lunes, 31 de octubre de 2011

Desde lo local

Alexis de Tocqueville escribió en La Democracia en América, que los condados en Estados Unidos son una de las razones para la fortaleza de esa nación. Visto desde el presente, ahora decimos que la fortaleza de una nación está en sus municipios. Pero ¿qué tanto los municipios en México son la fortaleza del país? En principio, lo que salta a la vista es la diversidad, la desigualdad. Hay diversas maneras de verificarlo.

Organismos internacionales, academias y asociaciones civiles han contribuido a generar estudios, índices, encuestas y comparativos que permiten situar desarrollo de los municipios en México. Desde el 2008 el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED), con el programa Agenda desde lo local, viene midiendo las “condiciones mínimas que no deben dejar de existir en cualquier municipio”.


La Agenda está constituida por 39 indicadores y 270 parámetros de medición, que incluyen cuatro ejes de desarrollo institucional para un buen gobierno; desarrollo económico sostenible; desarrollo social sustentable y ambiental.
A través de esta metodología, el INAFED otorga a los municipios certificados de “calidad mínima aceptable”. En otras palabras, el mínimo indispensable para que un gobierno local funcione.
Para la edición 2011 participaron 603 municipios de 28 entidades, pero los resultados son desiguales: en verde están los aprobados, otros en amarillo, y los que no aprobaron quedan en rojo.


En verde quedaron Aguascalientes, Campeche, Tapachula, Chihuahua, Celaya, León, Guadalajara, Zapopan, Puebla, Querétaro, Hermosillo, Progreso, Torreón, Saltillo y Gómez Palacio. Fueron de los pocos, aunque no los únicos municipios que cumplieron con los 39 indicadores. Hay una tendencia clara: Jalisco y Chihuahua fueron los estados que aportan más municipios certificados con todos los indicadores.
Por otro lado, es significativo observar el registro de ciudad Juárez: sólo obtuvo 26 de 39 certificados. La crisis no sólo está en las calles de la ciudad fronteriza, sino se refleja también en las inconsistencias del gobierno local. Y cómo no, si su alcalde Héctor Murguía, pretende “gobernar” desde El Paso.


Monterrey, el otrora municipio ejemplo, ni siquiera participó. ¿Habrá alguna correspondencia entre la ausencia y su nefasto alcalde Fernando Larrazábal? No lo descarten.
En Coahuila tres municipios completaron la certificación: Acuña, Saltillo y Torreón.
En Durango sólo participaron tres, de los cuales Gómez Palacio, encabezado por la alcaldesa Rocío Rebollo fue el único que obtuvo la totalidad de las valoraciones. Durango capital obtuvo 24 de 39; y Lerdo sólo logró 3 en verde y 28 en ¡rojo! Ahí deberían correr a su alcalde Roberto Carmona.


Lograr la certificación del INAFED puede parecer trivial para muchos alcaldes y funcionarios que confunden con facilidad las intrigas con el gobierno, la responsabilidad con los autoelogios.
Es cierto, los indicadores no hacen por sí mismos gobiernos de calidad, pero sin duda, son una base mínima para hacer un gobierno consistente, robusto. Los municipios son la columna vertebral del país y por ahí habría que empezar para fortalecer la nación.



30 de octubre 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9053083

viernes, 28 de octubre de 2011

¿Y Echeverría?

Fuente: La Jornada
La semana pasada comenté que muchos dictadores, sátrapas y criminales de estado mueren en sus casas tranquilos. Por ejemplo, un Stalin, un Pinochet. Ayer la justicia Argentina tomó una decisión histórica. Condenó a cadena perpetua a 12 represores de la dictadura militar que cometieron crímenes lesa humanidad. Entre los condenados estuvo Alfredo Astiz, que no se inmutó con la sentencia, también Ricardo Cavallo, bien conocido en México. Videla y Fujimori no quedaron impunes. En nuestro país, la justicia dejó impune al expresidente Luis Echeverría.

Regla de oro

A los griegos se le acabó la fiesta de manera dramática. Cuando su gobierno por fin reconoció una deuda pública impagable, Alemania como líder económico de la Unión Europea, revisó el caso, para luego encontrar que la deuda fue mayor a la reportada por el festivo gobierno griego. Así, la mejor salida que Alemania y Francia encontraron a la crisis, fue rescatarlos y de paso, “perdonar” la mitad de la deuda pública griega.

Todavía no dejan de representar un riesgo para la estabilidad de la eurozona las deudas acarreadas por los Pigs (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia, España), de ahí que la comunidad europea asumió el costo estratosférico del rescate. Por entonces, muchos ciudadanos alemanes protestaron porque su canciller, Angela Merkel, decidió rescatar con dinero de los contribuyentes alemanes el desastre financiero de los políticos griegos.


Al final, prevaleció el sentido de supervivencia común. Sin embargo, esto ha llevado la Unión Europea a retomar las reglas de oro para sus gobiernos. En 2009 Alemania elevó a rango constitucional un límite para que el gobierno no pueda endeudarse más allá del 35% del PIB, a fin de mantener el equilibro y no comprometer la operación. En el mismo sentido España aprobó este año un freno a la deuda. De manera general y luego de siete horas de negociación, los principales líderes europeos firmaron un Pacto de Estabilidad a fin de impulsar en los países de la eurozona, techos y restricciones similares a la deuda pública.


Sin bien, en nuestro país las deudas estatales no dejan en riesgo las finanzas del gobierno nacional, no estaría demás impulsar una legislación que obligue a la entidades a fijar un techo para sus deudas. Una regla de oro que limite a los futuros Humbertos Moreira. En la relación actual nada garantiza que el día mañana aparezcan otros “moreirazos” en las finanzas públicas. Por lo mismo, es necesario fijar reglas que nos protejan incluso, de nuestros políticos.



28 de octubre 2011
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9051979

miércoles, 26 de octubre de 2011

En manos del PRI

Reforma, El Universal, 25 de octubre
El derrumbe de una época llevó a los tunecinos a deponer a su monolítico gobernante. Tras años de inmovilidad política, Zine el Abidine Ben Ali no sólo fue derrocado con el inicio de la Primavera árabe, sino que fue condenado junto a su esposa, a 35 años en la cárcel, entre otras cosas, por enriquecimiento explicable. El domingo pasado en Túnez se realizaron elecciones, a fin de elegir una Asamblea constituyente que tendrá el menudo encargo de formular ¡una nueva constitución!

La referencia viene el caso, por qué no sé qué más necesiten nuestros legisladores, para al fin avanzar en las reformas que favorezcan al México del siglo XXI. Ya sabemos que el Senado aprobó un dictamen de reforma del poder, para luego ser mutilada por lo diputados. Ayer aprobó la Cámara baja en lo general, media reforma política. La decisión fue consistente con la mayoría del PRI, porque excluyó el principal mecanismo de rendición de cuentas: la reelección consecutiva de legisladores y alcaldes.


Sin embargo, temprano por la mañana, al leer los principales diarios de circulación nacional, leí con sorpresa (por contradictorio), un desplegado de la bancada del PRI donde expresó: “Sí a la reforma política”. Como gran noticia, los priistas decidieron, al menos en palabras, entregar “más poder a los ciudadanos en la toma de decisiones”. Para ello, anunciaron la aprobación de reformas, incluyendo la reelección, para que “nuestro sistema político evolucione decididamente hacia un modelo de Democracia Participativa”.


Como partido reformador, el PAN fue un fracaso en los 11 años que lleva en el poder. La expectativa de cambio institucional pronto fue rebasada por la comodidad del status quo: ¿Para qué cambiar si así están bien las cosas?


Por lo mismo, ahora que el PRI tiene mayoría y ya se apunta a suceder al PAN en el gobierno nacional, habría que exigir a que sea consecuente con sus palabras. Por un lado, ayer promovieron la reelección, pero ese mismo día la desechan. Con ese temperamento legislativo, ¿qué tanto podemos confiar en las palabras de Peña Nieto cuando se muestra favorable a reducir 100 diputaciones plurinominales? No importa tanto de quien venga la propuesta, sobre todo, si se concreta.


En los hechos, esa mayoría de legisladores, aquí también hay que incluir a las otras fuerzas políticas, no tiene incentivos para el cambio, y por lo mismo, las propuestas pueden durar años entre los partidos sin que se muevan las cosas. Entonces, habrá que esperar a una crisis mayor o a que buen día, como en el Norte de África, los ciudadanos tomen las calles para sacudir su vida pública.

lunes, 24 de octubre de 2011

Los límites de la política

Hace unos días participé en un programa de historia sobre un periodo fundacional del México moderno. Me refiero a la posrevolución y la construcción de las nuevas instituciones durante los años veinte del siglo pasado. Se abundó en el papel de Plutarco Elías Calles y su fuerte influencia como “Jefe Máximo” de la Revolución. 


El genio de Calles consistió en lograr lo que parecía imposible en la disputa del poder político: eliminar la violencia a través de la transferencia pacífica del poder. Esa política descansó ante todo, en la creación del Partido Nacional Revolucionario (1929), que con el tiempo se convirtió en el PRI. De esa manera, Calles favoreció la política antes que la violencia. Lo sabía bien, porque él mismo vivió los aciagos días de la revolución. A partir de entonces, se instituyó un largo poder hegemónico…

La historia no está de más recordarla, porque mucho costó a México y sus ciudadanos transitar a una disputa pacífica y civil por el poder. Más aun, democrática en los últimos años. Por lo mismo, no me parece trivial que un grupo de priistas en Torreón transite la delgada línea de la violencia para contrarrestar una campaña del PAN que denuncia la deuda en Coahuila.


Es cierto, en democracia se disputan los votos, hay duros debates y lucha civil por el poder, pero esencialmente lo que distingue a la democracia no sólo es la libertad, sino la capacidad de disputar el poder sin derramar sangre, sin recurrir a la violencia. Lo saben bien nuestros bisabuelos que les tocó padecer una revolución.
Lo que menos necesitamos en este momento es un grupo de priistas agrediendo a un grupo de panistas en la ciudad. Señores de la política ¡Como si la violencia que se adueña de la ciudad no nos bastara! Puede haber protestas, debates agrios y deliberaciones apasionadas, pero de eso, a pasar a los golpes hay una línea que no debemos ni podemos romper. Precisamente para eso es la política. Los golpes, las agresiones, la violencia está en otro terreno. Eso ya no es democracia.


Ojalá no se confundan, porque episodios así también se han repetido recientemente en Monclova, Saltillo y ahora en Torreón. ¿En verdad necesitamos esto? Desháganse en argumentos, promuevan mensajes, ganen simpatizantes, disputen votos, pero no rompan los preciados límites de la política. Se podrá estar de acuerdo o no con los panistas, pero al final, los platos rotos de la deuda los pagamos los coahuilenses. Por cierto, es fecha que los señores que llevan la riendas del gobierno estatal no explican la falsificación de documentos con lo que se avaló parcialmente la deuda de miles de millones. El Congreso por su parte, piensa que este asunto ya se enterró. Mientras tanto, huele a DVR, a impunidad.

21 de octubre 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9047937

Otoño del patriarca


Con la llamada primavera árabe el movimiento cobró fuerza como protesta popular y tumulto. Túnez, Egipto y Libia marcaron una tendencia. En este último país se pasó de la protesta civil a la violencia militar. Finalmente intervinieron las fuerzas de la OTAN a favor de los rebeldes. Para otoño el dictador cayó.

Así, varios sucesos marcaron los últimos minutos con vida de Muammar Gaddafi, el patriarca de Libia desde 1969. Fue encontrado en un drenaje, traía consigo una pistola de oro y al parecer fue ejecutado por un joven de 18 años, el cual se ha vuelto una especie de héroe en su país.


Al igual que la ejecución de Saddam Hussein, la muerte de Gaddafi alimentó el espectáculo de la muerte mediática. Una y otra vez los videos fueron reproducidos en los portales de los medios internacionales. En el pasado reciente, la muerte de los dictadores era descrita, pero la multiplicación de las cámaras propagó la imagen, y en consecuencia, la repetición ad perpetuam de la muerte. Con la democratización tecnológica, las enciclopedias del presente no describen los hechos, muestran una sucesión de imágenes.


¿Pero será la primavera árabe la ocasión para instaurar gobiernos más abiertos y democráticos ahí donde dominaron largas dictaduras? Ahora nos parece normal hablar de democracia como un supuesto valor universal, y por lo mismo, se desea para esas naciones africanas regímenes democráticos. Sin embargo, después del saqueo que Estados Unidos hizo en Irak, impuso ahí una democracia a punta de balazos. Los resultados son inciertos y todavía resurgen los coches bomba como terrible sustituto de la política.


En otras circunstancias, y con el respaldo de un amplio movimiento popular, en Túnez celebrarán elecciones este domingo. Después de la protesta y la renuncia del presidente Ben Alí, los tunecinos provocaron un nuevo proceso donde se elegirá una Asamblea Constituyente, a fin de hacer una nueva constitución política, y acá nosotros con una tímida reforma política. 



Por su parte, Egipto, bajo el dominio de una Junta militar espera un proceso electoral y Libia enfrentará el problema mayor que implica la reconstrucción y el restablecimiento del orden.
La ruptura histórica que ha pasado en esos países podría confirmar en el futuro que la democracia no será la mejor forma de gobierno, con excepción diría Churchill, que es la menos peor.



23 de octubre 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9048921 

jueves, 20 de octubre de 2011

Mujeres “antijuanitas”


Fuente: Impacto

Vaya lío por las declaraciones de un lado y de otro. Primero el presidente Calderón  declara en una entrevista realizada por el NYT, luego el PRI responde y ahí nos llevamos la mitad de la semana con un “gran debate”. Uno dice y el otro se asume favorablemente como la víctima. Lo cierto es no hubo una declaración general del presidente donde éste asume que un partido, el PRI, es promotor de pactos con el crimen. No es lo mismo decir “todos” que “algunos”. Para quienes gustan de quedarse con los encabezados periodísticos, la presidencia divulgó el extracto de la respuesta. El mismo periódico hizo circular ya la entrevista completa. Ahora se procesa una queja en el IFE.

En realidad, ningún actor político en su sano juicio, a excepción del algún extraviado, supondría que un partido es promotor de pactos y alianzas con el crimen. Muy diferente a decir sobre algún miembro de partido con nombre y apellido. Pero no metamos en esto al crimen organizado, pensemos únicamente en los Larrazábal, los Mario Marín o los Ulises Ruiz… ¡Esos sí que son impunes!

Mientras la gran discusión sucede, un grupo plural de mujeres dio ejemplo. Varias políticas mexicanas, algunas desde los partidos, otras desde las organizaciones sociales, se reunieron con motivo del quincuagésimo octavo aniversario del derecho de voto a la mujer en el México. Estaba ahí Beatriz Paredes, Josefina Vázquez Mota, Ruth Zavaleta, Amalia García, Patricia Mercado, Xóchitl Gálvez, Isabel Miranda, entre otras. La diversidad no es motivo para desacuerdo, por lo mismo, tras la conmemoración, vino la propuesta de este amplio grupo de mujeres para impulsar una reforma legislativa, a fin de impedir el resurgimiento de más “juanitas”.

Sí, esas mujeres que ganaron cargos de elección popular y que luego de tomar posesión, dejaron la representación para ser sustituidas por hombres. En Coahuila se presentó el triste caso de Hilda Flores Escalera, una política capaz y destacada, que se prestó al juego de las “juanitas”. Llámenle disciplina de partido o como quieran, pero la subrepresentación política de las mujeres, vino en esos casos por las mujeres.     

Por lo pronto, la diputada del PRI, Beatriz Paredes se comprometió a llevar el tema a la Cámara para “garantizar que en ningún momento en los procesos electorales pueda entrar una mujer como propietaria y que después la sustituyan”.  Sin duda, una deseable propuesta para fortalecer las condiciones de equidad y género de la mujer en la política. 

18 de octubre 2011