domingo, 18 de noviembre de 2012

Mismos números, diferentes lecturas

Esta semana coincidió la presentación de dos importantes reportes sobre el estado de la seguridad en el país. Casi al mismo tiempo, el presidente electo, Enrique Peña Nieto, anunció iniciativas legales para fortalecer la Secretaría de Gobernación con sus antiguas labores de seguridad nacional. La propuesta no es menor, sobre todo, porque nos la pasamos un sexenio padeciendo una desproporcionada criminalidad. ¡Ni qué decir de la matazón!

Pero vayamos a los números. Por un lado el Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), José Oscar Vega Marín, afirmó que por primera vez en el sexenio los índices delictivos registran disminución. La perspectiva del funcionario no rehúye un calificativo optimista. Cito textual: “Estamos entregando un país en una ruta franca de mejoría, con una reducción sostenida en la presencia en la incidencia de los delitos de más alto impacto que se presentan y que lastiman a la sociedad”. Recuerdo bien como hace un par años, el desdibujado secretario de gobernación, Alejandro Poiré afirmó algo similar. “Por primera vez la violencia baja…” pero al final, para mal de los ciudadanos la tendencia no disminuyó sino se agravó. Es posible, de acuerdo con las tendencias, que ahora sí estemos ante una paulatina disminución de los delitos de alto impacto en el país, no así en ciertas regiones y estados, donde el crimen parece mandar.
De acuerdo con el reporte oficial presentado por Vega Marín, “de enero a septiembre de este año, el número de homicidios en el país se redujo en 7 por ciento, en tanto que el secuestro tuvo en el mismo periodo una disminución de 11 puntos porcentuales, la extorsión de 58 y el robo con violencia de 8 por ciento, y el cinco por ciento en los casos de los robos sin violencia a nivel nacional”.

Con la misma fuente oficial, el Observatorio Nacional Ciudadano de seguridad, justicia y legalidad acaba de presentar su quinto reporte de monitoreo sobre los delitos de alto impacto en el país. Aunque la diferencia del reporte es sólo de un mes, la lectura de los números coincide en la disminución de robos violentos, robo de vehículos y secuestros. No así en extorsiones y homicidios. El reporte oficial es hasta septiembre; el del Observatorio es hasta el cuatrimestre de agosto. Sin embargo, difícilmente en un mes las tendencias pueden cambiar significativamente. A decir de Ricardo Sepúlveda, director general del Observatorio, “la verdad es que no se ha logrado reducir los índices de delincuencia común, que son los que más afectan la seguridad del País y por eso no basta con la continuidad, sino que es necesario un replanteamiento (en la política de seguridad)”. Insisto: mismos números, diferentes lecturas.



Por cierto, en Coahuila muy mal la tendencia delictiva de acuerdo al extenso reporte del Observatorio Nacional. Lejos de disminuir, la incidencia delictiva crece. Y eso que acá se combate hasta con el mismo discurso calderonista. Por el contrario, en los delitos de alto impacto en Durango, se registran en general disminuciones sostenidas. ¡Al fin buenas noticias! A la alza el gobernador Jorge Herrera y su fiscal Sonia de la Garza. Más a la baja Rubén Moreira y su inestable gabinete. ¡A ver con qué sorpresa cierra este mes!
Por lo pronto, a la par de los reportes sobre la seguridad, es positivo que se proponga fortalecer a la desmantelada Secretaría de Gobernación.

16 de noviembre 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9164573