domingo, 27 de febrero de 2011

Libia y el gasolinazo

Lo que para unos es bueno, para otros es perjudicial. Y así sucede con el asunto del petróleo en México. Las revueltas en Egipto y sobre todo en Libia, han impulsado una alza en los precios internacionales del petróleo. Lamentablemente casi no hay revuelta sin muertos, ni revolución sin mártires; por más que estas sean de las rosas o de terciopelo.
En los últimos días Muamar Gadafi demostró que él no es como el recién derrocado homólogo de Egipto, Hosni Mubarak. Gadafi ha reafirmado lo peor de un régimen autocrático contra la población, al grado de imponer la muerte antes de caer. 



No sabemos si estamos ante un gran movimiento democratizador en los países árabes, o si los  Mubarak de hoy van a ser sustituidos por los Gadafi del mañana. 

Tristemente la crisis política ha vuelto a impulsar precios altos del petróleo. En ese entorno, el gobierno de México ingresará mayores ganancias por las ventas de su crudo. Gobernadores, presidentes municipales y funcionarios federales podrán estar contentos con el dinero que eventualmente ensanchará sus presupuestos. 

Pero no todo es beneficio, porque mientras somos un país abastecedor de materia primia, no tenemos la capacidad de procesar. Así que una parte de la ganacia del petróleo se destina a pagar el subsidio aplicado a la gasolina que consumimos en el país. 

Otra opinión expresó el presidente Calderon al advertir el impacto negativo por la importación de combustibles. Y no es que el llamado "gasolinazo" dependa del gobierno como lo suele acusar fácilmente la oposición, sino de los precios internacinales que en México suben, pero no bajan a falta de un libre mercado. Así habrá que acostumbrarse a pagar gasolinas caras en los próximos años, mientras la posibilidad de la apertura energética es desechada para no agraviar la "soberanía nacional".

Por lo pronto el futuro está en otra parte. En su discurso ante el Congreso el presidente Obama insistió en la innovación tecnológica como un factor clave para el futuro. Anunció una meta de un millón de autos eléctricos para el 2015 en Estados Unidos. Y nosostros ¿Qué estamos haciendo frente al cambio que viene? ¿Cuándo se atreverán nuestros convencionales políticos a entrarle de fondo al tema de los energéticos? Quizá encontremos una mejor perspectiva cuando los "veneros de petróleo" no sean más la fuente de un desarrollo improductivo. 

Milenio
http://impreso.milenio.com/node/8918437