miércoles, 22 de marzo de 2023

Inteligencias artificiales

 


A decir de Georges Bernanos, "un mundo ganado por la Técnica, es un mundo perdido para la Libertad". Desde hace tiempo, la técnica ganó, tanto así, que hemos corrido con frenesí a entregar nuestra privacidad a las grandes corporaciones tecnológicas. Como nunca, deseamos estar hiperconectados para movernos en pequeños círculos.

De manera cotidiana, convivimos con inteligencias artificiales: cámaras, celulares, bocinas, automóviles, pantallas, aplicaciones y sitios webs. Algunos de esos programas tienen la capacidad de aprender y también, parten de inmensas bases de datos.

A la oleada de programas se suma ChatGPT. Desde la red, podemos preguntar, aunque no conversar, por medio de la Inteligencia Artificial (IA). El programa procesa información en línea, la acomoda y presenta en pocos segundos, una respuesta, en apariencia coherente. Sin duda, el ChatGPT puede ser visto como un gran avance, pero al mismo tiempo lo podemos ver con una sonrisa maliciosa. Porque si bien, presenta la información ordenada, es fácil corroborar sus límites. Esa consciencia crítica que es Noam Chomsky, ve en el chat, una falsa promesa. Sin capacidad de interpretación y moralidad.

En cambio, el famoso sociólogo Manuel Castells, llevó a prueba al chat con la siguiente orden: "Escribe una nota de opinión sobre ChatGPT como si fueras Manuel Castells". En pocos segundos entregó un texto "original" que luego publicó en la prensa. Sorprendido, nos dice: Ahora todo es posible. De cierta manera, el Chat puede ser el paraíso de los plagiarios. Una tarea escolar se resuelve en segundos. Sin necesidad de leer largas horas, ni de esforzarse en comprender. Todo se resume en preguntar, copiar, pegar y listo. No sin razón, en la meca de la tecnología, Silicon Valley, hay escuelas que ofrecen enseñanza sin Internet, tabletas y computadoras.

Le pregunté al chat, ¿fue Gustavo Díaz Ordaz un buen presidente? Me respondió: "Como modelo de lenguaje de inteligencia artificial, no me corresponde emitir juicios de valor sobre las decisiones y acciones de seres humanos. Sin embargo, puedo proporcionar información sobre el desempeño de Gustavo Díaz Ordaz como presidente de México".

También le ordené al chat que escribiera un poema como Jaime Sabines. El resultado fue desastroso.

La experiencia de conversar con IA no es nueva. A diario se hace con Siri y Alexa. Pero vale recordar que la empresa Microsoft lanzó en 2016, un chat "inteligente" en Twitter. El robot fue conocido como Tay, y se diseñó para conversar con un público joven. Sin embargo, muy pronto la conversación entre los usuarios y el programa, se tornó racista, xenófoba, sexista y hasta pronazi. Al día siguiente de su estreno, el robot tuvo que ser descontado. De esa manera, Tay quedó como una agresiva máquina de insultos, prejuicios y consignas raciales.

Con razón, Isaac Asimov imaginó en su libro Yo, robot (1950), las tres leyes de la robótica. Primera Ley. Un robot no hará daño a un ser humano, ni por inacción permitirá que un ser humano sufra daño. Segunda Ley. Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley. Tercera Ley. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.

Por supuesto, el relato del prolífico escritor, rompió todas las leyes y terminó como una peligrosa experiencia. ¿No es así con las redes sociales? Lo que en principio es comunicación, termina como medio de las peores expresiones.

Veamos otra perspectiva. Bajo el sello de la IA, sitios como MidJourney o Dalle, ofrecen la posibilidad de crear arte. A partir del reconocimiento de estilos y millones de imágenes, se puede lograr una pintura. ¿Será arte una imagen que proviene de estos programas? La pregunta nos puede parecer descabellada, pero recientemente, una obra creada por IA, ganó un concurso de arte en Colorado. Clic aquí, clic allá, y la imagen aparece. Algo similar se produce con películas y videos. Sin duda, veremos más. Mientras tanto, releí al filósofo Marshall Berman, quien, para comprender mejor nuestro tiempo, volvió la mirada al siglo XIX. Curiosamente nuestro siglo, inundado de tecnología y avances, se parece cada vez más al XIX.

El Siglo, 21 de marzo 2023

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sábado, 18 de marzo de 2023

La Morelos, centenario de una avenida emblemática

 



La idea se hizo realidad. Mejor todavía. Con el tiempo, esa obra, se volvió emblema de la ciudad. De esa manera, el joven político Nazario Ortiz Garza, buscó desde el principio dejar huella. No para él; sino a la comunidad. Visionario, ambicioso y brillante, empleó su don de gentes, para dirigir la alcaldía de Torreón. Su actuar no fue burocrático, sino en la calle. No obstante, planeó desde el principio de su gobierno, construir el primer bulevar. Manos a la obra, el segundo mes de su breve gobierno, anunció el bulevar Morelos. Así, arrancó la pavimentación. Por entonces, la mayoría de las calles eran de tierra. Al centro, se construyó un camellón para delimitar la circulación. Por fortuna, conservamos la fotografía donde el alcalde, de traje y sombrero, supervisó las obras en el terreno. Pero el proyecto, no sólo fue construir un bulevar para automóviles, sino hacer todo un paseo peatonal con amplias banquetas y así conectar viviendas, comercios y plazas públicas: la Alameda Zaragoza, la Plazuela Juárez y la Plaza de Armas. Desde esa visión, se iniciaron los trabajos en febrero de 1923.

Vale anotar: la construcción de la Morelos fue esfuerzo comunitario, donde el gobierno local impulsó la obra. Al mismo tiempo, sumó esfuerzos particulares, para concretar el paseo público. El ayuntamiento tenía poco dinero, pero eso no limitó las ganas ni la visión del joven alcalde. Por el contrario, los escasos recursos lo llevaron a gestionar aportaciones ciudadanas. Don Nazario se ganó la confianza de la gente. Logró aportaciones de particulares, empresas y apoyos de los gobiernos federal y estatal. Para él, la política fue el arte de lo posible. Con poco, hizo mucho, y así juntó las partes para lograr una gran obra que perdura hasta nuestros días. Convocó a vecinos, invitó a empresas, pidió ayuda a otros políticos, entre ellos, el filósofo José Vasconcelos, por entonces ministro de la Secretaría de Educación. Tocó puertas en la Secretaría de Hacienda, con Adolfo de la Huerta. Ambos funcionarios federales, aportaron esculturas artísticas para embellecer el paseo. Vasconcelos mandó una escultura de mármol con la representación Aquiles. De la Huerta hizo lo propio. Varias obras las hizo el escultor Ignacio Asúnsolo y otras Fernando Toriello. Había esculturas de desnudo, jarrones ornamentales, amantes en pleno beso, y por supuesto, los bustos de héroes como José María Morelos e Ignacio Allende. Mármoles y bronces engalanaron las calles.

El lenguaje de aquellos días, refirió las obras para embellecer y hermosear la ciudad, dos palabras que se han perdido actualmente, no sólo por su empleo verbal, sobre todo, por su contenido material. Sin duda, hay obras, pero muy alejadas de cierta estética urbana. Y ni qué decir, cuando "olvidan" a peatones y ciclistas, porque asumen que los ciudadanos son exclusivamente automovilistas. ¡Qué pobre visión pública!

Sin embargo, el primer gobierno de Nazario no concluyó por conflictos políticos. Fue depuesto en noviembre y la prensa registró que la ciudad tuvo dos ayuntamientos al mismo tiempo. Para 1925, de manera fastuosa, la reina del Algodón, Elvira primera, inauguró la iluminación. El paseo comenzó a tomar forma, con jardines en los camellones, elegantes arbotantes, pequeñas rotondas y esculturas en cada cuadra. Pese a su salida, Nazario sembró la obra y tuvo la oportunidad de regresar a finales de ese año, pues el alcalde en turno, Ángel Gutiérrez, fue depuesto, por lo que hoy diríamos, un escándalo sexual.

Sin duda, obras son amores y no buenas razones. Nazario continuó entre 1926 y 1928. Para coronar la Morelos, se construyó el hemiciclo, donde sobreviven a los costados, dos sugerentes relieves. ¿Ya los vieron? La gente bautizó el monumento, "el pensador", por la postura meditativa de la escultura. Es una réplica del Lorenzo de Urbino que hizo el divino Miguel Ángel.

Al paso de los años, la Morelos, se consolidó en espacio de encuentro e identidad. Durante décadas, fue el escaparate de los jóvenes. Ahí nacieron noviazgos y después matrimonios. En torno a las "moreleadas", se reunieron a caminar, ir al cine, tomar café o comer en algún restaurante. También estaban los bancos, hoteles y grandes edificios comerciales. Durante años, el paseo convivió entre peatones y larguísimas filas de vehículos, donde la muchachada no se cansó de dar la vuelta. Entre las palmeras que sembró el agricultor Plácido Vargas, todavía paseamos y nos reconocemos en la Morelos. A cien años de esta avenida emblemática, hay mucho que contar, como la vez que se estrelló un helicóptero… pero será en otra ocasión.

El Siglo 

21 de febrero 2023

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martes, 7 de marzo de 2023

Economía vigente

 



La vecindad hace inevitable el intercambio. Para bien y para mal, México y Estados Unidos comparten una larga y porosa frontera. ¡Más de 3 mil kilómetros! Pese a los muros y las agresiones del país vecino, estamos unidos por una dinámica mayor que supera la política y la ideología. Puede haber prejuicios, discriminación y racismo, pero eso no cambia la presencia de México en Estados Unidos, y viceversa. Por el contrario, reafirma una identidad vital. De esa manera, economía y migración superan la geografía y las jurisdicciones de los estados.

Desde el siglo XIX, las relaciones entre ambos países han pasado de la guerra y las invasiones, incluida la pérdida de la mitad del territorio nacional, a los tratados comerciales y la cooperación.

De un tiempo para acá, un sector de la política estadounidense pide con vehemencia que se declaren "terroristas", a los cárteles mexicanos. La fijación de un "enemigo público", le da contenido a la propaganda gringa y de paso reafirma los prejuicios. Es más fácil culpar al vecino, que reconocer los propios problemas. El tráfico de drogas se puede leer como un problema moral, pero también como una economía bien integrada entre gobiernos, empresas y consumidores. La red es inmensa, tanto como el gusto por las drogas en los Estados Unidos. El discurso contra las drogas, sólo muestra una cara de la misma moneda. Por supuesto, del otro lado nos les gusta reconocer que son un inmenso mercado de drogas, pletórico de hambrientos consumidores.

El historiador inglés, Benjamin Smith, nos advierte en su más reciente libro, Las Drogas (Debate: 2022), que "hoy en día, los mitos en torno a la guerra contra las drogas sientan las bases para el fortalecimiento del nacionalismo estadounidense". Hace dos décadas los "enemigos" fueron los árabes, hoy los sustituyen los cárteles. No obstante, aunque el panorama se presenta entre buenos y malos, como la película Traffic (2000), donde Steven Soderbergh, mostró a Estados Unidos a color, y a México en sepia, la realidad es tan compleja que se entiende mejor una como arraigada economía.

El juicio lapidario al ex secretario de Seguridad Pública en México, Genaro García Luna, llama a reescribir la historia reciente de la llamada guerra contra el narco, que enarboló el presidente Felipe Calderón, en medio de una crisis de legitimidad. Sin duda, Calderón sabía, o era un idiota (Diego Fernández dixit). Sabemos cuándo inició la guerra, pero es fecha que no sabemos cuándo va a terminar. En la actualidad, todavía padecemos en el país, los estragos de la guerra, que abrió un gobierno abiertamente ligado al narco. Pero lejos de ser excepción, hay una continuidad que impone esa economía. En su momento, el poderoso presidente, Plutarco Elías Calles (1924-1928), sobreviviente de la revolución, fundador del Partido Nacional Revolucionario, sabía de los pasos del gobernador Abelardo L. Rodríguez en Baja California. Lejos de condenarlo, lo toleró por ser un hombre leal al régimen. Llegado el momento, Calles lo impulsó como presidente. Abelardo fue promotor del elegante casino Agua Caliente, cuando la absurda prohibición del alcohol en Estados Unidos, incentivó la oferta en la frontera. Esa política alentó el mercado negro y de paso, consolidó a Tijuana, como una ciudad próspera y festiva. El casino pronto se volvió el lugar favorito de estrellas de Hollywood, mafiosos y aventureros. Más todavía, Abelardo se asoció con la mafia estadounidense, esa, que le hacen películas y series de televisión. En vano leí la autobiografía del expresidente, para buscar algún testimonio sobre sus relaciones con la mafia gringa. En cambio, sí enlista más de 84 empresas en las que participó jugosamente.

En su momento, el presidente Miguel Alemán (1946-1952), creó instituciones de inteligencia política y represión, a fin de mantener el régimen autoritario disfrazado de democracia. A principios de 1947 creó la Dirección Federal de Seguridad, un FBI a la mexicana. La Dirección quedó al mando del senador y coronel Carlos I. Serrano. Hombre de todas sus confianzas, repartió su tiempo entre liderar al Senado, espiar y traficar drogas a los Estados Unidos. Alemán sabía.

Lejos de erradicar las drogas, el prohibicionismo y la guerra, han fortalecido el mercado, y hasta lo han hecho más rentable. De allá para acá nos condenan con visión maniquea. De aquí para allá, el mercado se integra como otras industrias altamente rentables.

En su estudio reciente, 2022, sobre las drogas y los espías gringos en nuestro país, el investigador Carlos A. Pérez Ricart resume la otra cara de la misma moneda: "Las métricas del éxito de la DEA son las cuentas del fracaso de México. Lo que la DEA asume como logros ineludibles de la estrategia antinarcóticos -la fragmentación de las grandes organizaciones de la droga en entes más pequeños y aparentemente más controlables- no ha sido sino el detonador de las mayores oleadas de violencia criminal en todo el continente. En esa medida, la DEA es responsable directa de violaciones a los derechos humanos".

Quizá nos disguste aceptarlo, pero la economía de las drogas es una realidad vigente de un lado y de otro.

El Siglo 

martes, 7 de febrero de 2023

Decena Trágica


 

Reza el célebre dicho: Por sus palabras los conoceréis. De esa manera, una serie de pronunciamientos públicos muestra una narrativa deseosa de intervenciones e injerencias externas. Los más inocentes, desean una tutela. Quisieran, ante todo, que nos digan los que debemos hacer. Acaso, porque no sabemos o porque no podemos como el "primer mundo". Sin embargo, de esa narrativa que se reproduce en los medios, también se desprende una intención mayor. Dado que no sabemos gobernarnos o vivir con orden, nuestros vecinos deben hacer las cosas por nosotros.

Previo a las elecciones para renovar el Congreso en los Estados Unidos (noviembre 2022), se reprodujo el susodicho discurso: "Está gobierno de México en la mira republicana". Según la nota, a varios legisladores norteamericanos les resulta insuficiente el combate al narco, aunque sean como nación, los mayores consumidores del mundo. Sin duda, les preocupa que no tengamos más guerra, como si la inercia actual no fuera suficiente para la tremenda cuota de sangre que aportamos. ¿Cuánto estará bien? ¿100 mil muertos más?

En materia energética, piden no afectar los intereses del vecino y seguir sus políticas como ellos mandan. Otros, más audaces, no sólo van por los negocios, sino gustan de la política interior como si fuera la propia. En ese sentido, el senador demócrata, Bob Menéndez, pidió al Secretario de Estado, Antony Blinken, intervenir por el INE en México. Voces similares en el país se han pronunciado, como si el vecino fuera a resolver nuestros problemas. En conversaciones, se suele escuchar una frase tan mágica como cándida: "Estados Unidos no lo va a permitir". ¿Qué sigue?

En la reciente convención partidista de los republicanos, el defenestrado presidente Trump, se jactó de haber sometido a México con el asunto migratorio. Según el bravucón, amenazó con imponer aranceles del 25 por ciento a la exportación de vehículos. Sin duda hay influencia o imposición, como sucedió con la agenda migratoria, pero tampoco se cumplen al pie de la letra todos los anhelos intervencionistas. La historia nos ofrece ejemplos de intervenciones desastrosas para el país. Esta semana, conmemoramos (recordar juntos), el 110 aniversario de la Decena Trágica, es decir, aquellos días en que el presidente Francisco I. Madero, fue depuesto violentamente por un golpe de estado. El 9 de febrero de 1913, los conspiradores inician la destrucción del gobierno electo democráticamente, a balazos y cañonazos. Los generales Manuel Mondragón y Aureliano Blanquet liberan a Félix Díaz, sobrino del dictador, y a Bernardo Reyes, militar de viejo cuño. Muy cerca del presidente, el general Victoriano Huerta impulsa desde dentro, el golpe. La traición está a la orden del día. A punta de balazos y cientos de muertos, tomó forma la violenta caída de Madero y su vicepresidente, José María Pino Suárez. Desde antes, la elite capitalina evidenció su desprecio al presidente, y añora los tiempos de don Porfirio. La prensa es inmisericorde y a diario ridiculizan al mandatario. Sin duda, Madero es el presidente más calumniado. Basta leer la prensa y las caricaturas de la época. Ingenuo es lo menos que se dice, pero el coahuilense, es un hombre de buena voluntad alejado de la mano dura.

Desde la embajada de los Estados Unidos, el embajador, Henry Lane Wilson, va más lejos. Se reúne con los golpistas, los apoya y hacen acuerdos. Wilson no ocultó su desdén a Madero, incluso lo amenazó con una intervención militar, si antes no renuncia. "Yo pondré orden". Cada vez que puede, se pavonea de que él orquestó la caída del presidente. La complicidad del embajador es tal, que aquella reunión se le conoce como "Pacto de la Embajada". El 19 de febrero, México tiene tres presidentes en un día. Madero, obligado a renunciar a punta de pistola. Nombran a Pedro Lascuráin, quien hace el infame papel de ocupar el cargo por 45 minutos, sin duda el presidente más "honesto", para luego renunciar y ceder el lugar a Huerta. Todo conforme a la ley. El 22 de febrero, trasladan a Madero y Pino Suárez a la penitenciaría. Los llevan en automóvil desde Palacio Nacional. Al llegar, Madero recibe un balazo en la nuca y a Pino Suárez lo fusilan. Así concluyó el gobierno de 15 meses. Lo más duro: se mató a la democracia para enterrarla el resto del siglo XX. Ese mismo día, Huerta y su gabinete asistieron a la embajada estadounidense para celebrar el natalicio de Washington. ¡Vaya ironía!

El Siglo

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miércoles, 25 de enero de 2023

Coahuila, elecciones a la vuelta de la esquina



La forma es fondo. De esa manera, las primeras semanas de enero, ya nos dieron una idea de las próximas elecciones para renovar la gubernatura de Coahuila. El proceso electoral se da en un entorno, donde Morena domina la mayoría de las gubernaturas en el país, con pocas excepciones. El Estado de México y Coahuila, están a prueba. Pero no hay punto de comparación. En Edomex la lista de electores es de 12 millones y son el bastión histórico del PRI. Ahí, el otrora partido hegemónico está al borde del ocaso, no así en el Coahuila.

Por lo mismo, dicha elección plantea la disputa entre el cambio y la continuidad. Como cambio, Morena no ha logrado posicionar en la entidad, ese acuerdo general que abandera la 4T. Su fuerza está diluida a nivel local. En las elecciones de 2021, donde se jugaron las alcaldías, no avanzaron ni en Saltillo, ni en Torreón. Ya no digamos Monclova o Piedras Negras. Municipios clave para la competencia estatal. Igual sucedió en el 2020 durante el proceso para renovar las diputaciones locales, donde sencillamente, el PRI arrasó con todo. Entonces ¿cómo ganar las próximas elecciones?

Morena es un partido mal organizado en Coahuila. No obstante, el desempeño nacional, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador se mantiene bien evaluado, Morena no ha logrado consolidarse en el estado. Está presente de manera difusa, como el papel del "super delegado". Un cero a la izquierda. Algo similar se puede decir de los legisladores, ya sean diputados o senadores. ¿Qué recuerdan de ellos? ¿Qué aportaron a la población? ¿Dónde está su liderazgo social? Encumbrados en las cámaras, ni siquiera caminan en las colonias. Por otro lado, desde el inicio del proceso, se la han pasado peleando al interior. Ya lo dijo el clásico norteamericano: Una casa dividida no puede mantenerse en pie. Por lo tanto, la candidatura de Armando Guadiana, sólo reafirma esa inercia a ninguna parte. Eligieron por encuestas al más conocido, pero eso no se traduce necesariamente en votos. Nada más ingenuo: pensar que popularidad es igual a preferencia electoral. En ese sentido, el priismo coahuilense se encuentra en las antípodas de Morena. Como partido está bien organizado. Su maquinaria electoral es casi de relojería. Disciplinados, se nota el liderazgo del gobernador Miguel Ángel Riquelme. No hace falta repetir los números del año 2021, donde superaron claramente al partido del presidente.

Otro aspecto donde Morena y el PRI se contraponen, es la unidad interna. Mientras los primeros incendian la casa, los segundos hacen de la unidad, un valor frente a los votantes. En Morena la pelea campal continúa. Insultos, acusaciones, señalamientos. Dimes y diretes. Entre ellos se pican los ojos. La ruptura de Ricardo Mejía Berdeja, ahora en el Partido del Trabajo, generó las condiciones para la continuidad del PRI en el gobierno de Coahuila. De la misma manera, la presencia solitaria de partidos como UDC y Verde Ecologista, suman a la dispersión del voto. Eso no es todo. Si hace falta un esquirol, también está inscrito algún candidato independiente. Bajo esas condiciones, ya sabemos quien gana. Es cierto, nada está escrito, y puede haber sorpresas. Ninguna elección es la misma.

Para cerrar, dos fotografías muestran diferentes mensajes. Sonriente, el ahora candidato de Morena, está con el gobernador y compañía. Es el abrazo del poder. Ahí no hay oposición, sino complacencia.

Otro contraste se vio en la reunión que tuvo el joven candidato del PRI, Manolo Jiménez con el alcalde de Torreón, Román Cepeda, y los exalcaldes. Una foto dice más que mil palabras. Ahí estuvieron reunidos Eduardo Olmos, Heriberto Ramos, Carlos Román Cepeda, Salvador Jalife, Guillermo Anaya y Jorge Zermeño. Unidad y seguridad son dos narrativas que reitera el poder estatal ante los electores. No se trata sólo de llegar a los comicios cinco meses antes y pretender ganar las elecciones.

El Siglo

martes, 10 de enero de 2023

Conmemoraciones 2023






Por más que neguemos las raíces, somos hijos del pasado. De ahí que la historia es una reflexión sobre el presente. Por lo mismo, nos reconocemos en la tradición, ya sea por los tiempos idos, o por la vida misma de nuestros padres y abuelos. En ese sentido, aniversarios y conmemoraciones, conforman un puente desde el presente con la historia. El 2023, trae consigo sucesos para la memoria y la antimemoria. Anotamos algunos.

110 aniversario de la triste célebre, Decena trágica. A lo largo de diez días, desde el nueve de febrero de 1913, se interrumpió de manera violentísima, el gobierno democrático de Francisco I. Madero. El golpe de estado fue liderado por Victoriano Huerta, quien recibió el apoyo general de la prensa, el embajador estadounidense, Henry Lane Wilson, además de un círculo de porfiristas como los generales Manuel Mondragón, Félix Díaz (sobrino de Porfirio), Bernardo Reyes, entre otros. El asalto al poder no se conformó con quitar al gobernante electo por auténtico voto popular. Lo asesinaron. Así cayeron el presidente Madero, y su vicepresidente, José María Pino Suárez. El resto de la historia ya la conocemos. Adiós a la democracia a lo largo del siglo XX. Luego vino la instauración del régimen autoritario de partido único, 1929-2000. De ese tamaño fue el impacto de las balas.

En consecuencia, la revolución puede ser contada a través de famosos asesinatos. Uno tras otro, definió el rumbo nacional. Parral, 7:50 de la mañana. Francisco Villa, el legendario revolucionario, ya en retiro, conduce el Dodge que lo lleva al encuentro fatal. Durante meses un grupo compacto, con la anuencia del gobierno, planeó la ejecución. El diputado Jesús Salas Barraza y Melitón Lozoya encabezaron la emboscada, donde Villa y sus escoltas mueren acribillados el 20 de julio de 1923. Así, se cumple cien años del suceso que no borró la presencia de Villa, por el contrario, lo elevó a mito de la revolución. Me llama la atención que la comentocracia chilanga se empeña en reducir a Villa como vil asesino, pero los acontecimientos no son blanco y negro. A la historia hay que acercarnos sin prejuicios. Villa tuvo diversas facetas que reivindicaron luchas sociales. Su popularidad está vigente.

Visionaria y pionera del feminismo, Hermila Galindo pugnó por el voto de las mujeres, pero su propuesta fue ignorada por los hombres que hicieron la constitución en 1917, no obstante, su cercanía a Venustiano Carranza. A pesar de todo, aquellos hombres, no eran tan revolucionarios. Mucho tiempo después, esa demanda se materializó con el presidente Adolfo Ruiz Cortines, quien promovió reformas para incluir por fin a la mujer. El 17 de octubre de 1953 se concretó el derecho de las mujeres a votar y ser votadas. De cara al 70 aniversario del voto de las mujeres, se refrenda al feminismo como el movimiento social más relevante del presente siglo. Quien no lo entienda, no entiende nada.

Hacemos un paréntesis. Tras la fusión de Telesistema mexicano y Televisión independiente de México, arrancó el 8 de enero de 1973, Televisión vía Satélite, SA, por su acrónimo, Televisa. Emilio Azcárraga Milmo condujo la fusión tras la muerte de su padre. Por entonces, el Tigre fue leal soldado del sistema político. Recién cumplen cincuenta años: sin comentarios.

Desde un mundo raro, recordamos el cincuenta aniversario luctuoso de José Alfredo Jiménez, esa suerte de filósofo popular. El rey de la canción ranchera, falleció el 23 de noviembre de 1973, y sin embargo, cantamos Paloma querida: Me encontraste en un negro camino, como un peregrino sin rumbo y sin fe, y la luz de tus ojos divinos, cambiaron mis penas por dicha y placer…

Para leer todo el año y más, cerramos con el veinticinco aniversario luctuoso de Octavio Paz. Ensayista y poeta, dueño de una pluma crítica y elegante. No deja de sorprenderme la lucidez de sus textos. Ante el extravío, su pluma nos centra e indica el norte. Hace unos meses releí el Ogro filantrópico (1979), para tratar de entender mejor la confusión actual. Sobre la escritura de la historia, Paz escribió: "es rigor empírico y simpatía estética, piedad e ironía. Más que un saber es una sabiduría". Por lo demás, feliz año.

El Siglo




martes, 27 de diciembre de 2022

Del plagio y otras costumbres bien extendidas


 

De manera popular, se dice en los pasillos universitarios: “Citar a uno es plagio, citar a muchos es investigación”. No obstante, los común en las aulas, es hacer del plagio un “método documental”. La expresión se presta a la ironía, pero más allá de la risa, el plagio es más frecuente de lo que parece. Lejos de ser una práctica inusual en las universidades y círculos académicos, el plagio está bien extendido entre alumnos y profesores. Instituciones de excelencia como el Colegio de México y la Universidad Nacional han evidenciado casos descarados. No sólo de alumnos que presentaron tesis plagiadas, sino de doctos profesores que plagiaron. ¡En todos lados se cuecen habas! 

De vez en cuando se destapa un plagio famoso por el personaje en turno. Ya tuvimos el caso de un presidente mexicano que se graduó gracias al plagio. Sin embargo, tras el escándalo mediático no pasó nada. Aunque sí quedó en el ambiente la notable impresión: si antes robó textos, después robó al erario impunemente. Y no pasó nada.

Recién, el escritor Guillermo Sheridan, exhibió un plagio más. En esta ocasión tocó a Yasmín Esquivel, ministra de la Suprema Corte de Justicia. El escándalo, mientras dure, no es poca cosa, por tratarse de una funcionaria de alto nivel, pero además, porque su función es impartir “justicia”. Básicamente la ministra presentó su tesis de licenciatura maravillosamente idéntica a la de otro tesista. Ni siquiera los títulos o el índice cambiaron, sencillamente son los mismos de otra tesis publicada en 1985. La ministra se defendió, y acusó que la atacan con un “falaz argumento” por aspirar a la presidencia de la Corte, pero lo cierto, es que las tesis son las mismas. ¿Quién copió a quién? 

Como en otras ocasiones, el escándalo se disipará en unos días. Sin la fama de un presidente, el plagio se revela con cierta frecuencia lo mismo en las aulas, que en los ambientes literarios. Constantemente aparecen plagios por aquí y por allá; se trata de una práctica común y aceptada. Lejos de indignar, el plagio en las aulas universitarias es el pan de cada día. No es algo raro, pero se asume como un recurso “válido” para cumplir con las tareas. En las universidades donde todavía exigen presentar tesis para graduarse, es materia común el plagio. Para el caso, la Internet sólo vino a potenciar la práctica. De Wikipedia al Rincón del vago, la fuente para el plagio es inagotable y está al alcance de cualquiera. Tan sólo unos clicks: copiar, pegar, y listo. ¡El trabajo está hecho! Vale puntualizar, no en todos los casos se actúa con dolo, pues sencillamente gana la ignorancia. ¿Qué es peor, la deshonestidad o no saber lo que se hace? 

Más que la reflexión, las numerosas instituciones de educación, exigen cumplir y sumar puntos para pasar. Por lo mismo, la práctica del plagio, se normaliza, en tanto el alumno ya cumplió. En consecuencia, los sistemas escolarizados y las instituciones de educación, más que incentivar el pensamiento y la crítica, exigen tareas mecanizadas, donde el valor consiste en cumplir, más que en pensar. Desde esa lógica, el plagio pocas veces es mal visto. Vayamos a la cotidianidad de un salón de clases, donde el profesor que tiene cuarenta o sesenta alumnos. ¿Cómo revisar adecuadamente la elaboración de unos pequeños ensayos? Ya no hablemos de docenas de tesis. 

Los fraudes están por todos lados, lo mismo en universidades mexicanas, que en los grandes centros norteamericanos. Hace tiempo, Alan Sokal y Jean Bricmont se dieron a la tarea de desnudar a los santos de la academia. Por supuesto, el resultado indignó, pero el ejercicio demostró que se puede publicar en revistas arbitradas científicamente, puros disparates. El deseo que nos anima, afirmaron en su libro, es denunciar la impostura y la deshonestidad intelectuales, cualquiera que sea su procedencia. 

Visto de otra manera, la facilidad y tolerancia hacia el plagio, muestran que la honestidad intelectual no es un valor generalizado, por el contrario, se premia llevar las tareas a como de lugar, incluso, valerse del plagio. 

Ante la oleada de plagios, el Colegio de México emitió  cierta política al respecto, y advierte que los textos serán revisados con un sofware antiplagio. La práctica es tan aceptada, que ante las irrefutables evidencias, esa institución retiró este mismo año el grado de doctor en sociología a uno de los suyos. En ese sentido, la UNAM organizó en 2016, la mesa redonda sobre el problema. Un año antes, la revista Nexos abogó por otra cultura académica distinta e hizo varias propuestas contra el plagio. Cito un fragmento que tiene actualidad: “En su ejercicio se mezclan, en primer lugar, la deshonestidad y la pereza de algunos, pero también la displicencia de otros, así como la ausencia de un marco regulatorio. En México, esta falta de regulación y de las sanciones correspondientes no hace más que contribuir a la difusión del plagio” (Nexos, 27 de julio, 2015). El plagio es un robo que busca suplir el trabajo y la falta de talento. 

En su momento, 2012, el reconocido escritor Alfredo Bryce Echenique recibió el premio de la Feria Internacional de Guadalajara, no obstante su gusto abierto y probado por el plagio. Luego de cobrar el jugoso premio, la respuesta del escritor fue tajante: ¡Qué se jodan!    

 

El Siglo de Torreón 

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