sábado, 3 de septiembre de 2011

¿Pactar o dasafiar?

Fuente: http://www.globalcommissionondrugs.org/


La polémica sobre la seguridad entre el expresidente y el presidente no es trivial. Mientras Vicente Fox proponer pactar a fin de terminar con la inadmisible violencia, Calderón defiende su postura del combate como lo ha hecho los últimos cinco años. No está dispuesto a cambiar. Pero si bien, el combate emprendido ha mostrado un Estado débil y poco articulado para afrontar con éxito el problema, pactar o intentar pactar en tales circunstancias sería una falsa salida.

Tras la indecible violencia en la Colombia de los años ochenta y noventa del siglo XX, el gobierno de ese país intentó pactar con los criminales a fin de encontrar una tregua. La pelea entre cárteles cobró cada vez más vidas inocentes. Primero los enfrentamientos y los asesinatos selectivos; después el uso de coches bomba sin importar la vida de las personas. El gobierno de ese país terminó amagado por los bandos. La degradación siempre podía ser más y ensanchó así las fronteras de lo indecible. Entonces surgió la posibilidad de pactar. Al final el intento resultó contraproducente.

Esa historia la conoce bien César Gaviria, expresidente colombiano que ahora ya no promueve el combate a las drogas por una vía militarista. Conoce bien los altísimos costos para la sociedad. Tras los años del terror, ahora pugna desde un marco más liberal por la legalización controlada de las drogas. Hace un par de meses se publicó el Informe de la Comisión Global de Políticas de Drogas, ONU, 2011.

El documento firmado por dos mexicanos notables, Carlos Fuentes y Ernesto Zedillo, así como Mario Vargas Llosa, Fernando Enrique Cardoso y el propio Gaviria, entre otros, está promoviendo una alternativa distinta. La conclusión central del Informe reconoce que la “guerra global a las drogas ha fracasado, con consecuencias devastadoras para individuos y sociedades alrededor del mundo”.


Con evidencia empírica comparada, el Informe propone “desafiar los conceptos erróneos comunes acerca de los mercados de drogas, el uso de drogas y la dependencia de drogas en lugar de reforzarlos”. Desafiar incluye un enfoque de salud pública que implique “modelos de regulación legal de las drogas a fin de socavar el poder del crimen organizado y para salvaguardar la salud y la seguridad de sus ciudadanos”. 


Para la Comisión Global se debe actuar con urgencia y cambiar las políticas ya. “Hay otros enfoques que se han probado para abordar estos problemas con los que los países pueden continuar ahora. Hacer bien la política de drogas no es una cuestión para el debate teórico o intelectual, es uno de los desafíos políticos clave de nuestro tiempo”. En nuestro caso, el sentido de urgencia implica la vida misma. No un pacto, sí un desafío al combate tradicional.



31 de agosto 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9017961