La visión del futuro puede ser reveladora del presente. En el futuro se pueden depositar nuestros deseos, esperanzas y también la imaginación de lo queremos lograr o ser. El futuro es algo, que de cierta manera, se puede proyectar, imaginar y volver realidad, sin embargo, para lograr esto se requiere de conocimientos precisos y bien fundamentados, actores sociales motivados y una imagen del futuro traducida en estrategias y líneas de acción realizables.
Si trasladamos esto a una región, encontramos plataformas como el gobierno, asociaciones civiles y empresariales, universidades y liderazgos locales, que bien pueden imaginar y proyectar un modelo de ciudad.
Ahora que hablamos constantemente de la Zona Metropolitana de La Laguna y sus bondades, encontramos una oportunidad valiosa para reflejar lo que esperamos de nuestras ciudades y el lugar que ocupan como región, con todo y sus fortalezas y debilidades, puntos de unión y contradicciones.
¿Cómo le han hecho otras regiones para lograr algo que los conduzca a un desarrollo más equitativo y razonable? ¿Cuáles serían las estrategias y los planes que los llevan a un buen desarrollo?
En marzo de 1997, el Centro de Estudios Estratégicos para el Desarrollo de la Universidad de Guadalajara, con el financiamiento de importantes empresas, realizó un ambicioso proyecto de investigación social y prospectiva para construir una visión integral sobre los escenarios futuros de Jalisco en un horizonte de dos décadas y media. Echando mando del recurso de análisis de prospectiva, el proyecto se tituló “Jalisco a futuro”, y no sólo diagnosticó la situación del estado, sus problemas y potencialidades, sino logró conocer las expectativas y los valores de la comunidad jalisciense para trazar una imagen de lo que se quiso y se pudo llegar a ser en el futuro.
Con una serie de recursos y metodologías científicas aplicadas por expertos, el estudio de prospectiva plateó los futuros de Jalisco en tres posibles escenarios: a) El futuro tendencial; b) El futuro pesimista; y c) El futuro deseable.
Las variables que se analizaron fueron población, medio ambiente, economía, política y administración pública, sociedad y cultura. Al mismo tiempo se proyectaron las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas.
La investigación que actualmente sirve como base rectora de políticas, se observa el Futuro tendencial a través de una extrapolación estadística de los rumbos que podría seguir el cambio social, en caso de no existir ninguna intervención externa. El Futuro pesimista que consiste en llevar una situación límite, así como la influencia de fuerzas restrictivas, riesgos y debilidades, que inhiben o entorpecen el desarrollo de la entidad. Y finalmente el Futuro deseable, los rumbos de acción y los programas que inciden estratégicamente en un mejor porvenir.
La oportunidad que nuevamente se abre (antes fueron otras y hoy desaparecidas como la Comisión de Conurbación de La Laguna) con la Zona Metropolitana de La Laguna, es una plataforma que bien pudiera servir para generar un análisis de prospectiva a fondo. Pensamos en planes duraderos, capaces de leer las tendencias y anticipar el futuro deseable con las proyecciones del presente. Si pensamos en alguna de las principales problemáticas como la crisis ambiental en que vivimos, o en las problemáticas propias de crecimiento de las ciudades, no es difícil imaginar la tendencia negativa.
Por ejemplo, estamos acostumbrados a vivir en un entorno donde se privilegia al automóvil como forma de transporte, cuando sabemos que en el futuro, el grueso del tránsito tendrá que ser sustituido por medios más eficientes y ecológicos. Por una parte se logra la modernización del transporte en Torreón, lo cual es loable, pero al mismo tiempo no se integra la modernización en un programa más amplio que piense en los peatones, los ciclistas y otras vías alternas de transporte colectivo. El resultado, un espacio urbano fragmentado, difícil de comunicar eficientemente entre si, los distintos puntos que lo conforman. Pensemos en los nuevos fraccionamientos que están diseñados para llegar por auto, excluyendo otras alternativas de llegada.
La Laguna a futuro es algo que debemos pensar y construir en conjunto, es una necesidad y una obligación. Ojalá no perdamos la oportunidad.
17 de mayo 2008, El Siglo de Torreón
Si trasladamos esto a una región, encontramos plataformas como el gobierno, asociaciones civiles y empresariales, universidades y liderazgos locales, que bien pueden imaginar y proyectar un modelo de ciudad.
Ahora que hablamos constantemente de la Zona Metropolitana de La Laguna y sus bondades, encontramos una oportunidad valiosa para reflejar lo que esperamos de nuestras ciudades y el lugar que ocupan como región, con todo y sus fortalezas y debilidades, puntos de unión y contradicciones.
¿Cómo le han hecho otras regiones para lograr algo que los conduzca a un desarrollo más equitativo y razonable? ¿Cuáles serían las estrategias y los planes que los llevan a un buen desarrollo?
En marzo de 1997, el Centro de Estudios Estratégicos para el Desarrollo de la Universidad de Guadalajara, con el financiamiento de importantes empresas, realizó un ambicioso proyecto de investigación social y prospectiva para construir una visión integral sobre los escenarios futuros de Jalisco en un horizonte de dos décadas y media. Echando mando del recurso de análisis de prospectiva, el proyecto se tituló “Jalisco a futuro”, y no sólo diagnosticó la situación del estado, sus problemas y potencialidades, sino logró conocer las expectativas y los valores de la comunidad jalisciense para trazar una imagen de lo que se quiso y se pudo llegar a ser en el futuro.
Con una serie de recursos y metodologías científicas aplicadas por expertos, el estudio de prospectiva plateó los futuros de Jalisco en tres posibles escenarios: a) El futuro tendencial; b) El futuro pesimista; y c) El futuro deseable.
Las variables que se analizaron fueron población, medio ambiente, economía, política y administración pública, sociedad y cultura. Al mismo tiempo se proyectaron las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas.
La investigación que actualmente sirve como base rectora de políticas, se observa el Futuro tendencial a través de una extrapolación estadística de los rumbos que podría seguir el cambio social, en caso de no existir ninguna intervención externa. El Futuro pesimista que consiste en llevar una situación límite, así como la influencia de fuerzas restrictivas, riesgos y debilidades, que inhiben o entorpecen el desarrollo de la entidad. Y finalmente el Futuro deseable, los rumbos de acción y los programas que inciden estratégicamente en un mejor porvenir.
La oportunidad que nuevamente se abre (antes fueron otras y hoy desaparecidas como la Comisión de Conurbación de La Laguna) con la Zona Metropolitana de La Laguna, es una plataforma que bien pudiera servir para generar un análisis de prospectiva a fondo. Pensamos en planes duraderos, capaces de leer las tendencias y anticipar el futuro deseable con las proyecciones del presente. Si pensamos en alguna de las principales problemáticas como la crisis ambiental en que vivimos, o en las problemáticas propias de crecimiento de las ciudades, no es difícil imaginar la tendencia negativa.
Por ejemplo, estamos acostumbrados a vivir en un entorno donde se privilegia al automóvil como forma de transporte, cuando sabemos que en el futuro, el grueso del tránsito tendrá que ser sustituido por medios más eficientes y ecológicos. Por una parte se logra la modernización del transporte en Torreón, lo cual es loable, pero al mismo tiempo no se integra la modernización en un programa más amplio que piense en los peatones, los ciclistas y otras vías alternas de transporte colectivo. El resultado, un espacio urbano fragmentado, difícil de comunicar eficientemente entre si, los distintos puntos que lo conforman. Pensemos en los nuevos fraccionamientos que están diseñados para llegar por auto, excluyendo otras alternativas de llegada.
La Laguna a futuro es algo que debemos pensar y construir en conjunto, es una necesidad y una obligación. Ojalá no perdamos la oportunidad.
17 de mayo 2008, El Siglo de Torreón