sábado, 16 de abril de 2011

¿Cuánto vale un mexicano?



Lector no apresures tus juicios. La pregunta no tiene que ver con moral. Se refiere más bien al valor económico y su peso en el mundo globalizado. Retomo el tema porque recientemente acabo de leer el extenso reporte del CIDAC, “Hacerlo mejor, índice de productividad México”. El índice ofrece un análisis de cómo ha evolucionado la productividad en el país y realiza comparativos con otros países. También calcula, y esto es sumamente útil, la eficiencia de la productividad en los estados. Dos preguntas resumen el estudio: ¿Qué tan bien lo hace México frente al mundo? ¿Quién lo hace mejor en el país?

En las últimas dos décadas el país ha crecido poco y su economía parece estancada. Esto se ha reflejado en la productividad. Entre 1991 y 2009 la tasa acumulada de producción de un trabajador mexicano alcanzó apenas 2.1%  en los últimos ¡18 años! En ese mismo periodo Corea del Sur creció 82%, Irlanda lo hizo en un 64%, nuestro vecino Estados Unidos avanzó 34%, Portugal 34%, Japón 31%, Alemania 27%, Francia 26% y España 22%.   
Dicho en otras palabras, ¿cuánto vale un mexicano? Se necesiten cinco mexicanos para producir lo mismo que un irlandés. Igualmente, un australiano puede producir lo mismo que cuatro mexicanos, y tres mexicanos producen lo mismo que un español. Donde hay una productividad alta, hay también un incremento sustancial en el nivel de vida de las personas.
El estudio presentado esta semana, nos señala la salud de las economías, en tanto ingresos reales, tasas de interés, inflación, competitividad, utilidades de las empresas e incluso los precios de las acciones en la bolsa. Esto parece complicado, pero en realidad refleja en lo individual, el bolsillo de las personas y la calidad de vida en relación a su trabajo.
Con los números en la mano, CIDAC nos advierte: “Mientras no seamos capaces de ser más productivos estaremos condenados a una economía que no crece; y esto hace imposible que resolvamos nuestros problemas más apremiantes −como la pobreza o la inseguridad. Si el desarrollo es el fin último en la búsqueda del bienestar social, la productividad es una condición necesaria y, en algunos casos, suficiente para lograrlo”.
Si en lo general productividad es hacer más con lo mismo o lo mismo con menos, ser productivo es hacerlo mejor. En México, concluye el informe, no lo estamos haciendo mejor.
¿En todo esto cuál es la contribución de los políticos para generar condiciones que favorezcan el ambiente productivo del país? La bancada priista propuso una flamante propuesta de reforma laboral (que desde luego no toca a los sindicatos). Cuando las cosas parecían avanzar, Francisco Rojas, coordinador de la bancada priista en la Cámara de Diputados, frenó la iniciativa bajo el argumento de que había cuestiones  “no acabadas”. Quizá hasta septiembre se vuelva a tocar el tema. Lo de menos: el país puede esperar, y la productividad también.    
15 de abril de 2011