miércoles, 17 de septiembre de 2008

Fobaproa a la gringa


Cuidadosos de las palabras, los gringos nacionalizaron la semana pasada dos empresas que concentran más del 50% de las hipotecas norteamericanas: Fannie Mae y Freddie Mac. Después se anuncia la quiebra de Lehman Brothers, la cuarta firma bancaria y de inversión más importante en EU; luego la FED sale al rescate de la aseguradora AIG con 85 mil millones de dólares. Todo en un lapso de dos semanas. ¿Dónde quedó la mano invisible?

Terror

Durante el festejo popular del 15 de septiembre en Morelia, se da este atentado con granadas a los civiles ¿Qué sigue? ¿A quién le beneficia? ¿Y dónde está el CISEN? ¿Sólo hasta que suceden estas cosas los diversos actores políticos se alinean para trabajar por el país?

martes, 16 de septiembre de 2008

De controversias y fallos

Lo que puedas arreglar pacíficamente, no
lo intentes arreglar por la guerra o por un proceso

Régis Debray

La política, duro terreno para ingenuos y desesperados, es tan también el terreno de disputas, conflictos, diferencias y tempestades. Un malentendido de forma, puede llevar a un problema de fondo, de la misma manera que una mala relación aumenta innecesariamente las diferencias. Los que saben de estas cosas, prefieren antes que nada, la política en frío -cálculo, paciencia, prudencia-, que la política en caliente, donde las pasiones se desbordan por encima de la razón.

En abril de 2007, año del centenario, el Ayuntamiento de Torreón al mando de José Ángel Pérez, decidió impugnar ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la creación de la Secretaría de Desarrollo Regional de La Laguna (SDRL) por considerar que invadía la esfera municipal y su autonomía, además de duplicar funciones con la actual administración. Aunque en el fondo se vio con recelo la dependencia estatal por pretender ejercer funciones electoreras.

El suceso desencadenó una abierta disputa entre algunos funcionarios del gobierno municipal y estatal, especialmente entre el alcalde de Torreón y el Secretario Eduardo Olmos, ahora candidato a diputado local. En medio de los dimes y diretes, una ocurrencia del edil lagunero obligó a parar las obras realizadas por el gobierno estatal en la ciudad. Justo cuando parecía calmarse las aguas, regresaban los golpes de ambos lados. Después de un largo, costoso y desgastante proceso para ambos gobiernos, pero sobre todo para el gobierno panista, vino la resolución de la Corte sobre el caso.

¿Quién tiene la razón? ¿Es inconstitucional la SDRL? Finalmente, el pasado 5 de agosto, la respuesta de los 11 Ministros de la Corte fue unánime: la SDRL no es inconstitucional, ni tampoco puede considerarse que invade la esfera municipal. En tanto se supo la noticia del fallo, la mayoría de los medios regionales interpretaron el hecho como un revés al gobierno municipal.
Sin embargo, es limitado pensar que el Gobierno de Humberto Moreira ganó y el de José Ángel Pérez perdió. Ya bien lo decía Carlos Castillo Peraza, el filósofo de la transición en México, un buen político es aquel que le ahorra tiempo a la gente. Si aplicamos este argumento a la multicitada controversia constitucional entre el Estado de Coahuila y el municipio de Torreón, veremos que no solamente los ciudadanos perdimos tiempo, sino también dinero y esfuerzo.

Al final no ganó el Estado ni el municipio, ni tampoco la decisión de la Corte sentó un precedente trascendente para los municipios en México. Al final, los que perdimos fuimos los ciudadanos. No Moreira ni Pérez. Así nuestra política.
Players of life
septiembre 2008

sábado, 13 de septiembre de 2008

Más sobre el Interregno


Todos son culpables, excepto yo
Céline


Apenas ayer, en un trasnochado festejo del centenario, era recibido con aplausos y rancia pletesía el alcalde José Ángel Pérez Hernández. El ejemplo sirve al caso como una analogía del poder: nada más efímero que los aplausos y la gloria. Hoy estás arriba y mañana abajo, decía el sabio florentino de la política. Y así está el alcalde de Torreón después del asunto de los policías, ya tristemente célebre en las páginas nacionales, en la consciencia de los laguneros. El enfrentamiento entre policías federales y municipales, la muerte de un policía, la corrupción de un grupo de agentes locales, el cese de Alfredo Castellanos, director de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), terminó por generar auténticas horas de interregno en la ciudad. Hablamos de un espacio de tiempo en que un Estado no tiene soberano, de la misma manera que la ciudad quedó por momentos sin mando, ni gobierno.
Mientras tanto, lo que si fluyó con rapidez fue la noticia del enfrentamiento y el escándalo inadmisible de corrupción. La respuesta de las autoridades locales llegó tarde y mal. Entre la cantinfleada del invisible Secretario del Ayuntamiento y las declaraciones desafortunadas del alcalde Pérez Hernández, la situación conllevó a un clima de incertidumbre, desorden y confusión.
En medio de la conmoción, la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno Federal, publicó dos boletines (http://www.ssp.gob.mx/) donde confirmó la relación con el crimen organizado de un grupo de policías adscritos a la DSPM.

Al escándalo vino la desorganización, el desconcierto y la torpeza de Pérez Hernández y sus colaboradores más cercanos, misma que no pudo ser solventada por ninguno de sus notables asesores. Las pasiones a flor de piel, llevaron a echarle leña al fuego innecesariamente con imprudentes declaraciones, pero tampoco faltaron los oportunistas, como Horacio del Bosque, presidente del Congreso de Coahuila, que anunció la peregrina iniciativa de quitar a Pérez Hernández en un plazo no mayor a 72 horas. Por otro lado, el papel del gobernador Humberto Moreira fue prudente y recordó lo que ya había dicho tiempo atrás sobre la policía municipal, e incluso reiteró el apoyo y la colaboración del Gobierno Estatal. No faltaron las acusaciones y culpabilidades: que si el problema del secuestro, que si los infiltrados, que si esto y aquello.

Al final se repitió la misma historia que en otros rincones del país. Echarse la bolita, porque el culpable siempre es el otro, nunca uno, ya que no me corresponde. Y esto demuestra una vez más, la pésima lectura que hacen nuestros gobernantes en un momento como este. Si algo exigen los ciudadanos en el sensible tema de la seguridad, es responsabilidad y resultados, no que los gobernantes salgan a repartir culpas y escamotear responsabilidades. A los políticos se les olvida al final que también son gobierno y tienen corresponsabilidades más allá de su estatus municipal, estatal o nacional. A estas alturas, las excusas sólo terminan por insultar la inteligencia de los ciudadanos. Resultan decepcionantes luego, las declaraciones fáciles ante la ciudadanía, cuando claramente las circunstancias requieren de altura, no de retórica ni lugares comunes. Podemos invertir la fórmula, más resultados y menos política.

A diferencia de otros escándalos, más frívolos y anecdóticos, lo que acaba de suceder con la policía municipal, no sólo constata las sospechas y señalamientos que anteriormente se decían, sino que viene a destruir, por acción de un grupo de policías coludidos con el crimen organizado, la poca credibilidad que los torreonenses tenían en su policía. ¿Cómo confiar en las autoridades encargadas de velar por la seguridad? ¿Cómo depositar de nuevo la confianza en los policías que circulan por la calles?

Menuda tarea la de lograr siquiera el beneficio de la duda de los ciudadanos. Se perdió la poca credibilidad que quedaba en los cuerpos de seguridad municipal.

¿Qué sigue para la policía y sobre todo, para los ciudadanos? ¿Está todo perdido? Si pensamos en la carrera política del alcalde, en particular el proyecto político de Pérez Hernández, no es difícil anticipar su estrepitosa caída y casi anulación. Sin embargo, a Pérez Hernández le queda algo más valioso por hacer que estar pensando en candidaturas y elecciones. Trabajar a fondo en limpiar la DSPM, ofrecer información puntual, útil, y por lo tanto, mostrar resultados contundentes, como presentar él mismo a más involucrados, adelantarse antes de que se adelanten a él. A los líderes se les conoce en realidad por sus momentos de crisis y su capacidad para salir del atolladero. Habrá que ir pensando en lo que sigue. Primeramente, exigir los resultados de las investigaciones, tanto las del municipio, como las de la federación. Por otro lado, tratar de recuperar la confianza, pieza fundamental en el orden social, y eso, sólo se logra con eficiencia, con hechos. No con discursos, ni declaraciones.
13 de septiembre, 2008
El Siglo de Torreón

Limo del Nazas


Sorprendente los ánimos que a logrado la histórica avenida del Nazas entre los laguneros. No deja de impresionarme la cantidad de personas disfrutando del paraje inusitado.
Lo que ya no me sorprende es la negligencia de ciudadanos y gobierno. Me explico, si en el pasado (me refiero, antes de las presas Lázaro Cárdenas y Fco. Zarco), el río traía los beneficios del limo que fertilizaban la tierra, ahora el río trae consigo basura, cadáveres, tóxicos, aguas negras y desechos industriales peligrosos... Este es el nuevo limo, como signo de nuestros tiempos.

martes, 9 de septiembre de 2008

Interregno


Como interregnum podríamos describir las horas que vivió (¿vive?) la ciudad de Torreón. Lo que empezó como una persecusión de la policía federal terminó en un efrentamiento entre policías federales y municipales... el boletín oficial de la Secretaría de Seguridad Pública registró sobre los municipales: "al ver la presencia de la Policía Federal, intentaron alertar a los cinco presuntos delincuentes, por lo que también fueron detenidos". El hecho desencadenó en 33 agentes municipales detenidos, un muerto, la salida del director de la DSPM... ¿Qué sigue?