Propuestas no han faltado y en aire nuevamente vuelve el tema de las mentadas reformas. Por aquí y por allá escuchamos que si la reforma laboral, que si la reforma del trabajo, que si la reforma energética, pero en el fondo poco se ha avanzado desde el Congreso. Abundan los diagnósticos, la detección de problemáticas, los señalamientos; pero no así la solución de las problemáticas dentro de un margen posible.
Ahora que el influyente senador Manlio Fabio Beltrones retomó con fuerza el tema de la reforma hacendaria, se ve la posibilidad de que el punto pudiera avanzar en el Senado. El tema no es un asunto menor, y aunque muchos ciudadanos no les interese, o vivan como si estuvieran en otro país, el hecho es que las decisiones que ahí se tomen podría afectar sus obligaciones fiscales.
Iniciativas de reformas hacendaria llevan años discutiéndose. Me temo que en este asunto, sucederá como con la reforma petrolera. Durante el gobierno de Zedillo el PRI llevó una propuesta razonable al Congreso y fue bloqueada por el PAN. Luego, cuando el PAN llegó al gobierno propuso algo similar y entonces, el PRI la bloqueó. Hasta ahí el cuento de nunca acabar.
Dato curioso, hasta el presidente Felipe Calderón le dio la bienvenida a la iniciativa de Beltrones, pero el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, se encargó de completar la bienvenida. Para Cordero es absurdo que una iniciativa de esa naturaleza pueda recaudar más. Y es entendible que el señor de los dineros no quiera ni pueda bajar el alto gasto corriente que tiene el gobierno federal. Eso es una tarea muy complicada y casi nadie está dispuesto a pagar el costo de dicha cirugía; salvo los contribuyentes.
Por eso, la respuesta de Hacienda fue sí, pero no. En su postura oficial, la Secretaría “celebra que el planteamiento de la iniciativa coincida con lo que expertos, analistas y autoridades hemos reconocido en diversos foros: el fortalecimiento de nuestras finanzas públicas, la disminución de nuestra dependencia del petróleo, la ampliación las bases tributarias, la eliminación de privilegios y el incremento en el universo de contribuyentes para impulsar el desarrollo nacional”.
Sin embargo, la considera regresiva y de aplicarse, calcula que el gobierno, junto con estados y municipios estarían perdiendo recursos por un monto de 220 mil millones de pesos.
De esa manera, Hacienda concluye en su respuesta Beltrones: “Aunque se comparten los objetivos fijados por la iniciativa, una condición fundamental de cualquier propuesta fiscal debe ser la responsabilidad al fortalecer los ingresos, racionalizar el gasto y el mejor aprovechamiento de las facultades de los tres órdenes de gobierno”.
En otras palabras la reforma ya naufragó hasta en tanto no se renueve el poder en los Pinos. Pero independientemente de que esto suceda, hay quienes están, como afirma Verónica Baz, creciendo a pesar de México.
18 de marxo 2011