domingo, 21 de julio de 2013

Pierde Moreira

Vaya sorpresa nos depararon las elecciones. Por emoción y competencia no decepcionaron. Ojalá los gobiernos que le siguen tampoco decepcionen. Para sorpresa de propios y extraños, en Saltillo ganó el PAN con el reconocido empresario Isidro López Villarreal, quien superó a un candidato que antes había abandonado la alcaldía, Fernando de las Fuentes del PRI. Con los mismos vientos, en Monclova el PAN se alzó con la victoria, un municipio, por cierto, acostumbrado a la alternancia. Y en Torreón, Miguel Riquelme del PRI ganó por poco margen a Jesús de León del PAN.
En ese orden el primer mensaje que se desprende de las elecciones en Coahuila, es la derrota del PRI, aún y cuando conservan Torreón. Pero la derrota no sólo es decir el PRI, sino Rubén Moreira, el gobernador nada popular que ha protegido la megadeuda y el fraude de miles de millones durante el gobierno de su hermano, Moreira I. Hasta la fecha, ya el tema ni se menciona, tanto como si nada hubiera pasado. Pero los electores decidieron castigar.

De esa manera, los procesos locales resultaron un revés para el PRI, acostumbrado a alardear de “carros completos” en el estado. Hay un castigo también de los electores a sus gobernantes, por tratar a medias, o evadir los problemas de inseguridad. El “no pasa nada” también se cobra. Y la cobraron los ciudadanos a los gobiernos del PRI. Ya no está el PAN en el gobierno federal para echarle la culpa de la inseguridad. Como resultado, la geografía política de Coahuila se pintó de azul en dos de las tres poblaciones más grandes del estado. ¿Habrán entendido el mensaje los prisitas? ¿Habrá escuchado el gobernador Moreira? Tal vez los resultados de las elecciones le ayuden un poco ante la ausencia de autocrítica.

Por lo pronto, en Torreón tienen los priistas el mayor refugio, donde paradójicamente, el PAN ganó como partido, pero perdió como coalición. Al final el PRI ganó la contienda por poco más de 4 mil votos, es decir, supo ganar con los mínimos votos y los pequeños detalles. Miguel Ángel Riquelme demostró tesón y sobre todo, sobrada capacidad para hacer la diferencia en un entorno altamente competido como el de Torreón. Al fin en democracia se gana con votos, y Riquelme logró la encomienda de obtener los suficientes para mantener al PRI en el gobierno municipal. Ahora le toca el turno de gobernar y lidiar con una serie de rezagos y problemáticas que aquejan a la ciudad. Lo que sigue, ya no es campaña, sino gobierno.
En Durango las cosas fueron contrapuestas a Coahuila, ahí el gobernador Jorge Herrera mantuvo la capital y desde luego los principales municipios laguneros. Con mucha competencia, José Miguel Campillo conservó la alcaldía para el PRI y por tercera ocasión Augusto Ávalos del PAN se quedó en la raya ¿no es hora replantear los liderazgos? A diferencia de las ciudades vecinas, en Lerdo no hubo competencia, sino un resultado holgado para Luis de Villa del PRI. Ni sus luces el PAN. Pero basta de elecciones, falta ver que resultados dan los nuevos gobiernos.

10 de julio 2013
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9185765