martes, 3 de julio de 2012

Drogas, el informe del fracaso

Leo y vuelvo a leer con atención el largo y puntual Informe Mundial sobre las Drogas 2012, que acaba de publicar la Oficina contra la droga y el delito de las Naciones Unidas (UNODC). Lejos de la visión moralista o peor aún, la policiaca, el Informe nos deja muy en claro la cotidianeidad del consumo y la producción de la drogas en el mundo. En realidad, no obstante la persecución, la dupla cosumo-producción está bien integrada al mercado mundial, funciona con regularidad y además es estable. Esa es la principal conclusión del estudio: la estabilidad del mercado. 


Porque más allá de la criminalización e incluso, a pesar de la lucha de los estados contra las drogas, el consumo mundial está tan extendido, que al menos, unas 230 millones de personas consumieron alguna droga durante el 2010. Nada hay en esa megatendencia que nos indique menos millones de consumidores en 2011, ni para el cierre del 2012. Tampoco se espera, a juzgar por la hambrienta demanda, una caída relevante de la oferta. 


Cito el Informe: “El volumen de consumo mundial de drogas ilícitas se mantuvo estable durante cinco años hasta finales de 2010 entre el 3,4% y el 6,6% de la población adulta”.
Para quienes admiran Colombia, no habría que omitir que “la producción y consumo de la cocaína se mantiene estable en los últimos años” (UNODC, 2012). Quién diría que el fracaso de la política antidroga en Colombia terminaría por estabilizar su mercado: “En general, los precios en dólares se mantuvieron estables entre 2007 y 2010 e incluso bajaron en algunos países”. Ahí donde Estados Unidos lucha contra las drogas, el mercado tiende a consolidarse. Por ejemplo, tras la vergonzosa invasión norteamericana a Afganistán, ese país se ha vuelto el rey del opio mundial. El problema para esos países, incluido México, es la terrible cuota de violencia y muertos, mientras el mercado mundial satisface su demanda.

Cito de nuevo la conclusión del Informe que nos anuncia el fracaso: “Los datos disponibles más recientes indican que la situación mundial del consumo, la producción y las consecuencias sanitarias de las drogas ilícitas no ha cambiado sustancialmente”.

Cada año en nuestro país los accidentes automovilísticos (entre 17 y 24 mil) cobran más vidas que la defensa violenta del mercado de las drogas y sus consumidores. A nivel mundial, el tabaco también acaba con más vidas que las drogas “ilegales”. Hasta cuatro millones según la OMS. Lo mismo se puede decir del consumo de alcohol, que se lleva la vida de unos 2.5 millones a nivel mundial cada año. En México más de 50 mil cada año.

Alcohol y tabaco son una variante de drogas ampliamente aceptadas y legalizadas. De facto, el mercado mundial de las drogas “ilícitas” funciona independientemente de las restricciones punitivas. Pero todavía son minorías los gobiernos que amparan el consumo de las drogas e incluso asisten a sus ciudadanos. Quizá el mejor ejemplo de liberalización sea Portugal. Mientras tanto, en nuestro país seguimos empeñados en el combate, la violencia y los muertos. Es una pena que los candidatos llevaran una intensa campaña casi al margen de este problema. ¿Aguantaremos otros seis años con una demencial violencia?


29 de junio 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9151722