miércoles, 18 de abril de 2012

Infieles

Llamémosle infieles. Son la parte del electorado que más me gusta. No han decidido su voto, pero su decisión es vital para los candidatos. Preocupan y ocupan a los partidos porque hay que conquistarlos. Lo mismo votan por uno, que por otro. No están casados, y si lo llegan a estar no dudan en ser infieles. Son pragmáticos. Para estos votantes los partidos no son una atadura. Les interesa más el candidato y por lo mismo son volátiles. Están atentos a las coyunturas, pero no son fáciles de ganar, porque hoy te dicen que sí, pero el día de la elección cambian el sentido de su voto. En su infidelidad son capaces de cruzar la boleta por un partido para la presidencia, y por otro para su representación local.

En el México democrático, ese que tiene como partida plena al sexenio de Ernesto Zedillo, los infieles crecieron paulatinamente cada vez que hubo comicios. Poco o poco han logrado ganarle terreno a los votantes tradicionales de los partidos. Apremian y castigan según los resultados. No son incondicionales de los partidos, por el contrario, suelen castigar en las elecciones. No tienen filiación partidista dura, porque cambian. En las próximas semanas ¿a dónde van a ir los votos de los infieles? ¿Por quién se inclinarán? No podemos saberlo. Los encuestadores prefieren quitarlos, porque son una variable volátil. Entonces se habla de “preferencia efectiva”.


La encuesta diaria de GEA/ISA registró ayer 28.4 por ciento de infieles. Hasta ahora son un porcentaje alto. Ya quisiera tenerlos el segundo o tercer lugar en las encuestas. El porcentaje no es poco, sobre todo, para los candidatos que están urgidos de subir en las preferencias: Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo hasta este momento de la campaña ni la panista ni el perredista han logrado entusiasmar más allá de sus “votos duros”. La que podría dar la pelea es Josefina, pero sencillamente está estancada. No logra subir. Sus spots están diseñados para perder. Ya veremos si la renovación de equipo logra apretar la contienda.


Por lo pronto los infieles superan las preferencias de la panista en 10 puntos. En el caso del perredista la diferencia es mayor; se va a 13 puntos. Sólo Enrique Peña Nieto supera las “preferencias brutas” que registran las encuestas diarias. Su marca es por 9 puntos a favor. Hasta ahora las tendencias siguen estables, la diferencia podría venir más delante, sin embargo, no se ve todavía en el camino. Al respecto el PAN ya hace una contraofensiva contra el PRI, lo cual, dicho sea de paso, es lo mínimo que puede suceder en una elección democrática. Que luego Quadri (el candidato del uno por ciento), no nos venga con el argumento de la pureza. ¿Pero le alcanzará al PAN su contraofensiva? ¿O trae algo efectivo contra Peña Nieto? Con esos números, hasta ahora los panistas sólo aseguran el segundo lugar. La siguiente parada, el debate.



18 de abril 2012
Milenio http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9144480