viernes, 29 de abril de 2011

Siempre no


Semana intensa para los diputados y senadores. Pero más allá de “esfuerzo” individual de los legisladores, la semana es clave para la vida pública del país. Ya sea por lo que se apruebe o se deje de aprobar, la semana marcará el rumbo de los próximos años.  Así, una fila de asuntos se acumula en la Cámara de Diputados. Ninguno es menor y cada uno refleja una problemática específica en el ámbito laboral, en la seguridad pública o en la política misma. 
Estoy seguro de que esas iniciativas no son la panacea, pero también ya es hora ajustar la relación laboral en México a las condiciones actuales. Igualmente en el tema de la seguridad, ya es hora de regular la presencia del ejército en la calles. No es una cosa menor, porque en ello también va la vida de las personas.
A unos días de concluir el periodo legislativo, se abre la posibilidad de avanzar en la materia. Sin embargo, el tiempo de los políticos (así en plural), es uno muy distinto al de los ciudadanos, y por lo tanto, al del país. Por ejemplo, para el dirigente nacional del principal partido que lleva las riendas de la mayoría en la Cámara, la reforma laboral puede esperar, al fin no hay prisa. Ni tampoco importa que la productividad de un trabajador mexicano esté por los suelos.
Aunque se mande de pretexto a las elecciones o incluso se culpe a Peña Nieto, no entiendo la “lógica política” cuando el PRI echa abajo su propia propuesta. Lo que hace unos días parecía un feliz consenso sobre la reforma laboral, hoy naufraga en la Cámara y nos dicen que siempre no. Pero ¿Qué pasa con el trabajo realizado? ¿Dónde queda el tiempo y dinero invertido? Todo parece indicar que el esfuerzo y el tiempo se pueden perder sin ningún reparo, sin ninguna consecuencia, aún cuando los responsables tienen nombre y apellido. A nivel individual esto se minimiza, pero a nivel social sí hay una pérdida por lo que dejan de hacer los legisladores. El costo de bienestar social es alto cuando el trabajo realizado no encuentra un cauce productivo. En esos términos, hay una falta de seriedad y por lo mismo, de responsabilidad en el Congreso.
Por el contrario, en el Senado ya avanzó por unanimidad de los partidos la reforma política, agréguele los calificativos que se quiera, pero el dictamen ya avanzó. Va un tema tabú como la reelección de legisladores. También las candidaturas ciudadanas, la iniciativa y la consulta popular. Faltan otros como la reducción del congreso, la reelección de alcaldes, la segunda vuelta. Al final, me quedo con la sensación de que tenemos mucho congreso y muy pocos resultados. 
Milenio, 27 de abril 2011