domingo, 11 de noviembre de 2012

Laguneros por la Paz


El discurso sobre la guerra es brillante. Abunda. No así sobre la paz. Sun Tzu o Clausewitz escribieron obras que hasta la fecha seguimos leyendo con fervor. Paradójicamente la guerra también ha sido reconocida como mecanismo de paz. Hace algunos años, en 2009, para sorpresa de muchos el presidente de Estados Unidos, Barack Obama recibió el premio ¡Nobel de la Paz! En los últimos años no hemos dejado de hablar sobre la violencia y la situación de inseguridad. Es el pan de cada día en ciudades como Torreón, Reynosa, Monterrey y Acapulco por mencionar algunas. Se habla hasta con cierto morbo del último ataque, de la reciente balacera, de los cadáveres encontrados. En el camino, los medios han llevado su parte. La nota roja, reservada por tradición a las últimas páginas del periódico, terminó por convertirse hasta el cansancio en primera plana.

Bajo la inercia de la vorágine el discurso más popular habla del combate, las policías, el ejército y las armas. No de la paz. Nuestros presidente de la república (menos mal que el poder es temporal), insistió como fuente de legitimad en la “guerra”. También en diferentes ciudades los liderazgos locales, incluyendo ciudadanos, insistieron en más policías, en más soldados y todo lo que convoca la fuerza. Para nuestra decepción esa insistencia ciudadana no nos trajo más tranquilidad, paz o una visible seguridad. A la par crecieron exponencialmente los presupuestos destinados a las policías y las fuerzas del orden público. Pero los resultados no corresponden al incremento económico. Sencillamente más dinero a la policía no significó más seguridad.

Hace años, Antanas Mockus, una rara avis en la política, criticó que le llovían invitaciones para seminarios y foros sobre robo de vehículos, pero ni uno solo para preservar la vida de las personas. Por eso es alentador para las ciudades laguneras de la zona metropolitana, la voz y sobre todo el trabajo que poco a poco vienen realizando organizaciones como Laguneros por la Paz. El pasado fin de semana, en la Universidad La Salle campus Laguna organizaron un Foro por la Paz (repito: no sobre la violencia y la inseguridad). Dividido en mesas temáticas, el foro contó con la participación de las universidades laguneras a través de la Comunidad de Instituciones de Educación Superior de La Laguna (Cieslag). Además de una participación plural de ponentes en cada mesa, asimismo participaron jóvenes, no sólo universitarios, sino preparatorianos. Me tocó participar, gracias a la atenta invitación de Miguel Valdés, en una mesa conformada en su mayoría por jóvenes.

Como parte de la conformación de una estrategia que permita construir la paz, el foro promovió como primer paso, la organización de los propios ciudadanos, la cohesión social y la reproducción de valores cívicos. Más allá de la responsabilidad exclusiva del gobierno, Laguneros por la paz está conformado por redes ciudadanas dispuestas a la corresponsabilidad pública. Hay mucho trabajo por hacer, pero ese trabajo empieza en corto, con pequeñas acciones día a día. Y ese es el principal mensaje por la paz que busca construir la organización. A estas alturas, como sociedad no podemos estar esperando a que nuestros problemas se resuelvan desde afuera. Un paso significativo para construir la paz, es reconocerlos en nosotros mismos. Nadie más, nadie menos. Salgo del foro con la sensación de esperanza sobre un futuro que podemos construir. Laguneros por la paz nos hace ver con los hechos que esto es posible.

11 de noviembre 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9164096