viernes, 13 de julio de 2012

El discurso de la derrota

Bien dicen que la victoria tiene mil padres, pero la derrota es huérfana. Por lo mismo, me parece más revelador del carácter político, el discurso sobre la derrota, que el festejo de la victoria. La victoria llama al entusiasmo, pero la derrota revela la hechura de los hombres públicos. Pienso que a los actores políticos los podemos conocer mejor por la derrota, que por la victoria. Para el caso retomo algunas declaraciones después de las elecciones del primero de julio.

El gran perdedor del proceso fue el PAN. Entrevistado por Ciro Gómez Leyva, el presidente Felipe Calderón no reconoció la derrota inmediatamente, pero luego argumentó una explicación “multifactorial” a fin de disminuir el efecto. Para el panista “la responsabilidad es compartida”, pero “probablemente mucha gente no cumplió sus expectativas que tenía puestas en el gobierno y votó por otras opciones (4 de julio).

Luego reconoció, pues ya no le quedaba de otra, que “no es el mejor PAN”. “Al PAN hay que refundarlo desde los cimientos hasta la cúpula, piedra por piedra, y eso implica una labor titánica” (4 de julio). Difícil tarea tiene el PAN después de beber del poder.

Sobre las elecciones y la compra de votos con tarjetas, habló no como jefe de un gobierno, sino como líder de la oposición: “La esencia de la democracia no es sólo contar los votos, sino que las campañas se desarrollen en condiciones iguales (...) pero esta compraventa de voluntades políticas, siendo 10, 100 o siendo mil, es simplemente inaceptable... ¡hombre!, simplemente inaceptable” (10 de julio).

¿Qué más podía decir el coordinador de la campaña de Josefina después del tercer lugar? Ante la falta de crítica, sólo se le ocurrió declarar sobre el triunfo del PRI: “Digamos que no ganó a la buena”. Roberto Gil Zuarth (7 de julio).

Ante el fracaso de su partido y una campaña que no levantó, el presidente del PAN Gustavo Madero no encontró mejor culpable que los medios: “Tenemos que preguntarnos qué rol juegan los medios de comunicación, qué agendas traen los medios, las televisoras, los periódicos; porque ya son actores políticos”. (3 de julio)

Para evadir su responsabilidad como político que dirige un partido, Madero afirmó: “Yo siempre he creído que el PRI gana a billetazos y con engaños” (7 de julio).

Si cambiamos de partido, el discurso de la derrota es fructífero por lo que no quiere asumir. Por eso, ante el voto de castigo al PRI en Coahuila, el gobernador Rubén Moreira contestó: “En Coahuila ganó Peña, ¿a quién castigaron?” (8 de julio).

Pero la retórica no sustituye la realidad, aún así, Moreira II negó que se castigara a su partido en el estado que gobierna. Ante lo evidente, mejor evitó la respuesta: “Las reflexiones del partido, pues corresponden al partido” (6 de julio).


Regreso a la propuesta: a los políticos los conocemos mejor por cómo asumen la derrota. De AMLO, ya sabemos que es un mal perdedor.


11 de julio 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9152807