Fuente: Impacto |
Vaya lío por las declaraciones de un lado y de otro. Primero el presidente Calderón declara en una entrevista realizada por el NYT, luego el PRI responde y ahí nos llevamos la mitad de la semana con un “gran debate”. Uno dice y el otro se asume favorablemente como la víctima. Lo cierto es no hubo una declaración general del presidente donde éste asume que un partido, el PRI, es promotor de pactos con el crimen. No es lo mismo decir “todos” que “algunos”. Para quienes gustan de quedarse con los encabezados periodísticos, la presidencia divulgó el extracto de la respuesta. El mismo periódico hizo circular ya la entrevista completa. Ahora se procesa una queja en el IFE.
En realidad, ningún actor político en su sano juicio, a excepción del algún extraviado, supondría que un partido es promotor de pactos y alianzas con el crimen. Muy diferente a decir sobre algún miembro de partido con nombre y apellido. Pero no metamos en esto al crimen organizado, pensemos únicamente en los Larrazábal, los Mario Marín o los Ulises Ruiz… ¡Esos sí que son impunes!
Mientras la gran discusión sucede, un grupo plural de mujeres dio ejemplo. Varias políticas mexicanas, algunas desde los partidos, otras desde las organizaciones sociales, se reunieron con motivo del quincuagésimo octavo aniversario del derecho de voto a la mujer en el México. Estaba ahí Beatriz Paredes, Josefina Vázquez Mota, Ruth Zavaleta, Amalia García, Patricia Mercado, Xóchitl Gálvez, Isabel Miranda, entre otras. La diversidad no es motivo para desacuerdo, por lo mismo, tras la conmemoración, vino la propuesta de este amplio grupo de mujeres para impulsar una reforma legislativa, a fin de impedir el resurgimiento de más “juanitas”.
Sí, esas mujeres que ganaron cargos de elección popular y que luego de tomar posesión, dejaron la representación para ser sustituidas por hombres. En Coahuila se presentó el triste caso de Hilda Flores Escalera, una política capaz y destacada, que se prestó al juego de las “juanitas”. Llámenle disciplina de partido o como quieran, pero la subrepresentación política de las mujeres, vino en esos casos por las mujeres.
Por lo pronto, la diputada del PRI, Beatriz Paredes se comprometió a llevar el tema a la Cámara para “garantizar que en ningún momento en los procesos electorales pueda entrar una mujer como propietaria y que después la sustituyan”. Sin duda, una deseable propuesta para fortalecer las condiciones de equidad y género de la mujer en la política.
18 de octubre 2011