sábado, 18 de mayo de 2013

Urbanized

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http://youtu.be/6jpN8kI0-pY

Giulio Andreotti

1919-2013

“Mis amigos que hacían deporte murieron hace tiempo”, solía decir el político italiano Giulio Andreotti, quien murió a los 94 años, el pasado seis de mayo. Maestro de la política, Andreotti, fue siete veces primer ministro de Italia. Su historia es parte de la historia política de Italia desde la Segunda Guerra mundial. 

Encarnó al político weberiano por excelencia, tanto que hasta se le apodó el Belcebú. Incluso, sobrevivió a los procesos judiciales que lo relacionaron con la Cosa Nostra. Por su formas, Andreotti fue lo contrario a Berlusconi, es decir, alejado del burdo espectáculo. 

Son memorables algunos de sus aforismos: “El poder desgasta sólo a quien no lo tiene”. Y para quienes esperan inútilmente la pureza en la política: “Menos las guerras púnicas, me han atribuido realmente de todo”.

Espectaculares de la discordia

Fuente de foto: acá

Acostumbrados a la regularidad de los procesos electorales, con facilidad se olvida el significado simbólico de las campañas: campo de batalla, disputa por el poder. A quienes ingenuamente quieren ver en las campañas limpieza, pulcritud y hasta santidad, olvidan que la política no es lugar para las buenas intenciones, sino un campo lleno de tierra. Otros gustan de soñar con el “mundo ideal”, quisieran que nada huela mal, pero la política está llamada al realismo. Por lo mismo, en contextos democráticos, el tiempo de campaña es el tiempo de la desnudez. Lo cual sin duda, es un virtud en toda renovación del poder. Conocemos mejor a los candidatos a través de las críticas de sus enemigos, que por su propias propuestas. En busca del voto, los competidores remarcan las faltas de su contrincantes y viceversa. A favor de la conservación del poder, el partido que lo tiene, hace todo lo posible antes de la elecciones. ¡Incluso, trabajar!

Vayamos a las elecciones locales. Para salvar un largo periodo de veda electoral (las campañas en Coahuila empiezan hasta el 4 de junio), el PAN lanzó una campaña con espectaculares a fin posicionar la percepción de cambio en Torreón. Bien diseñados, los mensajes conectan con un amplio interés en la opinión pública que quiere cambiar de partido en el gobierno. A la campaña panista vino inmediatamente la contracampaña de un partido satélite. Luego sucedieron las quejas ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila (IEPCC), que terminó por mandar medidas “cautelares”, además de ordenar el retiro del algunos espectaculares por considerarlos actos anticipados de campaña. Quizá lo de cautelar fue más por suponer a los ciudadanos unos menores de edad que pueden ser contaminados por los mensajes políticos. 

Paradójicamente el PAN sí interpretó bien la ley hecha por el PRI, y ahora el Tribunal Electoral del Poder Judicial le dio la razón a los espectaculares de la discordia. Seguramente, después de esta experiencia, el PRI llevará al Congreso otra reforma electoral. Pero la fallida “cautela” del IEPCC es ocasión para el PRI, que no desea quedarse atrás y ahora nos propone una vacua generalidad: “las mejores cosas pasan contigo”.

8 de mayo 2013
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9179989

Rayuela, 50 años


Todavía sigo enamorado de la Maga. “¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua” (1).
Del lado de allá. “Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos”. “Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua” (7).
Del lado de acá. “Todo porque se le mezclan las realidades y los recuerdos de una manera sumamente no-euclidiana” (56). “Caminar con un propósito que ya no fuera el camino mismo. De tanta cháchara (qué letra, la ch, madre de la chancha, el chamamé y el chijete) no le quedaba más resto que esa entrevisión. Sí, era una fórmula meditable. Así la visita al Cerro, después de todo, habría tenido un sentido, así la Maga dejaría de ser un objeto perdido para volverse la imagen de una posible reunión —pero no ya con ella sino más acá o más allá de ella; por ella, pero no ella—.(48).
De otros lados. “Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia” (68). Rayuela, Julio Cortázar, 1963.
5 de mayo 2013
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9179670

viernes, 3 de mayo de 2013

Obama en México


Foto: presidencia. 

Lo más importante es salir bien en la foto. La imagen cuenta, y cuenta mucho. Ahí están los dos hombres saludándose, sonriendo en un cordial encuentro. Todo es diplomacia, política suave. Sin grandes exigencias, ni discusiones. Nada de temas incómodos y malos modales. Muchos menos desplantes abruptos como esos de correr al embajador de Estados Unidos en México, sólo porque se revelaron algunos chismes en unos cables diplomáticos. Aunque no sabemos cómo va a terminar la relación, por lo pronto, hasta el tono y la presencia cambió. El presidente Enrique Peña Nieto busca relanzar la imagen de México en el mundo y por su puesto, ante su principal vecino y socio comercial: Estados Unidos. De alguna manera, la visita de Barack Obama puede verse como un espaldarazo. Obama reconoció las reformas impulsadas por el gobierno de Peña. Además, el mandatario gringo es popular en México. Tiene buenos niveles de aceptación y con los años, sobre todo después del Tratado de Libre Comercio, se ha dispersado el mito de la rivalidad entre un país y otro.
En esa buena cordialidad, los presidentes de ambos países se reunieron en el Palacio Nacional para abordar diversos temas de la agenda bilateral: economía, seguridad, migración, comercio y educación. Pero independientemente de que el presidente mexicano insistió una y otra vez durante la rueda de presa, en que la agenda de México no es monotemática, sino multitemática, a Estados Unidos le importa más el tema de seguridad.
Aunque el gobierno vecino tiene en México al segundo socio comercial más importante, pesa más la política internacional que han promovido desde hace varias décadas: declararle la guerra a las drogas.
No obstante, los resultados son dudosos y contraproducentes. Al final son el mayor mercado para la venta de droga en América. Por su puesto no importa el fracaso o la violencia que desate en los países la política del combate. Antes en Colombia, hoy México.
Al presidente anterior le permitieron su desplante, porque prácticamente la agenda de seguridad fue el único tema. Por lo mismo, al expresidente que les abrió todas las puertas, ahora lo reciben como un hombre de estado en la Universidad de Harvard.
Ayer Peña Nieto remarcó otros puntos más centrados en potenciar la relación económica, pero igual que en el sexenio anterior, en Estados Unidos asumen que siempre será menos costoso librar un guerra en otros países antes que en su territorio.
Como principio básico de la diplomacia, los mandatarios no se raspan. Así, al hablar de migración e importación de armas, la mejor salida es afirmar que se trata de un tema interno. Allá ellos que decidan. Nosotros no podemos.
En cambio es más amable establecer otros compromisos, no importa que se repitan, sino que suenen bien. Por eso los mandatarios acordaron establecer un foro bilateral sobre educación.
Ya otro grupo de alto nivel se encargará de potenciar la integración económica. A todo esto, el presidente de Estados Unidos sí puede pasear tranquilo en México: un pequeño ejército en camionetas negras lo escolta, a pesar de que ayer declararon precontingencia ambiental en la capital.
3 de mayo 2013