Fuente: Coneval 2011 |
Una de los sellos del gobierno estatal de Coahuila que termina, fue una notable distribución de los programas sociales. Desde vales para comprar zapatos hasta sopas y materiales de construcción. El más popular de los programas fue la “Tarjeta de la gente”, luego “Tarjeta del hogar”. El programa consiste en un monedero electrónico con 200 pesos mensuales destinado a generar “justicia social para todos”, por lo mismo fue enfocado a las personas y familias más vulnerables de Coahuila. Debido a la transición de un gobierno a otro, varios de los programas fueron suspendidos, entre ellos la famosa Tarjeta. ¿Acaso la enorme deuda afecta ya la operatividad de los mismos?
A la luz de los nuevos informes de Coneval (2010) y Desarrollo Humano de la ONU (2011) conviene preguntar sobre el impacto y la efectividad de los programas sociales para reducir la pobreza. En general, el primer resultado que salta a la vista lo registra Coneval. Entre 2008 y 2010, se redujo cinco puntos la población pobre en Coahuila. Esto significa que la pobreza pasó de afectar a 870 mil coahuilenses a 770 mil.
En otra medida, también convergen en el estado los programas sociales del gobierno federal (Oportunidades, Seguro Popular y Setenta y Más). ¿Pero qué tanto los programas sociales bajaron la pobreza en el estado?
La pobreza extrema apenas si varió: ¡0.3 puntos! ¿Por qué los millones de pesos destinados a los programas no logran mover ese segmento? En cambio la pobreza moderada bajó 4.8 puntos. Los avances más significativos fueron en la cobertura de los servicios de salud y la seguridad social. No así en la carencia de alimentos, donde la crisis económica provocó el aumento de cuatro puntos esa dimensión de la pobreza. Dicho de otro modo, la carencia alimentaria aumentó de 448 mil personas a 573 mil.
De acuerdo con las evaluaciones, la efectividad de los programas sociales es dispersa. Mientras unos logran paliar la pobreza en algunos sectores de la población, otros sencillamente no encuentran efectividad. Tanto Coneval como la ONU coinciden en sus recomendaciones: focalizar adecuadamente los programas; tener reglas claras; padrones e información transparente; y evitar subsidios regresivos.
A principios de 2010 la “Tarjeta de la gente” fue suspendida por abusos e irregularidades en el 20 por ciento del padrón. ¿Cuánto se perdió en el camino que al final no benefició a quienes sí lo necesitaban? ¿Por qué hasta la fecha los padrones manejados por el gobierno de Coahuila son herméticos, como no sucede con los padrones federales?
Bien dicen que el diablo está en los detalles. Por eso, lo menos que podemos exigir del combate a la pobreza con recursos públicos, es un manejo efectivo y transparente, de tal manera que los recursos sean utilizados de la mejor manera.
Más allá de los apoyos sociales, la clave de una auténtica equidad está la economía y la generación de riqueza.
5 de agosto 2011