domingo, 13 de enero de 2013

El mundo de Moreira II


Aceptémoslo de mala gana. El gobierno de Coahuila tiene una apuesta clara: dejar pasar el tiempo para olvidar el colosal fraude de la deuda. Dejar así sin más, sin justicia, sin responsables, sin la reparación del daño. ¡Allá que paguen los contribuyentes! Como si nada hubiera pasado, se pretende ocultar lo inocultable. Pero lejos de las vistosas diferencias entre hermanos, esa apuesta es congruente con la política asumida por el gobernador Rubén Moreira. Ya sabemos que ahí, ni por error, hay ruptura, sino complicidad.
Para Moreira II, “Coahuila ya no está en el tema de la deuda pública” (Milenio 11-I-13). 
De acuerdo con el gobernador: “Nosotros hicimos lo que nos correspondía y si bien las medicinas no son muy sabrosas, los resultados son evidentes”. Tal cual como lo acaban de leer, no es ninguna broma, ni tampoco exceso de optimismo. En el mundo de Moreira II nuestro estado ya no está en el tema de la deuda. Vamos, en Coahuila hasta tenemos una nueva forma de gobernar. Por supuesto que no importa que tengamos exfuncionarios prófugos, un desfalco que se cuenta por miles de millones, firmas y documentos falsificados, o una megadeuda que nunca fue explicada, sino a base de puros enredos.
En el mundo de Moreira II, pasamos de lo peor a lo menos peor, pero sin dejar, al final, de estar mal. ¡Vaya consuelo! Por eso la deuda “ya no es tema”, aunque una lectura cuidadosa al reciente informe de Standard & Poor’s sobre la calificación financiera asignada al estado, advierte que “la calificación del estado de Coahuila se mantiene sin cambio desde su última revisión” (S&P, 9 de enero de 2013). Un punto más, un punto menos, pero al fin con el lastre de la deuda. A lo mucho, lo más destacado de ese informe, es que el estado de Coahuila es un fiel pagador de la deuda contratada con los bancos. 
Los coahuilenses podemos estar tranquilos, y más todavía los bancos, porque el megafraude realizado en la administración de Moreira I, va a ser puntualmente pagado por la administración de Moreira II. Ese es el mayor reconocimiento de la famosa calificadora: certeza para el pago. En resumidas cuentas, a los calificadores no les importa la corrupción; les importa ante todo, que les paguen a sus clientes. Al informe de la calificadora no le falta claridad, porque los créditos tóxicos están bien respaldados por el “presente y futuro” de los impuestos coahuilenses.
Nada más para este año, la herencia fraternal dispone de 4 mil 531 millones de pesos para saldar deuda. Habrá que subrayar que ese dinero no proviene de lo gobernantes que ahora nos proponen olvidar la deuda, sino de los contribuyentes coahuilenses. En pocas palabras, el mundo de Moreira II.
13 de enero 2013