jueves, 28 de junio de 2012

Mentada de madre

Ante la falta de recursos democráticos en nuestro país, piense en la revocación de mandato o la reelección, a veces no queda de otra más que mentarle la madre al gobernante. Por supuesto que mentarla no sustituye ninguna de las figuras negadas en la reforma política, pero sí hace las veces de válvula para el escape social. El caso puede parecer gracioso o incluso anecdótico, pero el fin de semana pasado en Guadalajara, poco más de mil personas se reunieron para mentarle la madre al gobernador Emilio González Márquez. Incluso, se registró en el Récord Guinness la megamentada en respuesta al inolvidable papel del gobernador en el año 2008. No sé si eso registro valga algo, ni tampoco me importa. Pero lo que es un hecho es la decadencia del PAN en uno de sus principales bastiones: Jalisco.

En 1995 Alberto Cárdenas ganó por primera vez la gubernatura para el PAN. A partir de entonces el panismo hizo un trabajo razonable y fue refrendado en varias ocasiones por los ciudadanos. Hoy la historia es otra y el próximo domingo el PAN no sólo perderá el bastión, sino que probablemente sea desbancado hasta el tercer lugar. Está claro que los jalicienses no quieren más PAN. ¿Lo entenderán los panistas? ¿Le servirá la crítica?

A unos días de la elección, la competencia está entre Aristóteles Sandoval del PRI y Enrique Alfaron del Movimiento Ciudadano. Hay altas posibilidades de que el PRI regrese al gobierno de Jalisco después de 17 años, aunque no descartemos del todo a Alfaro. Regresemos al punto: 


las elecciones no sólo se ganan con votos en las calles, sino con gobiernos que previamente son reconocidos por la calidad (o ineficiencia) de su trabajo. 


Ganar no es suficiente, es necesario darle forma y contenido al gobierno. González Márquez dilapidó el capital político que el PAN había acumulado por años. Mejor le mentó la madre a los ciudadanos que se opusieron a la “limosna” que pretendía el gobierno para la Iglesia. Visto en otra perspectiva, algo similar pasará con la elección presidencial del primero de julio, donde es muy posible que Enrique Peña Nieto recupere la presidencia para el PRI. El PRD en segundo y el PAN pasará al tercer lugar. Nuevamente pregunto ¿les dirá algo a los panistas ser desbancados hasta la tercera posición?

A quienes desprecian el voto. Dicen que no vale nada, pero cuando los ciudadanos se deciden pueden echar al partido en el gobierno, o en su momento, refrendarlo. Emilio González Márquez quedará como el exgobernador al que los ciudadanos le mentaron la madre. Al mismo tiempo será el gobernador que le entregó el poder al PRI.

Felipe Calderón ya es recordado por los muertos y la violencia, pero también por entregar el poder al PRI y acaso, atestiguar con amargura el tercer lugar de su partido. El colofón de su sexenio ya lo adelantó hace unos días, cuando las autoridades anuncian con gran expectativa y certeza la detención de un criminal con apellido de alcurnia entre los narcos. A las pocas horas las mismas autoridades nos dicen que siempre no. Lo cierto es que el estilo panista de gobernar parece agotado. No sólo por la inseguridad y la violencia,  sino esencialmente porque el PAN no fue capaz de cambiar el status quo.


28 de junio 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9151541