En algún momento, todo expresidente se ve frente al espejo de la historia. ¿Cómo será recordado Calderón? ¿Qué se dirá de su mandato? Para algunos como Salinas, existe la obsesiva y vana labor por limpiar su imagen de la corrupción. Otros, como Fox, llevaron la frivolidad más allá del sexenio. Hoy el presidente Calderón enfrenta un duro juicio por la “guerra” contra el narco. Quizás será recordado como el valiente presidente que le declaró la guerra a los criminales, aunque pesa más el presidente de los 50 mil muertos. No se duda de la aprobación y popularidad que registra en las encuestas, pero tampoco se excluye el mal de la violencia y la constante percepción de que van ganando los criminales.
En ese sentido, la organización internacional Human Rights Watch (HRW), acaba de publicar un extenso informe titulado “Ni seguridad, ni derechos”, 2011. El documento no sólo es una dura crítica al saldo que deja el gobierno de Calderón, sino es una exhaustiva investigación sobre las violaciones a los derechos humanos. Cuántas veces no hemos escuchado de las autoridades decir que “eran criminales”, cuando después de un enfrentamiento se acumulan las muertes de civiles.
Lo documentado por HRW nos indica que los casos de violaciones no son aislados. Chihuahua, Guerrero, Baja California y Tabasco aportan evidencia al respecto. El estudio cuestiona seriamente la efectividad de la intervención militar. Y tiene razón en parte, pero por otro lado, el ejército ha ofrecido respaldo en ciudades donde la policía quedó pulverizada. ¿Qué otra institución podría hacerlo? Quienes viven en poblaciones como Torreón, Monterrey, Reynosa, Juárez o Acapulco lo saben bien. El riesgo es alto, pero también es alta la confianza de la población en el ejército. Más nos vale reconstruir nuestras instituciones civiles a fin de mantener esa confianza en el futuro. Confianza que no se tiene en los jueces. Por lo mismo, HRW denuncia un patrón de abuso e impunidad que alcanza a las autoridades judiciales. Porque en esto va la fuerza, pero también la capacidad de un sistema justicia que no ha sido depurado.
En la locura de los enfrentamientos, ya comienzan a surgir voces que ven en la legalización de las drogas una alternativa a considerar. No obstante, ese no será el legado de Calderón.
11 de noviembre 2011
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9060170