Moctezuma II from Museo Arocena on Vimeo.
Moctezuma en el lecho de espinas de su insomnio,
el viaje en la carretera hacia la muerte
Octavio Paz, Piedra de Sol
Encontramos en la historia memorias trágicas. No sin razón Hegel decía que la historia es un gran matadero. En este sentido, un hombre, por más poderoso que sea, no deja de ser vulnerable. Así, en la cumbre del poder, Moctezuma II conducía el imperio más poderoso y dominante de su época (en lo que ahora llamamos México).
Sacerdote y guerrero, Moctezuma “el joven” fue el noveno tlatoani de Tenochtitlan. Nada en el panorama inmediato amenazaba la hegemonía mexica, menos aun, con la bien consolidada Triple Alianza que extendía sus dominios y tributos hacia otros pueblos.
Bajo el poderío político militar el Imperio mexica dominaba un amplio territorio. Sin embargo, una serie de “presagios funestos” parecían anunciar el principio del fin. Moctezuma había leído cada uno de los ocho presagios como la antesala de su inevitable final. Una espiga de fuego en el cielo, un incendio en la casa de mando, la caída de un rayo en un templo y hasta un ave de mal agüero alteraban su futuro.
Al final, los augurios parecían indicar el fin. En 1519 Moctezuma cumplió 52 años. En abril Hernán Cortés y su flota arribaron a las costas de México. Pretendiendo alejar a los extraños barbados, el tlatoani envía regalos preciosos, pero los obsequios alientan más a los conquistadores. Esperaban encontrar fortuna y la encontraron. En noviembre Cortés llega a Tenochtitlan y es recibido por Moctezuma. Dos años después, en 1521, el imperio mexica cayó. Luego vendría la conquista espiritual.
Hago este recuento porque la semana pasada tuve el privilegio de atestiguar el montaje de la exposición “Moctezuma II”, que será abierta al público el jueves 3 de marzo en el Museo Arocena.
Se trata sin duda de una gran exposición que antes estuvo en Londres, en el Museo Británico (2009). Luego pasó al Templo Mayor en nuestro país (2010) y finalmente hace una escala en el Museo Arocena. Con exhibiciones de esa magnitud, la Fundación Arocena deja en claro su liderazgo en la región y sobre todo, la referencia de que Torreón también cuenta con una destacada infraestructura cultural para albergar exposiciones de altura y alto tonelaje. Un buen complemento de la exposición lo encontramos en la publicación del catálogo “Moctezuma II, tiempo y destino de un gobernante” (2010).
Por otro lado, resulta loable la tarea de promoción activa que hace el Museo Arocena al romper con la regla, y abrir el espacio de lunes a domingo mientras esté “Moctezuma II”. Actualmente el Museo tiene una estrategia de ligar a docenas de escuelas de la ciudad a su programa de visitas guiadas, por lo que miles de niños y jóvenes podrán visitar la exposición.
En la antesala de la inauguración tenemos objetos, imágenes, huellas de una civilización al alcance de los laguneros.