domingo, 11 de noviembre de 2012




Quizá la política más importante sobre la drogas en México, viene de los Estados Unidos. Por supuesto que no me refiero a la prohibición, sino a la legalización, incluyendo la producción. En los Yunites se vive una política ambigua respecto al tema: se ataca, pero se permite. Se dan facilidades, pero se condena. Aplauden una guerra contra las drogas en el país vecino, pero al mismo tiempo son voraces consumidores. Por eso seguí con sumo interés las elecciones norteamericanas. Más allá del triunfo arrasador de Barack Obama, los comicios incluyeron no sólo la reelección o la renovación de autoridades, sino la votación de docenas de políticas locales, peticiones e iniciativas que decidieron los ciudadanos por medio de las urnas.
Uno de esos temas locales, la legalización de la marihuana, fue votado a favor por 51% de los electores en Colorado. Washington también aprobó, pero no así en Oregon.
Todavía no sabemos con claridad el impacto de esas elecciones locales en el mercado de drogas mexicano. Pero sin duda, los electores estadounidenses empujaron, lo que quizá sea la mayor política de impacto sobre las drogas en nuestro paísNo las armas, el combate y la violencia, sino el poder del sufragio.
Mientras en México asistimos a una gran matazón, en Estados Unidos los ciudadanos llevaron el tema de las drogas a las urnas. Esa votación ahora importa tanto para nosotros como para los ciudadanos de Colorado y Washington.
Habrá que volver a escuchar a César Gaviria cuando insiste en replantear el enfoque actual. Tras la decisión electoral de legalizar, el ex presidente colombiano comentó: “Es un reconocimiento a que hay que cambiar las políticas sobre el tema de consumo de drogas. Hay que cambiarlas en nuestros países y hay que cambiarla en este país (Estados Unidos)”.
Inusual entre nuestros políticos, la senadora Marcela Guerra, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores para América del Norte, llamó a abrir el debate después del sí estadounidense: “No tengamos debates o discursos de doble moral, vamos a tener debates, ustedes saben que en algunos estados de Estados Unidos ya legalizaron la mariguana, nosotros estamos obligados a asumir un debate serio, no hipócrita, en torno a este tema, es el momento de revisar el mercadeo de eso (sic); y lo tenemos que abordar tarde o temprano”.
Por lo pronto, habrá que ver si el gobierno nacional no decide impugnar a las legislaturas estatales de Colorado y Washington. Si no lo hace y todo marcha conforme los electores dispusieron, en breve esos estados estarán regulado la producción, el consumo y hasta cobrando impuestos.
Se podrá estar de acuerdo o no con esa política sobre las drogas, se podrá condenar moralmente su consumo, pero los electores norteamericanos con su decisión, fijaron una alternativa más razonable para abordar el problema. ¿Pondremos nuestras barbas a remojar?


9 de noviembre 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9163736