuestras venas sangre de razas esforzadas, generosas, alegres, osadas, que no se amedrentaron ante ninguna adversidad. Saber eso servirá de inspiración para arrostrar estos tiempos con el ánimo siempre en alto”.

Gracias Sergio, gracias Federico por recordarnos la grandeza que los laguneros no debemos olvidar.
31 de julio 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9000913